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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 8 de julio de 2008

AL DIOS NO CONOCIDO


De los tiempos del Nuevo Testamento encontramos dos casos relacionados con la vida del apóstol Pablo. En Hechos 17:22- 23 leemos que cuando visitó Atenas, “Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: Al Dios no conocido. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio”.

Esta zona de Atenas estaba rodeada de templos y santuarios dedicados a los diferentes dioses que tanto griegos como romanos veneraban. Allí se encontraban los templos más importantes de Zeus y Atenea, además de muchos otros altares y lugares de adoración erigidos en honor a varias deidades menores.

Para asegurarse de que no hubieran pasado por alto ni un solo dios, los atenienses también tenían un altar con la inscripción “al Dios desconocido”.

Entre las ruinas del antiguo Imperio Romano se han hallado varias de estas inscripciones y altares. Tres de ellas se exhiben en el Museo Arqueológico de Estambul, todas dedicadas “al dios sin nombre”, es decir, al dios cuyo nombre ellos no conocían. Estos tres ejemplos provienen de otras ciudades del Imperio Romano, así que Atenas no era la única que contaba con un altar y una inscripción como ésta.

REDIMIDO

REDIMIDO
.
Fue tan duro en mi penumbra
Que sin vida yo luchaba
Por salir de aquellas rutas
De tormentas y de zarzas.
El pecado me sumió
En tan triste soledad
De adicciones que me envió
El estiércol visitar.
Fue la droga el aliciente
Del sufrir y del dolor,
Y en un trance divergente
Emboté mi corazón.
Indolente reinó en mí
Toda especie del hedor,
Y en lo hondo de mi vida
Una estaca se clavó.
Navegué por la corriente
Del oscuro mundo infiel,
Y confiado yo en mi suerte
Los pantanos visité.
Pero Cristo, Hijo Ungido,
Con su sangre me lavó,
Y de lo más envilecido
Firmemente me sacó.
(Inglés y Español)
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