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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.
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domingo, 13 de febrero de 2011

EL NUEVO NACIMIENTO EN EL ANTIGUO PACTO


Estimado Apologista,

He sabido de algunos sectarios que sostienen que los fieles de la pre cristiandad no entrarán en el reino de Dios como “reyes y sacerdotes” porque ninguno ellos nació otra vez de agua y del Espíritu. ¿Qué opina al respecto?

A.P.S (Managua, Nicaragua)

Respuesta:

Creo que los que enseñan eso están equivocados, ya que Noé y su familia fueron simbólicamente bautizados por agua en el diluvio, e igualmente los israelitas que cruzaron a través del Mar Rojo (1 Cor. 10:1-2). También tenemos la limpieza de Naamán en el río Jordán. Todos estos casos representaban el futuro bautismo bíblico que sería establecido por Cristo en su ministerio en sustitución de la circuncisión.

En todo caso, la circuncisión judía ya era una señal de que Dios había limpiado y aceptado a su pueblo debido a la fe que ejercieron en Él (Deut. 10:16), y por esto llegaron a ser declarados justos. Dice Pablo: “¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia (Rom. 4:9-11).

Así que los pre cristianos fueron declarados justos por su fe, la cual quedó sellada por la circuncisión. En la Era Cristiana los fieles son declarados justos por su fe también, la cual queda sellada por el bautismo. Es decir, la circuncisión es sustituida por el bautismo, pero las dos señales son expresiones exteriores de una justicia interior.

Es necesario entender bien que TODOS somos declarados justos por la fe (no por la circuncisión o el bautismo que son meramente “señales” o “sellos”), una fe que ejercieron tanto los fieles pre cristianos como también los fieles del NT, aunque las sellaron de distinto modo (circuncisión para los primeros y el bautismo para los segundos). Esto último, sin embargo, no quiere decir que los primeros tendrán un destino como súbditos del reino y los segundos como reyes y sacerdotes del mismo.

El apóstol es claro al afirmar que sólo hay “una sola esperanza de nuestra vocación” y no dos o más. “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de TODOS, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios 4:4-6).

Si siguiéramos el criterio de aquellos que dicen que los fieles de renombre del AT sólo serán súbditos del reino, tendríamos que inexorablemente concluir que el legendario rey David se convertirá de rey a súbdito en su propio reino, el cual será regido por Su descendiente real, el Mesías Cristo. ¿Pero puedo alguno creer semejante idiotez?¿Le gustaría al Señor Jesús tener a su noble padre como mero súbdito de su reino, lejos de su mesa real?

Si la reina madre de Inglaterra nunca fue degradada por su propia hija cuando ésta tomó el trono del reino Inglés, ¿cómo vamos a creer que el Hijo de David va a permitir que su padre sea un mero súbdito de su propio reino, lejos de su mesa real?

viernes, 12 de marzo de 2010

EL BAUTISMO EN AGUA: EN QUE NOMBRE?


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

VII. «En cuanto al bautismo, he aquí como hay que administrarle: Después de haber enseñado los anteriores preceptos, bautizad en el agua viva, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si no pudiere ser en el agua viva, puedes utilizar otra; si no pudieres hacerlo con agua fría, puedes servirte de agua caliente; si no tuvieres a mano ni una ni otra, echa tres veces agua sobre la cabeza, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes del bautismo, debe procurarse que el que lo administra, el que va a ser bautizado, y otras personas, si pudiere ser, ayunen. Al neófito, le harás ayudar uno o dos días antes» (La Didaché: De la Liturgia y de la Disciplina. 65-80 d. C).

Este estudio tiene el próposito de mostrar con suficiente sencillez que el bautismo en agua no debe realizarse tan sólo en el Nombre de Jesús (Vg.: Las iglesias modalistas unitarias, los apostólicos trinitarios. Pero lo más absurdo e increíble es que los Testigos de Jehová lo hacen en “el nombre de la rotunda nada”).

«Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo...»(Mt.28:19).

