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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

jueves, 23 de diciembre de 2010

¿ES CRISTO MISMO EL EVANGELIO QUE DEBEMOS PROCLAMAR?



Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Hay gente que dice que yo he cambiado el evangelio de Cristo, al estar enseñando el reino de Dios y no a Cristo. Es decir, lo que pretenden decirnos nuestros detractores es que el verdadero evangelio es Cristo mismo y no su mensaje del reino...
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Predicando a Cristo
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Los evangélicos presentan unos textos para señalar que el evangelio predicado por los primeros cristianos era “Cristo” mismo, lo cual nos resulta extraño, ya que Cristo mismo dijo que él fue enviado a predicar el evangelio del Reino de Dios y no su persona como tal (Lc. 4:43, Mr. 1:1,14,15). He aquí los pasajes en que usan nuestros detractores para “demostrarnos” que Cristo mismo era el evangelio:..
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1. Hechos 8:5: Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les PREDICABA A CRISTO.2. Hechos 9:20: En seguida PREDICABA A CRISTO en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios...
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Pero observemos que aquí se dice que se predicaba a Cristo, pero ojo que no se dice que Cristo mismo era el evangelio.
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Predicando el evangelio de Cristo
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En otros momentos veremos que Pablo predicaba el “evangelio de Cristo” como un sinónimo de “predicar a Cristo”, lo cual ha hecho suponer a muchos que Cristo es el evangelio, lo que es totalmente falso. He aquí los pasajes:..
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1. Romanos 15:19: con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del EVANGELIO DE CRISTO.
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2. Romanos 15:29: Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del EVANGELIO DE CRISTO.
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3. 1 Corintios 9:12: Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al EVANGELIO DE CRISTO.
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4. 1 Corintios 9:18: ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el EVANGELIO DE CRISTO, para no abusar de mi derecho en el evangelio.
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5. 2 Corintios 2:12: Cuando llegué a Troas para predicar el EVANGELIO DE CRISTO, aunque se me abrió puerta en el Señor,
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6. 2 Corintios 9:13: pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al EVANGELIO DE CRISTO, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;
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7. 2 Corintios 10:14: Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el EVANGELIO DE CRISTO.
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8. Gálatas 1:7: No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el EVANGELIO DE CRISTO.
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9. Filipenses 1:27: Solamente que os comportéis como es digno del EVANGELIO DE CRISTO, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,10. 1 Tesalonicenses 3:2: y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el EVANGELIO DE CRISTO, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe,.
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¿Qué se entiende por el evangelio de Cristo? ¿Acaso que Cristo es el evangelio? Pues no, ya que si el evangelio de Cristo es Cristo mismo, entonces el evangelio de Pablo es Pablo mismo. Recuerde que Pablo usó en varías ocasiones la frase “mi evangelio” (Rom. 2:16; 16:25; 2 Tim. 2:8), lo que significa que el evangelio es ”el evangelio de Pablo”. ¿Pero creerá alguno que Pablo mismo era el evangelio? ¡No lo creo! El evangelio de Cristo como el evangelio de Pablo proclamaba el mismo mensaje del Reino, sin variación alguna. He aquí la prueba:.
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Marcos 1:14: Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio DEL REINO DE DIOS.
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Hechos 19:8: Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del REINO DE DIOS.
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Es cierto de debemos predicar a Cristo, así como debemos predicar la resurrección, la condenación de los impíos, el arrepentimiento de los pecados, etc; pero eso no quiere decir que el evangelio sea expresamente Cristo, la resurrección de los muertos, la condenación de los impíos, o el arrepentimiento. El único y singular evangelio, les guste o no a nuestros detractores, es el evangelio del reino de Dios, las buenas noticias de un gobierno justo en la tierra en la persona del Mesías..
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Sin embargo, sería bueno que se revise Lucas 4:43, en donde Jesús es claro al decir que fue enviado para anunciar el evangelio del reino de Dios. Esto significa que el mensajero no era el mensaje, sino el portador del mensaje de Dios para los hombres concerniente a algo que él llamó ”el reino de Dios”..
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Sí, mis amigos, Jesús vino al mundo para predicar el reino de Dios, y fue lo primero que hizo cuando comenzó su ministerio (Marcos 1:1,14,15). Ustedes notarán que en ningún momento Jesús comenzó a hablar de su persona y diciendo que él era el evangelio salvador que debía ser creído para ser salvos. El dijo “Creed en el evangelio”, más no dijo que creyéramos que él era el evangelio, sino el reino que introdujo. El evangelio que Jesús quería que creyéramos era definitivamente el reino de Dios (Mr. 1:1,14,15)..
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Mientras tanto, y a pesar de la resistencia al evangelio del reino, los siervos fieles están esforzándose a dar a conocer este mensaje de esperanza de un gobierno justo a todas las naciones a través de este magnífico medio, sin contar con otros que son igualmente eficientes o eficaces..
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Estoy convencido de que lo que la gente llama “tardanza de su venida” no es otra cosa que nuestra tardanza de predicar el evangelio verdadero al mundo habitado, es decir, la Buena Nueva del reino de Dios. Y mientras los cristianos no entiendan la importancia de dar a conocer este mensaje al mundo, Jesús no volverá con la presteza que quisiéramos todos (Mat. 24:14).

viernes, 17 de diciembre de 2010

ES NECESARIO NACER DE NUEVO PARA VER Y ENTRAR AL REINO DE DIOS


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:1-7).

En este pasaje de la Escritura leemos que Jesús recibe de noche a un principal entre los Judíos, llamado Nicodemo. Este distinguido Judío le confiesa a Jesús que él cree que él (Jesús) es el enviado y maestro de Dios por las señales que hacía, y que le demostraba que Dios estaba con él (¡no que él fuera Dios mismo!). Enseguida Jesús le responde “De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Luego Jesús le dice también: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Es decir, cualquiera que quiera ver y entrar en el reino de Dios le es necesario antes nacer de nuevo, o renacer de agua y del Espíritu.

El asunto de “renacer de agua” tiene que ver con recibir la Palabra de Dios (el evangelio del reino) y ser bautizado en agua (inmersión) para vivir una nueva existencia en Cristo (Rom. 6:4, 1 Pedro 1:23). Por ejemplo, cuando Felipe predicaba en Samaria el evangelio del reino (la Palabra), y el nombre de Jesús, muchos hombres y mujeres procedían a bautizarse para “nacer de nuevo” (Hechos 8:12). También el eunuco Etíope renació por el bautismo, una vez que escuchó la Palabra de Dios (el evangelio de Jesús) por boca del mismo Felipe (Hechos 8:35-38).

El otro punto es el “renacimiento del Espíritu”, el cual también debemos recibir para VER y ENTRAR en el Reino. Si alguno dice que no ha nacido del Espíritu, entonces no podrá participar del reino de Dios, pues es imposible que hombres sin el Espíritu de Dios puedan ser parte activa en la administración del reino de Dios. Y es que no se puede renacer del Espíritu si no se recibe el sellamiento del Espíritu de Dios. Pablo dice: En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13).

Ahora, por Cristo, los unos (Judíos) y los otros (gentiles) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios (Efe. 2:18,19).

Los renacidos de agua y del Espíritu podrán ver y entrar en el reino de Dios, porque todos éstos son conciudadanos y miembros de la familia de Dios. Ahora estas personas podrán llamar a Dios, con plena confianza: “Abba Padre” (papito, Romanos 8:15), porque ya son hijos legítimos Suyos dentro de Su familia (1 Juan 3:1). Y como dice Pablo: “Pues todos sois Hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gál. 3:26).

Extrañamente, los Testigos de Jehová enseñan que el reino de Dios estará conformado por dos clases de individuos: los ungidos (“la manada pequeña” de 144,000 personas) que coheredarán con Cristo el reino celestial, y que son los únicos “renacidos de agua y del Espíritu”, y los únicos que son Hijos de Dios; y por otro lado, una “grande multitud” de Testigos de Jehová que no son renacidos de agua y Espíritu, y por tanto no son ungidos, ni tampoco hijos de Dios, y que vivirán como meros súbditos del reino en la tierra. ¿Pero se puede sustentar esta creencia con la Biblia? ¡De ningún modo! Y es que si todos los Testigos de Jehová han creído en Cristo por la fe, y le siguen, entonces todos deberían ser hijos de Dios (Juan 1:12, Gál. 3:26). Y si son hijos de Dios, éstos son hermanos de Cristo, y coherederos de la misma promesa de heredar el reino de Dios como reyes y sacerdotes en la tierra ( Efesios 3:6; Romanos 8:17; Apocalipsis 5:10).

