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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 10 de enero de 2012

APROBO DIOS LA POLIGAMIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO?

La poligamia (hombre casado con varias mujeres) nunca fue aprobada por Dios. La Escritura nos enseña que desde el principio el plan de Dios para la humanidad incluía un hombre y una mujer, no un hombre y varias mujeres (Gén. 1:27; 2:21-25). La proporción desde el comienzo fue uno y una.

La poligamia hizo su aparición una vez que el pecado fue avanzando en el mundo. Génesis 4:19 nos cuenta que Lamec tomó para sí dos mujeres. Hasta ese entonces el patrón a seguir había sido el establecido por Dios, un hombre y una mujer solamente.
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Más adelante no hay duda de que personajes como Abraham y Jacob adoptaron costumbres de la cultura pagana en la que vivían. Esto no justifica lo que hicieron, como tampoco es prueba de que Dios lo miró con buenos ojos. Sí es prueba de que los hombres son pecadores, aún aquellos que Dios elige como siervos. David y Salomón son típicos ejemplos, ambos fueron polígamos. David agregó a esto adulterio y asesinato, en el episodio con Betsabé (2 Sam. 11).

La historia bíblica nos dice que en cada uno de estos casos, estos hombres pagaron caramente por su transgresión. También es cierto que Dios los bendijo en gran manera, pero no como premio a su pecado, sino a pesar de éste.

Vemos de esta forma que la gracia de Dios se hace presente a través de toda la Escritura a pesar de la desobediencia de los hombres. No debemos confundir tolerancia con complicidad. Dios toleró la poligamia de la misma forma que toleró el divorcio, por la dureza de los corazones de los hombres (Mat. 19:8). Eso no significa que la aprobó, y mucho menos que la ordenó.

Pasajes bíblicos que muestran que la monogamia (un hombre y una mujer) es el mandato de Dios para el matrimonio: Gén. 2:21-25; Deut. 17:17; Mat. 19:4-6; 1 Cor. 7:2; Efe. 5:31-32; 1 Tim. 3:2-12.