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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

jueves, 16 de septiembre de 2010

LA CONFESION POSITIVA

Por: Roger L. Smalling, D. Min.

¡Todas las fuerzas naturales y todas las circunstancias de nuestra vida son controladas por nuestra lengua! 29 Cuando hablamos positivamente, una gran fuerza espiritual se genera dentro de nosotros, y esta cambia al mundo que nos rodea.30 Las situaciones más difíciles pueden ser cambiadas por nuestra lengua. Si prosperan los malvados, es porque nosotros los cristianos hemos declarado que es así. Incluso la salvación de las almas depende de nuestra confesión positiva. Al no querer, podríamos estar echando una maldición a alguien, si declaramos que ese alguien está a punto de resbalar y, cuando lo hace, sería resultado de nuestra maldición, mas no profecía.31

Tales enunciados son medianamente representativos de las doctrinas de la Palabra de fe, acerca de la confesión con nuestra boca. Aunque parecen tremendamente extremas, aún hay más; por ejemplo, Charles Capps atribuye el nacimiento virginal de Cristo, a una declaración positiva de María.

Ella recibió la palabra del ángel en su espíritu y luego esta se manifestó en su vientre.32

Tanto Copeland como Capps nos dicen que Satanás nos ha programado insidiosamente para que, desde jóvenes, hablemos palabras perversas y de muerte. Debemos eliminarlas de nuestro vocabulario ya que “ellas ponen en movimiento la llama ardiente de las fuerzas espirituales negativas.”

¿Cuáles son estas palabras tan horrorosas que Satán nos ha enseñado a pronunciar? Por ejemplo: “Me muero por tal o cual cosa…,” “Me moría de la risa,” “Tal o cual cosa me mató de la risa” y otras expresiones similares.

Según Copeland, son… ¡Discursos perversos! ¡Palabras de muerte! ¡Contrarias a la Palabra de Dios!33

Cristo clarifica que todo lo que hagamos en nuestros ministerios, especialmente aquello de tipo milagroso, debe ser precedido por una absoluta dependencia de Dios. La iniciativa debe ser de Dios y no tenemos nosotros el derecho de soltar la lengua como nos plazca.

Si tuviéramos fundamento para sospechar que estos hombres solo están exagerando, podríamos ignorar sus enseñanzas. Pero hay iglesias, algunas grandes, dedicadas a enseñar estas doctrinas.

Para defender sus ideas, los líderes del movimiento se basan en los siguientes textos: Marcos 11:22-24

“Respondiendo Jesús les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”

El principio fundamental de la fe está expresado en el último versículo. Debemos creer que Dios YA ha contestado nuestra petición antes de que la formulemos. Esta es la base para una declaración positiva de nuestra fe en la voluntad de Dios, tanto para escucharnos como para contestarnos.

La confesión positiva es ciertamente mejor que la negativa. Pero sin una base bíblica sólida, puede llevar a una visión errada de la realidad. El pasaje mencionado nunca significó un cheque en blanco para cualquier cosa que deseemos o digamos. Es más un patrón básico de fe que puede ser ejercitada cuando el Señor nos da una promesa personal.

Hay que observar que el texto comienza con la frase “Tened fe en Dios.” El griego original es: exete pistin theou, que literalmente se lee como “tener fe de Dios.” Esto se conoce gramaticalmente como un genitivo absoluto y solo significa “tened fe en Dios.” Así se lo traduce correctamente en todas las versiones modernas.

Cristo nos clarifica que todo lo que hagamos en el ministerio debe estar precedido por una absoluta dependencia de Dios. La iniciativa debe ser de Él, y nosotros no tenemos el derecho de hacer lo que nos plazca. El texto en verdad no se refiere al uso de un principio místico de fe, del tipo del cual Dios mismo depende.

