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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL EVANGELIO QUE TRANSFORMA

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Queridos amigos, ¡cuántas personas tienen “el oro y el moro” y no son felices! Y es que la felicidad que da las riquezas es temporal o pasajera. Sé de muchas personas que adquieren bienes materiales como adquiere un adicto la droga para sentirse contentos por un momento, pero luego volver a estar insatisfechos y deprimidos.

Se sabe que el cantante Elvis Presley tenía una colección enorme de autos, todas las mujeres del mundo, mansiones, joyas, y mil cosas más, y él era un adicto a los fármacos para sentirse relajado y así poder dormir. Sus amigos cuentan cómo él les regalaba sus autos porque ya estaba aburrido de tenerlos arrimados en su mansión. Realmente esta súper estrella de la música vivió triste y amargada, con un matrimonio fracasado, y con una gran insatisfacción en su vida. Pero él no fue la única súper estrella que vivió una vida miserable, pues sabemos de muchos otros ídolos del cine y de la música se sumergieron también en las drogas y en el alcohol, y murieron a una edad temprana. Sin embargo, muchos jóvenes que saben de estas trágicas historias, persisten a toda costa en hacerse ricos y famosos, sin calcular el precio que tendrán que pagar.

En la Biblia tenemos historias de personas que vivieron en condiciones adversas y de maltratos y fueron dichosas. ¿Cómo puede ser esto posible? ¿Puede alguien sufrir y ser dichoso a la vez? Para el hombre carnal, el hombre común y corriente, esto es imposible. Y es que para los más de los hombres, la felicidad está en las cosas materiales, en el confort, en los placeres, en las comidas exquisitas, en la fama y en el buen prestigio. Sin embargo, las Escrituras nos dicen en verdad dónde está la auténtica felicidad o dicha. En el texto que aparece debajo del título de este artículo, Pablo les dice a los creyentes de Tesalónica, los cuales no estaban viviendo en el mejor de los mundos, lo siguiente: “Estad siempre (no eventualmente) gozosos” (1 Tes. 5.16). ¿Pero cómo puede estar alguno siempre gozoso en un mundo de tinieblas espirituales? Veamos.

El Gozo que viene por el creer en el evangelio del Reino

El apóstol Pablo les dice a los creyentes de Roma, lo siguiente:

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13. VV1960).
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Tome nota, estimado amigo, que Pablo aquí está diciendo que Dios puede hacer felices y dar paz a todos los que creen— ¿creen en qué? La respuesta la encontramos en los versículos que siguen a este versículo 13, y que dicen:

“Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. 17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21 sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán”.

Así que el evangelio de Cristo, que es el evangelio del Padre, produce gozo y paz en el creyente porque le ofrece una maravillosa ESPERANZA de un mundo ideal donde todas las injusticias desaparecerán. Esta esperanza que otorga el mensaje (el evangelio o la palabra del reino) del Padre no la tienen los incrédulos, y es por eso que sus vidas carecen de verdadera felicidad y paz.

Así que tome nota, amigo, que el secreto de la verdadera felicidad ese encuentra en la esperanza que produce en nosotros el saber (por fe) que habrá un mundo maravilloso regido por un hombre santo y justo que seguirá a éste de densas tinieblas. Ahora preste atención a lo que Pablo les dice a los colosenses. A estos creyentes él los insta a permanecer firmes en la fe, sin moverse de la esperanza que brinda el evangelio de Jesucristo (el reino). He aquí sus palabras:

“a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad… el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo… si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio (del reino) que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro” (Col. 1:5,6, 13,23).

Es importante recordar que el reino envuelve varias promesas que serán cumplidas en nosotros: a).- la herencia de una tierra purificada, b).-un trono, c).- una gloria, d).- una autoridad, e).- una riqueza inimaginable, f).- una vida inmortal a lado de Dios y Su Hijo. Así que cuando decimos que tenemos esperanza por el mensaje del reino, estamos diciendo que tenemos esperanza de ser los primados del nuevo mundo de justicia. Ahora somos escoria para el presente mundo de Satanás, pero en el mundo de la era venidera, seremos nobles inmortales que gozaremos de una naturaleza divina como la que tiene Jesús ahora al lado de Su Padre (2 Pedro 1:3-11).

