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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 1 de noviembre de 2009

UNO, Y NADA MAS


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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En el AT hay 5500 versículos que hablan de la singularidad de Dios, y escasamente 4 que indican una supuesta "pluralidad" de Dios, y me refiero, en el aspecto cuantitativo, es decir, "un dios en tres personas y que son distintas entre una y otra". Hay dos explicaciones porqué esta última parte no tiene consideración de ser:
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1. La manera de redactar de los judíos.
2. Dios habla a la congregación de huestes celestiales.

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Si se discute sobre estos cuatro versículos una aparente "pluralidad" de Dios, creo que debiera discutirse obligadamente de la manera que lo comenta mi hermano Mario Olcese Sanguineti en uno de sus estudios, los 5500 versículos que hablan de la singularidad de Dios (Is. 44:24; 45:11-12).
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La doctrina del AT. es monoteísta sin dar cabida a duda alguna, y eso se le pude preguntar a cualquier rabino judío conocedor de la ley mosaica que responderá con positiva rapidez. El Mismo Señor Jesucristo, así lo reafirmó en el NT. (Mr. 12:29).Cristo jamás pronunció que fuese "Dios", el vino a presentar al Padre como el Hijo del Dios viviente, según la revelación sobrenatural dada a Pedro por el Padre, por lo que declaró el apóstol: «Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente». Cristo afirmó sin ambages confusos ni circunloquios que el Padre era su Dios: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre y a vuestro Dios» (Juan 20:17).
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El Shema (El Verdadero «Credo Cristiano») hebreo dice:«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová Uno (Heb. «echad») es» (Deut. 6:3).
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De esa manera, hemos visto con diáfana luz, que Dios es Solo Uno, y nada más.En Gn. 1:1, la palabra «Dios» es «Elohim» y es una palabra en plural en cuanto a forma y no en cuanto a número; esto último es aceptado con error grande de parte de los conciliadores Trinitarios, entre ellos, muchos cristianos, y por todos los católicos que hay esparcidos en el globo terráqueo: "Un Dios en Tres Personas Distintas". La palabra «Elohim» es conocida como «plural de majestad», y expresa honor, dignidad e intensidad:
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«Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". . . » (Gn. 1:26).
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La palabra «Elohim» no sugiere en las Escrituras ni muestra ni da vestigios de un dios que sea "trino". La Biblia presenta al Señor Dios y Padre que es Jehová como Único y Soberano (Det. 6:4; Is. 4:6; Ef.4:4-6; Jn.17:3).
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Cuando Arrio erigió el dogma que hablaba de Cristo como un ser "creado", la iglesia romanista católica en defensa condena su postura y etiqueta el arrianismo como herético, en los Concilios de «Nicea» (325 d.C) y de «Constatinopla» (381 d.C), quedando instituida con legal oficio la peligrosa y pagana doctrina de la «Trinidad» que formaliza un Dios que es representado en tres personas distintas, "cohesionadas en un igual en la Deidad" (El Credo Niceno dice: «Credo in Spiritum Sanctum qui ex Patre per Filium procedit»: Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre a través del Hijo) y que podemos apreciar con notable claridad en uno de los famosos «Credos Católicos» (torcidos y paganos que también enseña la fatal doctrina de la vida después de la muerte por medio del alma), para ser exacto, en el Credo Atanasio (léalo hermano y amigo que nos visita, aprenda a estudiar si no está acostumbrado hacerlo):
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Credo de Atanasio
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"Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre.Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el "Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; Así, Señores el Padre, Señor es el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede.
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Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera, pues, salvarse, así ha sentir de la Trinidad.
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Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Mas aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.
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Esta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse."
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La doctrina de la Trinidad, que ha hecho tanto daño al pueblo cristiano hasta estos momentos, se remonta a los griegos paganos, y fue desconocida por la Iglesia Prístina antes del Siglo IV d.C. Tertuliano de África era estoico, y fue el primero en mencionar el nombre de «Trinidad» dentro del ámbito cristiano, creyéndola además. Escribió en apoyo al dogma Trino: "una sustancia" y "tres personas".
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La Biblia no apoya para nada la mitología Trinitaria. Estas son las pruebas bíblicas que refutan su esencia oscura, pagana y, por supuesto, satánica:
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«La Biblia dice que hay un solo Dios» (1 Tim: 2:25).«La Biblia afirma que únicamente el Padre es Dios» (1 Co. 8:6).«El Dios de Jesucristo es el Padre, por lo tanto, Cristo no puede ser Dios porque solo el Padre lo es» (Jn. 20:17; 1 Co. 8:6; 1 P. 1:3).«Cristo dijo tener un Dios» (Mt.27:46; Ap. 13:2).«Hay una diferencia clara entre el Padre y Jesucristo. Cristo admitió que su Padre era el Único Dios Verdadero y fue Él que lo envió al mundo» (Jn. 3:16; 6:29; 17:4).«Jesucristo es Mediador y Hombre, mas no es Dios» (1 Tim. 2:25).«La co-substancialidad ("igualdad") de la Deidad como lo delineó la iglesia católica romanista es antibíblica porque Cristo dijo»: «. . . el Padre Mayor es que yo» (Jn.14:28).«Cristo no es "omnisciente", Dios sí, eso lo excluye ser Dios» (Lc.8: 43-46; Mr. 13:32; Hech. 1:6, 7; Ap.1:1).«A Dios nadie lo ha visto jamás, a Cristo, muchas personas lo vieron » (Jn.1:14, 18; 1 Jn. 1:2).«Cristo es el representante de Dios en el mundo (Jn.14:9).«Cristo dijo que Dios moraba en él, con esto, es imposible que sea Dios Mismo» (Jn. 14:9).
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Hay muchos más, pero creo, que para ahora, es suficiente con lo anterior.
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Gracias.
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Dios les bendiga siempre hermanos y amigos que nos visitan de buena gana.