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Zeitgeist Refutado - Corte Final - Parte 1

Mesias

LA EXCLUSIVA HUMANIDAD DE CRISTO


Por Sir Anthony Buzzard, teólogo unitario

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La humanidad de Jesús se hace menos que real una vez que se propone que él no vino a la existencia en el vientre de Maria. La ausencia de alguna evidencia bíblica de Jesús siendo el Hijo de Dios antes de que su concepción sugiere que la creencia extensamente sostenida en su existencia pre-humana no puede basarse a fondo en la Escritura. Nosotros proponemos que está basada en una mala lectura del Evangelio de Juan, porque pasa por alto el peculiar concepto Judío de la preordenación encontrado allí. El hecho de que nada se dice acerca de la preexistencia en Mateo, Marcos, Lucas y Hechos (y las epístolas de Pedro) debiera hacer que nos preguntemos si Juan ha dado realmente un retrato de Jesús tan diferente al atribuirle a él una vida consciente antes de su concepción.

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¿Realmente Juan presenta el “problema Trinitariano” que causó semejante problema en los siglos tempranos? Los textos que han sido reclamados como evidencia para una preexistencia literal de Jesús han sido mal entendidos, porque muy poca atención se ha prestado a las categorías de pensamiento Judíos de Jesús y Juan. El fenómeno de que los tiempos pasados no siempre significan una referencia a eventos pasados ha sido pasado por alto (Juan 17:5; cp. 17:22, 24). En Juan 3:13 Jesús no dijo nada de una preexistencia eterna como “Dios el Hijo” El afirmó más bien haber sido admitido excepcionalmente a los consejos divinos. El no había literalmente “ascendido al cielo,” ni había el Hijo de Dios estado en el cielo desde la eternidad. El fue destinado para ir al Padre, cumpliendo la profecía de la visión de Daniel del Hijo del Hombre (Juan 6:62). Juan 13:3; 16:28 y 20:17 han sido mal traducidos en la NIV (Nueva Versión Internacional) para dar la impresión de que Jesús estaba regresando a su Padre (Ver KJV, RSV). Su gloria había sido preparada para él antes de que el mundo viniera a la existencia (Juan 17:5; cp. Mat. 6:1: recompensas futuras ya están seguras), y él fue escogido como supremo representante humano de Dios, el Mesías, mucho antes que Abraham (Juan 8:58). Fue como el Hijo del Hombre humano que él había “preexistido” en el decreto divino. Jesús está convencido de que debe llevar adelante el plan determinado de Dios: “¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas?....que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas, y en los salmos?” (Lucas 24:26,44).

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La noción de existencia real antes de la concepción condujo eventualmente a una espantosa complejidad y a conflictos sobre la naturaleza de Jesús que nunca han sido resueltos. Los argumentos fueron silenciados por la imposición de una Cristología dogmática (en Nicea y Calcedonia), que dictó una solución oficial al problema. La solución, sin embargo, intenta establecer el asunto largamente sobre la base de la teología muy Judía de Juan la cual fácilmente y trágicamente fue mal interpretada por los Griegos. Las víctimas en la disputa sobre la naturaleza de Dios y Jesús fueron las verdades fundamentales acerca del Dios unipersonal y la verdadera humanidad de Jesús.24 Puesto que el camino a la vida eterna comienza con un aprecio apropiado del Padre como el único Dios verdadero, y de Jesús como el Mesías (Juan 17:3), los lectores de la Biblia deben ser alertados del posible daño serio que se ocasiona a la fe cuando los de mentalidad filosófica Griega leen el Evangelio de Juan sin una base sana en el Antiguo Testamento, y con muy poca consideración por la Cristología de Mateo, Marcos, Lucas y Hechos, la cual fue rechazada muy precipitadamente como "primitiva."

lunes, 13 de diciembre de 2010

EL MUNDO VENIDERO ACERCA DEL CUAL HABLARÉ


“Porque no sujetó a los ángeles el MUNDO VENIDERO, ACERCA DEL CUAL ESTAMOS HABLANDO” (Hebreos 2:5)


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


Introducción

Los periódicos y noticieros generalmente se centran en los asuntos que vienen aconteciendo en nuestro presente mundo, y eventualmente hacen proyecciones de lo que será nuestro planeta dentro de algunos años o décadas. Sin embargo, ninguno de estos medios nos hablan del mundo venidero, de aquel siglo o edad maravilloso que la Biblia llama “la era venidera”, o la era del reino de Dios, y esto es así porque los periodistas y analistas del mundo simplemente lo desconocen por completo. Generalmente los pronósticos de los científicos y de los así llamados “visionarios” y “profetas” giran en torno de dos posiciones bien definidas: Una, que este mundo terminará algún día, y que la tierra desaparecerá; y la otra que vislumbra una era nueva de renovación o renacimiento pero sin darnos mayores de la misma, es decir, cómo será, quiénes participarán y quién la efectuará o iniciará.

Las Escrituras nos hablan del mundo venidero de justicia y paz

Sí, mis amigos, las Santas Escrituras nos hablan de un mundo venidero, de un tiempo o siglo que para muchos sigue siendo utópico para y que significará la paz y la justicia para todos los hombres de buena voluntad. Es el llamado “nuevos cielos y nueva tierra” en donde mora la justicia, y en donde enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron, pues todas las cosas serán hechas nuevas, pues también la Escritura dice “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo HAGO NUEVAS todas las cosas Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Apo. 21:4,5). Así que definitivamente este siglo futuro maravilloso sólo será alcanzado por los que son dignos, ya que así lo dice Jesús en Lucas 20:35: “Mas los que fueren tenidos por DIGNOS de alcanzar aquel SIGLO y la resurrección de entre los muertos…”.

El mundo venidero es la Era de la vida eterna

Para Pablo, los dignos de los que hablamos arriba definitivamente obtendrán la vida eterna (Hechos 13:46). Antes, el Señor Jesús había dicho bien claro que el siglo venidero, o también llamado “el mundo venidero”, es la era de la vida eterna de los redimidos. Por lo tanto, si bien tenemos POR LA FE la vida eterna prometida, ésta no se obtendrá sino sólo cuando hayamos VENCIDO, y por supuesto, cuando se inaugure la era venidera, o el mundo venidero de la justicia y de la paz con la parusía del Rey. Cualquiera que diga que ya tiene la vida eterna inherentemente o por su conversión, debe recordar lo que Jesús dijo en Marcos 10:30: “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”.

En Hebreos el escritor escribe del “siglo venidero” como que tiene “poderes” (Hebreos 6:5). También él usa la locución “el mundo venidero” (Hebreos 2:5), y además, “los bienes venideros” (Hebreos 9:11; 10:1). Así que nuevamente la vida eterna es considerada como parte de esos “poderes” o bienes del mundo o siglo venidero.

La gloria: otro de los poderes del Siglo Venidero

Pablo le describe claramente a Timoteo de que hay dos vidas: la presente y la venidera. Estas son sus palabras: “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la VENIDERA”.

El apóstol Pablo cuando les escribió a los creyentes de Roma, les dijo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del TIEMPO PRESENTE no son comparables con LA GLORIA VENIDERA (DEL TIEMPO VENIDERO) que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18). Nótese que Pablo ubica nuestra futura gloria, no para ahora, sino para la VIDA VENIDERA, una gloria que el apóstol lo relaciona con el reino de Dios en 1 Tes. 2:12, verso que dice: “Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su REINO Y GLORIA”.

La importancia del Evangelio del Reino

Sin duda el evangelio de Cristo nos ofrece poderes venideros que incluyen la vida eterna o la gloria en el reino de Dios. Esto es obtener Majestad, autoridad, naturaleza divina, e inmortalidad. Esto significa reflejar la misma imagen y semejanza de Dios que tuvo la primera pareja humana en el principio, antes de su caída, cuando se Dios les otorgó dominio y poder, y una vida sin fin (aunque condicional) sobre todo lo creado en el Edén.

El mensaje del reino es el mensaje de la restauración de todas las cosas que se estropearon por el pecado o la caída, y volver a la tierra a su estado inicial para el cual fue creada. Esto es reconstruir lo que el diablo y sus huestes estropearon al rebelarse contra Dios y querer ser los nuevos amos del mundo, viviendo a espaldas de Dios y de Sus santas leyes. El diablo finalmente resultará ser el perdedor, y el Señor saldrá victorioso, y será servido y alabado por todos aquellos que pertenecen al lado de la luz y no de las tinieblas.

El evangelio del reino promueve un mensaje de esperanza y salvación para el mundo entero, pues es una muy buena noticia de que no todo está perdido en nuestra tierra, ni que todo será destruido finalmente por la mano del hombre. Hay, pues, esperanza aún para sobrevivir a un “cosmocidio”, a una devastación nuclear o climática que cada día pende sobre nosotros como una eterna espada de Damocles. Predicar otra esperanza diferente que promueve escapar de esta tierra a otro sitio, planeta o dimensión, es como reconocer implícitamente que el diablo venció y que el mundo finalmente no pudo ser habitado por los humanos tal como Dios se lo propuso desde que creó la tierra y sus habitantes. Recordemos que Dios no creó la tierra en vano, sino para ser habitada la formó, y este plan de Dios aún no ha sido cambiado, pues dice Proverbios 2:21: “Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos PERMANECERÁN en ella”.

