Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

viernes, 22 de enero de 2010

CREYO EN EL EVANGELIO DE CRISTO ANTES DE SER BAUTIZADO?


¡La Verdad Ignorada por Muchos!


Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)


Millones de cristianos se han bautizado sin estar seguros de lo que la Biblia espera que crean primero antes de recibir ese “sacramento”. Los predicadores generalmente presentan a Jesús como “el suficiente salvador personal” (una terminología ajena a la Escrituras) y luego, después de un periodo de “instrucción”, el pastor bautiza al “creyente” para que sea miembro de la denominación. Sin embargo, y pese a estos esfuerzos por “convertir” a los incrédulos, creemos que son muy pocas las personas que se han detenido a inquirir acerca de lo que puntualmente creyeron los primeros cristianos antes de ser bautizados. ¡Usted se sorprenderá al descubrir la simple verdad!


Jesús, su Mensaje Salvador, y el bautismo


En Marcos 1:1,14,15 Jesús es visto inaugurando su ministerio de tres y medio años con estas declaraciones: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Aquí vemos que Jesús inicia su ministerio anunciando el evangelio del reino de Dios, tal como lo reveló él en Lucas 4:43: “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.”


Estimados amigos, el reino de Dios—el evangelio original— era el encargo (Las Buenas Noticias) de Dios para la humanidad proclamado por Jesucristo, el Mensajero. Esta Buena Nueva fue la razón por la que Jesús vino al mundo hace dos milenios…¡Y él mismo lo dijo sin tapujos! (Luc. 4:43)— Jesús después dice que su mensaje debe ser creído, y luego de haberlo creído, proceder al bautismo. Así lo mandó Jesús con estas palabras: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere (¿en qué? ¡En el evangelio del reino, según Marcos 1:14,15!) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Entonces aquí está la razón para el bautismo bíblico, que habiendo creído en el reino de Dios (el evangelio) poder participar (“viendo y entrando”) en él, por medio de “nacer de nuevo” por agua y espíritu (Véase Juan 3;3,5). ¿Entienden ahora? Pero, ¿cuántos hombres son bautizados hoy sin entender ni un ápice lo que es el reino de Dios? Sólo pregúntese a usted mismo si realmente usted oyó, entendió y creyó en el evangelio del reino antes de su bautismo, y hágale esa misma pregunta a cualquier hermano de su iglesia, y con seguridad ninguno le dirá que se bautizó cuando creyó en el evangelio del reino de Dios. Es más, pocos o ninguno saben qué es exactamente dicho único y prístino evangelio del Señor Jesucristo llamado el Reino de Dios.


Felipe y sus Bautizados


Es interesante leer sobre el ministerio de Felipe en Hechos 8:12, 13 y que dice: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón (el mago) mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito”. Noten ustedes, hermanos, que aquellos discípulos de Felipe fueron bautizados por él cuando creyeron, ¿en qué? ¡en el anuncio del evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesús! Así que sí los discípulos de Felipe se bautizaron creyendo en Jesús y en su evangelio del reino. Entonces, ¿por qué millones de cristianos se bautizan hoy “creyendo” sólo en Cristo sin creer al mismo tiempo en su reino?¿Por qué se les ha ocultado el reino de Dios? No será que Satanás está detrás de este error?¿No dice Pablo de Satanás que “…el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (la gloria y reino son sinónimos—comparar Mateo 20:21 y Marcos 10:37) el cual es la imagen de Dios”. Sí, el enemigo obscurece la mente de los incrédulos (¡Hay muchos cristianos gentiles incrédulos que suponen que le reino de Dios no es para ellos sino sólo para los Judíos!) para que no entiendan el evangelio del reino de Cristo, y así no se salven.