ORIGENES Y EL SUPERSESIONISMO


Por Michael J. Vlach, Ph.D.

El padre influyente de la iglesia, Orígenes (c. 185-254), era importante para el desarrollo de supersesionismo. Él enseñó que Israel estaba permanentemente rechazado por Dios y que la iglesia era el nuevo Israel.

Sobre el rechazo de Israel, Orígenes promovió un enfoque supersesionista punitivo en el que el pueblo de Israel estaba para siempre “abandonado a causa de sus pecados.” [1] También declaró: “Y decimos con confianza que ellos [los Judíos] nunca serán restaurados a su condición anterior. Porque ellos han cometido un crimen de la forma más profana, en conspirar contra el Salvador del género humano en esa ciudad, donde ofrecieron a Dios un culto que contenía los símbolos de los misterios poderosos. “[2] Según Orígenes,” Los Judios estaban abandonados por completo, y no poseen ahora ninguna de lo que se consideraban sus antiguas glorias, de modo que no hay indicación de alguna Divinidad morando entre ellos. “[3]

Además de creer que Israel había sido siempre rechazado, Orígenes sostuvo que la iglesia era ahora el nuevo pueblo de Dios. En su debate con Celso, por ejemplo, Orígenes, declaró: “Nuestro Señor, viendo la conducta de los Judíos que no estaba en absoluto en consonancia con las enseñanzas de los profetas, inculcó por una parábola que el reino de Dios que sería quitada de ellos, y dado a los convertidos del paganismo.”[4] N.R.M De Lange resume la perspectiva supersesionista de Orígenes, así: “crucial para todo el argumento [de Orígenes] es la paradoja de que Judíos y gentiles sufren un cambio de papeles. Los israelitas históricos dejan de ser Israelitas, mientras que los creyentes de los gentiles convertidos vienen a ser el nuevo Israel. Esto implica una redefinición de Israel.”[5]

Además de hacer declaraciones supersesionistas específicas, Orígenes contribuyó a sentar las bases para el supersesionismo. Diprose señala que Orígenes “refuerza la base teórica de la teología de la sustitución fundándola en la exégesis bíblica.” [6] Esta “base teórica” está relacionada con el uso de la alegoría de Orígenes para comprender las Escrituras.

Orígenes dio a la alegoría cristiana su fundamento teórico y él fue fundamental en hacer el método alegórico el enfoque cristiano de la interpretación de textos de las Escrituras con respecto a Israel. En su De Principiis defendió un triple significado de cada pasaje de las Escrituras. [7] Aun reconociendo la importancia del sentido literal, a veces, Orígenes sostuvo que el significado espiritual detrás del sentido literal, era más importante. Por ejemplo, en referencia a la declaración de Jesús: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 15:24), Orígenes niega que Jesús tenía a la vista a los israelitas étnicos. Para Orígenes, el título de Israel se refiere a cualquier persona que realmente conoce a Dios: “No entendemos estas palabras [Mateo 15:24] como aquellos hacen que saborean de cosas terrenales. . . pero entendemos que existe una raza de almas que se denomina «Israel», como se indica por la interpretación del nombre mismo: porque Israel es interpretado como que significa una “mente”, o “el hombre que ve a Dios.” [8]

Orígenes también sostuvo una distinción entre Israel carnal y el Israel espiritual. El Israel carnal o físico, para Orígenes nunca se tuvo la intención de que heredara las promesas del Antiguo Testamento, porque era indigno y no los podía entender. En el mejor de los casos Israel físico funcionó como un tipo para el Israel espiritual, la iglesia, a quien las promesas encuentran su plena realización. [9] El resultado de este punto de vista, de acuerdo con Diprose, fue que “Orígenes efectivamente deshereda al Israel físico”. [10]
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[1] Orígenes, Contra Celso 4.22, ANF 4:506.

[2] Orígenes, Contra Celso 4.22, ANF 4:506.

[3] Orígenes, Contra Celso, 2.8, ANF 4:433.

[4] Orígenes, Contra Celso, 2.5, ANF 4:431.

[5] MRN De Lange, Orígenes y los Judios: Estudios de Relaciones Judeo-Cristianas en el tercer siglo de Palestina (Cambridge: Cambridge University
Press, 1976), 80.

[6] Ronald E. Diprose, Israel en el desarrollo del pensamiento cristiano (Roma: Istituto Italiano Bíblico Evangélico, 2000), 86.