El Reino de Dios es el gobierno de Dios a través de Su Hijo, el Mesías, el Rey prometido, Su Majestad real, el Hijo del Hombre. Y no es un reino “en el corazón de los creyentes”, ni un “reino eclesiástico” que es gobernando por un clero corrupto. Es, en realidad, un reino restaurado como existía en un comienzo cuando Dios levantó al rey David para ser su representante para su pueblo elegido, a quien les dio sus pactos, leyes, y promesas.

¿Qué espera el Señor de los hombres?

Lo que Dios pretende hacer saber a través de su verdadero mensajero o enviado, el Señor Jesucristo, es que el mundo tiene esperanza, y que esa esperanza está precisamente y finalmente en la restauración de todas las cosas, especialmente, el Reino de Dios en la tierra. El mismo Señor Jesucristo fue del todo claro al revelarnos una verdad que muchos cristianos increíblemente aún ignoran, y esa verdad es que el fue enviado al mundo para que seamos salvos creyendo en y a Jesucristo (Juan 3:16). ¿y qué cosa hay que creerle a Jesucristo?¿Acaso que él es Dios y que nos quiere llevar al cielo si somos “buenos”? ¡¡¡No!!! El dijo que fue enviado por su Padre para revelar al mundo un mensaje que nos puede salvar si es que lo creemos por fe. Este mensaje él lo llamó de manera muy clara como “el evangelio del reino de Dios”. Dice Lucas 4:43, así: “Y él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, PORQUE PARA ESTO HE SIDO ENVIADO”

Desafortunadamente, una gran mayoría de cristianos han ignorado este texto bíblico de Lucas 4:43, o no le han prestado la debida atención cuando por casualidad lo han leído. Sólo vaya usted a cualquier iglesia y haga su propia encuesta, preguntando a los feligreses algo así como: ¿Para qué fue enviado Dios al mundo?, y la mayoría, sino todos, le responderán cualquier cosa menos que Jesús fue enviado a predicar el Reino de Dios. ¡Simplemente es asombrosa esta ignorancia generalizada entre católicos y protestantes por igual!

Algunos me podrán decir, ¿pero apologista, por qué te la pasas hablando casi siempre del reino de Dios habiendo otros temas más importantes e interesantes que discutir. Y yo les respondo: “Porque sencillamente el evangelio del reino es el único evangelio salvador que Cristo presentó a sus contemporáneos, y es el único mensaje que quiere que sus seguidores prediquen a tiempo y fuera de tiempo”…en realidad en todo momento hasta el fin del siglo (Mateo 24:14). El desea que insistamos en esta Buena Nueva que tiene poder para salvar al potencial creyente si es que llega a entenderlo, aceptarlo y predicarlo de corazón hasta el fin (Romanos 1:16; Gál. 1:6-9).

Imitando a Cristo tal como lo hacía Pablo

Por eso yo me siento muy preocupado cuando descubro que los diferentes “ministerios cristianos” presentan un evangelio que no hace mención del reino de Dios ni por casualidad. Y es preocupante porque esos ministerios que dicen difundir el evangelio predican un mensaje facilista y del agrado del oyente. Son evangelios que promueven la avaricia, el conformismo y la desidia. En realidad los más de los cristianos creen que con sólo ir a la iglesia y ser buenos individuos es suficiente para ganar el cielo, y no saben que todo cristiano debe ser un imitador de Cristo, así como lo era Pablo. Este apóstol estaba tan consciente de que imitaba fielmente a Jesús que pudo decir con plena confianza y seguridad: “Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo” (1 Cor. 11:1). Pero Cristo no sólo era un hombre perfecto y bueno, cumplidor de las leyes divinas, SINO QUE TAMBIÉN ERA UN PREDICADOR VEHEMENTE Y TENAZ DEL REINO DE DIOS. Desde el comienzo de su ministerio hasta el final él se la pasó predicando y anunciando el reino de Dios con sus discípulos (Mr. 1:1.14,15-Hechos 1:3, Lucas 8:1,2; Lucas 9:1,2).

Y puesto que Pablo era un fiel imitador de Cristo, es de esperarse que él también predicaba insistentemente el reino de Dios a sus paisanos y a los gentiles en los distintos lugares, pueblos y países que visitaba. Y no nos equivocamos cuando leemos Los Hechos de los Apóstoles y sus epístolas, y verificamos que efectivamente él también predicaba el REINO DE DIOS, el mismo evangelio de Su Maestro…¡no otro! He aquí algunos pasajes:

Hechos 14:22: confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el REINO DE DIOS.

Hechos 19:8: Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del REINO DE DIOS.

Hechos 20:25: Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el REINO DE DIOS, verá más mi rostro.

Hechos 28:23: Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el REINO DE DIOS desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.

Hechos 28:31: predicando el REINO DE DIOS y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

1 Corintios 6:9: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el REINO DE DIOS? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

1 Corintios 6:10: ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el REINO DE DIOS.

1 Corintios 15:50: Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el REINO DE DIOS, ni la corrupción hereda la incorrupción.

Gálatas 5:21: envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el REINO DE DIOS.

2 Tesalonicenses 1:5: Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del REINO DE DIOS, por el cual asimismo padecéis.

El Reino de Dios es el fin del Reino del Diablo

Para cuando se inaugure el Reino restaurado de David en la tierra, el Dios del presente mundo o siglo será removido de su cargo, al ser depuesto por el Rey Mesías vencedor que lo tomará preso, lo encadenará, y lo pondrá en prisión, junto con todos sus secuaces angélicos que han estado gobernado este mundo malo o impío desde hace miles de años. La rebelión y el gobierno del mal serán finalmente erradicados de la tierra. Mientras tanto, este mundo seguirá yaciendo bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19), y el diablo se pondrá cada vez más furioso al ver que sus días van llegando a su fin (1 Pedro 5:8). Esto explica el aumento de la maldad en todas sus formas estos postreros tiempos y el aumento de las doctrinas y filosofías demoníacas que tratan de distraer a los hombres hacia esperanzas ilusas como que seremos salvados por entidades o seres cósmicos o de otras dimensiones que son más avanzados que nosotros y que nos quieren ayudar a salir del marasmo en que se encuentra la humanidad. Sin duda el diablo sigue engañando al mundo entero con falsas expectativas y esperanzas que sólo conducirán a la decepción y a la perdición. Ya hace tiempo el apóstol Pablo nos advirtió de la macabra influencia de las fuerzas ocultas cuando escribió: “Porque no tenemos LUCHA contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Esto tiene sabor a extraterrestres que dejan ver en nuestras regiones celestes, o como dijera él también “el príncipe de la potestad DEL AIRE” (Efesios 2:2).

Hoy en día se habla de una serie de conspiraciones, muchas de las cuales parecen verosímiles, ya que todo parece indicar que esos complots giran en torno a fuerzas oscuras que operan en las esferas del poder mundial de manera subrepticia, solapada, y hasta malvada. En realidad no me sorprende nada, ya que sabemos que San Juan fue claro al decir que “todo el mundo yace bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19) y este maligno, según Jesús, es homicida desde el principio y el padre de la mentira (Juan 8:44). Este ser cósmico angélico puede incluso hacer portentos y maravillas para confundir, y lo hará aún más patente cuando se presente el Hombre de Pecado, el impostor, el anticristo, el mimo del Mesías… ¡y muchas caerán en el engaño porque ignoran las Escrituras!

Dice Pablo de este impostor venidero: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tes. 2:8-12).

¿Caerá usted en el engaño de este sátrapa que aparecerá en el mundo y no a la verdad que presenta la Biblia? Recuerde, el verdadero Libertador es el Señor Jesucristo, el cual gobernará el mundo con paz y seguridad por mil años. El no hará pacto con ningún líder religioso de la tierra, ni vendrá de algún lugar recóndito de la tierra o de otro planeta. El será el mismo hombre inmortal que ascendió al cielo desde el Monte de los Olivos, y que vendrá DESPUÉS de que este falso Mesías aparezca en el mundo, y descenderá del cielo mismo y con los ángeles de su poder, y vendrá a hacer juicio y justicia, y luego de haber limpiado la tierra de la mayoría de los impíos, inaugurará su reinado con los sobrevivientes, desde Jerusalén, con poder y gran gloria.

lunes, 6 de diciembre de 2010

LA MENTIRA TRINITARIA DEL DIOS HOMBRE



Por el Dr. Javier Rivas Martinez (MD)

Sal. 16:4 «Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios...»

«¿Quién les dio a aquellos teólogos Griegos el derecho a decidir la teología Cristiana para todos los tiempos? ¿Quién los invistió con el poder de declarar infaliblemente que la Deidad consiste en tres personas eternas?»

Sir Anthony Buzzard. Eminente Teólogo Unitario.