Cristo y Su Reino: la razón para Ser Cristianos Consagrados


No hay mayor honor que ser embajadores de Cristo. Ahora bien, los cristianos son embajadores de un Rey, y esto implica un reino, un territorio, y una dinastía real. Muchos no parecen entender que somos embajadores de un rey y su reino, y no simplemente de un rey y un cielo etéreos. Pablo dijo ser un embajador en cadenas (Efesios 6:20), porque por causa del reino (que era la esperanza de Israel, ver Hechos 1:6) dijo él, estaba en cadenas: “Así que por esta causa (¿Cuál causa?)os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel (el reino, Hechos 1:6) estoy sujeto con esta cadena” (Hechos 28:20).


Véase además en los versos que siguen sobre la predicación del reino de Pablo y que lo tenía en cadenas: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (vs. 23,30,31).


De modo que Pablo, como nosotros, era embajador del reino de Dios ante los judíos y los gentiles por igual. El predicó el mismo evangelio que su Señor predicó antes que él. En Hebreos 2:3 Pablo dice: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande (a través de Cristo y su evangelio del reino) La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Así que el reino de Dios fue anunciado primeramente por Jesucristo, pero continuado por los que oyeron, es decir, los apóstoles, y los discípulos de éstos. Este mensaje equivale a la gran salvación reservada para los que lo creen con todo su corazón.
.

Dios los bendiga, Apologista



www.yeshuahamashiaj.org

JUSTINO MARTIR Y LA PREEXISTENCIA DE CRISTO


Por Sir A. Buzzard, teologo unitario.

.Juan en su prólogo está contrarrestando la tendencia Gnóstica hacia una idea de Dios dualista o pluralista. Un Cristiano Gnóstico creía que el inefable e inaccesible Dios quien era remoto y distante de Su creación, era mediado de su mundo por figuras divinas menores---“aiones,” o una simple figura divina menor (los varios sistemas Gnósticos diferían en este punto). Justino Mártir, quien ciertamente no adujo ninguna afiliación Gnóstica, no obstante no tuvo escrúpulos de hablar del Hijo preexistente quien es “un segundo Dios aritméticamente,” no sin embargo increado y eterno como el Hijo en el desarrollado sentido Trinitario, pero preexistiendo como el Hijo y apareciendo en un momento del tiempo justo antes de la creación del Génesis.

.Justino emprende un camino que es extraño al Nuevo Testamento cuando él ve al Hijo de Dios activo en los tiempos del Antiguo Testamento como el ángel del Señor. A mediados del segundo siglo Justino compuso su Apología y Diálogo y en éstos la influencia de la filosofía sobre el Cristianismo aparece en toda su fuerza….El deja ver el nexo entre las formas paganas de la filosofía, el puente por el cual esta última cruzó dentro del territorio posterior….[Cristianismo] hallado en el Judaísmo Helenístico de Alejandría el medio por el cual, mientras preservaba su lazo en la revelación Cristiana y Hebrea, él pudo aún adoptar los pensamientos filosóficos y retener los conceptos filosóficos del día.29

ISRAEL Y LOS CONFLICTOS BELICOS FINALES


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Conforme los días pasan, podemos apreciar como éstos se tornan cada vez más brunos por los terribles acontecimientos que no desisten y aumentan para afectar al mundo en diferentes facetas. En este tema, explicaremos agrandes rasgos los conflictos finales auspiciados por las naciones confederadas del Norte, los pueblos árabes, el Imperio del Anticristo y el resto de las naciones del mundo contra la nación de Israel en período de la Gran Tribulación Final y cómo Dios le dará la victoria definitiva a su pueblo sobre todos ellos. Dios restaurará Israel cuando las promesas del Pacto hechas al patriarca Abraham se cumplan al término de los grandes conflictos bélicos de los postreros tiempos, con la instalación del gobierno del Mesías- Rey en la Tierra (Gn.13:14-17; 15:5; cap.17; Ap. cap.20).

