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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 20 de septiembre de 2009

EL LADO OSCURO DEL CALVINISMO

Hay muchos cristianos que creen que la doctrina calvinista es un poco extrema pero de todas formas es una buena doctrina bíblica.

Yo asistí durante años a una iglesia Calvinista, o Reformada, (es lo mismo), sin darme cuenta que es lo que verdaderamente intentaba inculcar. El motivo de no darme cuenta, es porque los lideres de estas iglesias saben que no pueden hablar claramente de lo que en realidad creen y enseñan, porque si no tienen cuidado se les vacía la iglesia.

Por ejemplo, muchos creen que saben lo que significa la doctrina de la predestinación según los calvinistas, pero en realidad no lo saben.

Estas son palabras de Calvino:

Por predestinación nos referimos al decreto eterno de Dios por el cual él determina lo que quiere hacer con cada persona. No todos los hombres somos creados iguales, sino que unos son predestinados para vida eterna, y otros para condenación eterna; y, por consiguiente, al ser cada uno creado para uno de esos dos fines, decimos que cada uno ha sido predestinado para vida o para muerte.

A pesar de ser ésta una posición antibíblica y radical, contraria a las Escrituras, George Bryson, demuestra que esta es la postura que promueven los mayores líderes representantes del Calvinismo hoy día.

James White, defensor contemporáneo del Calvinismo dice:

Dios elige a personas específicas para si Mismo, sin ninguna relación con nada que ellas puedan hacer. Esto significa que la elección de Dios de los escogidos esta determinada exclusivamente por Él: Su gracia, Su misericordia, Su voluntad. No son las acciones de los hombres, sus obras, ni siquiera el conocimiento previo de su fe, que “atrae” la elección de Dios. Esta elección es incondicional y final.

Los distintivos de la Teología Reformada no se pueden reconciliar con lo que conocemos de Dios en su Santa Palabra.

Las Escrituras me han enseñado a creer en un Dios que es amoroso y totalmente justo. ¿Podría tal Dios permitir que naciera un hombre que no tuviera ninguna posibilidad de salvación? ¿Nos incitaría el Dios de amor de las Escrituras a invitar a hombres no predestinados, a conocer el Evangelio de salvación?

¿Castigaría eternamente el Dios de toda esperanza a una persona que él mismo había decretado sin posibilidad alguna de salvación?

El Dios que nos presenta Calvino parece tan lejano y diferente del Dios que dijo:
Apocalipsis 22:17

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

¿No le estaría mintiendo al hombre no escogido, si le ofreciera la vida eterna basada en lo que Cristo hizo por él en la cruz? Porque si el Calvinismo es cierto, y yo le digo a un hombre que Jesús le ama y murió por él para salvarlo, solo le estoy ofreciendo una esperanza falsa.

¿Puedo, con una conciencia limpia, hacer esto en el nombre de un Dios que es Omnisciente, sabiendo sobradamente que puede no ser verdad?

¿Por qué el Dios que odia las mentiras, mandaría a sus siervos a presentar a los perdidos un Evangelio que no puede ofrecerles salvación, en cuyo caso les estaría mintiendo? ¿Por qué les instaría Dios a unos hombres, Josué y Eliseo, a escoger a quien iban a servir? Es imposible para los hombres escoger si ya han sido predestinados por Dios para salvarse o condenarse.

¿Puede usted decirle a alguien que Dios es amor si ha destinado a algunos hombres a la condenación eterna?

De acuerdo al Calvinismo, es inútil intentar convertir a los perdidos que no están destinados a ser salvos. Posiblemente esto explique por qué muchos Calvinistas emplean tanto tiempo y energía intentando ganar para el Calvinismo a los que ya son salvos. Esto significa que los Calvinistas quieren que otros Cristianos acepten su retorcida teología, la cual cuando se entiende, destruye el evangelio para toda criatura.

Ref. The Dark Side of Calvinism, George Bryson