[7] Véase Orígenes, De Principiis 4.1.11, ANF 4:359. Véase también “los primeros cristianos de Interpretación”, en The Oxford Companion a la Biblia, eds. Bruce M. Metzger y Michael D. Coogan (Nueva York: Oxford University Press, 1993), 311-12. Kaiser dice Origen “, defendió el sistema alegórico de la interpretación como la mejor manera de manejar la mayor parte del Antiguo Testamento.” Walter C. Kaiser, “una respuesta Epangélica”, en Dispensacionalismo, Israel y la Iglesia: La búsqueda de la definición (Grand Rapids: Zondervan, 1992), 363.

[8] Orígenes, en los primeros principios 4.1.22 ANF 4:371.

[9] Orígenes, dijo que “Israel corporal” [Judios] eran “tipo” para “Israel espiritual” [la Iglesia]. En los primeros principios 4,21 ANF 4:370; Véase también Diprose, Israel en el desarrollo del pensamiento cristiano, 89.

[10] Diprose, 89.
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EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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Un poco antes de que termine el Reino Milenario de Jesucristo, el diablo será soltado del oscuro Abismo para engañar a las naciones del mundo. Algunos piensan que sea para probar la fidelidad de los que un día habitarán la Tierra Milenaria guiados por el propio Mesías Rey. El diablo sale a engañar a los hombres de las naciones, logrando su fin perverso. Los malignos influenciados por Satanás, que son como la arena del mar (Gog y Magog), salean a rodear la ciudad santa en la que se encuentran los hijos del Señor, pero Dios toma una decisión oportuna y rápida, y haciendo descender fuego del cielo, consume a los rebeldes en un acto inesperado y relampagueante (Ap. cap. 20). Después de este acontecer, aparece un Gran Trono Blanco, pero la Tierra y los Cielos anteriores ya habrían desaparecido porque dice: «delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos» (Ap.20:11).
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Es posible pensar que Cristo sea el que esté sentado en ese momento en el Gran Trono Blanco. La Biblia dice que Cristo seguirá reinando hasta que todos sus enemigos hayan sido puestos debajo de sus Pies, incluyendo la muerte. Es por eso que podemos pensar con sobriedad que quien se sienta para juzgar en el Trono Blanco sea el Hijo de Dios. Cuando los enemigos de Dios hayan sido destruidos, Cristo entonces entregará el Reino al Dios Padre (1 Co.15:24, 25, 26). Este juicio es sólo para los no conversos, porque no se hace ninguna referencia a personas salvas.
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Los malignos resucitados (Ap.20:13) serán juzgados al terminar la era milenial «por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras» (Ap.20:12). Los libros mencionados arriba, son los «Libros Bíblicos», exactamente, los que conocemos (no todos los conocen, porque muchos cristianos ni siquiera toman las Escrituras para quitarle el polvo añejo). El Señor Jesucristo dijo: «El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero» (Jn. 12:48). Estudien los versículos hermanos y amigo, sean como los hermanos de Berea para que comprueben que hablamos verdad de Dios.
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Pablo escribe en una de sus epístolas que Dios habrá de juzgar a los hombres en ese día según su Evangelio (Ro.2:16). Aparte de libros nombrados, se hace mención de «otro libro» que aparece en el Juicio del Gran Trono Blanco:
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«. . . y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida . . .» (Ap.20:12).
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A ciencia cierta, se trata del «Libro de la Gracia Divina», en el cual se encuentran registrados exclusivamente los nombres de aquellos que fueron fieles siempre al Señor hasta la muerte, para poder así recibir el galardón final (Stg.1:12; Ap.2:10). Los verdaderos herederos de la Gracia son los únicos que aparecerán inscritos en el libro de la vida.
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Por último, los que no estén inscritos en el libro de la vida, serán lanzados en el Lago de Fuego, lugar de la aniquilación eterna, para todo aquel que se rebeló contra Dios (Ap.20:15): Para los rebeldes, los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los hechiceros, los idólatras, los religiosos, y para los que aman la mentira (Ap.21:8).

Mt. 21:43 Y LA TEORIA DEL REEMPLAZO


Por Michael J. Vlach, Ph.D.

Un texto de uso frecuente por los supersesionistas para apoyar la idea del rechazo permanente de la nación de Israel es Matt 21:43. [1] En este versículo, que Frederick Dale Bruner llama “uno de los versículos más importantes en Mateo,” [2] Jesús ante la incredulidad de los líderes de la nación de Israel, anunció su rechazo de ellos a causa de su terca incredulidad: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”

¿Cuál es el significado de las palabras de Jesús en Mateo 21:43? Los Supersesionistas afirman con frecuencia que Jesús estaba haciendo dos puntos principales. Primero era que la nación de Israel había sido definitivamente rechazada como el pueblo de Dios. Lo segundo es que la “nación” a la cual el reino se le daría es la iglesia.