Evangelios espurios

¿Pero qué sucede cuando este evangelio que da verdadero gozo y esperanza es trucado o trastocado con un mensaje aguado, frívolo, e inconsistente? ¡Pues simplemente se obtiene creyentes igualmente frívolos, mediocres, e inconstantes! El verdadero evangelio de Cristo tiene PODER… el falso, ¡no! (Romanos 1:16). Es por eso que a mí, como apologista, no me asombra ver tanta herejía en las iglesias, pues sencillamente no han creído en el verdadero evangelio del reino que tiene poder para transformar las vidas de los creyentes. Personalmente les cuento que cuando escucho a “insignes predicadores de la Palabra” predicar un evangelio falso que nada tiene que ver con el reino de Cristo, siento rabia y pena a la vez, porque estoy contemplando a un ciego que ayuda a otro ciego a cruzar una carretera muy transitada. Estoy viendo el desastre en ciernes, una verdadera e inminente tragedia mortal para ambos, maestro y discípulo (Mateo 15:14).

Los creyentes en el evangelio verdadero son sellados con el Espíritu de Dios.
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Es interesante saber que los que creen en el verdadero evangelio son sellados con el espíritu santo de la promesa. Pablo lo dice así: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados (para la redención del cuerpo Efe.4:30, Rom. 8:23) con el Espíritu Santo de la promesa” (Efe. 1:13). Es decir, al poseer nosotros el Espíritu del Señor en nosotros, éste nos resucitará o transformará para recibir la herencia del reino de Dios (Romanos 8:11). ¿Pero qué sucede con aquellos que no han creído en el poderoso evangelio del reino sino en un evangelio aguado e impotente? ¿Tendrán realmente esas persona el Espíritu Santo?¿Podrán finalmente resucitar de sus sepulcros para la redención de sus cuerpos muertos y putrefactos? He allí el dilema!!!

El apóstol Pablo fue muy claro al advertirnos en contra de los evangelios espurios que son una verdadera maldición para todos aquellos que los aceptan y los difunden sin un mayor examen, cuando dijo:

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gál. 1:6-9).

Concluimos, entonces, que lo más grande que alguno pudiera tener en esta vida es la fe y la esperanza que ofrece el mensaje que nos trajo nuestro Señor Jesucristo del Padre. Si alguno abraza su evangelio (mensaje) del reino para vivirlo y lo extiende a otros, será verdaderamente dichoso hoy, mañana y siempre. Pero si en cambio uno acepta un evangelio aguado, soso, e impreciso, el resultado será una existencia pueril y sin sabor. Así que le pregunto con toda sinceridad: ¿Está seguro usted de que ha creído en el verdadero y prístino evangelio de Cristo y sus apóstoles? Si es así, entonces su vida tendrá sabor y no será insípida (Mat. 5:13).

Más sobre el evangelio:

¿EL PADRE O EL HIJO?

Rey de reyes y Senor de Senores: ¿El Padre o el Hijo?
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Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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1 Tim. 6:14-16/Apocalipsis 17:14; 19:16:

"La aparición de nuestro Señor Jesucristo: La cual a su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo poderoso, Rey de reyes, y Señor de Señores; Quien solo tiene inmortalidad, que habita en la luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno." (1 Tim. 6:14-16). "Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es el Señor de señores y Rey de reyes." (Apo. 17:14).

Los Trinitarios suelen combinar estos dos pasajes para demostrar que el Rey de reyes y Señor de Señores es uno: Jehová-Cristo. Afirman que Cristo y Jehová son la misma Persona.

Pero como hemos señalado antes, el Salmo 110:1 claramente prueba que el primer Señor ("Adonai" =Jehová ó Yahweh), es diferente al segundo señor ("Adoni" = Señor Mesías o Cristo). En consecuencia, Cristo no es el Jehová del Antiguo Testamento.
Notemos algo interesante. En Daniel 2:37 El profeta Daniel le dice al poderoso rey Nabucodonosor lo siguiente: "Tú, oh rey, ERES REY DE REYES; porque el Dios del cielo te ha dado REINO, PODER, FUERZA y MAJESTAD." Notemos que un rey humano era "Rey de reyes", y, ¿Por qué? ¡Porque Dios le dio reino, poder, fuerza y majestad! No es que Nabucodonosor tuviese la misma autoridad y poder de Dios, sino que recibió de Dios el poder y la majestad y fuerza por encima de todas las demás naciones de su época.