Es evidente en el texto anterior que los creyentes han sido ordenados por el Señor Jesucristo en la que se conoce como la Gran Comisión para el alcance del perdido, el «bautizar» en el Nombre de Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. En el día del Pentecostés, Pedro dirigió su predicación a un gran número de personas judías que se encontraban en ese lugar apreciendo con asombro los sucesos maravillosos del Dios del cielo y que en esos momentos se sucitaban. Todos estos judíos, que eran muy religiosos, ya de antemano poseían el conocimiento de Jehová Dios y creían en él, pero no, aun, en Cristo, como el Hijo de Dios por excelencia, profetizado en el Antiguo Testamento para la salvación de Israel. La muerte de Cristo en la cruz provocó que no muy pocos dudaran de su verdadera identidad mesiánica y se mantenían al margen , en el dilema de creer o no en él. Pedro les pronunció a los de este cuantioso contingente que deberían de arrepentirse de sus pecados y aceptar de corazón (no como lo enseñan los evangélicos) a Aquel que habían inmolado en el Gólgota, bautizándose en su Nombre para poder obtener la «salvación». Aclaramos, de nueva cuenta, que el creyente recién nacido en Cristo es impelido a bautizarse, comprometiéndose públicamente con este acto voluntario a una obediencia santa delante de Dios; pero el bautismo en sí, no salva a nadie:

«Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hech. 2:38).

Era lógico comprender, por lo explicado, que Pedro solamente les mencionara que el bautismo en agua lo realizaran «en el Nombre de Jesucristo». Con esto, Pedro subraya a los judíos que escuchaban su mensaje la enorme importancia de reconocer al Mesías que algunos de ellos tal vez vieron antes de su suplicio redentor, o durante, para llegar a reconcilarse con Dios (2 Co. 5:18-20).

Por otro lado, la fórmula bautismal que involucra «el Nombre de Tres», no indica en nada un Dios “triuno”, sino la «Unidad de Tres » que ha sido determinada por el Padre en su obra misericordiosa para con el mundo inicuo, traduciéndose en el reconocimiento del Mesías enviado para la salvación de los pecadores (Jn.1:12; 3:15, 16; 5:39; 6:40; Lc. 9:56; 12: 8, 9; Ro. 10:9, 10) y en la participación activa del espíritu santo para la regeneración del que será una Nueva Criatura en Cristo (Jn. 3:6; Tit. 3:5; 2 Co. 5:17), un fiel creyente de Dios y de su Hijo amado.

Para concluir, atinadamente, Justino Mártir (165 d. C), un Padre de la Iglesia Primitiva, nos muestra que el bautismo en agua fue efectuado en la antigüedad el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y no sólo en el Nombre del Hijo, como lo llevan a cabo sin mérito bíblico en ciertos lugares etiquetados como “cristianos”:

«Son traídos (los nuevos creyentes) a un lugar donde hay agua, y reciben de nosotros el bautismo de agua, en el nombre del Padre, Senor de todo el universo, y de nuestro Salvador Jesucristo, y del Espíritu Santo».

Gracias, hermanos y amigos que nos visitan con el interés de aprender.

viernes, 22 de enero de 2010

CREYO EN EL EVANGELIO DE CRISTO ANTES DE SER BAUTIZADO?


¡La Verdad Ignorada por Muchos!


Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)


Millones de cristianos se han bautizado sin estar seguros de lo que la Biblia espera que crean primero antes de recibir ese “sacramento”. Los predicadores generalmente presentan a Jesús como “el suficiente salvador personal” (una terminología ajena a la Escrituras) y luego, después de un periodo de “instrucción”, el pastor bautiza al “creyente” para que sea miembro de la denominación. Sin embargo, y pese a estos esfuerzos por “convertir” a los incrédulos, creemos que son muy pocas las personas que se han detenido a inquirir acerca de lo que puntualmente creyeron los primeros cristianos antes de ser bautizados. ¡Usted se sorprenderá al descubrir la simple verdad!


Jesús, su Mensaje Salvador, y el bautismo


En Marcos 1:1,14,15 Jesús es visto inaugurando su ministerio de tres y medio años con estas declaraciones: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Aquí vemos que Jesús inicia su ministerio anunciando el evangelio del reino de Dios, tal como lo reveló él en Lucas 4:43: “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.”