En el contexto del capítulo, Jesús maldijo a la higuera y esta se secó. El siempre curioso Pedro recalca esto en el versículo 21: “Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado,” como si dijera: “¿Cómo pudiste hacer eso?” Los versículos que siguen, entonces, son meras explicaciones de cómo lo hizo: “Primero, Pedro, tienes que estar operando EN el Espíritu, y no ser impulsivo. Debes determinar cuál sea la voluntad del Padre, y al conocerla, actuar en fe.”

Por supuesto que Jesús no usa estas palabras, pero un análisis cuidadoso del texto y otros pasajes relacionados, nos revelan que esa es la intención del texto.

Existe una gran diferencia entre el ejercicio ordinario de la fe en nuestras vidas y el don específico de la fe, que recibimos por revelación directa de Dios. Esto último se confirma en 1 Corintios 12:9 como un don sobrenatural.
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En tal contexto, se nota que no es para todos ni en todos los casos. Pablo dice: a otro, fe por el mismo Espíritu…

Que se marchiten las higueras y se muevan las montañas no son cosas de todos los días en la vida del creyente. Por su naturaleza excepcional requieren un don sobrenatural de fe divina. Lograr comprender todo esto nos guiará a una posición equilibrada sobre la fe y la confesión positiva consecuente. Marcos 11:24 no es un texto que pruebe que tenemos el derecho de obtener cualquier cosa que deseemos. El ejercicio de nuestra fe se basa en la voluntad de Dios declarada previamente. Podemos tener lo que sea que declaremos… Dios lo dijo primero.

Santiago, capítulo 3

Los proponentes de la superfe, usualmente usan este capítulo como apoyo de su punto de vista, según el cual las circunstancias que rodean la existencia humana son determinadas por las confesiones negativas o positivas.

El versículo 6 es un texto favorito de Palabra de fe, ya que se refiere a la lengua como capaz de encender fuego a la “rueda de la creación.” Sin embargo, el contexto de este capítulo, combinado con el análisis del texto griego, nos lleva a concluir que Santiago se refería a algo distinto que la manipulación de la realidad a través de la lengua.

La frase “rueda de la creación” es ton trochon tes geneseos en griego y es de difícil traducción. Trochon literalmente significa “rueda”, y geneseos origen, fuente, nacimiento, existencia, vida. En el Diccionario Expositivo Vine se describe a esta rueda que enciende fuego desde su eje interno y lo manda hacia afuera, justamente como el daño que causa la lengua. Santiago se refiere simplemente a la influencia que tiene nuestra lengua en el marco de nuestras relaciones humanas. Dice: Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. ¿Se está acaso refiriendo al control de las fuerzas naturales, nuestra salud o finanzas mediante nuestra lengua? ¡Claro que no!

Santiago se refiere a nuestras relaciones, ya que si hablamos mal de la gente que nos rodea, esto naturalmente afectará el curso de nuestra vida, nos haremos de enemigos.

Nuestro chisme destruirá a otros y a nosotros mismos. Usar este capítulo 3 de Santiago para probar que todas las circunstancias de nuestra existencia están controladas por las palabras que proferimos, en cualquier sentido más allá de nuestras propias relaciones humanas, es —sin duda— violentar el texto.

Te has enlazado con las palabras de tu boca. Proverbios 6:2

Citar este texto como una advertencia en contra de la declaración negativa es tomarlo fuera de su contexto. No se refiere a ningún tipo de confesión positiva o negativa, sino que más bien advierte a evitar la firma como garante de deudas contraídas por amigos. El texto completo es como sigue: Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño… y has quedado preso con los dichos de tus labios…
Y, ¿qué acerca de la palabra “confesión” en la Biblia? Algunos maestros del movimiento señalan que este término en griego es homologia, que se compone de homo —igual— y logeo, hablar. Consecuentemente, según ellos, significaría “hablar la misma cosa.” Es decir, que si hablamos “la misma cosa que Dios”, obtendremos el resultado deseado.