Este punto de vista de que Mateo 21:43 enseña la sustitución de Israel con la iglesia se celebró en la época Patrística. Como Orígenes declaró, “nuestro Señor, viendo conducta de los Judios de no estar en todo de acuerdo con las enseñanzas de los profetas, inculcó por una parábola que el reino de Dios será quitado, y dado a los convertidos del paganismo.”[3] Ireneo y Crisóstomo, también, creyeron que este texto enseña el rechazo permanente de los Judíos. [4] Esta comprensión de Mateo 21:43, sin embargo, va más allá de la época de los Padres. De acuerdo con WD Davies y Dale Allison, este punto de vista de que Mateo 21:43 enseña la sustitución de la nación de Israel con la Iglesia es “la interpretación dominante en la historia cristiana.” [5]

Este punto de vista de Matt 21:43, sin embargo, es improbable por varias razones. El primer problema se refiere a la identidad del “vosotros” de quien el reino sería tomado. Varios intérpretes han señalado que el “vosotros” se refiere probablemente a los actuales dirigentes de Israel y no a la nación en su conjunto como los supersesionistas han pretendido. M. Eugene Boring, por ejemplo, afirma: “¿Quién está representado por el “vosotros” a quien se toma el reino? ¿Quién es la “nación” o la gente a quienes es dado? En el contexto, los destinatarios son claramente los principales sacerdotes y los fariseos. . . es decir, el liderazgo judío, y no el pueblo como un todo. “[6] Haciendo un punto similar, David D. Kupp escribe, “la creciente antipatía de Jesús hacia los líderes judíos nunca ha marcado el rechazo de la multitud judía, el pueblo de Israel. Incluso en Mateo 21,43 la audiencia a quien se le habla es explícitamente a los líderes, no al pueblo.”[7]

Boring y Kupp parecen correctos en sus observaciones. Mateo 21:45 dice que los líderes religiosos “entendieron que Él [Jesús] hablaba de ellos.” Anthony J. Saldarini sostiene que el punto de vista supersesionista está más en consonancia con presupuestos supersesionistas que con el significado real de Mateo 21:43: “Esta lectura, que se ajusta a las interpretaciones supersesionistas cristianas posteriores de las relaciones judeo-cristianas, es acosada por varios problemas, el más evidente de ellos es que Mateo hace que los sacerdotes y fariseos apliquen la parábola a sí mismos (21:45), no a Israel como en su conjunto. “[8] Dado que el contexto indica que Jesús estaba hablando específicamente a los líderes religiosos de su época, la afirmación supersesionista de que Jesús estaba anunciando el rechazo permanente de la nación de Israel, parece poco probable.

Otro problema con la opinión de que Jesús declara el rechazo permanente de Israel es que otras secciones del evangelio de Mateo parecen reafirmar o insinúan un futuro para Israel. Como ha señalado Sanders, Mateo 19:28, “confirma la opinión de que Jesús miró hacia la restauración de Israel.” [9] MA Elliott afirma que en el evangelio de Mateo “no se encuentra nada explícito en relación con el rechazo de Israel.” [10]

Un segundo problema se refiere el punto de vista supersesionista de que la nación a la que el reino se daría es la iglesia cristiana. [11] El contexto de Mateo 21 es poco probable que la “nación” de la cual Jesús se refiere es la iglesia. Como Turner escribe: “En el versículo 46 está claro que los líderes religiosos creían que Jesús estaba hablando acerca de ellos, no a Israel como un todo. Así pues, es darle demasiada importancia a este versículo para poder verlo como una indicación de la sustitución de Israel por la iglesia gentil. “[12] Saldarini indica que los teólogos que interpretan la “nación” o “gente” como la Iglesia” están leyendo en la teología cristiana del siglo II” en Mateo 21:43. [13]

Así, Mateo 21:43 no es un texto de apoyo para la teología de reemplazo.
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[1] Los siguientes autores han expresado la idea de que Mateo 21:43 enseña el rechazo de la nación de Israel y / o sustitución de Israel por la iglesia: Jack Dean Kingsbury, Matthew: Estructura, la Cristología, Reino (Philadelphia: Fortress, 1975), 157; RT Francia, El Evangelio según Mateo, TNTC, vol. 1 (Grand Rapids: Eerdmans, 1985; reimpresión, 1987), 310; John Gerstner, erróneamente la palabra de la Verdad: Una Crítica de la Dispensacionalismo (Brentwood, TN: Wolgemuth & Hyatt, 1991), 190-91; Archibald Thomas Robertson, Imágenes de palabras en el Nuevo Testamento, vol. 1 (Grand Rapids: Baker, 1930), 172; Zorn, Cristo Triunfante, 30; George Eldon Ladd, El Evangelio del Reino (Grand Rapids: Eerdmans, 1959), 114; Karl Rahner, Los fundamentos de la fe cristiana: Introducción a la la idea del cristianismo, trad. William V. Dych (Nueva York: Seabury, 1978), 337; Herman Ridderbos, La venida del Reino, trad. H. de Jongste (Philadelphia: Presbyterian & Reformed, 1962), 352-53; Francis Wright Beare, El Evangelio según Mateo: A Commentary (Oxford: Basil Blackwell, 1981), 431; LaRondelle, el Israel de Dios en la profecía, 101; John Bright, El Reino de Dios (Nashville: Abingdon, 1953), 226. Otros textos han sido utilizados para apoyar esta idea del rechazo permanente de Israel. Diprose menciona Juan 8:30-59 como un texto de apoyo posible para la teología de reemplazo. En este texto, Jesús insiste en que los líderes judíos no eran hijos de Abraham, sino hijos del diablo (véase 8:44). Ronald E. Diprose, Israel en el desarrollo del pensamiento cristiano (Roma: Istituto Italiano Bíblico Evangélico, 2000), 36-38. Diprose también menciona 1 Tesalonicenses 2:15-16. La última parte del versículo 16 estados sobre la Judios, “Pero la ira ha venido sobre ellos al máximo.” (55). Bright menciona Matt 8:11 como paralelas a Mateo 21:43. Brillante, El Reino de Dios, 226.


