Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 27 de mayo de 2008

ADVENTISMO Y EVANGELIO

El Adventismo ha sido estorbado mucho en la proclamación de su mensaje debido a que muy pocos saben qué es en realidad el evangelio eterno. Los Adventistas del Séptimo Día no han comprendido que el evangelio es "las buenas, alegres, y felices nuevas que hacen que el corazón cante y que los pies dancen". No han reconocido que no tenemos que ser buenos para ser salvos, pero sí tenemos que ser salvos para ser buenos. No se trata de quiénes somos, sino de a quién pertenecemos. ¡Cuán bueno es Dios! "No hay nada que podamos hacer para que Él nos ame más, ni nada que podamos hacer para que nos ame menos". Sólo el evangelio, quebrantando el corazón, puede hacer posible el cumplimiento de la esencia de la ley, que es el amor desinteresado. Así, por fe, la ley es confirmada, no abolida.

Sin embargo, éste no es en absoluto el caso cuando se trata de la tradicional interpretación Adventista del santuario, 1844, y el Juicio Investigador. Esta interpretación depende, no de claras declaraciones didácticas de la Escritura, sino de una prolongada serie de suposiciones e inferencias, la mayoría de las cuales son altamente debatibles. Los Adventistas han establecido conclusiones dogmáticas allí donde la honestidad debería obligar una confesión de que la evidencia es o ambigua o contraria a las tradicionales afirmaciones Adventistas.