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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 29 de diciembre de 2008

¿ES POSIBLE EN EL CREYENTE?

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Todos los casos de posesión diabólica presentados en la Biblia han sido de individuos que en un principio eran ajenos al conocimiento de Dios, extraños completamente a los designios y decretos celestiales para una vida digna y santa delante de él (Mt.4:24; Mr.5:8-14; Lc.8:2; Hech.8:7; 16:16). No hay un solo caso reportado en la Biblia de convertidos al Señor que hayan dejado su camino de luz para ser posesionados posteriormente por demonios. Pablo anima a los creyentes para que Satanás no gane ventaja sobre ellos con sus artimañas e influencias nefastas (2 Co.2:11), y Pedro por su parte, en un de sus cartas, aconseja a los creyentes para que sean sobrios y vigilantes ya que Satanás como león rugiente anda alrededor dispuesto a devorarlos en caso que se descuiden (1 P.5:8). En otra parte, se insiste que el cristiano deberá resistir al diablo para que se retire (huya) de él (Stg.47). La manera que el diablo ataca al verdadero cristiano es por medio de dardos de fuego que vienen a su mente que puede ser terriblemente conmocionada por su dañino efecto (Ef.6:16). Estos dardos de fuego, cargados de incitante engañó e iniquidad, si el cristiano no los resiste convenientemente por medio de las Escrituras, de igual manera que lo hizo Cristo en el desierto contra Satanás (Lc. cap.4), cabría la posibilidad que logren hacerlo regresar al mundo de maldad de dónde procedía y su posterior condición o estado habrá, quizás, de ser peor (2 P.2:20). El creyente deberá tomar la armadura de Dios para poder resistir la terrible lucha espiritual que se lleva en la mente, lucha que no es contra carne ni sangre sino contra el mismo diablo y sus legiones de oscuridad (Ef. cap.6). En lo que vimos, no hay nada que diga que los creyentes verdaderos puedan ser posesionados por los demonios, pero si hostigados o influenciados por ellos:Podemos ver que pueden abofetearlos (2.Co.12:7), que pueden engañarlos en la mentira (J.8:44; 2 Co.11:3), que pueden tentarlos (Mt.4:1), que pueden estorbarlos para la obra divina (1 Ts.2:18; Ef.6:12), que pueden zarandearlos (Lc.22:31), que pueden acusarlos (Ap. 12:9, 10), y también, matarlos (Jn.8:44;). La Biblia aclara que el creyente verdadero pertenece a Dios como hijo (Jn.1:12), pasa a ser posesión de él y no de Satanás (Jn.4:4). Cuando el Espíritu Santo viene a morar en el creyente genuino, y me refiero a aquel que en cierta vez fue posesiondado por demonios, queda determinada la imposibilidad de volver a ser posesionado por los demonios (Ro.8:9, 11; 1 Co.2:12; 3:16; 6:19-20).

«Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra. Entonces dice: "Volveré a mi casa de donde salí." Cuando regresa, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el primero. Así también sucederá a esta perversa generación» (Mt.12:43-45).

Es incongruente asegurar que los cristianos verdaderos sean posesionados por los demonios nuevamente, si es qué alguna vez lo fueron como antes aclaramos, porque los versos anteriores así parecen darlo a entender. Realmente, lo que los versos enseñan, es algo completamente distinto. Pude mirar en una de mis Biblias de estudio un comentario muy interesante de dichos textos: Jesús en esta parábola (Mt.12:43-45) se enfoca principalmente a una enseñanza moral-espiritual. El Cristo de la gloria hace saber a los legalistas fariseos que enfrentaba en ese tiempo, de un hombre que no había experimentado la verdadera regeneración espiritual pero que siguió una normativa estricta religiosa que incluía la forma o manera de expulsar el demonio que una vez, en un principio, lo tenía posesionado. Después, el espíritu que una vez le fue expulsado, regresa con siete más perversos que él para posesionar a ese mismo hombre, es decir, para penetrar dentro de las cámaras vacías de la reforma legalista religiosa de la fe judaica que daba a la postre una condición espiritual peor que la primera.

Que el presente escrito les sea de gran bendición, hermanos y amigos que nos visitan siempre.