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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

viernes, 2 de abril de 2010

EL DIOS INCOGNOCIBLE DE LOS TRINITARIOS



La Doctrina de la Trinidad es imposible de entender para cualquiera que lo haya abrazado como una verdad revelada. Sin embargo, sabemos por Cristo mismo que conocerlo a él y a Su Padre íntimamente, es fundamental para obtener la salvación (Juan 17:3) así como la comprensión del mismo evangelio del reino (Rom. 1:16). De hecho, la Biblia nos dice reiteradamente que nuestra misma vida eterna depende del conocimiento de Dios, Su Hijo y de Su evangelio del reino.

Juan 17: 3 - Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Pero el monstruo 3 en 1 conjurado por la Trinidad es un ser incognoscible. La Trinidad es una verdadera confusión, y NO es de Dios, sino del diablo (ver 1 Cor.. 14: 33).

Teólogos y sacerdotes honestos admiten que no hay manera siquiera de "entender" la Trinidad. Ellos sostienen que la mente mortal no puede comprenderlo, sino sólo "comprender" algo de él, pero incluso eso es poco cuando la escritura afirma que nuestra misma vida eterna depende de conocerlo.

También creo que si hay una doctrina que debe entenderse completamente, debería ser aquella sobre el carácter y la naturaleza de Dios.

Si usted sabe algo sobre la historia del concilio de Nicea, también sabrá que los autores de este galimatías sabían realmente que lo que estaban esbozando era incomprensible.

Eso te lleva a otra pregunta problemática. Si los escritores/teólogos sabían que la Trinidad estaba más allá de la comprensión de los hombres, entonces, me pregunto, ¿cómo sabían que lo formularon estaba bien en primer lugar? Eso nos lleva a la parte final del argumento. Hay falta de pruebas espirituales de que esta doctrina es aceptada por Dios.