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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 24 de marzo de 2010

EN QUE LIBRO, CAPITULO O VERSICULO DE LA BIBLIA FUE DADA LA LEY AL GENTIL?


Esta es una pregunta seria que debemos hacernos los Cristianos para crecer en el conocimiento de YHWH. Pues es necesario que cada uno de nosotros avance cada día en el entendimiento de las escrituras, si es que YHWH así lo permite.

El primer detalle que veremos es que el gentil nunca recibió la ley, sino Israel, el pueblo de YHWH, de acuerdo a las escrituras. Entonces, ¿Qué recibió el gentil?

Sin embargo repetimos a cada momento el versículo que dice:

Cristo nos REDIMIÓ de la maldición de LA LEY,… (Gálatas 3:13)

¿Por qué los que éramos gentiles, decimos que Cristo nos redimió de la maldición de la ley, si como gentiles nunca recibimos la ley?

Y honestamente creo que es oportuno el momento, para recordar las palabras de Su Majestad, nuestro Rey y Señor Jesucristo cuando dijo:

Y conoceréis la verdad (tiempo futuro), y la verdad OS HARÁ LIBRES. (Juan 8:32)

Ahora, el detalle es si los cristianos nominales deciden aceptar la verdad o no, o dicho de otra manera, si deciden ser libres o no. Veamos lo que se nos dice al respecto en el libro a los efesios:

Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, LOS GENTILES en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

En AQUEL tiempo estabais SIN CRISTO, ALEJADOS DE LA CIUDADANÍA DE ISRAEL y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA, SIN ESPERANZA y SIN DIOS EN EL MUNDO.

Creo que más claro no podría estar, pero los versículos continúan y dicen:

Pero AHORA EN CRISTO JESÚS, vosotros que en otro tiempo estabais LEJOS, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que DE AMBOS pueblos HIZO UNO, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos UN SOLO y nuevo hombre, haciendo la paz, y MEDIANTE LA CRUZ reconciliar con Dios a ambos en UN SOLO cuerpo, matando en ella las enemistades. (Efesios 2:11, 16) (Versión Reina-Valera 1960)

Veamos los mismos versículos en la versión Castillian de la Biblia, para quedemos claros:

Por tanto, no olvidéis que antes erais PAGANOS, y que los judíos, que practican la circuncisión en su cuerpo, os llamaban incircuncisos.

Recordad que vuestra vida se desarrollaba entonces SIN CRISTO, EXCLUIDOS DE LA CIUDADANÍA DE ISRAEL y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA; y por eso ANDABAIS PERDIDOS en un mundo FALTO DE ESPERANZA y DE DIOS.

Pero AHORA pertenecéis a Cristo Jesús, porque vosotros, que antes estabais LEJOS de Dios, habéis sido ACERCADOS a él merced a la sangre que Cristo derramó.

Cristo es nuestra paz. Él, derribando el muro de separación levantado entre judíos y gentiles, hizo DE AMBOS pueblos UNO SOLO.

Con su muerte puso fin a las enemistades originadas en los mandamientos y ordenanzas de la ley mosaica; pues, tras abolir aquel sistema legal, hizo parte de sí mismo a ambos grupos, y creó UN ÚNICO y nuevo hombre. Así se produjo la paz.

Y siendo PARTES DEL MISMO CUERPO, nos reconcilió con Dios POR MEDIO de la cruz, matando en ella toda enemistad. (Efesios 2:11, 16) (Versión Castillian)

La versión Biblia de las Américas lo dice así:

Los judíos los llaman a ustedes “LOS NO CIRCUNCIDADOS”, y ellos a sí mismos se llaman “los circuncidados”, pues se circuncidan en el cuerpo.

USTEDES NO SON JUDÍOS, y deben recordar que ANTES NO TENÍAN A CRISTO NI ERAN PARTE DEL PUEBLO DE ISRAEL. NO FORMABAN PARTE DEL PACTO NI DE LA PROMESA QUE DIOS HIZO CON SU PUEBLO. Vivían en este mundo SIN DIOS y SIN ESPERANZA.

