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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 11 de noviembre de 2008

LA BIBLIA Y EL REINO DE DIOS

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Una enseñanza central
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Estimados amigos, si hay una enseñanza en la Biblia que me es rotundamente clara y muy fácil de creer, esa es el Reino de Dios. Se puede decir que el reino de Dios es el tema central de las Santas Escrituras, y la razón de la venida de Jesús al mundo. Sí, muchos creen que la razón de la venida de Jesucristo al mundo fue para “morir por nuestros pecados y llevarnos al cielo si somos buenos”—¡Pero esto no fue lo que Jesús dijo! El dijo otra cosa muy distinta, y usted lo puede descubrir en Lucas 4:43: “Es necesario que a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios PORQUE PARA ESTO HE SIDO ENVIADO”. Tome nota usted de que fue Jesús mismo quien dijo que el propósito por el cual fue enviado por su Padre a este mundo fue para anunciar el evangelio del reino de Dios. Por tanto, en ninguna parte encontrará usted que Jesús dijo que fue enviado para morir por nuestros pecados, aunque ciertamente su misión evangelizadora le traería su muerte vicaria a favor de los hombres (Juan 3:16). Así que Dios dio (mandó) a Su Hijo al mundo para que todo aquel que en él crea (en el mensaje divino del evangelio del reino) no se pierda, mas tenga vida eterna. Usted puede leer además en Marcos 1:1,14,15 y 16:16 que Jesús dice que el que creyere en su mensaje o evangelio del reino será salvo. Así que creer en Cristo es creer en su mensaje del evangelio del reino.

La Semilla del Reino

En muchas de sus parábolas, el Señor Jesús habla de su reino, y por eso se las llama, “las parábolas del Reino”. En la parábola del sembrador, tenemos al sembrador en el campo, y la semilla (la palabra) que es sembrada en distintas tierras. La semilla que se siembra es la palabra del reino, y esa palabra del reino es esparcida en diferentes suelos (que representan los diferentes “corazones” de los hombres). Una de las semillas que cayó junto al camino representa, según Jesús, a los que oyen (la palabra del reino) y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra sembrada, para que no crean y se salven” (Lc. 8:12). De modo que la salvación viene por creer en la semilla que se siembra, que es la palabra del Reino (el evangelio). El sembrador, en primera instancia, es Jesucristo, y su semilla es la Palabra del reino, el mensaje del reino que vino a traer de parte de Su Padre (Hechos 10:36). Así que el diablo no está preocupado en sacar del corazón del hombre al sembrador mismo, sino la semilla que el sembrador plantó en el potencial salvo. Es la semilla del sembrador que le preocupa al diablo, porque si ésta echa raíces en el corazón del hombre, dará mucho fruto para salvación. Muchos, como los mismos demonios, creen que el sembrador principal de esta semilla es Jesucristo, el Hijo de Dios, pero esa convicción no los salvará en absoluto. Lo que los salvará es lo que Jesucristo vino a enseñarles, su evangelio, pero sólo a aquellos que lo creen de todo corazón. Por supuesto que para entrar a ese reino maravilloso hay que aceptar la “fórmula” del Señor, y esa fórmula es creer en su sacrificio vicario a favor nuestro para limpiarnos de nuestros pecados pasados (Efe. 1:17; 2:13, 1 Jn 1:7; Apo. 1:5). Así pues, todo aquel que cree en el evangelio de Jesucristo, y se bautiza (símbolo de su propia muerte y resurrección) para perdón de sus pecados, está en camino de la vida eterna en el reino. Este hombre renacido deberá andar en novedad de vida, haciendo buenas obras.

