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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 4 de julio de 2010

ARREPENTIOS Y CREED EN LA BUENA NOTICIA (EL EVANGELIO): QUE BUENA NOTICIA?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Definición del vocablo “Evangelio”

Cuando Jesús apareció en la historia, y se manifestó a su pueblo, él comenzó anunciando: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha ACERCADO; arrepentíos, y creed en el evangelio (Marcos 1:15). Esta palabra “evangelio” viene de Eu-aggelion (Eu-angélion) en griego. AggeloV (ángelos) significa mensajero y eu (eu) es un prefijo que añade calidad, bondad, plenitud. De aggeloV hemos obtenido la palabra ángel y sus derivados a través del laín ángelus. En Griego aggeloV significa mensajero, enviado, representante. Además, Wikipedia nos dice que evangelio (del griego εὐ, que significa “bien”, y αγγέλιον, que significa “mensaje”, buena noticia). La proclamación del evangelio (Buena noticia) se conoce como evangelización.

Así que Jesús apareció para anunciar una buena noticia a su pueblo, una que era ya conocida y sobre todo esperada por sus paisanos. Y vemos que Jesús no se detiene para explicar de qué se trataba esa buena noticia, puesto que sus oyentes sabían perfectamente de lo que Jesús hablaba.

¿Cuál era esa Buena Noticia?

En el pasaje de arriba (Marcos 1:15), Jesús demanda a sus interlocutores a creer en el evangelio que él llamó con toda claridad, “el reino de Dios”. Así que para él su anuncio o buena nueva era “el reino de Dios”, y que éste se había acercado. En Lucas 4:43 Jesús explica con toda sencillez y claridad que él fue comisionado como mensajero de Su Padre para anunciar precisamente el reino de Dios, y agrega que este fue el propósito de su venida. Dice Lucas 4:43, así: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado”. Pero es sorprendente que millones de Cristianos no sepan esto, y digan que Cristo fue enviado a morir por lo pecadores, y no a predicar el reino de Dios y que crean en él. En Juan 3:16 Jesús dice que “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Así que Dios no mandó a su Hijo exclusivamente para que él muera por nosotros, sino para que nosotros creamos en su Hijo (y en su evangelio del reino) y así podamos obtener la vida eterna.

Recapitulando: El amor de Dios por el mundo consiste en que Él mandó a su Hijo para que los hombres crean en él y sean merecedores de la vida eterna. Por cierto que creer en él es creer en su anuncio salvador (el evangelio), el cual tiene poder para salvar a los que lo creen (Romanos 1:16) y por supuesto en todas aquellas cosas fundamentales que envuelven a su persona, incluyendo su muerte en la cruz, sepultura y resurección al tercer día (1 Cor. 15:1-7).

Ahora bien, lo sorprendente del caso es que la mayoría de cristianos creen que Cristo murió, fue sepultado, y resucitó al tercer día, pero no creen que el reino davídico será restaurado en la tierra. Es decir, no creen en el anuncio prístino del reino anunciado por Jesús al comienzo de su ministerio. Esto pone en apuros su salvación, porque no han creído todo el evangelio bíblico, sino sólo una parte del mismo.

El Señor espera que cumplamos nuestra tarea

Así como Dios esperó que Jesús cumpliera fielmente su comisión de difundir el mensaje del reino, asimismo Jesús espera que sus discípulos sigan sus pasos fielmente. En Marcos 16:15,16, Jesús dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:19,20). Y recordemos que algunas cosas que mandó Jesús hacer a sus discípulos era precisamente predicar el reino de Dios. Esto se descubre cuando leemos lo que dice Lucas 9:1,2: “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos”. Sí, Jesús mandó a sus discípulos a predicar el reino de Dios, y eso exactamente fue lo que hicieron. En Hechos 8:12 leemos que “cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del REINO DE DIOS y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”. También vemos a Pablo predicando el evangelio del reino a Judíos y gentiles por igual en sus viajes misioneros. Así, en Hechos 19:8, leemos que Pablo predicaba el reino de Dios en una sinagoga de Efeso: “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del REINO DE DIOS”. En Hechos 20:25 Pablo dice: “Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el REINO DE DIOS, verá más mi rostro. Y en Roma el apóstol Pablo sigue predicando el reino de Dios de manera insistente a todos los que querían oírlo. “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el REINO DE DIOS desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Predicando el REINO DE DIOS y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento (Hechos 28:23, 31).

En Mateo 24:14 Jesús había profetizado que justamente este mismo evangelio del Reino sería predicado como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14). Y esto es precisamente lo que está ocurriendo en estos últimas décadas con muchos creyentes que están predicando este mismo evangelio del reino por internet, y más y más gente se está enterando de este maravilloso mensaje que las iglesias olvidaron por muchos siglos. Y aunque algunos afirmen que el Señor está demorando en volver, lo cierto es que él está esperando que la humanidad venga a él con un corazón arrepentido, habiendo aceptado, por fe, el evangelio salvador que es Cristo y su mensaje del reino (Romanos 1:16).

Por tanto, Si nosotros nos ponemos todos de acuerdo en predicar el evangelio del reino de Dios para que la gente venga al arrepentimiento, el Señor no seguirá demorando. Es necesario cumplir nuestra tarea para que Jesús pueda volver y restaurar su reino en la tierra.

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