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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 5 de abril de 2009

LOS ÁNGELES Y EL JUICIO DIVINO




Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

El ministerio de los ángeles en el Antiguo Testamento fue de notable importancia. No solamente han manifestado las provisiones benevolentes de Dios (Sal. 91:11, 12; Heb. 1:14; Hech. 7:53; Dn. 6:22; 0:3), sino también han procedido a llevar a cabo sus temibles juicios de horror y muerte, según su ira, que es santa, justa y perfecta. Vemos en la Biblia cómo en un momento dado, 185.000 hombres de los ejércitos de Senaquerib, el rey asirio, fueron muertos por el ángel destructor:

«Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. Por el camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo. Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, e hizo su morada en Nínive. Y aconteció que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esarhadón su hijo» (Is. 37:32-38).

Casi nadie desconoce el suceso la destrucción de Sodoma y Gomorra por dos ángeles del Señor:

«Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo…» (Gn.19:1).

«Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo» (Gn. 19:12-13).

« Entonces Jehová (los ángeles que lo representaban) hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra» (Gn. 19:24).

El Nuevo Testamento revela que los ángeles de Dios tendrán un relevante papel en el juicio de los impíos y malignos en el futuro (véase entre otras cosas, en el libro de Apocalipsis, los juicios de Dios escatológicos ejecutados por su ángeles, representados simbólicamente por las siete copas y las siete trompetas de la ira de Dios). Cristo les llama a estos seres sobrenaturales y de potencia asombrosa (2 P. 2:11) los «segadores», porque el día de su venida se encargarán de recoger, de separar a los impíos (la cizaña) de los justos (el trigo) para ser lanzados y quemados en el Lago de Fuego (Ap. 20:15):

«Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes» (Mt.13:37-42).

Por último, antes de que inicie el reino terrenal de Cristo, Satanás será encadenado y puesto en prisión por un poderoso ángel en el oscuro abismo por un tiempo de mil años:

«Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años… » (Ap.20:1-2).

Dios les bendiga siempre.