El evangelio completo revelado

Muchos han pasado por alto el crucial pasaje de Hechos 8:12 o simplemente no le han tomado la suficiente atención. ¿Qué nos dice este interesante pasaje? Veamos: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”. Este pasaje es crucial para entender lo que los primeros cristianos predicaban y por lo cual bautizaban. Nótese que Felipe, un evangelista, predicaba dos cosas: el reino de Dios y el nombre de Jesucristo. El pasaje no dice que Felipe predicaba primero el nombre de Jesucristo y luego el reino de Dios. El puso primero el reino de Dios y luego todo lo relacionado con el nombre de Jesucristo. Es exactamente lo que hizo Pablo cuando estuvo en Roma cuando predicaba el evangelio: “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hechos 28:30,31). Y esto es así porque sencillamente el reino de Dios es el mensaje de Dios para los hombres, su evangelio prístino que fie complementado con todo lo relacionado con el nombre de Jesucristo. Desafortunadamente las iglesias de hoy, irónicamente llamadas “evangélicas”, sólo son “Cristo céntricas” pero acerca del mensaje del reino nada o muy poco anuncian…¡y luego se atreven a bautizar a gentes que nada o muy poco saben de este precioso mensaje del reino! Hay otras iglesias que se llaman del “evangelio completo” pero que en realidad deberían llamarse del “evangelio incompleto” porque nada predican del maravilloso reino que Jesús restaurará en la tierra en su parusía. El mensaje central del reino es simplemente considerado muy judío, como una promesa que no le compete a la iglesia, y por tanto, no hay porqué predicarlo al mundo gentil. Grave error. Jesús mandó a predicar su evangelio a todas las naciones, y no tan sólo a los israelitas (Mateo 24:14). Satanás si duda ha sembrado esta confusión en la mente de los eruditos bíblicos, restándole importancia al mensaje del reino.

El veneno de la Teología del Reemplazo

Como dice José G. Baritto L: “El espantoso engaño conocido como teología del reemplazo se ha convertido en un cáncer en los círculos teológicos durante los dos últimos milenios y da la impresión que se niega a desaparecer. Si bien la teología del reemplazo tiene diferentes aplicaciones y modos, es una teología que tuvo su origen en los primeros padres, no judíos, de la llamada “Iglesia Cristiana” que afirmaron fríamente que una nueva organización llamada “la iglesia” en Roma y basada en dicha ciudad, era la “nueva Israel.” Esta odiosa doctrina no es, ni mucho menos, un significante tema teológico, sobre el que argumentar, sino que ha estado al frente del antisemitismo, la judeofobia, y ha alimentado el fuego de los trágicos acontecimientos históricos como puedan ser la Inquisición española, las Cruzadas católicas, el que se echase a los judíos de todos los países europeos, así como del holocausto nazi”.

Con el catolicismo romano, y “gracias” al insigne teólogo Agustín de Hipona, el reino de Dios, que es el reino de David, fue trastocado radicalmente, convirtiéndose de la noche a la mañana en una nueva institución humana vertical, clerical, y autoritaria llamada la iglesia de Roma.

Pero el Apóstol Pablo es claro sobre los grandes privilegios que Dios le ha concedido a Israel. Él escribió en Romanos 9:4: ”Que son Israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, los pactos, la dación de la ley, el culto, y las promesas”. Pablo en ninguna parte insinúa que estos grandes privilegios se han anulado, o que han perdido el derecho, o se han cancelado. ¡De hecho los tres capítulos de los cuales este verso es una parte (Romanos 9-11) tienen como uno de sus propósitos hacer énfasis en que Dios no ha cancelado Sus promesas a Israel o las ha transferido a algún otro pueblo! ¿Qué dice Pablo en Romanos 11:1? “Digo, pues, ha rechazado a su pueblo al cual desde antes conoció? ¡De ninguna manera! Porque yo también soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha rechazado a su pueblo al cual desde antes conoció”.

Los Apóstoles esperaban la Restauración del reino

Los apóstoles y los primeros cristianos fueron judíos, y ellos no perdieron su expectativa mesiánica de un reino davídico restaurado. Contrario de lo que muchos pudieran esperar, los apóstoles no abandonaron su esperanza por un reino davídico restaurado en la tierra prometida. Esto se vislumbra claramente en vísperas del regreso de Jesús al cielo. En Hechos 1:3 vemos que el Jesús resucitado se la pasó con sus discípulos en una especie de seminario intensivo de 40 días para hablarles del reino de Dios. Sí, Jesús pasó 40 días enteros enseñándoles a sus discípulos sobre su reino. En el versículo 6 leemos que los discípulos ansiosos le preguntan al Maestro si él restauraría el reino a Israel en breve, a lo cual Jesús les responde que sólo el Padre sabe el momento preciso para tal añorada restauración (v.7). Estos tres versículos nos demuestran sin lugar a dudas que Jesús no canceló las promesas antiguas de un reino por restaurarse, sino que las confirmas diciendo que sólo Dios sabe el tiempo exacto para tal esperado evento extraordinario. Por eso Pablo pudo decir que Jesús vino a CONFIRMAR LAS PROMESAS HECHAS A LOS PADRES…NO A CANCELARLAS.
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Dice él así en Romanos 15:8,9: “Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito”. Nótese que los gentiles glorificarán a Dios por su misericordia, pues ellos también participarán de ese reino davídico y se beneficiarán de sus bondades. Así que decir que para los Judíos es el reino, y el cielo para la iglesia gentil, no es lo correcto.