Ahora notemos que hay otro personaje aún más importante quien también recibió de Dios poder, reino, y dominio para ser Rey de reyes en la Era Venidera. Leamos Daniel 7:13,14 que dice: "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse a él. Y LE FUE DADO DOMINIO, GLORIA Y REINO, Para que todos los pueblos y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que nunca será destruido."

Este personaje obviamente es el Señor Jesucristo, quien al ascender inmortal al cielo recibió de Su Padre: Poder, gloria y reino para que sea "el Rey de reyes y Señor de señores" de Su Reino en la Era Venidera. Pero esto implica que detrás del trono de los hombres está Dios mismo. Dios es el Rey de reyes y Señor de Señores Eterno que gobierna detrás de sus elegidos, los cuales ostentan Su Título Majestuoso de Rey de reyes y Señor de señores. Nabucodonosor era el "Rey de reyes" de Dios, y además, su siervo (Jeremías 25:9). Jesús igualmente será Su Rey de Reyes y Señor de Señor, y además, Su Siervo (Mateo 12:18, Isaías 42:1).

Es claro que Jesús no siempre fue Rey de reyes y Señor de Señores. En la visión de Daniel 7 se ve claramente que es una coronación que ocurre en el cielo cuando Jesús, el Cristo, es presentado ante Su Padre, y le es dado el reino, poder y la gloria. En Lucas 19 se registra la Parábola de las Diez Minas. En el versículo 12 leemos que Jesús, como el "hombre noble", se fue a un país lejano (el cielo), para recibir un reino y volver. Él entonces volverá como el Rey de reyes y Señor de señores del Reino milenario de justicia (Apocalipsis 20:1-5). Jesús obviamente aún no reina como Rey de reyes y Señor de Señores hasta que regrese a tomar el trono de David su Padre (Mateo 25:31).

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SUCIOS NEGOCIOS: LUIS PALAU Y SUS DUDOSOS RECURSOS

Católicos en México cuestionan al predicador Luis Palau por dudoso manejo de recursos
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Miércoles 12 de Noviembre de 2008IglesiaMéxico
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El predicador evangélico de origen argentino Luis Palau, que estará en la ciudad de Oaxaca los días 14 y 15 de este mes, es cuestionado por corrientes católicas que lo ligan al imperialismo norteamericano y al manejo dudoso de recursos económicos.

A través de espectaculares en la capital del estado y en los autobuses del transporte urbano se anuncia un show en el polideportivo “Venustiano Carranza” de la ciudad de Oaxaca con un magno programa que contempla la participación de Yuri, José Luis Rodríguez “El Puma”, Nelson Ned y María del Sol, todos ellos convertidos de católicos a evangélicos luego de atravesar por crisis en su vida debido a los excesos del sexo, las drogas y el alcohol.

A través de páginas de internet, se empiezan a difundir aspectos negativos de su persona y manera de actuar y pensar y se destaca que Luis Palau es uno de los once asesores principales de la familia Bush y que apoyó la intervención armada y cruenta de Irak, donde hubo miles de muertos, entre ellos infantes. De eso se muestran fotografías con escenas dramáticas.

Se indica que Luis Palau afirma que de los recursos económicos que maneja, un 70 por ciento proviene de empresas internacionales y el 30 por ciento restante de la Iglesia evangélica argentina aunque se supone que también lo apoya el gobierno de Estados Unidos.

Entre los aspectos negativos de él, se indica que ha respaldado apoyado a las dictaduras latinoamericanas de los 70, a la regresión cultural reaganeana de los 80, a Bush padre en los 90`s y a Bush hijo desde que asumió en enero de 2001.

También tuvo amistad con Hugo Banzer, el dictador más feroz en la historia de Bolivia, y repartieron juntos un millón de ejemplares del Nuevo Testamento con la banderita tricolor en la solapa. El plan era cristianizar a los bolivianos, y Banzer y Palau hicieron equipo. Por esos días, Banzer dejó para la historia de la retórica latinoamericana una frase de colección: “Dios es nacionalista”, dijo.

Palau definió a George W. Bush como un cristiano equilibrado y normal: “es un hombre de alta educación, de familia culta y de experiencias económicas amplias. Definitivamente no es un extremista. Más bien es un hombre de convicción espiritual como cualquier cristiano equilibrado y normal”, se expresó.