Estimados amigos, el reino de Dios—el evangelio original— era el encargo (Las Buenas Noticias) de Dios para la humanidad proclamado por Jesucristo, el Mensajero. Esta Buena Nueva fue la razón por la que Jesús vino al mundo hace dos milenios…¡Y él mismo lo dijo sin tapujos! (Luc. 4:43)— Jesús después dice que su mensaje debe ser creído, y luego de haberlo creído, proceder al bautismo. Así lo mandó Jesús con estas palabras: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere (¿en qué? ¡En el evangelio del reino, según Marcos 1:14,15!) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Entonces aquí está la razón para el bautismo bíblico, que habiendo creído en el reino de Dios (el evangelio) poder participar (“viendo y entrando”) en él, por medio de “nacer de nuevo” por agua y espíritu (Véase Juan 3;3,5). ¿Entienden ahora? Pero, ¿cuántos hombres son bautizados hoy sin entender ni un ápice lo que es el reino de Dios? Sólo pregúntese a usted mismo si realmente usted oyó, entendió y creyó en el evangelio del reino antes de su bautismo, y hágale esa misma pregunta a cualquier hermano de su iglesia, y con seguridad ninguno le dirá que se bautizó cuando creyó en el evangelio del reino de Dios. Es más, pocos o ninguno saben qué es exactamente dicho único y prístino evangelio del Señor Jesucristo llamado el Reino de Dios.


Felipe y sus Bautizados


Es interesante leer sobre el ministerio de Felipe en Hechos 8:12, 13 y que dice: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón (el mago) mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito”. Noten ustedes, hermanos, que aquellos discípulos de Felipe fueron bautizados por él cuando creyeron, ¿en qué? ¡en el anuncio del evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesús! Así que sí los discípulos de Felipe se bautizaron creyendo en Jesús y en su evangelio del reino. Entonces, ¿por qué millones de cristianos se bautizan hoy “creyendo” sólo en Cristo sin creer al mismo tiempo en su reino?¿Por qué se les ha ocultado el reino de Dios? No será que Satanás está detrás de este error?¿No dice Pablo de Satanás que “…el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (la gloria y reino son sinónimos—comparar Mateo 20:21 y Marcos 10:37) el cual es la imagen de Dios”. Sí, el enemigo obscurece la mente de los incrédulos (¡Hay muchos cristianos gentiles incrédulos que suponen que le reino de Dios no es para ellos sino sólo para los Judíos!) para que no entiendan el evangelio del reino de Cristo, y así no se salven.


Cristo y Su Reino: la razón para Ser Cristianos Consagrados


No hay mayor honor que ser embajadores de Cristo. Ahora bien, los cristianos son embajadores de un Rey, y esto implica un reino, un territorio, y una dinastía real. Muchos no parecen entender que somos embajadores de un rey y su reino, y no simplemente de un rey y un cielo etéreos. Pablo dijo ser un embajador en cadenas (Efesios 6:20), porque por causa del reino (que era la esperanza de Israel, ver Hechos 1:6) dijo él, estaba en cadenas: “Así que por esta causa (¿Cuál causa?)os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel (el reino, Hechos 1:6) estoy sujeto con esta cadena” (Hechos 28:20).


Véase además en los versos que siguen sobre la predicación del reino de Pablo y que lo tenía en cadenas: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (vs. 23,30,31).


De modo que Pablo, como nosotros, era embajador del reino de Dios ante los judíos y los gentiles por igual. El predicó el mismo evangelio que su Señor predicó antes que él. En Hebreos 2:3 Pablo dice: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande (a través de Cristo y su evangelio del reino) La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Así que el reino de Dios fue anunciado primeramente por Jesucristo, pero continuado por los que oyeron, es decir, los apóstoles, y los discípulos de éstos. Este mensaje equivale a la gran salvación reservada para los que lo creen con todo su corazón.
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Dios los bendiga, Apologista



www.yeshuahamashiaj.org

jueves, 3 de septiembre de 2009

EL BAUTSIMO EN AGUA, ¿SALVA?


