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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 4 de agosto de 2009

AGUSTÍN DE HIPONA COMENTA SOBRE EL UNGIMIENTO DE LA IGLESIA


Éste es el título del salmo 26: Salmo de David antes de ser ungido. David fue ungido como rey (1 Re 16,13). Entonces solamente se ungían a los reyes y a los sacerdotes: en aquel tiempo eran las dos únicas personas ungidas. Y en ambas personas se prefiguraba el único rey y sacerdote futuro, el único Cristo dotado de ambas funciones. Por tanto, la palabra Cristo procede de «crisma», unción. No sólo fue ungida nuestra cabeza, sino también su cuerpo, es decir, nosotros mismos. Él es rey porque nos rige y guía, y sacerdote, porque interpela por nosotros (Rom 8,34). Y además él es el único sacerdote que es a la vez sacrificio. No ofreció a Dios un sacrificio distinto de sí mismo.


En efecto, no hubiera encontrado fuera de sí mismo una víctima racional purísima que, como cordero inmaculado, nos redimiese derramando su sangre y nos incorporase a él haciéndonos miembros suyos, para que también nosotros fuésemos Cristo en él. Por eso la unción pertenece a todos los cristianos. En los primeros tiempos, los del Antiguo Testamento, pertenecía sólo a dos personas. De aquí se deriva que nosotros somos cuerpo de Cristo, puesto que todos somos ungidos, y todos estamos en él siendo de Cristo y Cristo, porque de alguna manera el Cristo total lo forman la Cabeza y el cuerpo. Esa unción nos llevará a la perfección espiritual en aquella vida que se nos promete. Y ésta es la voz del que anhela aquella vida; es como la voz del que desea la gracia de Dios que alcanzará su plenitud en nosotros al final. Por eso se dijo: Antes de ser ungido. Ahora somos ungidos en figura, y por el mismo símbolo se prefigura algo de lo que hemos de ser. Ignoro qué es aquello, no sé qué, futuro e inefable, que debemos desear y por lo que debemos suspirar en la figura, a fin de llegar al gozo de aquella realidad figurada.


Comentario al salmo 26,2,2

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LA BUENA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

En la Biblia, no es igual utilizar el sentido figurado que interpretarla figuradamente. En el caso de la alegoría decimos que es "cualquier declaración de hechos supuestos que admite una interpretación literal, y que sin embargo requiere o admite precisamente una interpretación moral o figurada". Esto es alegoría (Angus y Green). La alegoría, es una narración metafórica, una representación simbólica de ideas que son abstractas por medio de figuras que tienen relación con dichas ideas que expresan una condición moral o espiritual profunda. Es frecuente encontrar en la Biblia símbolos o formas que pertenecen al lenguaje figurado como es la metáfora, el símil, la parábola y la metonimia. Un nítido ejemplo del lenguaje figurado lo tenemos en Jn. 6:41. Aquí, el Señor se declara a sí mismo como "el pan que descendió del cielo".

Jn. 6:41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo".

Para el buen conocedor de la Biblia, es obvio qué el Señor se presenta en un sentido figurado y no literal como el "alimento espiritual" (Griego, "houtos estein ho artos":

"éste es el pan") que proporciona vida eterna a los hombres pecadores al librarlos de la condenación ineluctable por otros medios, como el alimento que fortalece el espíritu y alumbra el caminar de los ahora convertidos en este mundo maligno y perverso (Jn.6:33). Contrariamente, en un símil que podríamos llamarlo "antagónico", Cristo es muy superior al maná caído del Cielo cuando se le compara a ambos. El maná descrito en Éxodo únicamente proporcionó a Israel bienestar físico temporal y nunca un aporte espiritual trascendental y duradero:

Jn. 6:58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

Cuando Cristo dice que "descendió del cielo", no devela con sus palabras que vino o bajó de "allá arriba" para encarnarse en un cuerpo humano. Simplemente nos hace comprender que es el indiscutible Hijo del Dios verdadero, que posee el carácter del Divino, que está sujeto a su célica voluntad (Jn.6:38-40), y que es capaz de extraer por su naturaleza humana perfecta e inmaculada, según los designios y propósitos de Dios para salvación del mundo caído, a los individuos perdidos en las oscuras tinieblas para trasladarlos a su Reino (Col. 1:13).