Nota: Otra vez los evangélicos haciendo papelones! ...¡Tenía que ser "Porteño"! ¡Qué diría don José de San Martín si estuviera vivo!

LA DIOSA MADRE

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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El culto a la -diosa madre-, no es nada nuevo. Empieza en la tierra de Sinar, dónde el primer imperio organizado, de acuerdo al Génesis bíblico, se erguía al mando del perverso y profano Nimrod, imperio, que prosperaba grandemente. Nimrod fundó Babel, Erech, Accad y Calneh. Sus proezas tan notables, aun, hoy en día, son elogiadas en reinos del oriente. Nimrod y su madre y esposa Semiramis, crearon el primer sistema de idolatría en la historia de la humanidad, y según la Enciclopedia Judía, fue la persona que instigó a los hombres de aquellas regiones a levantarse en rebeldía contra el Dios de la creación absoluta (Gn. 1:1).

Cuando el rey-sacerdote Nimrod murió, su cuerpo fue cortado en pedazos y llevado a las diferentes partes de la tierra de Sinar, en Mesopotamia. Su muerte fue un gran desconsuelo para las habitantes de Babilonia. La muerte de Nirmrod no fue un factor para que el culto idolátrico babilónico decayera, y Semiramis, reina y sacerdotisa de los «misterios babilónicos», proclama a Nimrod como el -dios-solar-. Semiramis, mujer adúltera y pervertida, para mantener su supremacía como reina y diosa, al dar un hijo como producto de su fornicación, promueve que su concepción fue sobrenatural, identificando al hijo, es decir, a Tamuz, con Nimrod, que había reencarnado en forma divina.

Sabiendo Satanás que en cualquier momento el nacimiento virginal de Mesías Príncipe sería un hecho para la redención del pecado (Gn.3:16: «La Simiente de la Mujer»), usa como instrumentos de falsa postura y de imitación, de suplantación, a Semiramis y a su hijo de fornicación, Tamuz: Ella como -la diosa madre-, y el hijo, como -mesías del cielo- La iglesia católica ha sido influenciada por este hecho por demás denigrante ante los ojos de Dios, y se ha encargado desde inmemoriables tiempos de incubar errónea y arteramente la cizaña idolátrica en los corazones de los pobres ignorantes e incautos, en un grado pasmoso.

Así, Nimrod, Semiramis y su hijo Tamuz, fueron herramientas usadas por el diablo para que la «religión de las idolatrías» fuera establecida y aprobada en el sistema del mundo.

Cuando las gentes de babilonia fueron esparcidas fuera de la tierra de Sinar, al confundir Dios sus lenguas (Gn. cap.11), llevaron consigo el culto pagano-religioso de la -diosa madre- por lo ancho del mundo. Podemos verificar que las religiones antiguas de as naciones comparten la adoración a la -madre del cielo- y también a su - divino hijo-.

En china, a la -diosa madre- se le llama –Shingmoo-, que significa –Santa Madre-. Se puede ver este ídolo con un niño en sus brazos y rayos de gloria saliendo de su cabeza. Para el pueblo germano -Hertha- era la -diosa madre- adorada. De igual manera que el primer ídolo, tenia un niño sostenido en sus inertes brazos. Los nórdicos llamaban a la -diosa madre- -Disa-, los etruscos –Nutria-, yen la India, se le nombraba -Indrani-. Todas, con un niño es sus brazos. De la misma manera, para los druidas era la –Virgo Partitura-, la madre babilónica, era conocida como -Afrodita-, y –Ceres- por el pueblo de Grecia. También los sumerios tenían su -diosa madre- y le llamaban –Nana-. Por los romanos, se le veneraba como –Venus- o –Fortuna-, y el hijo de ella, era nada más ni nada menos que el grandemente venerado dios falso Júpiter o Zeus. –Isi- la gran madre, y su hijo –Iswara-, son venerados en la India donde se les han hecho grandes templos para su adoración. Qué decir del pueblo Israelita, también cayeron en la adoración de la –diosa madre-, -Astaroth- (Ver cap. 2 del libro de los Jueces) y que era conocida también como -La Reina del Cielo-, de acuerdo al libro del profeta Jeremías:

«. . . sino que ciertamente pondremos por obra toda la palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambres somos consumidos» (Jer. 44:17, 18).