Incorrecto. En la era precristiana, la palabra tenía ese significado, pero en la época en que el Nuevo Testamento fue escrito, el significado que tiene es “profesar fe en algo o alguien.” De las cuarenta veces usadas en el Nuevo Testamento (en la forma mencionada y en la manera enfática exhomologeonai o verbo homologeo), en ninguna apoya el punto de vista de que las palabras de nuestra boca tengan algún poder creador. Observen algunos usos del Nuevo Testamento:

Profesión de fe

En maestros falsos, Tito 1:16; en Cristo, Lucas 12:8; de los fariseos en los ángeles y en la resurrección, Hechos 23:8; de los espíritus admitiendo o negando la Deidad de Cristo, 1 Juan 4:3.

Confesión de pecado

De los hechiceros efesios convertidos y declarando públicamente sus obras, Hechos 19:18; de los cristianos confesando sus pecados a Dios, 1 Juan 1:9; de los creyentes confesando sus culpas unos a los otros, Santiago 5:16.

Promesa a alguien

Judas prometiendo traicionar a Cristo, Lucas 22:6.

Acción de gracias

De Jesús al Padre, Lucas 10:21.

No existe ni un solo rastro en la Biblia que apoye el uso de la palabra “confesión,” en el uso que le atribuyen los maestros de Palabra de fe.

Dos problemas graves

Aparte de la errónea aplicación de la Escritura, existen dos problemas graves en la enseñanza de la doctrina de la declaración positiva:

A. Énfasis excesivo Las epístolas fueron expresamente escritas para instruir a los creyentes sobre cómo vivir en forma victoriosa, pero no se ve un énfasis del tipo que da este movimiento en ninguna manera. Además, a veces se encuentran algunas declaraciones supuestamente negativas pronunciadas por el mismo apóstol Pablo:

… pero Satanás nos estorbó. 1 Tesalonicenses 2:18.

Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte. Aun hay más ejemplos: que estamos atribulados en todo. 1 Corintios 4:9-8.

Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados y no tenemos morada fija. 1 Corintios 4:11.

Quienes llevan el ministerio de Dios con responsabilidad, no enseñan a su grey que se pueden desatar fuerzas espirituales negativas, solo con pronunciar ciertas palabras o frases comunes. Los apóstoles no vieron que la realidad de los hechos pudiera ser una declaración negativa, ni tuvieron temor de expresarla. Este tipo de temor no proviene de una fe bien sustentada, sino más bien de una falta de fe.
B. Generalización de casos particulares

De los dos problemas señalados, este es el más grave, pues es aquí donde se lastima a la gente. Como hemos estudiado, los maestros de Palabra de fe consideran la prosperidad y la salud del creyente como verdad absoluta: todo cristiano, sin excepción, debe estar y ser saludable y próspero al momento presente, ya que Dios ha declarado que así es Su Voluntad, según ellos. Por lo tanto, se considera innecesario orar o pedir revelación sobre estos dos aspectos.

A medida que veamos que esta premisa de Palabra de fe es insostenible, comprenderemos cuán peligroso es lanzarse a una fe así, sin sostenerse en la voluntad de Dios primeramente. Los que proceden de esa forma, se encontrarán de seguro con problemas y dolor.

Existe una trampa muy sutil en este aspecto. Supongamos que la voluntad de Dios es que el Sr. Fulano prospere, pero no busca la voluntad de Dios primeramente. Se lanza a la fe, siguiendo las fórmulas de los libros. ¿Los resultados? ¡Voilá! ¡Funciona! Así que Fulano asume que todo le funcionó porque los maestros de Palabra de fe están en la verdad, enseñando verdades absolutas que todos pueden llegar a experimentar. Fulano no considera que la voluntad de Dios para su vida se cumplió en él, de manera personal, no universal.

Ahora supongamos que Juan proclama estas buenas noticias a un hermano de la iglesia y este se lanza de similar manera que Juan, pero para él, todo termina en frustración y fracaso. Entonces, culpa a Dios, pierde la fe y entra en una crisis emocional. Si hubiera buscado primeramente la voluntad de Dios, habría podido escuchar algo como: “No, hijo, eso no es para ti. Esa fue Mi voluntad para Fulano, yo tengo algo mejor para ti. Quiero que me sirvas en la India y, si eres fiel, te consideraré digno de sufrir por el amor de mi nombre, e incluso que tu sangre sea sangre de mártir.”