La doctrina de larga data de la “divinidad” de Cristo fue objetivizada gracias al poderoso apoyo político del pagano emperador Constantino. Fue en los Concilios de Nicea y Calcedonia en que la Deidad toma una añadidura nueva de su inmutable naturaleza; una “remuda” por demás bizarra que lo presenta en una incomprensible forma que trastorna su [Unipersonalidad] tan palmariamente mostrada en las Escrituras. Y me refiero en esto, a la «Trinidad»: la doctrina falsa del «dios de las tres personalidades distintas y que unidas conjugan un solo dios inseparable» (¿?). Se dispuso a Cristo en dichos Concilios como parte inherente, pero tan incoherentemente, del Único Dios Verdadero, Indivisible por su Unipersonalidad, declarándosele en descisiva liviandad como la “segunda persona” de la Deidad. Cristo es revelado como “verdadero Dios de verdadero Dios”, “co-igual al Padre”, como el “Dios-Hombre”, y el Paracleto, al fin, en el Concilio de Constantinopla, resuelve la estrambótica Deidad de las “tres testas” cuando se le integra como la “tercera persona” en la naturaleza de Dios. Un desastre teológico de proporciones cuantiosas, sin exagerar “el punto”. De manera que Dios ahora ya no es [Uno], sino “uno constituido de tres dioses”.

Cristo, el “Dios-Hombre”, según la reflexión dualista de la filosofía griega que prevaleció en los Concilios del catolicismo babilónico, y genocida en su inquisición, antagoniza con el Cristo de la teología bíblica que lo muestra como un Hombre Perfecto, sin mancha y sin pecado, por su nacimiento extraordianrio, en el que Dios interactuó directamente para su engendramiento [asexual] en la santa virgen y que lo libró de la naturaleza hacerdora de maldad común y corriente que todos los hombres del mundo portan. En este nacimiento, su [filiación humana], su [identidad mesiánica], y su [verdadero origen] quedan precisamente definidos. Entiéndase por favor. En este estado, el Hijo de Dios se halló facultado para redimir a los seres humanos, por su incorruptible esencia cien por ciento Humana, pero conforme a la exigencia de la [sombra] del modelo ideal de los animales sin defectos físicos del sacrificio levítico para la expiación de los pecados, en el Antiguo Testamento. Por tal motivo el Bautista llegó a exclamar: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn.1:29). Cristo pudo redimir a los hombres que estaban bajo la condena eterna porque como Hombre (el Hijo del Hombre) tuvo acceso para relacionarse con los componedores de la raza humana, a la que pertenece (tiempo presente), ya que [genealógicamente] es «Hijo de Adán por descendencia» (Lc.3:23-38).

Cristo fue “descolgado” como “agente divino” del Arché Griego extramundano, como un “eón” de la Pléroma Gnóstica, y lo “encarnaron” trágicamente en el vientre de Myriam, la jóven virgen. La teoría de un [redentor], de un [salvador] o [héroe] que desciende de los lugares supraterrenos para redimir a los hombres inicuos y disrruptos no procede de las Sagradas Escrituras sino en parte del Gnosticismo del Oriente que encontró sus bases en la religión babilónica. Esta fue razón suficiente para que Juan el apóstol lo combatiera con inflexible ferocidad (Gnosticismo Docético). En la Primera Epístola Juanina se trata sobre esta cuestión religiosamente gentil.

La«Religión Mistérica» que nace en Babilonia, establece la creencia de un ser [empíreo] que [muere] pero que además [resucita]. Nimrod, el gobernante supremo y poderoso de la Tierra de Shinar (Gen.10:10), también fue en toda su extensión el sumo sacerdote y promotor de la religión idolátrica de los «Misterios Antiguos». Nimrod fue venerado como un [dios] por los de su pueblo. Luego de su muerte, su esposa y madre, la depravada reina Semiramis lo proclama con engaño y sin tapujos como el “dios-solar” (Baal). Cuando a Semiramis le nació un hijo de ilegal fornicación, aseveró que éste había sido concebido de forma sobrnatural: una diabólica parodia del engendramiento de Cristo. Semiramis, ahora suprema reina y sacerdotisa, les confiesa y asegura a sus adeptos y vasallos que se trata del mismo Nimrod que “murió” pero que ahora había “renacido”: «. . . y que era la semilla prometida, el divino salvador del mundo», por lo que requería obligadamente “adoración”. La profecía verdadera que habla de la venida de un Salvador, de la Simiente de la Mujer (Gen.3:15), era una conocida por «trasmisión oral» (no existía ningún escrito bíblico para ese entonces, sino hasta con Moisés), incluso en la época en que Nimrod y Semiramis vivieron. Bien sabía el inteligente y malicioso diablo que la distorsión de la verdadera identidad del Cristo Humano, [preconocido] pero [no preexistente], traería consecuencias tan devastadoras para el Pueblo de Dios en el futuro. Semiramis fue el inicial trebejo de Satanás que encaminó, con paso lento pero seguro, el desacertado concepto del “Dios-Hombre” y que fue «yuxtapuesto» con el del Cristo Hombre del Nuevo Testamento con legal soberanía en los Concilos Católicos: Concilos presedidos por ciertos Padres de la Iglesia Primitiva que estaban concertados con la filosofía griega super impregnada de [deidades celestiales] y de la cual sus dogmas y perceptos se derivan, como los del tan variado Gnosticismo, de los «Misterios Religiosos de Babilonia».

En la antigua tradición griega se describen los “hacedores de milagros” helenistas que se hacían llamar los “hijos de dios”. Éstos eran vistos como [semidioses], como [seres intermedios], como [héroes] que “resultaron de una mixtura de naturaleza divina con humana”. Teniéndose esto en cuenta, a los maestros de la Escuela Catequística “Cristiana” de Alejandría no les fue en nada problemático el otorgarle una connotación diferente a la verdadera identidad Humana de Cristo, la del “Dios-Hombre”. Esta [innovación], lejos de ser bíblica, triunfó arrasadoramente en el Concilio Ecuménico de Nicea, celebrado en el año 325 d.C. Los maestros de la Escuela Catequística de Alejandría, considerada las más importante escuela de exégesis “cristiana”, tenía el firme propósito, como el de Filón, su “gran y honrada influencia”, de [consolidar la filosofía griega con la Revelación Escritural]. Los Concilos Ecuménicos acogieron bien el [sincretismo de la deidad humana] de esta [sincrética y ambigua consolidación] y que el protestantismo abrazó peligrosamente después como “abrazar un león indómito y dormido por delante de la cabeza”. ¡Caray!

El trinitarismo ha puesto “dos dioses” delante del Único y Legítimo Dios, concediéndoles a Cristo y al Paracleto un valor deífico equiparable con el del Padre y Rey del universo, quebrantando el primer mandamiento que dice: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Ex.20:3), haciéndose evidentemente [idólatra] y [politeísta]. Dios enfatiza, ante todo, por su importancia vital, su Unicidad en los [primeros cuatro mandamientos del Decálogo]. Igualar a Cristo y al espíritu santo con Dios, es desvalorizar la honra y la gloria que solamente a él le pertenecen. Estos son tan sólo unos poco ejemplos que nos muestran la [Unipersonalidad] del Divino Invisible, y que no comparte su gloria con nadie ( Is. 42:8; 43:10; Sal.29:1; 148:13. Véalos por favor en su Biblia, queridos visitantes... enfatizo la Unicidad de Dios con corchetes):

Is. 44:6 «Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, [y fuera de mí no hay Dios]».

Is. 44:8 «No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. [No hay Dios sino yo]. [No hay Fuerte]; [no conozco ninguno]».

Is. 45:5 «Yo soy Jehová, [y ninguno más hay]; [no hay Dios fuera de mí...]».

Is. 45:14 «Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, [y no hay otro fuera de Dios]».

Is. 45:21-22 «Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? [Y no hay más Dios que yo]; Dios justo y Salvador; [ningún otro fuera de mí]. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, [porque yo soy Dios, y no hay más]».

Is. 46:9 «Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; [porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí]...»

Es verdad que Cristo debe ser «venerado», «honrado», «adorado», pero no del modo que se hace con la Deidad, sino como el Hijo de Dios, como el Mesías que proveyó la [salvación] y cuyo [autor intelectual] indiscutible es el Padre que está en los cielos; es por eso que el profeta mesiánico escribe de la sumisión de Cristo para con la voluntad soberana de su Dios y Padre: «Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento» (Is.53:10). Si conocemos que el Padre es «insujetable» a la decisiones y opiniones de [externos], sean humanos o espirituales, característica que no se le puede desechar sencillamente por lo que es, Dios Perfecto, la [sujeción de Cristo] al Padre y Dios, por ende, lo omite de la errada presunción que lo asigna como parte de la Deidad: «...pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc.22:42); y en otra parte: «... porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre» (Jn.5:30).

Debo recordales que una ferviente actitud amorosa no es lo suficiente para agadar a Dios, mientras los conceptos de su identidad y la de su Hijo estén mal entendidos. Esto no salvará a nadie. La salvación está relacionada, primeramente, en una comprensión adecuada de la persona del Padre y de su Hijo Jesucristo (Véase por favor 1 Tim.2:3-5). Si no es así queridos amigos, se asentarán en un herejía ofensiva a Dios, y de nada les servirá “amar al prójimo como a uno mismo”. Recuérdese: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento» (Os.4:6).

