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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

sábado, 24 de abril de 2010

EL REINO TRASTOCADO DE LOS TESTIGOS DE JEHOVA


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Muchas personas me acusan de ser un Testigo de Jehová porque predico insistentemente acerca del Reino de Dios a través de mis blogs y mis tres sitios web. Otros simplemente me dicen que aún me quedan residuos o retobos de mi pasado Watchtoweriano porque insisto en este maravilloso tema. Pero esta opinión es tan absurda como que si yo dijera que los evangélicos son católicos romanos porque enseñan la Trinidad, el infierno de tormento para los impíos, y la partida de las almas al cielo para los buenos. Sin embargo, lo que no saben estas personas es que el reino de Dios no se originó con los Testigos de Jehová de la Watchtower, sino con Dios, el cual hizo un pacto con el legendario rey de Israel, David (1 Cró. 28:5). El hecho de que los Testigos lo prediquen (y trastocado, sea dicho de paso) no lo convierte en un mensaje originario de ellos. Simplemente lo han sacado de la Biblia, pero lo han alterado de acuerdo a sus intereses y prejuicios personales. Así, pues, en vez de ser un reino bíblico, su reino es un reino al estilo watchtoweriano, con sus retoques y cambios al gusto de la secta.

El Reino de Dios de las Santas Escrituras Vs. El reino Watchtoweriano


Los Testigos de Jehová están presentando un reino que se aparta mucho de la Biblia, puesto que su reino es uno clasista, racista, y por tanto, trastocado y dividido. Ellos dicen que sólo 144,000 hombres (fuera de Cristo) serán reyes del reino de Dios, en tanto que el resto de Testigos serán meramente súbditos de éstos. Además, ellos sostienen que el reino es celestial, es decir, que los reyes reinarán sobre los súbditos terrestres desde el cielo. En buena cuenta, en el cielo están los 144,001 tronos de los reyes ungidos, y allá vivirán para siempre esta clase privilegiada de Testigos-reyes. El resto (la gran mayoría de Testigos) se quedará en la tierra como súbditos humanos inmortales.

Al examinar cuidadosamente y sin prejuicios las Escrituras, nos encontraremos que Dios es un Dios que no hace acepción de personas. Esto significa que todos los que se rinden a Él para adorarlo y servirlo a través de Cristo son dignos de ser hijos suyos, y herederos de Sus bienes (Romanos 8:14-17). La Biblia nos enseña que Dios está formando una familia a través de Su Hijo, Jesucristo (Heb. 2:10; Efe. 2:19). Esta familia es llamada por Cristo: “Mi iglesia” (Mat. 16:18), iglesia compuesta por hombres de todas las razas y nacionalidades del mundo que han decidido imitar a Cristo en todo y servirle fielmente, sin dejar de poner a Dios sobre todas las cosas.

La esperanza del Reino comenzó con un juramento divino, cuando Dios le prometió al insigne patriarca Abraham que su descendencia sería de bendición para todas las familias de la tierra (Gén. 12:2,3), y prosiguió con otra importante promesa-pacto con el legendario rey David, a quien Dios le aseguró que no le faltaría varón que ocupara su trono (1 Reyes 9:5). Así, Dios le prometió a David que su reino (que era el mismísimo reino de Dios) seguiría a través de un ungido de su casa y sangre, el cual traería finalmente la paz y la justicia perdurables, no solamente para sus paisanos judíos, sino también para todas las naciones de la tierra. Todos los profetas del AT dan testimonio de esta promesa y aseguran que se cumplirá con un varón señalado por Dios como “Mi Hijo” (Sal. 2:7, 8). En este punto estamos de acuerdos casi todos los cristianos de las diferentes denominaciones.