¿Podríamos considerar a alguno de ellos superior al otro, si ambos encuentran la voluntad de Dios en sus vidas?

Los creyentes deben reconocer la soberanía de Dios

Las Asambleas de Dios, la denominación pentecostal más grande del mundo, denuncian la enseñanza de la Palabra de fe sobre confesión positiva con estas palabras:

Hacer hincapié en la confesión positiva tiene la tendencia a incluir frases que parecen indicar que el hombre es soberano y Dios su siervo. Estas frases que exigen a Dios actuar, implican que Él ha entregado su soberanía; que no está en capacidad de actuar de acuerdo con su sabiduría y propósito. Se hace referencia a que la verdadera prosperidad consiste en usar el poder y la capacidad de Dios, para satisfacer necesidades, cualesquiera que estas sean. Así, se posiciona al hombre usando a Dios, en vez de que el hombre se rinda a ser usado por Dios. 34
Una manifestación insólita de Copeland

Hasta la fecha, la manifestación más insólita que he oído de los maestros del movimiento —acerca de la confesión positiva—, provino de Copeland durante un programa televisado en la cadena TBN, el 12 de noviembre de 1985.

Después de humildemente pedirle a Dios permiso para manifestar esta “verdad”, se volvió a Paul Crouch, el anfitrión, y le hizo esta pregunta: “¿Sabe usted quién es el más grande fracasado de la Biblia?” Crouch se quedó perplejo, sin contestar, así que Copeland le informó. “¡El fracasado más grande de la Biblia es Dios!”

Copeland explicó que Dios era incapaz de impedir que sus criaturas se rebelaran en contra de Él. Dios era realmente sorprendido por sus criaturas, pero no entraba en pánico ni hacía confesiones negativas, porque Dios sabía que hacer tales confesiones, lo harían ver como un fracasado.

Así que Dios, explicó Copeland, buscó una solución. Orar no sería la solución porque no había a quien pedir. Ayunar tampoco porque Dios no come.

Entonces se le ocurrió una solución: ¡La semilla de la fe! ¡Sí! Dios plantaría una semilla porque sabía que la ley de la semilla de la fe siempre funciona.

¿Cuál fue esa semilla que Dios plantó? Su Hijo Jesús, por supuesto. ¿Dónde la plantó? En el infierno para que sufriera por los pecados. Jesús estuvo en el infierno como un pecador condenado en nuestro lugar.

En lo que respecta a Dios, Jesús ya no existía. La única esperanza que Dios tenía era la ley de la siembra y la cosecha combinada con su confesión positiva. Dios sabía que eso siempre resulta. Por tanto, cuando Jesús —que estaba en el infierno sufriendo como un pecador condenado— nació de nuevo por el Espíritu, tres días después salió con poder. Resultado: Dios no solamente obtuvo a Su hijo de regreso, sino que además consiguió muchos más hijos.

Sí, explicó Copeland, Dios tuvo fe. Él sabía que la ley de la semilla de la fe siempre funciona. Los aplausos y vivas que Copeland recibió de la audiencia cristiana, incluyendo a Paul Crouch, por esta revelación, fueron ensordecedores.

ESPIRITUS ENGANADORES

El fenómeno de hoy en día, tal como ocurrió en Toronto, no debiera sorprender a nadie que se basa en la Palabra, pues en 1 Tim 4:1, Pablo declara: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” Hay, por supuesto, doctrina bíblica; pero aquí, Pablo habla del hecho que Satanás tiene su propio sistema de doctrina – que se refiere como “doctrinas de demonios”. Aquel que se enamora de “doctrinas de demonios” acaban “escuchando a espíritus engañadores”.