“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” Marcos 16:16
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En simple lectura de este pasaje, descubrimos absolutamente que la única acción que determina la salvación de una persona, es el creer.

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De lo contrario, debería decir que la condenación es por: “no creer y por no ser bautizado”. Si a un niño le hacemos leer este versículo y le preguntamos: ¿Quién será condenado? La respuesta será inmediata: “El que no creyere”
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La salvación no es por lo que hagamos o dejemos de hacer. No es por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9) No es por votos de consagración, no es por litros de sudor ni por méritos acumulados. Es exclusivamente por creer.
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Ahora bien, pero ¿por qué dice la Biblia: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo”? Es importante considerar esta pregunta para poder argumentar que solo la fe, es decir, solo “el creer” es lo que hace salvo a un individuo.
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El acto del bautismo no es la causa de la salvación, sino que la consecuencia de la fe en un verdadero creyente. En otras palabras, el individuo no se bautiza para ser salvo, sino que se bautiza porque ya es salvo y desea obedecer al Señor Jesús.
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Esto esta en plena armonía con el contexto global de las escrituras cuando señalan que la fe verdadera por sí misma, produce frutos de obediencia. Si afirmamos lo contrario, debemos consecuentemente afirmar que la salvación no es solo por la fe, sino que también por las obras , lo que entraría en disonancia con Romanos 4, por citar uno de los tantos pasajes de la Biblia.
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Además, tendríamos que afirmar que al ladrón de la cruz le faltó el complemento del bautismo para ser salvo.
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El afirmar que el bautismo es necesario para la salvación, es un sofisma. No resiste análisis, y constituye un insulto a la eficacia y eficiencia de la todopoderosa sangre de nuestro Señor Jesucristo. El solo creer en el sacrificio vicario de Jesús es lo que hace salvo a un hombre. Veamos lo que Cristo enseño:
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“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” Juan 5: 24
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Los que pretendan incluir obras, sacramentos, votos, sacrificios, etc., a la obra de la salvación, están contradiciendo al autor y consumador de la fe; nuestro Señor Jesucristo. El bautismo, es una muestra de obediencia del creyente hacia su Señor y jamás llega a ser un acto de un co-redención o co-participación en la tarea de salvar.

lunes, 31 de agosto de 2009

¿ES NECESARIO EL BAUSTISMO PARA SALVARSE?


¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Qué es la regeneración bautismal?

Pregunta: "¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Qué es la regeneración bautismal?"

Respuesta: La regeneración bautismal es la creencia de que una persona debe ser bautizada para ser salva. Nuestro argumento es que el bautismo es un paso importante de obediencia para un cristiano, pero rechazamos firmemente que se requiera el bautismo para la salvación. Creemos firmemente que todos y cada cristiano debe ser bautizado en agua por inmersión. El bautismo ilustra la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Romanos 6:3-4 declara, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” La acción de ser sumergido en el agua, ilustra el ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua, ilustra la resurrección de Cristo.

Cualquier cosa que se añada a la fe en Jesucristo como requerimiento para la salvación, es una salvación basada en obras. El añadir CUALQUIER COSA al Evangelio, es decir que la muerte de Jesús en la cruz no fue suficiente para comprar nuestra salvación. El decir que debemos ser bautizados para ser salvos, es decir que debemos añadir nuestras propias buenas obras y obediencia a la muerte de Cristo, a fin de hacerlo suficiente para la salvación. Solo la muerte de Jesús pagó por nuestros pecados (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21). El pago de Jesús por nuestros pecados es adjudicado a nuestra “cuenta” únicamente por la fe (Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9). Por lo tanto, el bautismo es un paso importante de obediencia después de la salvación, pero no puede ser un requerimiento para la salvación.