Cuando apareció Jesús como el Hijo de Dios en la tierra, él reveló con toda claridad que fue enviado para proclamar el evangelio del reino de Dios. El Apóstol Pablo luego dirá que Cristo vino a CONFIRMAR las promesas que Dios hizo a los padres (Romanos 15:8). Esto quiere decir que el propósito de la venida del Señor era el de ratificarles a los suyos que él restablecerá el reino de Su antepasado David en la tierra en su parusía en gloria. Este mismo mensaje sería llevado después por Pablo a los gentiles para que éstos también tuvieran la oportunidad de creerlo para su salvación (Rom. 1:16; Hechos 19:8; 20:24,25; 28:23, 30,31).

Así que Jesús vino para proclamar, no un reino nuevo, o desconocido, sino uno que sus paisanos ya sabían bien. De allí que Jesús no se molestó en dar alguna explicación de lo que se trataba el reino de Dios cuando comenzó su ministerio, sino que simplemente lo proclamó, diciendo: “Arrepentíos, porque el reino de Dios se ha acercado” (Mar. 1:15). Este hecho, por sí solo, nos sugiere que sus paisanos judíos sabían lo que era este reino, y además, que lo estaban esperando desde hace muchísimo tiempo, aunque no sabían cuándo llegaría exactamente, hasta que Jesús entró en la historia y lo “acercó”.

El Reino Watchtoweriano no tiene nada de Restaurado
En Hechos 1:3,6,7 los discípulos le preguntan a Jesús sí él ya iba a restaurar su reino en sus tiempos, y Jesús sencillamente les dice que a ellos no les correspondía saber los tiempos o las sazones que Dios puso en su sola potestad. Notemos que los discípulos usaron el vocablo “restaurar”. Esta palabra, por sí sola, ya nos dice que el reino debe ser de las mismas características que el reino original. Por ejemplo, si uno manda a restaurar un jarrón roto, uno lógicamente espera que le entreguen el mismo jarrón como era originalmente. Del mismo modo, si el reino de Dios fue originalmente una monarquía genuina en la tierra de Palestina, con un rey, príncipes, súbditos, y una capital (en este caso, Jerusalén), entonces uno esperaría que el reino restaurado sea idéntico al original, es decir, uno con un rey, príncipes, súbditos, y centralizado en Jerusalén. ¿Pero qué sucedería si por arte de magia este reino antiguo reaparece reubicado en el cielo, pero con sus súbditos en la tierra? ¿Podría alguno decir que el reino original se restauró realmente?

El reino de David, como ya lo dijimos, tuvo como capital la antigua ciudad de Jerusalén. Entonces, en sensato esperar que el reino restaurado deba estar en esta misma ciudad capital. No es, pues, de extrañar, que Cristo dijera en Mateo 5:33-35: “no juréis… ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey”, o que los judíos exclamaran con júbilo: “¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!” cuando Jesús estaba entrando en Jerusalén en un asno con todos los honores de un rey (Mar. 11:10).

Por lo tanto, con toda buena razón rechazamos aquel reino insólito presentado por los Testigos de Jehová, pues obviamente no es el mismo reino que el verdadero o el original de la Biblia. Definitivamente el reino Watchtoweriano es uno que se localiza en el cielo mientras que el verdadero se restaurará en la tierra. Bástenos saber que el reino Watchtoweriano se localiza en el cielo para afirmar con toda confianza que el reino de los “Testigos” es espurio. Claro que hay otros defectos en el reino de los “Testigos” como ya lo hemos manifestado al comienzo de este escrito, como es su clasismo y divisionismo descarados (las dos clases en el reino: la celestial y la terrenal).

Lo que nos sigue sorprendiendo es que los Testigos de Jehová sigan anunciando sus fechas falsas (fruto de la especulación) para el establecimiento del reino y de la venida de Cristo, cuando todos sabemos que Jesús fue clarísimo cuando dijo que nadie puede saber el día y la hora para esos extraordinarios eventos (Mar. 13:32; Hechos 1:7). Además, es una venida que sería sorpresiva para todos, para creyentes y no creyentes, aunque los primeros no estarían con la guardia baja, por cierto (1 Tes 5:2). Este evento maravilloso que sacudirá el mundo, introducirá el reino milenario del Mesías en la tierra renovada. El mismo reino que nuestro Señor estuvo anunciando insistentemente en su primera venida, desde el mismo comienzo de su ministerio hasta el final de éste (Marcos 1:1,14,15 y Hechos 1:3).