Para empezar, podemos decir que el Medio Oriente actualmente es un hervidero de tensiones políticas y militares que apuntan irremediablemente a un tercer conflicto mundial bélico de historia humana. Los pueblos árabes palestinos reclaman ilegalmente un derecho regional que no les pertenece e Israel responde sin pensarla dos veces con agresividad armamentista defendiendo justamente lo que le pertenece con seguridad: la herencia territorial que el mismo Dios del cielo entregó al pueblo de Jacob, puesta en manos del fiel y valiente caudillo Josué cuando arrasó completamente con los pueblos idólatras y profanos que se asentaban en ese tiempo en la santa tierra de Cannán: «Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel» (Jos. 1:2). Ya Dios, previamente, le había mostrado a Moisés la extensión de la Tierra Prometida la cual nunca pisaría por su desobediencia: «Entonces subió Moisés de la llanura de Moab al monte Nebo, en la cumbre del Pisga, que está en frente a Jericó. Y Jehová le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraín y Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar grande, el Néguev y la llanura del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras), hasta Zoar. Y Jehová le dijo: Esta es la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tus descendientes la daré. Yo te he permitido que la mires con tus ojos, pero no cruzarás allá» (Dt.34:1-5). Aunque se ha tratado de negociar una indefinida paz entre ambos pueblos, bíblicamente se explica la imposibilidad del asunto. Las guerras entre los dos pueblos han sido intermitentes, así como también la paz. Hoy en día, Israel mantiene la paz con países del mundo árabe como son Egipto y Jordania. Los convenios de paz entre Israel y Palestina no han faltado para conciliar a ambos pueblos de sus diferencias políticas (Vg.: El tratado de Oslo, La Hoja de Ruta para la paz, elaborada en el 2003, La resolución 1515, que fue establecida por la ONU), y los muchos más que puedan venir adelante, no serán lo suficientemente efectivos para detener lo que por medio de la Biblia se describe como inevitable y que terminará, definitivamente, en conflictos bélicos que ofrecerán una mortalidad notable entre palestinos e israelitas. El fruto ilegal que concibió Agar la esclava egipcia a través de la semilla de Abraham ante la esterilidad de Raquel (Gn.16:1-10), vino a ser el fundamento para el surgimiento de la nación árabe. Dios por medio de su ángel, reveló que el padre de la nación árabe, Ismael, sería conflictivo (fiero), belicoso para su entorno (su mano será contra todos), asediado por las naciones (y la mano de todos contra él), sobre todo las del eje Occidental Imperialista (EUA, Francia e Inglaterra) que todo quieren colonizar. El pueblo árabe ha sido fragmentado en varias naciones separadas, cuyo asentamiento común está en el Medio Oriente (que va desde Siria, hasta la región irano-afgana, incluyendo la península arábiga), relacionado desde sus orígenes con el pueblo Judío porque el padre de ambos fue Abraham (y delante de todos sus hermanos habitará: Ver Gn. cap. 16, leerlo para que se entiende con claridad lo que explicamos). El 27 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidad, concluyó la división del Estado de Palestina en dos partes: Una parte, la del Estado judío, correspondiente a un territorio de 14.000 Km. cuadrados, siendo 11.400 Km. cuadrados pertenecientes al desierto de Néguev (54 % del territorio total dado en la Asamblea), y otra parte, la del Estado Árabe, cuya superficie territorial correspondiente fue establecida en 11.400 km. cuadrados, y abarcaba el 46% del territorio general. El descontento no se hizo esperar por considerarlo «absurdo» e «injusto» y el Comité Árabe amenazó con conflicto bélico para defender la Palestina de Ismael. Cuando los judíos proclamaron la independencia del Estado de Israel en el año en 1948, vino a dejar un mal sabor de boca a la liga Árabe (formada por Siria, Irak, Líbano, Egipto y Jordania) que declaró la guerra a la recién formada nación Israelita en el año que marcó su independencia para invadirla. De ese modo, surge el primer conflicto árabe israelí: La guerra del 48. Posteriormente, surgen la del canal de Suez, la de los Seis días, la del Yom Kipur, La guerra del Líbano, que son ejemplo claros de esta constante «insatisfacción» territorial por parte de la liga árabe. Por otro lado la ciudad de Jerusalén, capital de la nación judía, siempre ha sido considerada por los judíos como su importante capital religiosa y civil. Jerusalén fue tomada por los árabes durante un tiempo aproximado de 700 largos años. Jerusalén también estuvo bajo el dominio de los turcos musulmanes por otros 400 años más. Posteriormente, los jordanos de Palestina la dominaron por un período de 19 años. En 1980 se decreta una ley que determina oficialmente que la ciudad de Jerusalén es la capital absoluta de la nación israelita. Así queda legalmente independizada de los países árabes de alrededor. Sin embargo, la Autoridad Palestina reclama el Este de Jerusalén como la capital futura del Estado Palestino, a pesar que la OLP nunca considerado este aspecto durante el control jordano que duró casi una veintena de años. Sea como sea, los pueblos árabes, coalicionados con los países que integrarán la confederación el Norte, y otras naciones más, según las profecías del antiguo testamento para los postreros tiempos, pagarán caro su insolente atrevimiento de invadir el pueblo escogido de Dios. El mismo Señor de las alturas los despachará en un santiamén, en la primera fase del tercer conflicto mundial que a continuación describiremos:

«Entonces vino a mí la palabra de Jehová, diciendo: Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia la tierra de Magog, contra Gog, príncipe soberano de Meses y Tubal. Profetiza contra él, y di que así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Meses y Tubal. Te haré dar vuelta y pondré ganchos en tus quijadas. Te sacaré a ti y a todos tus caballos –caballos y jinetes, todos vestidos espléndidamente-, una gran multitud con escudos de defensa, llevando todos espadas. Persia, Etiopía y Libia estarán con ellos; todos ellos con escudos y cascos. Estarán contigo Gomer y todas sus tropas; Bet-togarma, de los confines del norte, con todas sus tropas, y muchos otros pueblos» (Ez.38:1-6).

En el capítulo 38 del libro del profeta Ezequiel, se habla que una confederación del Norte (Liderada por Rusia: Gog y Magog) invadirá la nación de Israel en el futuro. Naciones árabes como Irán, Sudán e Irak (Representadas por Persia), Etiopía (Fut) la secundarán en su agresión contra Israel. También estará allí Gomer que algunos la identifican con la Alemania moderna y otros con el antiguo pueblo sumerio, instalado en antaño en Asia Menor, y un determinado número de naciones asiáticas entre las que están Turquía o Armenia, y que se designan con el nombre de Togarma. La Biblia muestra a Etiopía (Fut) como dos lugares diferentes: uno situado en África y el otro en Arabia. También estará en la lucha Libia, nación árabe del norte de África, acérrima enemiga del Estado de Israel por largo tiempo. Otras muchas más naciones se unirán para la contienda escatológica contra Israel. Desconocemos el nombre de ellos. Ezequiel los engloba únicamente como: «. . . y muchos otros pueblos» (Ez.38:6).

Debemos aclarar que la alianza multinacional que comprende la confederación del Norte y los pueblos árabes adversos a Israel no tiene ninguna relación o afinidad con las naciones que integran el Imperio del Anticristo. En el capítulo 38 de Ez. se encuentra descrito el fin de la confederación del Norte y congregados; cronológicamente este hecho se suscitará al fin de la primera mitad de la Gran Tribulación Final, posteriormente, en los capítulos 33 y 34 del mismo libro, muestra la destrucción del resto de las naciones que van contra Israel, hecho que se cumplirá al término de la Gran Tribulación Final. En este último suceso bélico el Anticristo asedia a Israel (Ap.cap.12). Los cuernos de la Bestia de Ap.13:1, son diez naciones que en conjunto integran el reino del Anticristo Final (superpotencia de diez naciones), ajeno completamente a la confederación del Norte (Ez.38) comandada por Gog, príncipe de Mesec y Tubal (Gog: Líder ruso. Magog: el país de Rusia).