Texto de reflexión:

2 Co. 11:4 «Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis...»


Dios les bendiga siempre.


Referencias:

La Trinidad: La Herida Auto Inflingida Del Cristianismo. Anthony Buzzard.

Evidencia Que Exige Un Veredicto (Vol. II). Josh McDowell.

Reina Valera 1960.

Babilonia, Misterio Religioso Antiguo y Moderno. Ralph Woodrow.

El Pentateuco. Pablo Hoff.

Eventos Del Porvenir. J. Dwight Pentecost.

domingo, 5 de diciembre de 2010

LOS SANTOS GOBERNARÁN EL MUNDO



1 Corintios 6:2: “Ustedes saben que los santos gobernarán el mundo, verdad?” (Versión Estándar Internacional)

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

El plan de Dios para los que reciben a Jesús
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En este pasaje de 1 Corintios 6:2, el vocablo frecuentemente usado para κρινοῦσιν (krinousin) es “juzgarán” y no “gobernarán”. Sin embargo, esta palabra “juzgarán” no sólo implica un acto de juzgar propiamente dicho, como cuando Salomón juzgaba los asuntos internos de la nación, sino que además implica ejercer la gobernación, en este caso, en el reino de David, que es el reino de Dios (1 Cró. 28:5). Salomón era juez y rey, y ejercía justicia y domino soberano sobre su pueblo. Es por eso que la Versión Estándar Internacional vierte correctamente el pasaje de 1 Corintios 6:2 como “gobernarán”.
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En el apócrifo de Sabiduría se lee:
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“Ellos regirán las naciones, y tendrán dominio sobre el pueblo, y Su Señor reinará para siempre” (Sabiduría 3:8).
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Esto concuerda perfectamente con Daniel 7:27, donde se lee:
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“Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”.
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Así que los santos que juzgarán el mundo, también lo regirán, pues Daniel es claro cuando dice que estos santos recibirán el reino, y el dominio y la majestad. Es decir, no sólo Jesús será Su Majestad en el reino, sino también sus colaboradores ungidos que recibirán la Majestad, el reino y el dominio para regir igualmente el mundo en su reino.
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Cristo repartirá ciudades enteras para ser regidas por sus santos siervos
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En la famosa parábola de las diez minas, Jesús se enfoca en el tema de su retorno para recompensar a sus siervos por la labor realizada durante su ausencia. El nos dice en esta parábola, que al volver, él les tomará cuentas a sus siervos sobre la forma cómo ellos habían negociado sus minas que se les había confiado para multiplicar. Aquellos que recibieron 10 minas y devolvieron 10 minas más, fueron retribuidos con el domino sobre 10 ciudades. Aquellos que habían recibido 5 minas y reprodujeron 5 minas más, recibieron como recompensa la autoridad sobre cinco ciudades. Y por supuesto aquellos que no produjeron nada, no recibieron nada, y además de eso fueron castigados por su desidia o indolencia (Lucas 19:11-27).
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Aquí, en esta parábola, no hay nada que nos insinúe un premio o retribución diferente de aquel que Jesús llama “autoridad sobre naciones”. Aquí no vemos al Señor entregándoles a algunos siervos la entrada al reino como meros súbditos que no regirán absolutamente nada y a otros siervos que son elevados como autoridades que reciben poder y majestad de reyes. O se obtiene autoridad, o simplemente se termina como los siervos inútiles e incompetentes que no merecen recibir nada sino el despido de la casa.
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En Apocalipsis 2:26 Juan escribe lo siguiente: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré AUTORIDAD sobre las naciones”. Aquí no se dice que algunos de los que venzan tendrán autoridad sobre las naciones, sino a todo aquel que venciere. ¿Pero que hay que vencer? La respuesta la da Pablo de manera muy simple: “No seas vencido de lo malo, sino VENCE con el bien el mal” (Romanos 12:21). Así que aquellos que vencen el mal con el bien, y guardan las obras que Jesús obró, tendrán autoridad sobre las naciones. Estos son los que la Biblia llama “santos”. Y Juan dice: ¿Quién es el que VENCE al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:5). Así que vencer al mundo para Juan es vencer el mal para Pablo. En buena cuenta, los creyentes, para poder ganar autoridad en el reino de Dios, deben vencer el mal que hay en el mundo, pues sabemos todo el mundo yace bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19, 2 Cor. 4:4).
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¿Y quiénes son los santos que gobernarán en el reino?
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Habíamos visto al comienzo de este estudio que los santos recibirán el reino y gobernarán el mundo entero. Ahora bien, es importante tomar nota que la Biblia no dice que sólo una parte de los santos reinarán con Cristo sino TODOS los santos.
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Para el catolicismo romano, y los Testigos de Jehová, los santos son sólo una élite escogida o predestinada de entre todos los fieles para una misión especial. Sin embargo, la Biblia dice que todos los que son miembros de la iglesia son santos, personas que aún son imperfectas pero que están siendo perfeccionadas día a día por creyentes “maduros”, llamados pastores y ancianos (Efesios 4:11,12).
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Pablo dice que quien no sigue la paz y la santidad no verá al Señor (Heb. 12:14), lo que equivale a no ver la vida (Juan 3:36). Estos santos son personas con el corazón limpio, y por eso verán a Dios (Mateo 5:8). Si alguno dice no ser un santo, entonces lo que está reconociendo es que no tiene un corazón limpio, porque seguramente aún sigue en sus andanzas pasadas. En resumen, los santos no son otros que aquellos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Apo. 14:12). Pero si alguno dice que no ha alcanzado el “nivel” de santidad requerido por Dios, lo que está afirmando es que no ha llegado al punto de guardar todo los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Es simplemente un cristiano mediocre, uno que es tibio, digno de que Dios le vomite de su boca (Apo. 3:16).
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Recuerden esto, si los santos son sólo algunos cristianos piadosos o devotos, personas notables seleccionadas para funcionar como mediadores o como autoridades en la jerarquía divina, entonces sólo estos notables podrán hoy y siempre leer o escuchar la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses, pues el apóstol manda “…que esta carta se lea a todos los SANTOS hermanos” (1 Tes. 5:27).
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Estamos demostrando que todos los cristianos son santos aunque aún necesiten ser perfeccionados por los líderes. Eso lo leímos en la carta de Pablo a los Efesios 4:11,12, versículos clave que demuestran que un santo es un individuo que va creciendo hasta alcanzar la estatura de Cristo (Efesios 4:13).
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También vimos que sólo los santos verán a Dios, y dijimos que ver a Dios equivale a ver la vida, y la salvación misma (ver Mateo 5:8; Juan 3:36; Judas 1:3). Así que si alguno que se llama cristiano dice no ser un santo de Dios, no podrá ver a Dios, y que es lo mismo que no ver la vida y la salvación.
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Recordemos que la iglesia del Señor es santa, pues así lo dijo Pablo a los efesios con estas palabras: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese SANTA y sin mancha” (Efesios 5:26,27). ¿Pero es la iglesia sólo el clero católico o la clase “ungida” de los Testigos de Jehová, los llamados 144,000 o “manada pequeña”? ¡Pues claro que no! En Hechos 2:41 leemos: “Así que, los que recibieron su palabra fueron BAUTIZADOS; y se AÑADIERON aquel día como tres mil personas. ¿A dónde fueron añadidas estas 3,000 personas que fueron bautizadas por haber creído en la palabra del reino? Dice el verso 47: “Alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor AÑADÍA cada día A LA IGLESIA los que habían de ser salvos. Y si estos individuos bautizados fueron añadidos a la iglesia santa, entonces estos creyentes venían a ser miembros santos del cuerpo santo (= iglesia santa) de Cristo.
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Lo sorprendente del caso es que todos los católicos y testigos de Jehová practicantes han sido bautizados para supuestamente pertenecer a la congregación o iglesia santa que han elegido. ¿Cómo es que ahora ellos nos dicen que no todos los devotos cristianos son santos? ¿Cómo se puede ser un cristiano practicante y no un santo? ¿Cómo se puede ser miembro de una iglesia santa sin ser un santo? ¿Acaso la iglesia santa no es la misma santa membresía? Se supone que el cristiano que practica su fe es un hombre que vive en rectitud, y no en las corrupciones pasadas que lo convertían en un enemigo de Dios y de Cristo.
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Finalmente, nótese que Hechos 2:37 se nos informa también que los que se bautizaban para ser miembros de la iglesia serían salvos. Esto quiere decir que sólo siendo parte del cuerpo de Cristo (la iglesia) se puede obtener la salvación que traerá Cristo en su segunda venida (Heb. 9:28, 1 Pedro 1:5). No hay otra forma.
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Concluimos, entonces, que la iglesia santa está llamada a reinar con Cristo en su reino milenario de justicia sobre los sobrevivientes de todas las naciones que serán aún mortales (Zac. 14:16). Estos necesitarán ser regidos con “vara de hierro”, o con mano firme, pues aún no son personas mansas y humildes de corazón como para heredar el reino como inmortales, ya que requerirán ser probados aún para hacerse merecedores de la inmortalidad al final de los mil años.

www.apologista.wordpress.com


TESTIMONIO DE UN LIBRO INFAME DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

LOS TESTIGOS DE JEHOVA NOS DEBEN RESPONDER LA PREGUNTA QUE LES FORMULAMOS A TRAVÉS DE ESTE VIDEO

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viernes, 26 de noviembre de 2010

PAUL WASHER DICE QUE LA DEIDAD DE CRISTO ES INEXPLICABLE Y QUE EL REINO NO ES EL EVANGELIO


Comentario por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Este es un video donde Paul Washer se dirige a los Testigos de Jehová, y aunque yo no soy un partidario de esta secta tiránica de la cual me salí hace muchos años, lo que más me llama la atención es que Washer diga que él cree en todo lo que la Biblia dice, incluso la Deidad de Cristo, así no lo pueda explicar (por no decir “entender”). ¿Pero puede realmente alguien creer en una doctrina o enseñanza que no la puede entender cabalmente, o que le presenta una serie de problemas para explicarlo convenientemente? Pero Jesús se sí se preocupó de abrirles el entendimiento a sus discípulos para que comprendiesen las Escrituras (Lc. 24:45).