Pero AHORA, ustedes que estaban LEJOS de Dios, ya han sido ACERCADOS a él, pues están unidos a Jesucristo por medio de su muerte en la cruz.

Cristo nos ha dado la paz. Por medio de su sacrificio en la cruz, Cristo ha derribado el muro de odio que separaba a judíos y no judíos, y de nuestros DOS PUEBLOS ha hecho UNO SOLO. Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley, y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, UN SOLO PUEBLO amigo. Por medio de su muerte en la cruz, Jesucristo puso fin a la enemistad que había entre los dos grupos; clavó en la cruz esa enemistad, y LOS UNIÓ para formar UN SOLO PUEBLO que viviera en paz con Dios. (Efesios 2:11, 16) (Versión Biblia en Lenguaje Sencillo)

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¿Entonces cual es la maldición de la que nos libró nuestro Señor Jesús?

Pues la maldición es no tener una relación de pacto con YHWH, ningún otro pueblo tiene pactos con YHWH sino Israel, y esa es la maldición, sin embargo nuestro Señor Jesús, nos libera de esa maldición, dado que todo aquel que se vuelve a YHWH a través de él, por primera vez tiene la oportunidad de tener una relación de pacto con YHWH.

Así lo dice el apóstol Pablo:

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? EN NINGUNA MANERA; pero por su transgresión vino la salvación a los GENTILES, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los GENTILES, ¿cuánto más su plena restauración?

Porque a vosotros hablo, GENTILES. Por cuanto yo soy apóstol a los GENTILES, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho PARTICIPANTE de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, SINO LA RAÍZ A TI.

Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.

Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.

Porque si tú fuiste CORTADO del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Romanos 11:11, 24)

Esta tan claro como el agua, que los que éramos gentiles por naturaleza, solamente a través del Mesías podemos ser injertados ENTRE las ramas del buen olivo para poder tener una relación de pacto con el Dios de Israel y UNA misma esperanza de acuerdo a la promesa.

Que el Dios Altísimo Creador de los Cielos y de la Tierra les guíe a la verdad.

Por Alexander Dávila G.




Managua, Nicaragua

PRISION E ILUSION



«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn. 2:15-17).

Existe una jaula gigante,
Recibe el nombre de mundo,
En ella anidan las aves
De espíritu libre y confuso.

Jaula enorme y preciada,
Jaula atractiva sin par,
Jaula de insípidas almas
Que aman el goce seglar.

Jaula de áurico tono,
Jaula lustrosa de hierro,
Jaula de tigres y monos:
Mundo pringado de bello.

Javier Rivas Martínez.














EL ERROR APRECIATIVO DE PABLO SANTOMAURO EN Is. 6:1-3


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

«En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria» (Is. 6:1-3).

Una teofanía es una manifestación sobrenatural visible y a veces física de Dios. Las teofanías son vistas frecuentemente en la literatura del Antiguo Testamento. Dios se ha manifestado en sueños (Gén. 20:3-7; 28:12-17), en visiones (Gén. 15:1-21; Isa. 6:1-13). Hay teofanías en las que Dios aparece representado por un un ángel (Gén. 16:7-13; 18:1-33).

La Reina Valera de Estudio Siglo XXI comenta de esto:

«La principal importancia de una teofanía es su revelación de Dios o la presentación de un mensaje divino, en tanto que sus aspectos físicos tienen por objeto simplemete destacar y autenticar la revelación».

La teofanía, la antropomórfica para este caso, tiene el propósito de exhibir por medio de imágenes explícitas las cualidades inherentes de la naturaleza de Dios como son, por ejemplo, su santidad (Ap. 4:8; Is. 6:3), su soberanía y poder (Ap. 4:8; 11:17; 15:3; 16:7, 14; 19:6, 15), su majestad y gloria (Ez. 1:26-28), de tal modo que el hombre logre comprenderlas en su restringida capacidad mental. O sea, la teofanía antropomórfica, no revela, en el sentido objetivo o literal de la visión, el aspecto general de Dios. La teofanía, en sí, es una imagen simbólica que expone el verdadero carácter deífico del Señor y Creador del universo.