Sí, hay algunos versos que parecen indicar que el bautismo es un requerimiento necesario para la salvación. Sin embargo, puesto que la Biblia nos dice tan claramente que la salvación se recibe solo por la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9; Tito 3:5), debe haber una interpretación diferente de esos versos. La Escritura no contradice la Escritura. En los tiempos bíblicos, una persona que se convertía de una religión a otra, con frecuencia era bautizada para identificar su conversión. El bautismo era el medio por el que se hacía pública una decisión. Aquellos que rehusaban ser bautizados se decía que ellos realmente no habían creído. Así que, en la mente de los apóstoles y los primeros discípulos, la idea de un creyente no bautizado era inaudita. Cuando una persona declaraba creer en Cristo, y sin embargo se avergonzaba de proclamar su fe en público, indicaba que no tenía una fe verdadera.

Si el bautismo fuera necesario para la salvación, ¿por qué habría dicho Pablo, “Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,” (1 Corintios 1:14)? ¿Por qué habría dicho, “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.” (1 Corintios 1:17)? Es posible, que en este pasaje, Pablo estuviera argumentando contra las divisiones que plagaban la iglesia de Corinto. Sin embargo, ¿cómo era posible que Pablo dijera, “Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado...” o “Pues no me envió Cristo a bautizar...” Si el bautismo es necesario para la salvación, Pablo habría dicho literalmente, “Doy gracias de que ustedes no fueron salvados...” y “Porque Cristo no me envió para salvar...” Esa habría sido una declaración increíblemente ridícula por parte de Pablo. Más aún, cuando Pablo da un resumen detallado de lo que él considera el Evangelio (1 Corintios 15:1-8), ¿porqué se omite de mencionar el bautismo? Si el bautismo es un requerimiento para la salvación ¿cómo puede cualquier presentación del Evangelio dejar de mencionarlo?

La regeneración bautismal no es un concepto bíblico. El bautismo no salva del pecado, sino de una mala conciencia. Pedro enseña claramente que el bautismo no era un acto ceremonial de purificación física, sino la prueba de una buena conciencia hacia Dios. El bautismo es el símbolo de lo que ya ha ocurrido en el corazón y la vida de uno que ha confiado en Cristo como Salvador (ver Romanos 6:3-5; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12). Para dejar perfectamente clara la fuente de la salvación, Pedro añade, “...por la resurrección de Jesucristo...” (ver 1 Pedro 1:3). El bautismo es un paso importante de obediencia que debe realizar cada cristiano. El bautismo no puede ser un requerimiento para la salvación. El considerarlo así, es un ataque a la suficiencia de la muerte y resurrección de Jesucristo.

martes, 25 de agosto de 2009

¿EN QUÉ CREYÓ USTED ANTES DE SER BAUTIZADO?


Excelentísimo estudio de mi amigo Apologista: Mario Olcese Sanguineti.

¡La Verdad Ignorada por Muchos!

Millones de cristianos se han bautizado sin estar seguros de lo que la Biblia espera que crean primero antes de recibir ese “sacramento”. Los predicadores generalmente presentan a Jesús como “el suficiente salvador personal” (una terminología ajena a la Escrituras) y luego, después de un periodo de “instrucción”, el pastor bautiza al “creyente” para que sea miembro de la denominación. Sin embargo, y pese a estos esfuerzos por “convertir” a los incrédulos, creemos que son muy pocas las personas que se han detenido a inquirir acerca de lo que puntualmente creyeron los primeros cristianos antes de ser bautizados. ¡Usted se sorprenderá al descubrir la simple verdad!

Jesús, su Mensaje Salvador, y el bautismo

En Marcos 1:1,14,15 Jesús es visto inaugurando su ministerio de tres y medio años con estas declaraciones: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Aquí vemos que Jesús inicia su ministerio anunciando el evangelio del reino de Dios, tal como lo reveló él en Lucas 4:43: “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.”

