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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 30 de julio de 2008

El ÁNGEL DE YAHWEH

La Biblia ciertamente nos habla del “ángel de Jehová” que hablaba a los siervos de Dios en el AT. El Apóstol Pablo, sin embargo, nos dice en Hebreos lo siguiente: “Dios (no Jesucristo), habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas (AT), 2 en estos postreros días (NT) nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;” (Heb.1:1,2). Así que fue Dios, y no su Hijo, quien habló a los padres por los profetas en el AT. Y nótese que lo hizo de muchas maneras, incluyendo seguramente la de un ángel, “El Ángel de Jehová”. Luego, Pablo es enfático al decir que en los postreros días, que empezaron en sus tiempos, nos ha hablado por Su Hijo. Esto quiere decir que antes de los últimos días el Hijo no habló a ningún humano.

Podemos afirmar que algunas de las numerosas manifestaciones del “ángel de Jehová” en las Escrituras parecen ser lo que se conoce por teofanías. Por ejemplo, La Biblia nos dice que el ángel de Jehová se apareció al profeta Moisés en la zarza ardiente, pero después dice que Dios habló con Moisés en aquella ocasión (Éxodo 3; Hechos 7:30-38). También el ángel de Jehová se le presentó a Agar, la esclava, y habló como si fuera Dios mismo, y ella se dirigió a él como Dios (Génesis 16:7-14). Si leemos Éxodo 13:21 veremos que dice que Jehová iba delante del pueblo de Israel en una columna de nube, mientras que Éxodo 14:19 nos informa que el ángel de Dios estaba con la columna de nube. El ángel de Jehová se le apareció a Israel en Jueces 2:1-5 y habló como si fuera Dios mismo. Jueces 6:11-24 describe la apariencia del ángel de Jehová a Gedeón y luego dice que Jehová miró a Gedeón. Nuevamente, el ángel de Jehová apareció a Manoa y a su esposa, y ellos creyeron que habían visto a Dios (Jueces 13:2-23).

Otras visitas del ángel de Jehová no señalan si eran manifestaciones de Dios mismo o no, aunque la gente supone a menudo que lo eran. Algunos ejemplos son las aspectos a Abraham en el Monte Moría y a Balaam (Génesis 22:11-18; Números 22:22-35). A veces el ángel de Jehová claramente no es una manifestación de Dios. Algunos ejemplos son las apariencias a David y a Zacarías (I Crónicas 21:15-30; II Samuel 24:16; Zacarías 1:8-19). El ángel del Señor en el Nuevo Testamento supuestamente no es más que un ángel, y por cierto que no es Jesucristo, el Hijo de Dios (Mateo 1:20; 2:13; 28:2; Hechos 8:26).

Al estudiar todos estos versículos de la Biblia, algunos sostienen como vehemencia más que con razón que el ángel de Jehová siempre es una manifestación directa de Dios. No obstante, algunas de las instancias citadas arriba no apuntalan esta idea y dos de ellas realmente la contradicen a raja tabla. Otros cristianos afirman, sin embargo, que el ángel de Jehová es en algunos casos una manifestación de Dios, y en otras definitivamente no. Esta segunda idea parece armonizar con la Biblia.

Una tercera idea, no obstante, es que el ángel de Jehová nunca es Jehová, sino un ángel literal. Para fundamentar esta última idea, uno destacaría que los ángeles son portavoces, mensajeros, y agentes de Dios. Es decir, esta idea contiende que es correcto decir que “el Señor dijo” o “el Señor hizo” aunque El lo dijo o lo hizo mediante la agencia de un ángel. Bajo este criterio, una descripción de un hecho de Dios en la narración de una apariencia angelical es simplemente una forma de decir en breve que Dios obró a través del ángel. Ya que los escritores bíblicos esclarecen al principio de los relatos que un ángel era el agente directo, no tiene que existir ninguna incertidumbre o divergencia. En esta idea, las personas que reconocieron la visita de Dios o estaban equivocadas en su creencia que habían visto a Dios mismo, o, más razonablemente, reconocieron que Dios estaba usando un ángel para hablarles y entonces se dirigieron a Dios mediante el ángel. Hay otra forma de armonizar esta tercera idea con los versículos de la Escritura que identifican al ángel de Jehová con Jehová mismo: a saber, que el ángel apareció visiblemente, pero que el Señor también estaba presente invisiblemente. Entonces, las referencias al Señor como actuando o hablando podrían significar literalmente el Señor y no el ángel.

En resumen, es innegable que el ángel de Jehová en el Antiguo Testamento no era siempre el Señor mismo. Una persona puede sostener plausiblemente que el ángel de Jehová jamás era una teofanía real, pero no puede sostener con seriedad que el ángel de Jehová era siempre una teofanía. La explicación más sencilla es que la frase, “el ángel de Jehová,” a veces se refiere a una teofanía de Dios pero en otras ocasiones denota nada más que un ángel ordinario.

Un erudito trinitario resume la idea predominante de la siguiente manera:

“En el Antiguo Testamento el ángel de Jehová podría ser solamente un mensajero de Dios (la misma palabra hebrea significa mensajero), distinto de Dios mismo (2 Samuel 24:16), o podría ser identificado con el Señor mismo hablando de Sí mismo . . . el hecho de que Dios no puede ser ilustrado con claridad es típico de las teofanías del Antiguo Testamento . . . Dios tiene la libertad de mostrar Su presencia, al mismo tiempo que los humanos tienen que ser protegidos de Su presencia inmediata.”

www.yeshuahamashiaj.org
www.elevangeliodelreino.org