Es cierto que como cristianos creemos en algunos conceptos que resultan imposibles de entender y que los aceptamos dogmáticamente, como es el caso de la misma existencia de Dios, su eternidad, o ciertas decisiones que Él toma que son de su Soberana voluntad, y que nos parecen incomprensibles y hasta aberrantes, como es la orden de matar a los impíos y a sus hijos en ciertos eventos del Antiguo Testamento, y la futura tortura eterna en el infierno de los desobedientes. Sin embargo, en general, todos los creyentes deben estar preparados para dar razón de la esperanza que hay en ellos. Es decir, el creyente debe estar capacitado para sustentar una doctrina o enseñanza para que el interlocutor la pueda entender y aceptar. El apóstol Pedro dice: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande RAZÓN de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). También se nos manda a convencer a los que dudan, con estas palabras: “A algunos que dudan, convencedlos” (Judas 1:22). Ahora bien, ¿puede alguien convencer al que duda sobre la doctrina de la Trinidad con sólo decirle que es un misterio insondable que nadie lo puede entender? ¿Deberíamos aceptar esta doctrina con ese argumento facilista? Por otro lado, Pablo le dice a Timoteo que el pastor debe ser “Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y CONVENCER a los que contradicen” (Tito 1:9). ¿Pero puede un pastor Trinitario convencer a los que contradicen la doctrina de la Trinidad con el argumento de que es un misterio insondable, imposible de entender?

El Sr. Paul Washer reconoce que la Deidad del Hijo de Dios es una de esas doctrinas que son difíciles de explicar pero que él la acepta de buena gana, por fe. Pero como repito, no es suficiente para convencer al unitario o al modalista, o al arriano, o al binitariano de su validez. De igual manera podría decir cualquiera de éstos que su cristología es la correcta aunque no la puedan explicar con facilidad y claridad absolutas. Todo depende de quien quiera creerla y quién no.

Habría que recordarle al Sr, Washer que el tema de la eternidad del Hijo ha sido, es, y seguirá siendo un tema de discusión en los círculos cristianos de las generaciones venideras. Y los debates no pararán hasta que venga el Señor y nos aclare todo.

Finalmente, en lo personal, para mi es muchísimo más fácil creer que Dios existe y que es eterno, que creer que Dios es Trino. Y de hecho, todos los cristianos, seamos Trinitarios, unitarios, binitarios, arrianos o modalistas, creemos en un Dios que es eterno, todopoderoso, omnisciente, y omnipresente. Pero es cuando tratamos de entender a Dios mismo en su naturaleza, ahondando en la investigación de si Él es realmente único, o si hay más de uno, que entramos en conflicto y divisiones.

Recordemos que la vida eterna está en CONOCER a Dios y Su Hijo, y este conocimiento no es el conocimiento que algunos nos quieren hacer creer, es decir, saber lo más que se pueda de Dios, incluso de Su propia naturaleza. Conocer a Dios es, más bien, mantener una relación muy íntima con el Padre y Su Hijo, una compenetración tal que uno llega ser amigo de Dios. Esto es lo más importante, y no tanto debatir si conocemos teóricamente al Dios Trino y lo más recóndito e insondable de Él. Es por eso que no creo que sea fundamental creer en la Trinidad para salvarse, o que Dios es así o asá. Jesús le dijo al Escriba que había respondido sabiamente que Dios es UNO que estaba cerca del reino de Dios (Ver Marcos 12:32-34). ¿Qué entendemos por UNO en este caso? Bueno, aquí comienza el problema. ¿Es un UNO simple o compuesto? Este punto seguirá en el debate en las generaciones sucesivas de cristianos, mientras dure el presente siglo malo. Lo importante es que creer que Dios es UNO te acerca más al reino…¡pero no te mete en él! Lo que te mete en el reino es un “nuevo nacimiento” por la conversión. Esto es lo cierto. No es posible que los cristianos sigamos discutiendo sobre este tema y continuemos dividiéndonos más sobre quién es Dios en verdad.

Para mí Dios es UNO, y lo tomó tan simple como se dice: “UNO”, pero si algunos creen que UNO no es UNO sino UNA UNIDAD compuesta de dos o tres…allá ellos. Para mí sólo hay un Dios, el Padre…y punto (1 Cor. 8:4-6). Y Dios desea que esta verdad sea comprendida hasta por un niño de 2 o 3 años, sin las intrincadas formulaciones de los concilios.

En cuanto a la explicación que hace Paul Washer sobre el Reino en este video, es increíble, asombroso, e inaudito que él diga que el evangelio del reino no es el verdadero evangelio, sino lo que Pablo dice en 1 Corintios 15:1-7. Pero lo que Washer no les dice a sus oyentes es que Pablo dijo en 1 Cor 15:3 que la muerte, sepultura, y resurrección es LO PRIMERO (“primeramente”) de su evangelio, ¡no el todo! Además, por qué él no lee hasta los versos 45-50 donde Pablo menciona la entrada al reino, que es el evangelio original de Cristo? (Lc. 4:43). Además ¿Pero por qué Washer omite mencionar Marcos 1:1,14,15 donde Jesús habla sobre el evangelio, y lo llama “el reino de Dios”? ¿Por qué no dice que Pablo predicaba el evangelio del reino en Hechos 28:23,30,31, o en Hechos 20:24,25? Realmente este predicador es indocto, un irresponsable que mutila el evangelio de Cristo por un llamado “evangelio de Pablo”, cuando en realidad Pablo predicaba el evangelio de Cristo (Rom. 15:19; 1 Cor. 9:18), que era el reino de Dios. Y con esto no le damos la razón a los Testigos de Jehová, pues su evangelio del reino es uno de hechura Russelista, no bíblica, y que omite la cruz de Cristo como parte del evangelio . Así como los TJ omiten hablar mencionar la muerte, sepultura y resurrección de Cristo como parte importante del evangelio salvador, del mismo modo Washer habla de una parte del evangelio salvador (la cruz, sepultura, y resurrección de Cristo) pero omite hablar del Reino de Dios como la otra parte del mensaje original del evangelio de Cristo. ¿Me explico?



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Testigos de Jehová(Lo que la WT ocultó adrede a todos en su nuevo DVD 20...

LAS ESCANDALOSAS DECLARACIONES DE LA SRA.MARÍA RUSSELL EN EL JUICIO DE DIVORCIO EN LA CORTE EN CONTRA DE SU ESPOSO, EL PASTOR CHARLES RUSSELL

lunes, 22 de noviembre de 2010

EL PADRE: SOLAMENTE EL DIOS VERDADERO


Por el Dr Javier Rivas Martínez (MD).

«No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad». Aristóteles ( AC 384-322 AC) Filósofo griego.

Decir que Cristo es “Dios verdadero”, es violentar terminantemente el significado de los textos que aclaran esta consideración que le pertence solamente al Padre, pudiéndose ver en Jn.17:3, y en su equivalente o paralelo 1 Jn. 5:20:

Jn. 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

1 Jn. 5:20 «Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna».

Para asimilar el contenido de 1 de Jn. 5:20, en el modo que el autor de la epístola se refiere al Padre como el [verdadero Dios], habremos de leer primeramente el texto Jn. 17:5 con sentido común pertinente, y no en alocada ni pusilánime “ojeada”. Ya es hora de escrutar bien la Biblia, que no es historieta cómica vulgar. Cristo hace aquí una ineludible y notable separación, una enérgica distinción, entre él, que es el [enviado de Dios], y el Padre, que es el [único Dios verdadero].

Cuando este concepto repose en buen arraigo en nuestra bien intencionada razón, libre de prejuicios y de tradicionalismos doctrinales injustificables, no tendremos ninguna dificultad para comprender que 1 Jn.5:20 hace alusión al Padre como el [único Dios verdadero], pero nunca al Mesías Hombre, Jesucristo, que es el [Hijo de Dios], pero [nunca Dios].