[2] Frederick Dale Bruner, Matthew: A Commentary, vol. 2 (Dallas: Word, 1990), 770.

[3] Orígenes, Contra Celso, 2.5, ANF 4:431.

[4] Véase Ireneo, Contra las herejías 4.36, ANF 1:514; Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de Mateo, 68, PG, 58:631-34; Véase también Constituciones Apostólicas 5.16, ANF 7:446.

[5] WD Davies y Dale Allison, crítico y exegético Comentario al Evangelio según San Mateo 19-28, Corte Penal Internacional, vol. 3 (Edinburgh: T. & T. Clark, 1997), 189.

[6] M. Eugene Boring, “El Evangelio de Mateo: Introducción, comentarios y reflexiones”, NIB, vol. 8 (Nashville: Abingdon, 1995), 415.

[7] David D, Kupp, Emmanuel Mateo: Presencia Divina y el pueblo de Dios en el primer Evangelio (Cambridge: Cambridge University Press, 1996), 95. Según DA Carson, “Estrictamente hablando, entonces, v. 43 no habla de transferir el lugar del pueblo de Dios de Judios a los gentiles, aunque puede que en esta pista en la medida en que lugar se extiende mucho más allá de la autoridad de los judíos gobernantes. . . en cambio, habla de la finalización de la función de los líderes religiosos judíos jugado en la mediación de la autoridad de Dios. “DA Carson,” Mateo “, EBC, vol. 8 (Grand Rapids: Zondervan, 1981), 454. Luz escribe: “¿Es Jesús que anuncia la superación de Israel por parte de la Iglesia de los gentiles en la historia de la salvación de la humanidad? . . . No, porque en este contexto, es evidente que debería hablar con los líderes de Israel y de nadie más. No, porque la etnia-la misma palabra griega para “pueblo” que significa, en plural, «naciones» o «Gentiles’-no puede ser simplemente sinónimo de” iglesia “. Ulrich Luz, la teología del Evangelio de Mateo, trans . J. Bradford Robinson (Cambridge: Cambridge University Press, 1995), 119. Véase también David L. Turner, “Mateo 21:43 y el futuro de Israel”, (2002 Bibliotheca Sacra 159:633): 56.

[8] Anthony J. Saldarini, Comunidad Judeo Cristiana (Chicago: University of Chicago Press, 1994), 59.

[9] EP Sanders, Jesus and Judaism (Philadelphia: Fortress, 1985),103. Por la restauración de Israel, Sanders significa “la restauración judía” (116).

[10] MA Elliott, “Israel”, en Diccionario de Jesús y los Evangelios, eds. Joel B. Green, Scot McKnight, y I. Howard Marshall (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1992), 359. Elliott también escribe: “Algunos partidarios de esta nueva escuela de mantener la investigación de Jesús que el supuesto importante para el ministerio de Jesús era la doctrina escatológica generalizada de la restauración de Israel, y que Jesús tanto en cuenta esta preocupación y entendido su ministerio a la luz de la expectativa “(360).

[11] De acuerdo con Frederick Dale Bruner, “Un fuerte tradición exegética dice que la iglesia no es la« nación »a la que Jesús Mateo, que promete el reino” será dado. “Frederick Dale Bruner, Matthew: A Commentary, vol. 2 (Dallas: Word, 1990), 771. Énfasis en el original.

[12] Turner, “Mateo 21:43 y el futuro de Israel”, 57. Si la “nación” en Mateo 21:43 no es la iglesia, ¿quién es? Dos explicaciones alternativas se han ofrecido. En primer lugar, Turner afirma que la “nación” es “la comunidad de Mateo como un remanente mesiánica escatológica cuyos líderes sustituirá al actual establecimiento de Jerusalén y dirigir a Israel en que lleva el fruto de la justicia de Dios” (59). Esta comunidad “Mateo judeo-cristiana” supuestamente “, dirigido por los apóstoles de Jesús” (61). Véase también Saldarini, Christian Mateo-de la Comunidad Judía, 63. Otros han entendido la “nación” de Mateo 21:43 como una referencia a una generación creer futuro de Israel. Ver Arnold G. Fruchtenbaum, Israelology: el eslabón perdido en Teología Sistemática (Tustin, CA: Ariel, 1994), 60.

[13] Saldarini,60
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LA RESTAURACION DE ISRAEL: SUPERSESIONISTAS Y NO SUPERSESIONISTAS


Por Michael J. Vlach, Ph.D.