El Cristo Rey Watchtoweriano es “otro Jesús”
Jesús dijo que los Suyos heredarán el reino cuando él retorne a la tierra en gloria y en persona con los ángeles de su poder, pero no antes de esto. Recordemos que los ángeles anunciaron a los fieles congregados en aquel monte santo de los olivos que: “Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”7. De modo que no es un “Jesús invisible” o espiritual el que regresa al mundo como sostienen los Testigos de Jehová, sino el mismísimo Jesús de carne y huesos que vieron los verdaderos Testigos del primer siglo levantarse e irse al cielo! (Hechos 1:11; Apo.1:7).

Así que la herencia del reino sería obtenida en la parusía del Rey Jesús, cuando todas las gentes de las naciones harán lamentación a causa de él, al verlo venir con sus propios ojos en todo su esplendor. Este evento literal y único, como dije, ha sido desafortunadamente alegorizado por los “Testigos de Jehová”, y ellos han desviado la atención de la gente hacia un reino ya establecido en los cielos en 1914, aunque sólo con una parte importante de sus ungidos, pues aún hay un resto que todavía vive en la tierra, según ellos. Es decir, los Testigos de Jehová enseñan que Cristo ya está reinando con un buen número de sus ungidos desde el cielo, pero esperando que el resto de los ungidos que aún viven mueran para que se complete el número de los reyes que reinarán sobre la gran multitud de Testigos de Jehová y las naciones. Toda esta cantinflada no la creen ni ellos mismos seguramente.

Lo cierto es que ellos tienen que hacer esfuerzos denodados para poder explicarnos cómo los que traspasaron al Señor podrán ver a Jesús venir en gloria con sus ojos, si éstos no tienen lo que los Testigos llaman “ojos de entendimiento”. Y también nos tendrán que explicar cómo puede Jesús reinar en un mundo dónde el diablo está aún suelto, engañando e incitando a la maldad y al pecado en todas sus formas posibles, y que van en aumento galopante año tras año. Recordemos que las Escrituras nos dicen que Cristo atará antes al diablo para que no engañe más a las naciones, y así poder reinar sin obstáculo alguno (Apo. 20:3) Todas estas contradicciones seguramente ponen en aprietos a los “teólogos” de la Watchtower.

Los Súbditos del reino Watchtoweriano Vs. Los Súbditos del Reino de Dios

Los súbditos del reino watchtoweriano son los justos de la tierra, las otras ovejas, o la grande muchedumbre de Testigos de Jehová que no calificaron para ser reyes con Cristo debido a su fenotipo básicamente. Son los que no pertenecen a la clase de la iglesia, y que no son hijos de Dios, ni hermanos de Cristo. Es decir, aquellos que no tienen el ungimiento del Espíritu Santo. Increíble…¡estás son las mismas características que distinguen más bien a los incrédulos e impíos… no a los justos! En cambio, los verdaderos súbditos del reino de Dios serán los sobrevivientes de las naciones que hayan escapado de la Gran tribulación y hayan entrado a disfrutar del reinado milenario de Cristo, pero sin la perfección y la glorificación de los santos.

El Reino de Dios obviamente será regido por un gran rey y príncipes que colaborarán activamente con la eficaz administración del mismo. Estos que estarán glorificados con Cristo es LA IGLESIA, compuesta por todos aquellos que fueron bautizados y nacieron de nuevo como hijos de Dios. Estos tienen a Cristo como cabeza, y ellos lógicamente son su cuerpo místico que reinará con él en su trono o gobierno. Esta iglesia verdadera no es simplemente un grupito escogido dentro de la feligresía, sino es que es feligresía completa la que compone la iglesia del Señor. De allí la diferencia con la llamada iglesia Watchtoweriana, que es una iglesia apóstata, sectaria, divisionista y racista.

