Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

sábado, 4 de abril de 2009

LA NATURALEZA DE JESÚS EN EL PENSAMIENTO JUDÍO




Por David Macías Isaza


En el evangelio de Juan, capitulo 1:35-51, encontramos un pasaje que debería llevar a todo lector de la Biblia a hacer muy serias reflexiones acerca de Jesús y su naturaleza. Permítanme citar y añadir comentarios a las citas de la versión la palabra de Dios para todos (PDT 2005). Esto ocurrió después de Jesús bautizarse con el bautismo de Juan y de regresar del desierto y ser tentado por el maligno (Mateo 4):

Al día siguiente, Juan estaba allí de nuevo con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús, dijo: “Miren, este es el cordero de Dios”. (Juan 1:35)

Para los judíos este título no era un misterio, ya que ellos estaban bien familiarizados con este tema, pues desde el Génesis ellos sabían de los sacrificios de cordero que se ofrecían a Dios como un sustituto expiatorio, el primero de ellos hecho por Dios mismo después de darles la promesa de un Mesías que restauraría todas las cosas como al principio, y hace casi mil años que tenían el mensaje de la liberación de Egipto hecha por Dios a través de Moisés, en donde fue sacrificado un cordero la noche que el ángel de YHWH pasó por todo Egipto, matando a todo primogénito de hombres y animales (Éxodo 12) y fue desde ese día que se instituyó la pascua Judía, una cena que se celebra cada año en memoria de este acontecimiento sin precedentes en la historia de Israel y la humanidad. Vale decir que la cena de pascua fue la famosa “última cena” que tuvo Jesús en la tierra antes de ser sacrificado.

Así que cuando Juan el bautista les hace esta declaración, ellos ya sabían que él se estaba refiriendo a la descendencia de la mujer que le aplastaría la cabeza a la serpiente (Gen 3:15), la descendencia de Abraham que bendeciría a todas las familias de la tierra (Gen 12:3) ( Gal 6-14), el enviado del que habló Jacob antes de morir: “Silo” (Gén 49:8-12), cuando estaba profetizándole a su hijo Judá que de su descendencia nacería este enviado, es decir, el Mesías que reinaría sobre todas las naciones, pero que empaparía su ropa en vino, su manto en sangre de uvas… diciendo simbólicamente que tendría que morir y ser exprimido; el mismo del que habló Moisés (Deuteronomio 18:15-19), que Pedro y Esteban citaron para referirse a Jesús como el cumplimiento de esta palabra profética (Hechos 3:22/7:37) y el mismo que los profetas narran (Isaías 35:5–6/40:3/53:2-9) (Malaquías 3:1) (Zacarías 9:9/11:12–13/12:10) (Daniel 9:26) en los salmos (Salmos 22:1/6–8/16–18) la gente comentaba acerca de Jesús en Juan 6:14.

-¡seguro que este hombre es el profeta que iba a venir al mundo!

Si continuamos con el pasaje de Juan 2, vemos que esto es precisamente lo que los seguidores le entendieron a su maestro Juan el bautista:

Cuando los seguidores lo escucharon decir esto, siguieron a Jesús. Jesús se dio la vuelta, vio que lo seguían y les pregunto:
-¿Qué quieren?
Ellos le dijeron:
-Rabí, (que significa: Maestro) ¿Dónde te estás quedando?
Jesús les contestó:
-Vengan a ver.
Entonces ellos fueron y vieron dónde se estaba quedando y pasaron ese día con él. Eso fue como a las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, fue uno de los que oyó a Juan y siguió a Jesús. Primero buscó a su hermano Simón y le dijo:
-Encontramos al Mesías (que significa: el Cristo) (Juan 1:37-41)

Claramente podemos ver que Andrés, el hermano de Simón, inmediatamente creyó que este hombre era el Mesías, que significa Cristo, es decir: ungido, y eso se lo dijo a su hermano Pedro, si seguimos más adelante a partir del versículo 43:

Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo:
-Sígueme
Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y Pedro. Felipe buscó a Natanael, y le dijo:
-Hemos encontrado a aquel sobre el que escribió Moisés en la ley, y los profetas también escribieron acerca de él. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José.
Natanael le dijo:
-¡De Nazaret! ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?
Felipe dijo:
-Ven y lo verás.
Jesús vio que Natanael se acercaba, y dijo:
-Este es un verdadero israelita. No hay engaño en él.
Natanael le preguntó:
-¿Cómo es que me conoces?
Jesús respondió:
-Yo te vi cuando estabas debajo de la higuera, antes de que Felipe te invitara a verme.
Natanael respondió:
-Maestro, ¡Tú eres el hijo de Dios, el rey de Israel! (Juan 1:43-49)

Si nos detenemos aquí un momento podemos ver que el testimonio de Juan fue creído inmediatamente por sus seguidores y que además Felipe también lo creyó y después Natanael, de quien Jesús dice que es un verdadero israelita y no hay engaño en él. ¿Qué dijeron estos hombres en cuanto a Jesús? ellos evidentemente entendieron y declararon que él es el cordero de Dios, el Mesías, el hijo de Dios y el rey de Israel. Es necesario decir aquí que todos estos hombres eran Judíos de nacimiento y criados según la ley, ensañados desde niños en la cultura Judía y tenían la esperanza puesta en el cumplimiento de la promesa que Dios había hecho desde el Génesis, y la había confirmado a través de los profetas con pelos y señales de cómo sería la venida tan esperada del que sería llamado “el hijo de Dios” en un sentido muy especial. Más adelante el mismo Jesús dice:

Luego le dijo:
-Les digo la verdad: ustedes verán el cielo abierto y “los ángeles de Dios bajando y subiendo” sobre el hijo del hombre. (Juan 1:51)

Otro título más, el hijo del Hombre, ¿qué significa? ¿Por qué tantos títulos para Jesús? Primero hay que decir, que contrario a lo que piensa mucha gente, hijo del hombre, significa ser humano. Sí, Jesús es un ser humano ungido para ser el rey de toda la tierra, Él será un día el gobernante de todas las naciones, y su gobierno estará en Israel, (2 Timoteo 4:1) (Apoc 11:15-18) Él está destinado a juzgar a los vivos y a los muertos. Otro texto que el mismo Jesús usó para referirse a sí mismo está en Lucas 4:18, donde claramente Jesús declara ser un hombre ungido por Dios, pues el Espíritu del Señor estaba sobre él. Todos los títulos que recibió Jesús apuntan a una sola cosa: Su misión Mesiánica, es decir, Jesús es el rey esperado que restauraría la “carpa caída de David”. Es el hombre ungido, descendiente de David para reinar sobre todo Israel y sobre todo el mundo, desde Jerusalén.

Otro pasaje que resulta inquietante, es la conversación de Jesús con la samaritana en Juan 4. Donde Jesús declara que son los judíos los portadores de la verdad y de la correcta forma de ver a Dios:

Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos. (Juan 4:21-22)

Otra versión lo vierte así:

Jesús le dijo «Mujer, créeme, vendrá la hora, cuando ni en esta montaña, ni en Jerusalén, alabarán al Padre . Ustedes alaban lo que no conocen. Nosotros alabamos lo que conocemos; porque la salvación es de los Judíos.

No hay que ser teólogo o doctor (aunque sí conocedor de las Escrituras), o poseer algún estudio académico para entender lo que Jesús quiso decir aquí. Sólo los judíos tienen la correcta interpretación de la salvación, puesto que viene de ellos. Hoy vemos millones de personas predicando un mensaje de salvación diferente del que creyeron los judíos que siguieron a Jesús y lo acogieron como el Mesías esperado. Es cierto que una parte de Judíos se puso terca y no quiso creer, pero eso fue así para que los que no son judíos pudieran alcanzar la salvación y el conocimiento del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Todos los que predican un Jesús diferente del Jesús que está en las escrituras quien es ante todo el verdadero Judío, deberían tener alguien que les diga, como le dijo Jesús a la samaritana:

Ustedes adoran, predican y enseñan lo que no conocen, porque la salvación viene de los Judíos.

¡Gracia y bendiciones para todos!

David Macías
Estudiante de las Escrituras