Hechos 1:6-7 dice: “Y así, cuando se habían reunido, le preguntaron, diciendo:” Señor, ¿es en este momento que vas a restaurar el Reino de Israel? “Él les dijo: «No es para vosotros poder saber los tiempos o las épocas que el Padre ha fijado por su propia autoridad”.

Este texto es importante en el debate sobre si la nación de Israel será sometida a una restauración nacional. Los no supersesionistas, que creen en la restauración de la nación de Israel, sostienen que este texto, que describe el intercambio final de Jesús con sus apóstoles, se afirma la idea de una restauración de la nación de Israel. [i] Por lo general lo hacen afirmando dos puntos: (1) los discípulos esperaban la restauración de Israel nacional, y (2) esta expectativa nacionalista de los discípulos era correcta.

En cuanto a la primera cuestión, John A. McLean sostiene que los discípulos esperaban claramente que hubiese una futura restauración del reino davídico a la nación de Israel: Los términos “Israel” y “israelita” aparecen 32 veces en Lucas-Hechos. En cada aparición de los términos se refieren al pueblo de Israel como una entidad nacional. Por lo tanto, parece correcto entender que la pregunta de los discípulos en Hechos 1:6 se refiere a la restauración de un reino a la nación de Israel. Pedían a Jesús sobre el calendario de la futura restauración del reino davídico de Israel, como se describe y se define en el Antiguo Testamento. [ii]

La segunda cuestión concierne si los discípulos estaban en lo correcto por tener puntos de vista nacionalistas sobre la restauración de Israel. Los no supersesionistas sostienen que la creencia de los discípulos era válida y no un error. Dos razones se dan para apoyar esta opinión. En primer lugar, Hechos 1:3 dice que Jesús se reunió con los discípulos durante un período de cuarenta días después de su resurrección para “hablar de las cosas del reino de Dios.” Para los no supersesionistas, parece poco probable que los discípulos pudiesen estar errados en sus percepciones del reino de Israel después de haber recibido cuarenta días de instrucción sobre el reino del mismo Señor resucitado. Como sostiene McLean:

Estos discípulos, sin embargo, eran los mismos a los que Jesús había explicado las Escrituras (Lucas 24:32), cuyas mentes había abierto para comprender las Escrituras (v. 45), y con los que él había pasado 40 días hablándoles sobre el reino de Dios (Hechos 1:3). Por lo tanto, es muy poco probable que hubiera pensado que la intención de alterar el significado del reino mediante la exclusión de de su carácter político nacional. Por lo tanto, en lugar de corregir la comprensión de los discípulos, él les dijo que debían esperar un reino en un período de tiempo no revelado. [iii]

Larry Helyer también argumenta en contra de la posibilidad de que los discípulos estuviesen equivocados acerca de sus concepciones del reino basado en la creencia de que Jesús había tenido muchas oportunidades para corregir los conceptos erróneos que podían haber tenido ellos:

Los discípulos tuvieron el beneficio de los cuarenta días de instrucción post resurrección sobre el reino de Dios (1:3). Lucas especifica que la pregunta sobre el tiempo de restauración fue inmediatamente antes de la ascensión. En otras palabras, fue su última pregunta. Parece improbable que psicológicamente la cuestión de la restauración nacional no había llegado a debate antes de ese momento. Según Lucas, tan tarde como la última cena, los discípulos habían estado discutiendo acerca de quién iba a ser el mayor en el reino (22:24). Esto debe haber implicado el liderazgo en la nueva comunidad. Por lo tanto, si Cristo nunca tuvo la intención de restaurar a Israel a nivel nacional seguramente habría abordado ese tema candente. Sin embargo, tenemos esta cuestión en Hechos 1:6. Mi conclusión es que el punto de la pregunta difícilmente podría haber sido si habría una restauración, sino, más bien, cuando se produciría. [iv]

De acuerdo con John Michael Penney, “La pregunta de los discípulos aquí (1,6), difícilmente puede interpretarse como un malentendido nacionalista. El lenguaje hace eco de Gabriel en el primer capítulo del Evangelio. “[V]

Los no supersesionistas también creen que la falta de corrección de Jesús en Hechos 1:7 es la validación de que los discípulos estaban en lo correcto en sus creencias sobre la restauración de Israel. Si los discípulos se equivocaron en su idea de una futura restauración del reino de Israel, afirman, Jesús probablemente habría corregido su error, como lo hizo en otras ocasiones. Pero la falta de Jesús de la corrección es vista como la afirmación de su idea. Como McLean afirma:

El ministerio de Jesús se centró, en parte, en la corrección de la doctrina falsa y reprender a los maestros errantes. Sin embargo, cabe señalar que Jesús no corrige la pregunta de los discípulos sobre la restauración del reino de Israel. Por lo tanto, en vista de la coherencia del ministerio de Jesús para corregir los discípulos cuando estaban en el error, parece correcto concluir que en su pregunta en Hechos 1:6 ellos apropiadamente anticiparon una futura restauración del reino de Israel. [vi]