Estimados amigos, el reino de Dios—el evangelio original— era el encargo (Las Buenas Noticias) de Dios para la humanidad proclamado por Jesucristo, el Mensajero. Esta Buena Nueva fue la razón por la que Jesús vino al mundo hace dos milenios…¡Y él mismo lo dijo sin tapujos! (Luc. 4:43)— Jesús después dice que su mensaje debe ser creído, y luego de haberlo creído, proceder al bautismo. Así lo mandó Jesús con estas palabras: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere (¿en qué? ¡En el evangelio del reino, según Marcos 1:14,15!) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Entonces aquí está la razón para el bautismo bíblico, que habiendo creído en el reino de Dios (el evangelio) poder participar (“viendo y entrando”) en él, por medio de “nacer de nuevo” por agua y espíritu (Véase Juan 3;3,5). ¿Entienden ahora? Pero, ¿cuántos hombres son bautizados hoy sin entender ni un ápice lo que es el reino de Dios? Sólo pregúntese a usted mismo si realmente usted oyó, entendió y creyó en el evangelio del reino antes de su bautismo, y hágale esa misma pregunta a cualquier hermano de su iglesia, y con seguridad ninguno le dirá que se bautizó cuando creyó en el evangelio del reino de Dios. Es más, pocos o ninguno saben qué es exactamente dicho único y prístino evangelio del Señor Jesucristo llamado el Reino de Dios.

Felipe y sus Bautizados

Es interesante leer sobre el ministerio de Felipe en Hechos 8:12, 13 y que dice: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón (el mago) mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito”. Noten ustedes, hermanos, que aquellos discípulos de Felipe fueron bautizados por él cuando creyeron, ¿en qué? ¡en el anuncio del evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesús! Así que sí los discípulos de Felipe se bautizaron creyendo en Jesús y en su evangelio del reino. Entonces, ¿por qué millones de cristianos se bautizan hoy “creyendo” sólo en Cristo sin creer al mismo tiempo en su reino?¿Por qué se les ha ocultado el reino de Dios? No será que Satanás está detrás de este error?¿No dice Pablo de Satanás que “…el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (la gloria y reino son sinónimos—comparar Mateo 20:21 y Marcos 10:37) el cual es la imagen de Dios”. Sí, el enemigo obscurece la mente de los incrédulos (¡Hay muchos cristianos gentiles incrédulos que suponen que le reino de Dios no es para ellos sino sólo para los Judíos!) para que no entiendan el evangelio del reino de Cristo, y así no se salven.

Cristo y Su Reino: la razón para Ser Cristianos Consagrados

No hay mayor honor que ser embajadores de Cristo. Ahora bien, los cristianos son embajadores de un Rey, y esto implica un reino, un territorio, y una dinastía real. Muchos no parecen entender que somos embajadores de un rey y su reino, y no simplemente de un rey y un cielo etéreos. Pablo dijo ser un embajador en cadenas (Efesios 6:20), porque por causa del reino (que era la esperanza de Israel, ver Hechos 1:6) dijo él, estaba en cadenas: “Así que por esta causa (¿Cuál causa?)os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel (el reino, Hechos 1:6) estoy sujeto con esta cadena” (Hechos 28:20).

Véase, además, en los versos que siguen sobre la predicación del reino de Pablo y que lo tenía en cadenas: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (vs. 23,30,31).

De modo que Pablo, como nosotros, era embajador del reino de Dios ante los judíos y los gentiles por igual. El predicó el mismo evangelio que su Señor predicó antes que él. En Hebreos 2:3 Pablo dice: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande (a través de Cristo y su evangelio del reino) La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Así que el reino de Dios fue anunciado primeramente por Jesucristo, pero continuado por los que oyeron, es decir, los apóstoles, y los discípulos de éstos. Este mensaje equivale a la gran salvación reservada para los que lo creen con todo su corazón.

Dios los bendiga,


Apologista

domingo, 24 de mayo de 2009

LOS BENEFICIOS DEL BAUTISMO BÍBLICO


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Todo aquel que se bautiza por inmersión recibe primeramente el perdón de sus pecados, y automáticamente se hace miembro del cuerpo de Cristo que es su iglesia. Y esto es así porque el recién bautizado ha recibido el Espíritu Santo que lo convierte en un hijo de Dios, en un ungido, para ser coheredero con Cristo de su reino. Esta simple verdad se desprende de varios versículos. Veamos cuáles son:

Hechos 2:38,39,41,47:

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Así que todos los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas (¿a dónde? Eso lo veremos enseguida)… alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Romanos 8:14-17:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.