La Biblia menciona que Dios traerá a la confederación del Norte y sus aliados hacia los montes de Israel, dónde serán arrasados contundentemente de manera sobrenatural por el poder de Dios. El pueblo de Jacob ni siquiera moverá un dedo para defenderse de sus adversarios en esta dispareja contienda. Caerán sobre el campo al ser quemados por el fuego de Dios que vendrá sobre ellos (Ez.39:2-6). Después de la devastación de los ejércitos extranjeros y enemigos de Israel los moradores de las ciudades quemarán las armas en un tiempo de siete años (Ez.38:9). El entierro de los despojos humanos en los campos de Israel durará siete meses de acuerdo a la Escritura Vetero Testamentaria (Ez.39:11-12).

El libro de Daniel dice que el Anticristo firmará un pacto con Israel en medio de la Gran Tribulación Final para terminar probablemente con las permanentes disputas territoriales entre los pueblos de Palestina. Será una vil trampa que emulará en un principio el Pacto de la promesa terrenal que Dios hizo a su siervo Abraham. El pacto falsamente diplomático será roto por el Anticristo, jefe del poder romano reestructurado, para enfrentar con ira a Israel y su remanente (Is. 28:14-15; Dn.9:26, Ap.12:7). Para no confundirnos, deberá quedar bien claro que la batalla de Armagedón mencionada en Ap.16:6. no es la misma de Ez. 38 por parte de Gog. En la invasión de Gog hay una alianza de naciones bien establecidas, en cambio en la de Armagedón, participan las naciones de todo el mundo para la invasión de Israel y para el combate en contra del Mesías de Dios (Jl.3:2; Sof.3:8; Zac.12:3; 14:4, Ap.17:14). Gog y sus aliados serán destruidos en medio de los campos de Israel con lluvia impetuosa, con piedras de granizo, con fuego y azufre (Ez.3822), mientras los ejércitos del Anticristo lo serán con la espada que sale de la boca del Mesías en el valle del Meguido (Ap.cap.19).

Israel será invadida, de la cuales dos terceras partes de personas que la componen serán destruidas, y una tercera parte será guardada para ser probada con fuego por designio divino (Zac.13:8-9). Jerusalén será tomada: las casas serán saqueadas y las mujeres violadas; la mitad de Jerusalén irá al cautiverio (Ap.14:1-2). Cuanto todo parezca terminar para Israel, aparecerá en el cielo la Señal del Hijo del Hombre, que viene en gloria con los ángeles de su poder, en llama de fuego para dar retribución a los que no conocieron a Dios y no obedecieron el evangelio de nuestro Señor Jesucristo (Mt.24:30; 1 Ts.1:8; 2 Ts.2:8; Jud.14-15). La Biblia dice que aún estando de pie los enemigos de Israel, el poder de Dios les deshará sus carnes, sus ojos y sus lenguas (Zac.14:12). Las aves del cielo se congregarán para el festín de los restos humanos que hayan quedado tendidos en aquella gran mascare hecha por Cristo cuando venga por segunda vez a la Tierra sombría a dar su luz a las naciones del mundo (Sal.2; Ap.19:17-18, 21; Ap.cap.20). Así, Cristo reinará sobre todas las naciones del mundo (Ap.19:15), en Jerusalén, la ciudad amada (Zac.14:17; Ap.20:9), y el pueblo judío confirmará para siempre su heredad (Is.1:26-27; 10:21; 16:15; 61:4-11; Ez.43:7; Jl.3:16; Mi.4:1; etc.).

Dios les bendiga mis hermanos y amigos que nos visitan.