Usted puede “acelerar” el regreso de Jesucristo a la tierra

El Señor Jesús dijo muy claramente que el fin (…y la parusía) se efectuará sólo cuando sus discípulos cumplieran con su encargo de proclamar su reino a todas las naciones como testimonio. Estas son sus palabras textuales: “Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como testimonio, y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).

La iglesia en los últimos 17 siglos se ha olvidado del evangelio del reino porque ha supuesto que el evangelio es Cristo mismo y no su reino. Ha sido también aleccionada de que ella es el reino ya establecido en la tierra, y que Cristo es su rey que reina entre sus fieles. De este modo la proclama del reino futuro se ha vuelto innecesaria ya que esta esperanza ya es historia con la inauguración de la iglesia en Pentecostés del 33 EC.

Nosotros creemos que el reino es una institución que heredará la congregación de Jesús, los verdaderos israelitas, los hijos de Abraham, los escogidos, los cristos (reyes y sacerdotes), los que esperan la parusía del Señor en gloria para heredar el reino. Ellos recuerdan la promesa del Señor Jesús en Mateo 25:31,34:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”.

Amigo mío, ¿está usted dispuesto para heredar el reino de Cristo? Su salvación está en juego! Le invito a leer mi estudio: La Salvación, ¿qué significa realmente? Sólo me lo debe solicitar y yo se lo enviaré en un email (molceses@hotmail.com).

Más información sobre el evangelio del reino en:

NOTICIAS IMPORTANTES: EL SOL Y SU ACTUAL ESTADO

Traducción al español por Ciencia Kanija

Tras más de dos años de actividad de muy baja actividad de manchas solares y apenas ninguna llamarada, el Sol está aumentando ahora su actividad. La actividad del Sol sube y baja a través de un ciclo de 11 años. Puede variar desde una gran tranquilidad a violentas tormentas espaciales que dejan fuera de servicio las redes eléctricas de la Tierra e interrumpen las comunicaciones de radio y satélite. El último pico fue en 2000, y los científicos han pensado que se estaba produciendo un punto bajo en los últimos meses. Las nuevas manchas solares durante octubre sugieren que se ha acabado con esta situación.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...“Creo que el mínimo solar ya ha acabado”, dijo David Hathaway del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama. “El mes pasado contamos cinco grupos de manchas solares”, comentó.

Las manchas solares son áreas frías en la superficie solar donde el campo magnético está embotellado. Aunque cinco grupos no es extraordinario, es significativo en comparación con los meses de virtualmente ninguna mancha.“Esto representa un incremento real en la actividad solar”, dijo Hathaway en un comunicado.

El siguiente ciclo de actividad, en el cual presumiblemente estamos ahora, es conocido como Ciclo Solar 24. La transición, no obstante, es gradual. Las pistas del mismo comenzaron el año pasado. Pero el Sol tiene muchos secretos que evitan que los científicos sepan con exactitud cuándo, por qué o cómo tienen lugar las transiciones. Las manchas del nuevo y viejo ciclo difieren en su latitud y polaridad magnética.

Desde enero a septiembre, el sol produjo 22 grupos de manchas solares, y el 82 por ciento pertenecía al viejo Ciclo 23. Cuatro de los cinco grupos de octubre pertenecían al Ciclo 24.

El 3 de noviembre y de nuevo el 4, una mancha solar numerada como 1007, liberó una serie de llamaradas solares de clase B. Estos eventos relativamente menores fueron lo bastante potentes para provocar subidas y bajadas en transmisiones de radioaficionados. Las mayores llamaradas, que podrían tener lugar en cualquier momento pero más probablemente cuando llegue el siguiente pico en los próximos años, pueden dejar fuera de servicio a los satélites.

“Aún estamos a años de distancia del máximo solar y, mientras tanto, el Sol tendrá más periodos de calma”, dice Hathaway.