Robert Saucy reconoce que “los discípulos tuvieron dificultades con algunas de las enseñanzas espirituales del reino,” [vii], pero también cree que la idea de que estaban totalmente equivocados acerca de la relación del reino a la nación de Israel es difícil de justificar:

Acusarlos de un total desconocimiento de la esperanza del reino de Israel basados en una reinterpretación de esta supuesta esperanza es de difícil justificación en las Escrituras. Justo antes de que los discípulos le preguntaron acerca de Israel y el reino, Lucas registra que Jesús había estado enseñando “sobre el reino de Dios” (v.3). Si después de toda esta instrucción de Jesús su pregunta todavía era equivocada, por cierto que esperaríamos encontrar una reprimenda y una corrección en la respuesta de Jesús. Después de todo, estaba a punto de partir y de enviarlos como sus testigos. Pero, aunque algunos no están de acuerdo, no encontramos nada como un reproche en las palabras de Jesús. [viii]

Según los no supersesionistas, Jesús se negó a abordar el calendario del reino, pero no ofreció ninguna corrección a su idea de que una restauración de la nación de Israel tendría lugar. Como J. Bradley Chance escribe, “En resumen, la respuesta de Jesús se opone a la esperanza de una restauración inmediata de Israel. Que no cuestiona la esperanza de tal restauración en sí. “[Ix]

Los no supersesionistas afirman que Hechos 1:6 indica que los discípulos de Jesús correctamente esperaban una futura restauración de Israel como nación, pero los supersesionistas, que niegan la restauración de la nación de Israel, discrepan. Mientras los supersesionistas a menudo han reconocido que los discípulos en este punto tenían expectativas nacionalistas en sus mentes, [X] no están de acuerdo con la idea de que Hechos 1:6 es una prueba para la creencia de una futura restauración nacional de Israel. Los Supersesionistas han ofrecido dos explicaciones alternativas para el significado de los Hechos 1:6. En primer lugar, algunos han afirmado que los discípulos estaban simplemente equivocados en su comprensión del reino o que no habían comprendido el verdadero significado del mensaje del reino de Jesús. [xi] Raymond O. Zorn Hechos 1:6 indica que “el último destello de parte de los apóstoles. . . respecto a su esperanza de que la nación de Israel volvería a ser otra vez una teocracia política. “[xii]

En segundo lugar, otros como Robertson sostienen que de hecho Israel sería restaurado, pero que sería restaurado de una manera diferente de las expectativas nacionalistas de los apóstoles. Como él dice, “El reino de Dios será restaurado a Israel en el dominio del Mesías, que sería realizado por la acción del Espíritu Santo a través de los discípulos de Cristo, en tanto dan su testimonio hasta los confines de la tierra”. [xiii] Así, mientras el mensaje del Reino se llevó al mundo a través del Espíritu Santo, el reino de Israel estaba siendo restaurado. Para apoyar este punto de vista, Robertson ata la pregunta de los discípulos en Hechos 1:6, con la declaración de Jesús en Hechos 1:8 que los discípulos recibirían el poder del Espíritu Santo y que serían testigos de Jesús por toda la tierra: “Esta declaración [en 1:8] no debe ser considerada como periférica a la pregunta de los discípulos. Por el contrario, es propio de toda la cuestión de la restauración del reino de Israel. “[Xiv]

En segundo lugar, otros como Robertson sostienen que de hecho Israel sería restaurado, pero que sería restaurado de una manera diferente de las expectativas nacionalistas de los apóstoles. Como él dice, “El reino de Dios será restaurado a Israel en el dominio del Mesías, que sería realizado por la acción del Espíritu Santo a través de los discípulos de Cristo, en tanto dan su testimonio hasta los confines de la tierra”. [xiii] Así, mientras el mensaje del Reino se llevó al mundo a través del Espíritu Santo, el reino de Israel estaba siendo restaurado. Para apoyar este punto de vista, Robertson ata la pregunta de los discípulos en Hechos 1:6, con la declaración de Jesús en Hechos 1:8 que los discípulos recibirían el poder del Espíritu Santo y que serían testigos de Jesús por toda la tierra: “Esta declaración [en 1:8] no debe ser considerada como periférica a la pregunta de los discípulos. Por el contrario, es propio de toda la cuestión de la restauración del reino de Israel. “[Xiv]

A pesar de estas explicaciones, sin embargo, Hechos 1:6 parece ser evidencia significativa de la opinión de los no supersesionistas. El hecho de que estos discípulos habían experimentado inmediatamente cuarenta días de instrucción sobre el reino del Jesús resucitado (Hechos 1:3), es poco probable que pudieran estar tan equivocados sobre la naturaleza del reino y la relación de la nación de Israel a la misma. Además, la respuesta de Jesús, aunque no es una afirmación explícita de su esperanza, parece suponer lo correcto de sus expectativas. Como declara Scot McKnight:

Puesto que Jesús era un buen maestro, tenemos todo el derecho a pensar que las esperanzas impulsivas de su audiencia estaban en el objetivo. Esto no quiere decir que ellos, a veces, señalaron referencias incorrectas o llegaron a conclusiones inexactas sobre el tiempo o sobre el contenido, pero se debe admitir que Jesús creía en una realización inminente de la restauración del reino a Israel y que él enseñó esto con claridad. [xv]
De esta manera concluimos con Paul W. Walaskay que Jesús no dijo nada que “deshiciera la esperanza de los discípulos de un reino nacional.” [Xvi] Hechos 1:6-7, por lo tanto, es una prueba para la restauración de la nación de Israel.
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[i] Las siguientes personas ver este texto en la afirmación de una futura restauración de la nación de Israel: Scot McKnight, una nueva visión de Israel: “La enseñanza de Jesús en el Contexto Nacional (Grand Rapids: Eerdmans, 1999), 130-01; Paul W. Walaskay, ‘Y así llegamos a Roma »: la perspectiva política de San Lucas (Cambridge: Cambridge University Press, 1983), 17; John A. McLean,” ¿Jesús correcto de los discípulos Vista del Reino? “Bibliotheca Sacra 151 : 602 (1994): 222; Saucy, The Case for Progressive Dispensacionalism, 268, Larry Helyer “, Lucas y la Restauración de Israel”, 327; John Michael Penny, el énfasis de Lucas Misioneras de pneumatología (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1997 ), 69; Blaising y Bock, Progressive Dispensacionalismo, 237; Tiede David L., “La exaltación de Jesús y la restauración de Israel en Hechos 1,” Harvard Theological Review 79:1-3 (1986): 278; David Larsen, Judios, los gentiles y la Iglesia: una nueva perspectiva sobre la historia y la profecía (Grand Rapids: Discovery House, 1995), 35; Fruchtenbaum, Israelology, 104-05.

[ii] McLean, “¿Corrigió Jesús el punto de vista de los discípulos del Reino?” 222. Véase también Saucy, The Case for Progressive Dispensacionalismo, 268.

[iii] McLean, “¿ Corrigió Jesús el punto de vista de los discípulos del Reino?” 218.

[iv] Helyer “, Lucas y la Restauración de Israel”, 327.

[v] Penny, el énfasis de Lucas Misioneras de pneumatología, 69. “La cuestión en juego aquí no es si la tierra se restablecerá a Israel, sino sólo la cuestión del calendario.” Walter C. Kaiser, Jr., “La Tierra de Israel y el retorno en el futuro (Zacarías 10:6-12), “en Israel, la Tierra y el Pueblo, ed. , H. Wayne House (Grand Rapids: Kregel, 1998), 223.

[vi] McLean, “”¿ Corrigió Jesús el punto de vista de los discípulos del Reino?” 219.

[vii] Saucy, The Case for Progressive Dispensacionalism, 269.

[viii] Saucy, The Case for Progressive Dispensacionalism, 269.

[ix] J. Bradley Chance, Jerusalén, el Templo, y la Nueva Era en Lucas-Hechos (Macon, GA: Mercer University Press, 1988), 133.

[x] Robertson afirma: “¿Qué puede decirse sobre la naturaleza de este reino, tal como la entienden los discípulos? El hecho de que hablaban de su ser “devuelto a Israel indica que ellos estaban pensando en él como una entidad nacional con su centro situado en Jerusalén y su dominio que abarca la tierra de sus padres. Estaban expresando la esperanza de los judíos que Dios establecerá su gobierno, para que Israel sería liberado de sus enemigos, y se reconstituyó como la gran nación que alguna vez fue. “O. Palmer Robertson, el Israel de Dios: Yesterday, Today, and Tomorrow ( Phillipsburg, NJ: P & R, 2000), 130. NT Wright dice que los discípulos “todavía acariciaba ambiciones de la nación de Israel.” Wright, Jesús y la victoria de Dios, 463.

[xi] Según NT Wright, Hechos 1:6 indica que los discípulos “no habían comprendido la naturaleza radical del programa de Jesús.” Wright, Jesús y la victoria de Dios, 463.

[xii], Raymond O. Zorn, Cristo triunfante: Perspectivas bíblicas sobre su Iglesia y España (Carlisle, PA: Banner of Truth Trust, 1997), 50. Zorn también dice, “como la persistencia de las ideas equivocadas de los discípulos era en términos de continuidad de la vieja economía” (194, n. 1).

[xiii] Robertson, el Israel de Dios, 134. Wright states that “Jesus reaffirms the expectation, but alters the interpretation.” N. T. Wright, The New Testament and the People of God (Minneapolis: Fortress, 1992), 374.

[xiv] Robertson, 133.

[xv] McKnight, una nueva visión de Israel, 130-31.

[xvi] Paul W. Walaskay, ‘Y así llegamos a Roma “: la perspectiva política de San Lucas (Cambridge: Cambridge University Press, 1983), 17. Blaising escribe: “La esperanza nacional de Israel en su pregunta aparece como un hecho. La cuestión tiene que ver sólo con el tiempo de cumplimiento “. Blaising y Bock, Progressive Dispensacionalismo, 237. Véase también David L. Tiede, “La exaltación de Jesús y de la restauración de Israel en Hechos 1,” Harvard Theological Review 79:1-3 (1986): 278. Véase también Larsen, Judios, los gentiles y la Iglesia, 35.
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