En Efeso, era conocida como –Diana- (Hech. 19:27), en Egipto la -diosa madre- era conocida y adorada como –Isis-, y su hijo como –Horus-. Países de África, de Europa y en Latinoamérica, también tienen sus –diosas madres- que veneran, al igual que sus divinos –vástagos-.

Entre los siglos III y IV, bajo el gobierno del impío Constantino, el culto babilónico de adoración a la -diosa madre- es permitido por los líderes cristianos que aceptaron en sus grupos a los paganos que practicaban dicha adoración, con el fin de retenerlos para fines de lucro (2.P.2:3). La veneración arraigada de la -diosa madre- pagana, es disfrazada por medio de una imagen cristiana de adoración a la –Madre de Cristo- para hacer más aceptable un cristianismo que no dejaba (ni deja) de ser profano e impuro. Así, la veneración a la -diosa madre- es remplazada por la veneración a la Virgen María, la madre del Señor Jesucristo, conforme el propósito de ser instrumento para serlo, y que la iglesia católica romanista acepta bajo el auspicio de Constantino, lógicamente, por intereses políticos propios, aceptando un cristianismo fuera del orden del que la Biblia establece sana y correctamente. Desgraciadamente, cristianos que fueron fieles, consintieron que los paganos cristianizados, adorasen a María, y las imágenes y figuras idolátricas de ella no se hicieron esperar, junto a la veneración de Cristo, y que se ha hecho continuo hasta nuestros días, sin ningún ápice de cambio, tal como lo ordenó la iglesia apóstata romanista católica hace menos de dos mil años, llevando por la falsa puerta de la condenación a millones y millones de personas hogaño. En ninguna parte de la Biblia se refiere que a María se le deberá adorar como –Deidad-. En Jeremías 7:18-20, dice que la ofrenda a la -Reina del Cielo- provocó ira al Dios Creador:

«Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira» (Jer.7:18).

Cosas curiosa, se conoce que las mujeres de Paphos, en Chipre, tienen la costumbre de ofrenda a la Virgen María, que consideran Reina del Cielo, en los altares antiquísimos de la diosa Astareté. María es venerada de muchas formas, dijimos con imágenes y figuras, y con rezos como el -Ave María-.

En la Biblia, jamás, nunca, pero nunca jamás, se mecinona que Maria sea «mediadora» o «co-redentora». de los hombres. Al contrario, ella acepta su bajeza por saberse mujer pecadora, que requiere salvación, por tener la semilla de la iniquidad que todos los hombres llevamos a causa de la trasgresión en el Edén (Gn.cap.3; Sal.51:5; Sal.54; Ro.cap.5).

Con palabras de la misma María, en «Magnificat», ratificamos las palabras precedentes:

«Y María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva. He aquí pues, desde ahora, me tendrán por bienaventurada todas las generaciones, porque el Poderosos ha hecho grandes cosas conmigo. . . » (Lc.1:46-49).

Es cierto que María menciona que las generaciones posteriores la tendrían por bienaventurada, pero se refiere al privilegio, que pudo haber tenido otra mujer por los designios divinos, de ser el instrumento para que el logos («ideal») de Dios fuese concebido en su vientre. No se le conoce a Maria ninguna potestad, como lo afirman los católicos, ya que Dios, como ella lo menciona, «ha hecho grandes cosas conmigo». Es más, María era ignorante de haber sido el receptáculo escogido para la encarnación de Jesucristo, porque es obvia su turbación y desatino cuando el ángel se le aparece para revelare el plan de la concepción sobrenatural en su persona (Ver cap. 1 de Lc.). Esto la descarta definitivamente como -patrona y mediadora del cielo-. Sin tratar de ser irónico, pregunto: ¿Qué dios o diosa no lo sabe todo? Y contesto: Al menos que sea el Eterno y Poderoso Dios del cielo que es Jehová (Hech. 15:18; He.4:13; Sal.139:1-4; Is. 44:28).

Dios no concibe más «medidor» para llegar a la salvación que el Señor Jesucristo:«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a si mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo» (1 de Tim.2:5).