Es de suma importancia dejar claro que en 1 Jn. 5:20 el pronombre demostrativo [Este] no se halla enlazado forzosamente al sustantivo de más proximidad, para el caso, el que vemos como [Jesucristo]. Para demostrarlo, tomaremos como ejemplo 1 de Jn.2:22. El pronombre demostrativo [Este] no insinúa al que es [Jesús el Cristo]. Si la regla no es modificable, ortodoxamente elástica, cosa que es improbable, cabría asegurar, por ende, que [Jesús el Cristo] es [Anticristo]:

1 Jn. 2:22 «¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el [Cristo?] Este es [anticristo], el que niega al Padre y al Hijo». (Enfatizado con corechetes. Espero además que se haya entendido con facilidad).

Creer que el Mesías Jesucristo en 1 Jn.5:20 es el «verdadero Dios», es hacerlo mentiroso, es contradecir la razón de haber dicho que Dios, su Padre, es el «único Dios verdadero» (Otra vez Jn.17:5). Esto no es factible, porque Cristo mismo hace un gran diferencia, que no pasa desapercibida en lo menor, entre su Padre, que es el [único Dios verdadero] y [él], quien ha sido [enviado] por el [exclusivo y verdadero Dios].

El pronombre demostrativo [Este] en 1 Jn. 5:20 está más bien relacionado con la locución precitada [al que es verdadero], y que sin lugar a dudas es aplicada al Padre y no a Jesucristo. Miramos que Cristo se ha referido a su Padre como el «único Dios» en Jn.17:5. Calificar a Cristo como “Dios verdadero”, es negar lo que Cristo aseguró de su Padre: Que es el «único Dios verdadero». Así de simple.

Podrá ver el amable lector otros ejemplos en las Santas Escrituras donde el pronombre demostrativo no se encuentra afiliado con el sustantivo que le antecede inmediatamente. Los textos al respecto son los siguientes (Búsquelos y léalos en su Biblia, por favor querido visitante):

Jn.1:40-41.
Jn.4:46-47.
Mt.27:57-58.
Hech.7:18-19.
Hech.7:35-36.

Cristo es «verdadero», como el creyente que es genuino, en el aspecto de haber sido «enviado» por el Padre para emprender y culminar los santos propósitos ya determinados en las Sagradas Escrituras. Los fariseos no creyeron que Cristo era el «verdadero» Hijo de Dios. Esto provocó a que lo tacharan sin pensarlo con cordura, por su falta de sobria capacidad para expecular sobre su digna persona, como un falso mesías. Cristo dio testimonio de ser el «verdadero» enviado de Dios, el Redentor del mundo, profetizado en la antigüedad, con sus palabras de amor y salvación. Su predicación irrefutable y su auto proclamación como el Mesías del Padre fue respaldada siempre por las Escrituras, dando veracidad en sus portentos y milagros de sanidad, en las misericordiosas liberaciones demoníacas que realizó en los hombres poseídos, de ser Hijo de Dios, de esta manera, el «verdadero». Su nacimiento virginal es constatado en el Nuevo Testamento, por lo que es consolidado efectivamente más como el [verdadero Hijo del Divino], el impecable Hombre que entregó su vida para muerte con el fin de dar vida a los que «estaban muertos en delitos y pecados» (Ef.2:1-10)

Texto para reflexión:

Ap. 3:7 «Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el [Verdadero], el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre . . . »

Amén.

Que Dios les bendiga siempre.

lunes, 15 de noviembre de 2010

CHARLES TAZE RUSSELL CREÍA QUE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO TENÍA DOS ETAPAS: UNA VISIBLE Y OTRA INVISIBLE


En 1877 el Pastor Russell escribió un libro titulado: “Objeto y manera del retorno de nuestro señor Jesucristo”. En él, Russell enseñaba que la segunda venida de Jesús sería en dos etapas, una invisible y otra visible. La primera etapa había ocurrido en 1874, tal como se lo había enseñado Nelson Barbour, y la segunda etapa para el Armagedón en forma visible.



La segunda venida del Mesías: ¿Antes o Después de la Gran Tribulación?

INCREIBLE LITIGIO INJUSTO DE UNA TESTIGO DE JEHOVÁ EN CONTRA DE SU SUEGRA

PERSONAS MUY IMPORTANTES PARA EL PASTOR CHARLES TAZE RUSSELL Y QUE FUERON SUS MENTORES

CONFESIÓN DE UNA TESTIGO DE JEHOVÁ SINCERA

OTRA PASMOSA INCONGRUENCIA DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Los Testigos de Jehová dicen que ellos se mantienen neutrales en los asuntos de la política, especialmente en cuestiones de la guerra, pero en 1918 ellos rompieron esta regla de manera flagrante y aún así ellos seguían considerándose la organización escogida, pura y sin faltas. Por lo tanto nos preguntamos...

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿QUE ES EL EVANGELIO? O ¿CUAL ES EL EVANGELIO? PT. II

¿QUE ES EL EVANGELIO? O ¿CUAL ES EL EVANGELIO? PT. I

Es hora de que ustedes conozcan el verdadero evangelio salvador que la mayoría desconoce, así que no se Color del textopiColor del textoerdan este estudio dividido en dos videos:

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA PROFECÍA DE DANIEL 2 Y EL REINO

NABUCODONOSOR Y LA FUTURA VENIDA DEL REINO (DANIEL 2)

LA VERDADERA RAZÓN DEL ENCARCELAMIENTO DE J.F. RUTHERFORD Y 6 DIRECTORES DE LA WATCHTOWER EN 1918

La falsa historia de los TJ en el último DVD del 2010 de la Watchtower tratando de achacar como únicos responsables de su persecución, a los clérigos Católicos y protestantes, quienes supuestamente instigaron a los políticos de Canadá y de los Estados unidos para proscribir la obra de los Estudiantes internacionales de la Biblia en esos paises, cuando en realidad la Historia verdadera de la WT nos dice otras cosa muy distinta.

OCUPA CRISTO EL TRONO DE DAVID AHORA?


Traducido con ayuda del traductor automático de Google


FREDERIC R. HOWE


Profesor Emérito de Teología Sistemática, Seminario Teológico de Dallas, Dallas, TX


I. INTRODUCCIÓN


El Señor Jesús dijo a la iglesia de Laodicea, “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono (Ap 3:21, cursiva agregada). Es evidente que Jesús está sentado en un trono. Existe una controversia entre los dispensacionalistas hoy sobre el trono en el que Jesús está sentado. Los dispensacionalistas clásicos dicen que este es el trono del Padre, y que el asiento de Jesús en su propio trono (“mi trono”, Ap 3:21) está todavía en el futuro. El gobierno davídico del Hijo de Dios no está todavía en función. Los dispensacionalistas Progresistas (DP), sin embargo, sugieren que Jesús ya está sentado en el trono de David. De hecho, los DP dicen que Jesús está gobernando como el rey davídico. En este trabajo vamos a considerar las reclamaciones de ambas posiciones.


II. Sólo una realización futura


La realidad de la promesa bíblica de 2 Samuel 7:14-16 se confirma en el anuncio del ángel Gabriel a María, en Lucas 1:31-33. En esa afirmación, el ángel aseguró a María que Jesús habría de recibir el trono de David, y que él gobernaría. A medida que el ministerio de Jesucristo se desplegaba, la cercanía del reino fue demostrada, y sin embargo, lamentablemente también lo fue su rechazo por parte de Israel. Mateo 19:28 es un pasaje de coordinación, ya que dice: “Y Jesús les dijo:” De cierto os digo, que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido También se sentará en los doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel “La implicación de este texto parece obvio, será en la regeneración (palingenesia, nuevo mundo) que Cristo se sentará en su trono de gloria, y esto no se refiere en ningún sentido con una ocupación actual por el Señor Jesucristo del trono davídico.


Posiblemente uno de las defensas más concisa de este cumplimiento sólo futuro se encuentra en el libro de Conferencias de HC Thiessen en Teología Sistemática: Bajo la figura del hombre noble, Cristo es representado como yendo “a un país lejano para recibir un reino para sí mismo” (Lucas 19:12). Así como Arquelao, a la muerte de su padre Herodes, tuvo que ir a Roma para que el reino le fuera confirmado antes de que realmente pudiese gobernar como rey, por lo que Cristo tuvo que regresar al cielo para recibir el reino del Padre (Dan.7 : 13f).. El reino prometido a él por el ángel Gabriel (Lucas 1:32 ss), pero no hay que olvidar que la Palabra dice: “El Señor Dios le dará el trono de David su padre”. Para ello, volvió al cielo. Pero como con Arquelao, Cristo no estableció su trono en el país ahora, pero volverá a la escena de la que partió, y allí establecerá su reino. Jesús está sentado, no en el trono de David, sino en el trono de su Padre (Apocalipsis 3:21). El tiempo vendrá cuando él se sentará en su propio trono (Matt.19: 28; 25:31). Después de que él haya venido así en la gloria, le dirá a los de su derecha: “Venid benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).