¿Cuáles son esas doctrinas de demonios? Son doctrinas tales como las que salieron en Toronto y hoy por parte de muchos predicadores latinos que han sido seducidos por espíritus engañadores, los cuales nunca tuvieron una base solido en la Palabra escrita de Dios. La mayoría de esas doctrinas están basadas en lo que algunos maestros pretenden haber recibido por revelación especial y divina de Dios, por lo tanto, hay que aceptarlas como verdades nuevas reveladas por Dios. El que se involucra en tales “doctrinas de demonios” acaba engañado por espíritus demoniacos. Hay muchos que defenderán estas doctrinas basándose en que se sienten felices, más “buenos”, o gozosos, presumiendo que tales sentimientos “buenos” deben ser del Señor.

Pero esto solamente muestra que han sido, en realidad, engañados por demonios. Otra vez, Satanás no tendría mucho éxito en su programa de engaño si su estrategia les hiciera sentir mal a esa gente. Eso no atrae mucho público. Lo que sí atrae a muchos es “enseñanza” que les puede hacerse sentir bien (tienen comezón de oído), aunque el sentimiento no sea nada más que un escape de sus emociones. Pero si el sentimiento se puede atribuir a una obra sobrenatural de Dios, el que lo experimenta ha sido engañado.

Límites Bíblicos

La Biblia misma nos da una advertencia muy seria por la cual debemos juzgar todo que afirma ser del Señor: La Palabra escrita de Dios. Concluyendo este estudio, veremos dos pasajes claves. El primero es 1 Corintios 4:6:

“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.”

Pablo le está escribiendo esto a una iglesia que tenía una fuerte tendencia a moverse hacía el sensacionalismo y lo experimental de lo sobrenatural. Los Capítulos 12-14 dejan claro que la iglesia corintia fue, sin lugar a dudas, la más “Pentecostal/carismática” de todas las iglesias del Nuevo Testamento. Enfatizaron, ciertamente, los dones del Espíritu de una manera que no vemos en las epístolas a las otras iglesias. El enfoque en lo experimental mostró que no fueron espirituales sino carnales (1 Co 3:1-3). Pablo amonesta especialmente a las iglesias de esa naturaleza que “no fueran más allá que las cosas escritas”. Las cosas escritas, por supuesto, son las Sagradas Escrituras.

Para cualquier manifestación o fenómeno, hay que volver y probarlo por la Palabra de Dios. La verdad es que por ejemplo los fenómenos de risa y de sonidos de animales no se encuentran en ninguna parte de las Escrituras y los muchos milagros que se dicen hacer muchas veces son planes bien montados para engañar y seducir a las almas inconstantes. Son cosas que van más allá de las cosas escritas y se deben rechazar rotundamente. No hay que viajar por avión a Toronto para experimentar si algo es o no es de Dios. Es suficiente saber que no está en las Escrituras; han ido más allá de lo escrito y, por lo tanto, es evidente que esas cosas no son de Dios. Y ¿qué pasa con ellos que van más allá de lo escrito? Pablo declara que “se envanecen unos contra otros”.

Desarrollan un orgullo espiritual que es evidente cuando dicen tener una medida más grande del Espíritu Santo que otros creyentes. Como resultado, dividen a los creyentes en dos categorías: los que ‘lo tienen’ y los que ‘no lo tienen’.

Después de observar y hablar con muchos que se dicen ‘tenerlo’, no me provoca celo por tenerlo de ninguna forma. Estoy contento con la espiritualidad descrita en las Escrituras – la vivo y la creo de forma que uso la Palabra de Dios y nada más y dejo mis experiencias como un simple regalo que Dios por medio de Su Espíritu me permite experimentar.

Hay una Escritura más que se trata de esta discusión, y es 2 Tim 3:12-4:4:

“Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, par redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”

Pablo escribió esta advertencia y enseñanza muy seria para los creyentes, pero que hoy no se toma en cuenta por muchos de los movimientos modernos de hoy en día y es la siguiente: que los que buscan vivir piadosamente en este mundo padecerán persecución (3:12). En la predicación corriente de “proclámalo y recíbelo” y el evangelio de “sanidad y prosperidad”, no se escucha de los predicadores que realmente quieran tener vidas espirituales y piadosas conforme a las Escrituras y esto es porque al ser falsos maestros desechan la Verdad que dice que los verdaderos padecerán persecución. La verdad es que no son sanidad y prosperidad las señales del favor divino ni de espiritualidad. El ser perseguido para la fe es la señal de que una persona es realmente piadosa.