María murió, y necesita ser juzgada como la Biblia lo hace saber (He.9:27). No hay un lugar en ella que diga que María ascendió al cielo para ser «patrona ni mediadora» de los que creen que ella lo es. Pero si lo hizo Jesucristo, para establecerse a la Diestra del Dios Padre (Hech.1:9; 7:55). Sin ofender a nadie, lo que hemos plasmado con letras, sin ningún temor a equivocarnos, por las razones indubitables allegadas, es una gran mentira que ha narcotizado y cautivado a tantos que han abrazado el catolicismo apóstata, que los guía fríamente a la destrucción perdura.
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Respetuosamente, reto a cualquier persona que dé pruebas contundentes de lo contrario, con la condición que sean bíblicas, verdaderas, mas no con leyendas tradicionalistas religiosas, ya que están expuestas al mucho error.
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Concluyo así, con este versículo que habla del verdadero mediador del Nuevo Pacto, Cristo Jesús, el Hijo de Dios y Redentor del mundo. No hay otro, ni otra:

«Así que, por eso es mediador (Cristo) de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las trasgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna» (He.9:15).

Dios les bendiga amigos y hermanos.

TRASFORMACION DE MUERTE

Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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Sólo Dios es capaz de transformar genuinamente la vida de los seres humanos que se encuentran en vicios, en iniquidades y maldades de todas formas por causa del pecado. La Palabra de Dios da vida al hombre, y lo hace nueva criatura, y el caminar juntamente con Cristo, en la justicia del cielo que caracteriza dicho caminar, se establece con firmeza el carácter del Señor en su corazón como consecuencia a la fiel obediencia aprendida en su Palabra, siendo grato, si se aplican correctamente sus mandatos, ante los ojos Del que lo ve todo:

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Co.5:17).

«El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo» (1 Jn.2:6).

La verdadera humildad representa la sujeción a los designios de Dios. Los creyentes ahora, en vez de concientizar en lo que la Biblia dice para el cambio de sus vidas, se dejan tiranizar bajo las normativas y leyes que los líderes profanos proponen. Para esto, escogen versículos de la Biblia que pueden manipular a sus conveniencias, y con agregados de la razón hacen un perfecto protocolo de mentira para someter engañosamente en un vivir altamente ajeno a lo que la Palabra enseña. Les muestran un vivir místico emocional y reprimido ante la adversidad, volátil ante los ojos de Dios. El sufrir la sana doctrina, pasa a ser una cómoda forma social al que le llaman «cristianismo piadoso», y que el inconmovible Dios ve inaceptablemente con espanto, ira y tristeza. Claro, hay un cambio conductual, externo, falso, y puede ser, sin duda alguna, notable, pero, desafortunadamente, no es aquel que Dios exige conforme al carácter de Cristo, que es la imagen del Padre, sino semejante a la de sus pastores y maestros, que son vistos y alabados como si fueran el mismo Rey de las ordenanzas santas.

El hombre cambia con provecho espiritual por la Palabra Divina, y no genuinamente por las palabras de los mentirosos que gobiernan las iglesias cristianas. Carismáticos y elocuentes, los obispos de Satanás, poseen personalidades muy propicias para sintonizar las mentes ignorantes a sus propósitos, que terminan siendo fácilmente manipulables para el cambio («nuevas criaturas» de orden terreno-eclesial).

El cristiano de hoy, se ha inclinado a ser social, porque gusta del sistema del mundo, y no va lejos del romanista católico. Ahora, es difícil diferenciar entre uno y otro, ya que los romanistas se han hecho carismáticos, y la idolatría, a las imágenes, marca una poca diferencia entre ellos. Lo demás, es casi igual.

El cristiano de ahora, no escudriña la Palabra para su conversión, pero está atento a las sincréticas doctrinas propuestas de los líderes, que han logrado atiborrar las iglesias con monstruosos y bestiales adeptos cuasi cristianos, que han aprendido en sus congregaciones una falsa disciplina de «santidad», muy parecida a la disciplina conductual que enseña la psicología. Terrible propagación hipnótica, hecha por sus dictadores de esperpéntica «luz», que son vistos como «hijos de lo Alto», tocados por el «poder de Dios» para portentos y predicas «maravillosas», y que son los «elegidos» para lo buena obra suprema, pero en realidad son quienes los conducen erradamente bajo la influencia del espíritu del mundo, cubierto de una brillante y fina capa de mansedumbre y de amor, y que serán separados a la izquierda del Señor Jesucristo, cuando venga a juzgar el mundo en su gloriosa y segunda venida.

«Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él » (Ro.8:9).

«Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios» (Jn.3:3).