Parece que Pablo Santomauro carece de una mente lo indispensablemente apta para asimiliar conceptos como el anterior, o quizás sea por ignorancia o por inadvertencia, ya que en un escrito suyo sin suficiente fundamento, trata, en una postura muy dislocada, de demostrar que “el que está sentado en Trono en Isías 6:1 no es Dios el Padre sino su Hijo Jesucristo”, identificándolo, homologándolo con el Jehová del Antiguo Testamento con la mórbida intención de justificar la adulterada doctrina trinitaria que promociona el falso monstruo teólogico de “tres cabezas”, a manera del mitológico Cervero, legalizada en “santo pergamino” en los umbríos y blasfemos concilios post-apostólicos. Para que lo sepa Santomauro, La palabra «Jehová» está relacionada en las Escrituras tan sólo con el Padre y Dios y no con Jesús el Cristo. El monteísmo judío revela un Dios uni personal y no “tri personal”, del mismo modo que lo presenta Cristo y el apóstol Pablo en el Nuevo Testamento (véase Jn. cap. 17 y 1 Co. 8:6):

"Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno": Shemá Yisrael, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad (Dt. 6:4).

Veamos su comprometedora y falsa afirmación:

"Déjenme demostrarles a uds. como es bien sencillo identificar a Jesús de Nazaret como Jehová del Antiguo Testamento. Todo lo que tenemos que hacer es ir a la visión de Isaías (Isa. 6) --- Recuerden, ya hemos establecido que nadie ha visto al Padre, por lo tanto el SEÑOR que Isaías vio no puede haber sido nadie más que Jesucristo".

Cómo Dios “no ha sido visto jámas por ojo humano” (Jn. 1:18 a), es improbable para Santomauro, por esta premisa, que Dios el Padre sea el qué esté sentado en el Trono Sublime, sino el Hijo, quien dio a concerlo en su ministerio terrenal (Jn. 1:18 b): «...y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad», al que sus contemporáneos pudieron ver (1 Jn. 1:1-3). A la verdad, el profeta Isaías no vio la forma física verdadera del Padre (1 Tim. 6:16), ni tampoco la de su Hijo, «sino que experimentó una manifestación de la gloria de Dios en forma humana» (Reina Valera de Estudio, Siglo XXI). Pablo Santomauro no se ha percatado, y con descomunal asombro lo digo mis queridos y amables lectores, por su “erudicción en las Escrituras”, que en la Biblia se halla, para ser exacto en el Antiguo Testamento, por lo menos una teofanía en la que Dios el Padre y el Hijo aparecen juntos (Dios, como «el Anciano de días», y el Hijo de Dios, y no “dios, como «un hijo de hombre»). Y no es una teofanía que pretenda una vida preexistente del Hijo, sino que en ella se avizora, proféticamente hablando, el retorno visible y escatológico al mundo del Cristo glorificado previamente (Mt. 24:27-51). Antes de su nacimento humano, Cristo no coexistía con el Padre en el cielo como un agente “preencarnado”, como creen los trinitarios con falla tremebunda (heretismo que emanó del gnosticismo y de la escuela catequística de Alejandría). Él estaba en la mente de Dios como «Uno» en el plan de salvación para los hombres pecadores de la corrupta tierra, como Uno «preordenado» para esta misión de amor y de magníficas bendiciones en un Reino terrenal futuro de amor, de justicia, de luz y de equidad sin medida que recibe del Padre cuando asciende a su Diestra (Dn. 7:13, 14): «...un hombre noble que se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver» (Lc. 19:12). Esta es la teofanía a la que nos referimos un poco atrás de este escrito:

«Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido» (Dn. 7:9-14).

Para Pablo Santomauro, por lo visto, las teofanías o visiones que exponen figuradamente la sustancia verdadera de la persona de Dios, son un total imposible, porque a la Deidad “nadie la ha visto nunca”. Su error consiste en no estimar, por causas no conocidas por este servidor que plasma estas letras, la teofanía antropomórfica, qué, cómo visión simbólica, nos devela cognosciblemente para los seres humanos limitados una cuantiosa cantidad de cualidades propias que conforman la natulareza de Dios.

Gracias, y que Dios me los bendiga siempre.