Entonces, Pablo advierte que, pasando el tiempo, habrá más y más maestros falsos, impostores, muchos de ellos mismos engañados, que andan engañando a otros (3:13). Tal vez creen que son los “ungidos de Dios” y lo repiten a los que les critiquen, pero el hecho es que han llegado a ser engañados ellos mismos y, por lo tanto, proceden a engañar a otros también.

Así que ¿qué le protegerá a Timoteo de ser engañado por los falsos maestros? Pablo contesta eso en 3:14-17. Anima a Timoteo a continuar en lo que ha aprendido (3:14) y en lo que ha sido entrenado desde su niñez en ‘las Sagradas Escrituras’ (3:15).

Nótese que aquí vemos el mismo énfasis que se ve en 1 Co 4:6: la Palabra escrita de Dios, ‘las Sagradas Escrituras”. Son dos cosas que salvarán a Timoteo de ser engañado: su conocimiento de las sagradas escrituras y él que permanezca en ellas. El significado básico de la palabra ‘permanecer’ es “hacer tu hogar”.

Que hiciera su hogar en las escrituras sagradas. Su enfoque no debiera ser las experiencias personales, por más que sean sobrenaturales. Como vimos en Mateo 7:22-23, no debería enfocarse en señales y prodigios que le pueden llevar al engaño, sino que debe permanecer en la Palabra escrita de Dios. Lo que dijo Pedro en 2 Pedro 1:20-21, Pablo dice en 2 Tim 3:16: que las Escrituras son la Palabra inspirada por Dios y, por lo tanto, son útiles en toda área de la vida. Y ¿cuán útiles son? Pablo contesta diciendo que la Escrituras hacen al hombre de Dios perfecto, o completo, y también, ‘enteramente preparado para toda buena obra’. (3:17) Lo que enseña este solo versículo es suficiente para destruir TODOS los argumentos satánicos que los falsos maestros esgrimen.

Las Escrituras son suficientes para hacerle a uno enteramente completo. No es necesario buscar un rayo sobrenatural que “venga del mundo de los espíritus”. No hay que gastar dinero en viajar a ver a algún predicador famoso o a algún apóstol moderno o a que alguien te impusiera las manos para que te caigas, tengas una risa descontrolada o hicieras sonidos de animales. La Palabra escrita es enteramente capaz de completarte, o perfeccionarte, y prepararte para cada obra que necesitas hacer. Te puedes hacer espiritual y maduro en la fe por la simple lectura de las Escrituras (La Biblia). Sin embargo, por eso necesitas la disciplina de estudiar la Palabra de Dios, pasando horas, días, semanas, años de una vida para comprender más y más de la Palabra de Dios y de esa manera conocer a Dios y como es que El verdaderamente actúa y se manifiesta en el mundo espiritual. Pero en esta edad tecnológica, la gente se ha puesto perezosa y busca llegar a la espiritualidad por el camino del ‘desayuno instantáneo’, buscando una ‘experiencia instantánea’ para ‘tenerlo ya’, hasta sentirse dioses ellos mismos. Por la autoridad de este pasaje yo puedo afirmar que tales experiencias no llevan a uno a la espiritualidad, sino a ser engañado y, luego, a engañar a otros también.

Porque Timoteo es entendido en las Escrituras, y porque las Escrituras son completamente capaces de prepararle enteramente para toda buena obra, Pablo entonces le anima a Timoteo que hiciera la obra del ministerio – redarguyendo, reprendiendo, exhortando y enseñando (4:1-2).