Esta analogía parece viable y realista para este escritor. Los partidarios de “sólo” el cumplimiento futuro de la promesa davídica no niegan el señorío de Cristo, y el hecho de que Él es “el mismo ayer, hoy y siempre.”: Aunque nunca deja de ser rey y, por supuesto, es el Rey, hoy como siempre, Cristo nunca se designa como rey de la iglesia (Hechos 17:7 y 1 Timoteo 1:17 no son excepciones, y Apocalipsis 15:3, “Rey de los santos”, KJV, es “Rey de las naciones” en los textos críticos). Aunque Cristo es un Rey hoy, él no gobierna como Rey. Esto espera su segunda venida. Entonces el reino davídico se cumplirá (Mateo 25:31; Apocalipsis 19:15


1 Nota del editor: Otra implicación es que cuando gobierne Jesús, de igual modo lo harán los apóstoles. Si Jesús está gobernando hoy desde el trono de David, entonces los apóstoles están sentados sobre doce tronos gobernando a las doce tribus de Israel.


III. CUMPLIMIENTO PRESENTE Y FUTURO: dispensacionalistas progresivos


En los últimos años, algunos DPs han expresado exactamente la conclusión opuesta. Los DPs sugieren que la promesa del pacto del gobierno davídico ya se ha cumplido, y que el presente período de sesión de Cristo en el cielo implica su ocupación del trono davídico. También habrá un futuro reinado en la tierra en el reino del milenio, cuando los aspectos políticos de la alianza davídica se cumplirán. Darrell Bock presentó razones específicas por las que se defiende esta posición. Un breve resumen de esta posición se encuentra de la siguiente manera: Debemos tener en cuenta que el Nuevo Testamento indica que los aspectos políticos de la realeza davídica de Jesús se cumplirán en el futuro. Pero los dispensacionalistas anteriores tendían a perder el hecho de que en la teología bíblica, la naturaleza davídica de la actividad actual de Cristo garantiza el cumplimiento de la totalidad de la promesa hecha a David en el futuro, incluyendo las dimensiones nacionales y políticas de esa promesa.


Una clave para esta posición es la idea de que el presente período de sesiones de Cristo en el cielo se ve a la luz específica de la promesa a David. Estas razones básicas se ofrecen como la naturaleza de la actividad davídica actual de Cristo. En primer lugar, es citado Hechos 1:3. Bock razona que los discípulos estaban esperando la restauración del reino de Israel (Hechos 1:6), y que el reino era el reino davídico. Jesús no negó la validez de su investigación, pero afirmó que su gobierno está dentro del control del Padre.


En segundo lugar, varios pasajes se citan en apoyo de la idea de que la actividad actual de Cristo en el cielo está dentro de la esfera de la alianza davídica. Se trata de Mateo 24, Hechos 3:21; Rom 11:26; Hebreos 2:5 y 2 Timoteo 4:1.


En tercer lugar, se afirma que el actual período de sesiones de Cristo en el cielo es una bendición davídica. Y esto es lo que el Nuevo Testamento declara que se ha concedido a Jesús, Hijo de David.


Una línea de evidencia se da también para esta posición de Mateo 28:18. Bock explica que aquellos que se oponen al gobierno davídico en el cielo ahora como el cumplimiento del pacto davídico fallan … para entender la unidad humana-divina (posición Trinitaria que no compartimos) de la persona de Cristo, así como la forma en que la unidad cumple las profecías mesiánicas de convergencia del gobierno divino en el reino escatológico de Dios … A esto se suma el hecho de que su humanidad no es genérica, es un descendiente de David, que ha sido ungido, entronizado, y teniendo en cuenta “toda la autoridad en el cielo y en la tierra “(Mateo 28:18). Cuando actúa, actúa como el divino rey David. (En este punto estos expositores consideran que el Rey-Dios ya ejerce su dominio en el cielo, aunque no lo pueden demostrar con las Escrituras)


IV. EVALUACIÓN DE LOS DOS PUNTOS DE VISTA


En opinión de este escritor, la evidencia bíblica señala claramente en la dirección de la primera opinión, a saber, que las promesas del trono davídico se cumplirán en el futuro, y que el presente período de sesiones de Cristo en el cielo no representa la gobernación en el trono de David. Un pasaje central que puede ser de ayuda en esta evaluación se encuentra en Romanos 1:3-4. El texto dice: “acerca de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que nació de la simiente de David según la carne, y declarado ser el Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos.” Note con atención que en el contraste entre los dos reinos, la naturaleza humana del Señor Jesucristo es de la línea o la simiente de David. Sin embargo, su naturaleza humana es una verdadera naturaleza humana, y de hecho es genérico, así como davídico (a diferencia de la declaración de Bock que la humanidad de Cristo no es genérico). El término “genérico” simplemente significa o describe una entidad que se relaciona con todo un grupo o clase. La genealogía de Lucas muestra la descendencia del Señor hasta el final del nuevo Adán, la cabeza genérica de la raza humana. La Cristología ortodoxa histórica ha articulado el milagro y el misterio del “hombre Dios”, y los teólogos ortodoxos han defendido la verdad de que la naturaleza humana de Cristo es verdadera, una naturaleza humana esencial, heredada de Adán, pero sin pecado a la vista de la milagrosa concepción y nacimiento virginal. El punto de llevar este asunto en este momento es inmediatamente visto en el contraste entre “la simiente de acuerdo a la carne de David,” y “declarado ser Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad.” Si alguna vez hubo un lugar para insertar o asumir el concepto de que Cristo se le concedió el trono de David en la ascensión, seguramente podría haber estado aquí. Sin embargo, el propio texto muestra que Él no ha sido declarado Hijo de David, sino el Hijo de Dios con poder. Sin duda, este es un argumento del silencio. Sin embargo, en opinión de este escritor, es muy significativo que, como sentado a la diestra de la Majestad en las alturas, el término “Hijo de Dios” es el término central y clave. John Murray captó la importancia de este texto de la siguiente manera: Por lo tanto, cuando volvamos a la expresión “según el Espíritu de santidad,” nuestra conclusión es que se refiere a esa etapa de la dotación neumática en la que Jesús entró a través de su resurrección. El texto, además, relaciona expresamente “Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad” con “la resurrección de los muertos” y el nombramiento no puede ser otro que el que llegó a ser por la resurrección. El pensamiento del versículo 4 sería entonces que el señorío en el que fue instaurado por la resurrección es un todo-penetrante condicionado por los poderes neumáticos. La relativa debilidad de su estado pre resurrección, que se refleja en el versículo 3, se contrasta con la fuerza victoriosa expuesta en su señorío después de la resurrección.


Lo que se contrasta no es una fase en la que Jesús no es el Hijo de Dios y otra en el que es. Él es el Hijo de Dios en ambos estados, la humillación y exaltación, y considerarlo como el Hijo de Dios en ambos estados pertenece a la esencia del evangelio de Pablo en el evangelio de Dios. Pero la pre resurrección y post-resurrección son comparados y contrastados, y el contraste depende de la investidura con poder por el cual este último se caracterizado.


El actual período de sesiones del Señor Jesús es visto en la dignidad de su presencia a la diestra del Padre, a la espera de la culminación de los acontecimientos en la historia del espacio-tiempo que lleva su entronización a su cumplimiento John Murray, La Epístola a los Romanos ( Grand Rapids: Eerdmans PublishingCo, 1959-65), 1:12..


V. CONCLUSIONES


El Señor Jesús está sentado a la diestra del Padre en su trono. En opinión de este escritor, está sentado como el Hijo de Dios ascendido y glorificado. Ahora espera el triunfo de su ser sentado en el trono de David en el reino milenario. El Señor no está en ningún sentido sentado en el trono de David hoy en día. Él no está gobernando como el Rey prometido de David. Es rentable para reflexionar sobre el significado de 2 Pedro 3:13-14, a la luz de los acontecimientos futuros. Después de declarar la verdad sobre el día que viene de Dios, acompañado por los acontecimientos que se cree que incluso ocurrirán después del Milenio (la destrucción del presente orden de cosas), Pedro exhorta a los creyentes con estas palabras: “Por lo tanto, queridos, en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él en paz, sin mancha y culpa.” Este firme llamamiento a los creyentes en este momento en la era de la iglesia se hace presente, incluso en la luz de los acontecimientos que, proféticamente hablando, están en un futuro distante, incluso más allá del Milenio. Todo el barrido escatológico constituye una base adecuada para una vida santa, incluso en la actualidad. Este punto de vista pone las discusiones sobre el reino en un marco equilibrado y adecuado. Se hace un llamamiento urgente a los participantes en los debates sobre estas cuestiones para mantener el equilibrio, y participar en las discusiones con cortesía cristiana y el respeto mutuo, incluso entre los conceptos de los puntos de vista diferentes”, cumpliendo así Rom 12:10:” Amaos los unos a otros con amor fraternal, en honor de dar preferencia a uno del otro. “