En el capítulo 17 del evangelio de san Juan, Cristo dio a entender que no pertenecía al mundo, que no era de él. En estas palabras del Señor, parecería que es fácil pensar y deducir que literalmente y con infalible seguridad arribó del mismísimo Cielo. Si aprobamos que sea así, inferimos que los discípulos, como Cristo, tendrían que haber venido de la "gloriosa esfera", cosa que no es posible por lo que conocemos de ellos, ya que fueron hombres imperfectos, nacidos en la Tierra y que en un tiempo de sus vidas pecaron contra Dios como usted y yo lo hicimos en tiempo atrás, de una forma u otra. Sino, véalo en los evangelios en el mover del apóstol Pedro, que "se dio vuelo" haciendo y evocando tremendas barbaridades durante el ministerio terreno del Señor Jesucristo.

Jn. 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Jn. 17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Siguiendo el mismo curso pero con otro ejemplo, en el libro de Apocalipsis, en el capítulo 13 verso 1 logramos ver que el Anticristo final, sabiéndose de antemano que es una persona, aparece representado simbólicamente como una bestia por razón del carácter impío y asesino que posee en su naturaleza, y cuando dice que "sube del mar", no es porque emerga en realidad de las aguas marinas que componen el océano, sino que el "mar" representa el mundo turbulento y confuso del que saldrá..En Ap.17:8 dice que la bestia, es decir, otra vez, la persona del Anticristo final, "está por subir del abismo", y no significa que partirá de allí para manifestarse a los moradores de la Tierra, sino que surgirá de modo sobrenatural después de que su "herida mortal haya sido sanada" (Ap.13:3) para establecer un gobierno mundial de cualidades satánicas.

La Biblia expresa que en el "abismo" se encuentran confinados los demonios para el día del gran juicio:

Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al *abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio (Jud.4).

Satanás será aprisionado además en el "abismo" por mil años, cuando principie el Reinado de Cristo en la Tierra restituida (Ap.20:1-3).

La Biblia jamás menciona que el "abismo" sea un lugar de condena y sufrimiento para aquellas personas que han muerto sin Dios ni arrepentimiento. La Biblia afirma que los pecadores serán arrojados en el Lago de Fuego y Azufre, después que el Cielo y la Tierra hayan desaparecido («huido»), antes del Gran Juicio del Trono Blanco que será exclusivo para las personas protervas e incrédulas (ver por favor: Ap. 20: 11-15).

La palabra "enviado" que se utiliza en la Biblia muestra en ocasiones que Dios ha encomendado a alguien en la Tierra para un cierto ministerio, por alguna razón o propósito de acuerdo a su perfecta voluntad, y no necesariamente que ese alguien haya partido o descendido desde el Cielo para llevarlo a cabo en el mundo. Algunos ejemplos de "enviados" desde el "Tercer Cielo" lo encontramos con el ángel que apareció al profeta Daniel, a Zacarías, y a María la virgen (Dn. cap. 9; Lc. 1:11-13; 1:26-27).

Ejemplo de personas "enviadas" para fines celestiales de parte de Dios:

Con Juan el Bautista:

Jn. 1:6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Con los discípulos:

Jn. 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

Con Isaías:

Is. 6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Con Elías:

2 R. 2:2 Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.

2 R. 2:4 Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó.

Y por supuesto, con el Señor Jesucristo:

17:8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Prolepsis. (Del gr. πρόληψις). f. Fil. En la doctrina de los epicúreos y los estoicos, conocimiento anticipado de algo. 2. Ret. Figura de dicción en que anticipa el autor la objeción que pudiera hacerse..Un caso claro de prolepsis lo observamos sin ninguna objeción en Ap.18:2:

Ap. 18:2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

Un expositor cristiano comenta que la repetición del verbo « ha caído» (Griego, épesen) es el aoristo indicativo de «pípto», palabra griega que significa «caer». Comenta este autor que el aoristo contempla el acontecimiento en su totalidad y el modo indicativo sugiere la realidad histórica del mismo. El anuncio es proléptico, dice, es decir, anticipatorio o profético, dando por cierto hecho de la caída de Babilonia. Más adelante, el suceso de la destrucción de Babilonia tiene cumplimiento, para ser exactos en Ap. 18:21-24.

En Isaías encontramos otro ejemplo proléptico:

Is. 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Aquí Isaías pareciera decir que el Hijo de Dios hubiese nacido ya, pero resulta que esto se dio muchos siglos después de la anunciación de estas palabras proféticas que hablan del nacimiento del Señor Jesucristo y que develan algunos de nombres; la prolepsis, lo explica todo.

Agur, no solo utiliza la prolepsis en Prov.30:4, sino también la forma retórica:

Retórica. (Del lat. rhetorĭca, y este del gr. ῥητορική). f. Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.

Prov.30:4 ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

Es claro que las primeras cuatro preguntas, y de la última, la primera parte, se contestan con obviedad por s í solas, ya que el personaje central que se cuestiona es el mismo Dios del cielo. En la última parte de la cuarta pregunta, se pregunta por el nombre de su «hijo», como sabemos es Cristo, pero no significa que este «hijo» necesariamente preexista, al menos que tengamos en cuenta la prolepsis que descarta sin duda alguna su preexistencia.

La pregunta del nombre del «hijo» de Dios al que se refiere Agur en el libro de los Proverbios recae en la persona de Cristo; algunos de sus nombres se dan a conocer en Isaías 9:6, como lo observamos un poco más arriba.

Otro buen ejemplo de prolepsis en el Antiguo Testamento, en esta profecía mesiánica en el libro de Zacarías:

Zac. 9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

Siglos después, el cumplimiento en la entrada triunfal en Jerusalén:

Mat. 21:1-10 Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga. Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste?
Otro caso de prolepsis, entre otros más que hay, lo vemos en Isaías 61:1-2. Aunque su contenido aparenta estar conjugado en verbo presente por la manera proléptica del texto, a la verdad este cumplimiento se consumó con la primera venida de Cristo al mundo, un poco antes que principiará su ministerio evangélico de tres años y medio:
En Isaías:

Is. 61:1-2 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová . . .

Siglos después, en el Nuevo Testamento con Cristo:
Lc. 4:16-21 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Espero que el Señor Tito Martínez lea el presente estudio para que comprenda que la Biblia no estas sujetas interpretaciones propias y carnalmente racionales. No es posible dogmatizar peligrosamente con el peso de un solo texto, o tal vez dos, para acreditar una doctrina que no es verdadera pero que lo parece a causa de un sincretismo a la que ha sido sometida por los necios e indoctos. El conocimiento teológico básico y concienzudo es de suma importancia para quienes defendemos la fe, bajo la tutela de una correcta sistematización y de una exégesis no confusa y extraña, jamás azarosa, con el fin de estructurar argumentos bien fundamentados en la Palabra de Dios para que sean sanamente creíbles, y no oscuros, bajo las expectativas de un corazón que es «más engañoso y perverso que todas las cosas» (Jer.17:9).

Sr. Tito Martínez, tenga en cuenta que "la imaginación es un puente entre la locura (izquierda) y la razón (derecha)". Yo le exhorto en el amor de Dios y de Cristo que corrija más su caminar a la "derecha", en lo que podríamos llamarle "la segunda opción".
Dios bendiga siempre a las personas de buen corazón que desean comprender formalmente la sana doctrina bíblica.

Me despido, así, con palabras del apóstol Pedro, muy adecuadas para la ocasión:
2 P. 3:15-16 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.