Pero su enseñanza no es hecha por alguna “palabra de ciencia” o una revelación divina que no venga de las Escrituras; sino, se hace por la Palabra escrita de Dios como ya dijo Pablo en 3:16. Entonces, Pablo de nuevo denuncio lo que pasaría en los postreros días y, claramente, lo que describe Pablo, de hecho, ya está pasando en nuestros días (4:3-4). Dijo que vendría un tiempo cuando los creyentes “no sufrirían la sana doctrina” (4:3). Las “doctrinas de demonios” (1 Tim 4:1), son doctrinas basadas en lo experimental y lo sobrenatural obviamente que van más allá de lo escrito, por el contrario la sana doctrina es aquella que está basada en y viene de “las Sagradas Escrituras”.

Ya no es extraño para todos que hoy vivimos en un tiempo cuando la mayoría de los creyentes en nuestras iglesias simplemente no pueden soportar “la sana doctrina”. Los tele-evangelistas así como los profetas y apóstoles modernos de hoy, han contribuido a servirles papilla a la mayoría de las mentes de los no creyentes y lamentablemente de algunos de los creyentes, como los programas “cristianos” sólo imitan a los seculares ni siquiera son pan o leche espiritual sino bebida y comida podrida.

Hoy en lugar de la exposición de la Palabra en la enseñanza, hay entretenimiento “cristiano”, “teatro cristiano”, “mimo cristiano” y programas de entrevistas que no ofrecen verdadera comida espiritual. Un orador carismático que causa que la gente se ponga histérica, o se porte como animales, o se caigan al piso, puede llenar estadios con miles de personas, a las cuales les pide, eventualmente, que vacíen sus bolsillos para la ofrenda, es decir tienen que aprender a sembrar.

Pero uno que expone la Palabra de Dios para impartir un entendimiento claro de las Escrituras y la sana doctrina atraerá una audiencia relativamente pequeña. De hecho, como ya dijimos el tiempo de que “no sufrían la sana doctrina” ya ha llegado. ¿Cómo se lleva a cabo esta comezón de oídos? Pablo explica que “se amontonan maestros conforme a sus propias concupiscencias.” En otras palabras, buscan maestros que les digan lo que ellos quieren oír, pero escuchar que un cristiano verdadero será perseguido por vivir piadosamente no es algo que les guste oír.

Esas personas seguirán a maestros que les prometan sanidad y prosperidad con el simple hecho de usar la fórmula de “proclamarlo y recibirlo”; esos maestros prometen materialismo en un paquete envuelto en papel de regalo de espiritualidad. Además esas personas se caracterizan por tener un pensamiento débil y evitan tener que profundizar en la enseñanza de la Palabra de Dios. Pablo nos muestra el resultado de no sufrir la sana doctrina y de seguir a los falsos maestros (4:4): primero, “apartan la verdad el oído”, y, segundo, “se vuelven a las fábulas”.

¿Qué son las fábulas? De nuevo, son enseñanzas y doctrinas que no se encuentran en las Escrituras, aunque ciertamente usan pasajes de la Escritura pero de formas aisladas, para hacer que digan lo que ellos quieren decir. Como vimos ya, Pedro dijo que no debemos seguir las “fábulas artificiosas” sino todo lo que se enseñe y predique que esté basado única y exclusivamente en la Palabra escrita de Dios, la cual si ha sido inspirada por el Espíritu Santo. Si hacemos eso no seremos arrastrados por las fábulas sino que basaremos, nuestra vida, nuestra enseñanza y nuestro ministerio, en las Sagradas Escrituras. Advertimos una vez más que aquellos que van más allá que las cosas escritas acaban siguiendo fábulas.

Otra vez, las fábulas son enseñanzas que no se encuentran en las Escrituras y, por lo tanto, se originan o con el hombre o con el mundo demoniaco y, así, se vuelven en doctrinas de demonios. Fábulas son las falsas premisas de experiencias y acciones que no se encuentran en las Escrituras, aunque ciertamente se usan versículos aislados de la Palabra de Dios.