Comentario:

Pues bien, no se requiere ser un Einstein para entender que el bautizado recibe inmediatamente el Espíritu Santo y es automáticamente añadido A LA IGLESIA, que es el cuerpo de Cristo. Esto, por sí solo debiera convencernos de que nos hacemos miembros de la iglesia de Cristo por el bautismo. Y estos nuevos miembros se convierten en hijos de Dios para ser coherederos con Cristo de su reino y de todas las riquezas venideras. Y este don no es sólo para los que eran los apóstoles, sino para todo aquel que el Señor llamare, aun para los que están lejos, en otros continentes.

Esta simple verdad ha sido complicada por la vana palabrería de los Testigos de Jehová, quienes no quieren aceptar que todos los convertidos y bautizados son parte del cuerpo de Cristo, y los co-gobernantes del reino venidero.

Son éstas las razones por las que estoy convencido de que soy un ungido, un hijo de Dios, y un potencial gobernante del reino de Cristo si persevero hasta el fin, y sufro por la causa de Cristo y su evangelio. No necesito que ninguna voz celestial o angelical me lo asegure. Tenemos la palabra profética más segura que nos alumbra en este mundo de tinieblas (2 Pedro 1:19).

Desafortunadamente también los evangélicos enseñan que un “ungido” de Dios es una persona que está por encima de sus hermanos, y que es alguien especialmente favorecido por Dios con algunos dones espirituales especiales, entre los que están la sanidad y la profecía. La exaltación de estos individuos ha acarreado la apostasía o la introducción de falsas doctrinas y esperanzas en la grey de Dios. La palabra del “ungido” se ha convertido prácticamente en la misma palabra de Dios, y se considera una verdadera afrenta a Dios dudar o discutir lo que estos “sacrosantos” hombres predican en sus púlpitos. Pero las Escrituras están muy lejos de enseñar semejante engaño, ya que en principio el Señor no hace acepción de personas, pues Él a todos llama para que sean parte de su familia como hijos adoptados suyos.

Para mayor información sobre los verdaderos ungidos del Señor, le invito a leer mi artículo “Todos los bautizados somos Cristo” en:

http://apologista.wordpress.com/2008/11/13/%C2%A1todos-los-bautizados-somos-cristos-2/

lunes, 30 de marzo de 2009

NOTICIA PARA LOS QUE DESEEN SER BAUTIZADOS EN PERÚ



Marzo 30, 2009


Estimados amigos que visitan mi blog regularmente y que se sienten identificados con nuestro mensaje del único Dios verdadero y del reino venidero en la tierra en la persona de Su Hijo:


El hermano William M. Wachtel vendrá este sábado 3 de Abril al Perú acompañado del Hermano David Krogh y su esposa para dar unas charlas bíblicas en nuestro local de reuniones en Lima y para bautizar a cuatro hermanos que han aceptado el evangelio del reino y al único Dios verdadero, que es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Así que yo deseo aprovechar la visita de estos evangelistas para invitarlos a todos ustedes a asistir a nuestras reuniones, y eventualmente para ser bautizados tal como nuestro Señor lo ordenó en Mateo 28 y Marcos 16. Recuerden que el evangelista Felipe bautizaba a todos aquellos que habían creído en el evangelio del reino y en el nombre de Jesús, sin una mayor exigencia como ocurre en las iglesias organizadas, las cuales exigen primero un previo entrenamiento intensivo o prolongado que puede durar meses o años (Hechos 8:12).


Los hermanos se hospedarán en el Hotel San Agustín (ex Hotel Riviera) de la Avenida Wilson, en el centro de Lima, por espacio de una semana, recibiendo las visitas de todos aquellos que deseen una entrevista personal con ellos para intercambiar ideas o hacer consultas bíblicas.


Esta es, pues, una magnífica oportunidad para todos aquellos que residen en Perú y en los países vecinos para que puedan ser bautizados y cuenten al mismo tiempo con evangelistas capacitados para que los instruyan en la prístina verdad del Señor Jesucristo.


Para mayor información escribir al Ingº Mario Olcese (Apologista):