A veces me preguntan cómo se yo que todos los cristianos componen la iglesia del Señor, a lo cual yo respondo con algunos versos de la Biblia. En Hechos 2:38-47, leemos: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.

En los versos de arriba he subrayado las oraciones más importantes, pues nos revelan los siguientes puntos:

1.- Que el bautismo es para recibir el Espíritu Santo (y que nos hace hijos de Dios, ver Rom. 8:14-17).

2.- Que este don del espíritu Santo no es para una clase de cristianos dentro de la feligresía como sostienen los “Testigos de Jehová”, sino para todos los que el Señor llama para ser salvos.

3.- Se nos revela que aquellos que fueron bautizados fueron añadidos a la iglesia para ser salvos. Esto significa que la salvación se obtiene si nos hacemos parte de la iglesia de Cristo. Y esto es importantísimo, porque los “Testigos de Jehová” enseñan impíamente que sólo un pequeño grupo de sus bautizados (144,000 hombres) pertenecen a la iglesia, ¡más no todos los “Testigos”! Es decir, el Cuerpo Gobernante priva a la mayoría de sus seguidores de la salvación. Esto, por sí sólo, nos evidencia de lo diabólico de su doctrina.

Más sobre los Testigos de Jehová en:

www.lavasori.wordpress.com

SIGUE VIGENTE EL PADRE NUESTRO HOY EN DIA? NO PARA LOS HIPER PRETERISTAS


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

La “Oración Modelo” del Padre Nuestro

En Mateo 6 y Lucas 11 Jesús les enseña sus discípulos a orar después de que ellos se lo pidieran expresamente (Lucas 11:1). Esta petición muy bien podría haber sido la nuestra si es que ellos no se lo hubieran pedido. Y es que en la oración conocida como “El Padre Nuestro” Jesús enseña las cosas fundamentales que todo cristiano debería estar pidiendo y agradeciendo al Padre. Sin embargo, es de suponer que esta enseñanza no se limitaba sólo a los discípulos del primer siglo, sino que se extendía a los que vinieran después al rebaño en los siglos venideros. ¿O es que acaso los creyentes de hoy no necesitan pedirle al Padre por el pan de cada día, o por su perdón por deudas o pecados cometidos?

¿“Venga tu Reino” o “Vino tu reino”?

La oración del Padre nuestro es como sigue: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. Aquí podemos ver que nuestro Señor les enseñó a sus discípulos a orar, entre otras cosas, por la venida del Reino. El les dijo: “ustedes orarán así…venga tu reino…” Observen que los primeros discípulos tendrían que pedir por la venida del reino, pues éste aún no había llegado, o no estaba presente en ese momento, cuando él les enseñaba la solemne oración del Padre Nuestro.
La Tesis Hiper preterista

Los preteristas enseñan que el reino de Dios llegó en el primer siglo de la Era Cristiana, o para ser más precisos, en el año 70 DC, cuando vino el juicio divino sobre los Judíos y sobre Jerusalén, al ser destruida ésta y su templo por los romanos bajo el mando del General Tito. De modo que para los preteristas, el pedir por la venida del Reino en nuestras oraciones no tiene sentido, pues éste, según ellos, ya vino o se cumplió hace casi 2000 años atrás cuando se “fundó” la iglesia en Pentecostés.

¿Debe ser mutilada o actualizada la Oración del “Padre Nuestro”?

Si seguimos la tesis preterista, nosotros tendríamos que cambiar o alterar la oración del Padre Nuestro. O bien quitamos la frase “venga tu reino”, o bien la modificamos con una frase que diga “vino tu reino”. Ahora bien, ¿fue acaso la intención de Jesús de que todos los cristianos desde el siglo I hasta el fin de los tiempos pidieran al Padre por el pan de cada día, y por Su perdón en caso de haber cometido algún pecado u ofensa contra Él o el prójimo, pero por no por la venida de Su reino, puesto que éste supuestamente llegaría en breve, y en sus tiempos? ¿Tiene esto sentido? ¡No lo creo!
“Mas Líbranos del Mal”

Es interesante subrayar también que si seguimos la tesis preterista, nos veríamos forzados a cambiar o quitar la parte de la oración del Padre Nuestro que dice: “Mas líbranos del mal”, ya que esta escuela preterista enseña que el diablo ya ha sido neutralizado, y su accionar en este mundo ha dejado de ser un problema para los hombres y para la iglesia.

El Reino de Cristo Versus el Reino del Diablo

El Apóstol Pablo dijo a los Corintios que “el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo” (2 Cor. 4.4). Y los incrédulos no han desaparecido de este mundo sino que han aumentado más con el progreso de la ciencia y del conocimiento en general. Cristo no es creído o aceptado por la mayoría de las personas que optan por lo temporal y pasajero. Hoy, más que nunca, se hace evidente que el diablo sigue cegando los sentidos y el entendimiento de los hombres para que no crean en las buenas nuevas del Reino de Cristo, y a otros les ha hecho creer que el reino ya vino de una manera espiritual, ya sea en el corazón de los hombres, o en la iglesia militante y organizada y que Cristo ya está reinando en el cielo en su propio trono al lado del Padre. Jesús mismo acusó a los fariseos de ser hijos del diablo porque hacían lo que él les dictaba, ya sea a través del engaño, la mentira, o los asesinatos (Juan 8:44). El mundo está saturado de engaños y asesinatos que han ido aumentando a la par con el “progreso” de la ciencia. Así que resulta irónico que se diga que el diablo ya no tiene ingerencia alguna en este mundo. Al contrario, el diablo está como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Más que nunca necesitamos que venga el reino de la justicia y de la paz a este mundo para que deponga al reino de la maldad y de la injusticia de Satanás. Por lo tanto, todavía no estamos en el milenio de Apocalipsis 20, o en la Era Venidera de la vida eterna, sino en el presente siglo malo de Satanás.

Por tanto, creemos que la oración del Padre Nuestro está más vigente hoy que nunca, lo que quiere decir que debemos pedir por la venida del reino y que Dios nos libre del mal y del maligno, porque no ignoramos sus maquinaciones.

SOBRE LA PEDOFILIA Y LA HOMOSEXUALIDAD


Por hacer una referencia a las relación entre la pedofilia y la homosexualidad, el movimiento "Transexuales, Lesbianas, Gays y Bisexuales" (TLGB-Perú) convoca a un "plantón" de protesta contra la Nunciatura Apostólica para "elevar su total rechazo a las últimas manifestaciones del secretario de Estado del Vaticano”, como si esta referencia fuera un dislate.

Se da la circunstancia que de lo que fue un mero comentario por parte de Mons. Bertone cuando se le inquirió sobre celibato y pedofilia, aludiendo a que no hay constancia de esta relación que han querido mostrar los medios y en cambio sí hay estudios científicos que vinculan la pedofilia con la homosexualidad, no dejan de cosechar apoyos en el ámbito de la Ciencia.

Uno de los últimos en apoyar lo citado por Bertone, Sr. Director, ha sido el prestigioso psiquiatra estadounidense Richard Fitzgibbons; especialista en el tratamiento de sacerdotes que han cometido abusos contra menores, éste, explicó que el Secretario de Estado vaticano tiene razón al vincular la pedofilia con la homosexualidad.

El Dr. Fitzgibbons explicó que "los comentarios del Cardenal Bertone se sostienen totalmente en el estudio John Jay y en la experiencia clínica. De hecho, todos los sacerdotes que he tratado que están involucrados sexualmente con niños habían estado involucrados previamente en relaciones homosexuales adultas". No obstante, en este caso se cumple el refrán “no hay peor sordo que el que no quiere oír”. Por tanto, podemos asegurar que seguirán con sus manifestaciones aun negando la evidencia.