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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

NO! SENOR ARMANDO LOPEZ GOLART

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

He leído frívolos y heréticos dogmas al por mayor, estúpidos sincretismos religiosos, lejos del conocimiento del divino Padre, vituperios pseudopiadosos de inumerables y trastocados maestros que dicen conocer las verdades del cielo. Ciertamente, uno se queda pasmado por lo osaída de estos impávidos individuos, cuando sostienen con suprema y orgullosa seguridad tan espeluznantes y condenatorias mentiras... ¡No hay vergüenza ni temor ya! Pero lo que escribe Armando López Golart (Príncipe de la ficción infernal, porque su rey es Satanás) en su fantasioso y aburrido blog, caray, no tiene parangón... carece de nombre. Él mismo me ha dicho que fue expuslado de la banda de delincuentes que se hacen llamar Testigos de Jehová. Que el daño que le inflijieron fue severamente traumático (y no lo culpo por lo que escribe: es extremadamente clara la injuria psicológica que le dejaron), pero lo más extraño de todo, a pesar de lo confesado a un servidor suyo, hermano y amigo que nos visita, nunca de los nuncas, óigalo bien, se ha tomado la más pequeña de las molestias para denunciar a la diabólica secta como lesiva; al contrario, la “teología” que propone, acuerda con la Jehovista... Yo le pregunto a este malogrado, receloso y umbrío señor: ¿Qué clase de amor encontrado es este? ¿Cómo es qué ha consentido tamaño masoquismo religioso? Pero en vez dar su triste testimonio, su mala experiencia con el enfermo e infeliz grupo de despojadores de dinero y de la individualidad, se ha empecinado, como la persona neurótica que es, como rabiosa y hambienta fiera a embestirnos con cáusticas y vólatiles ideas, producto de su bruna y trastonrada psique, plasmadas con loable y enredosa gramática, en vez de empezar de cero, dejando todo lo que le ha perjudicado, como lo han hecho otros, como lo hizo mi amigo y hermano Mario Olcese Sanguineti con los Testigos, como lo hice yo con el fanático Pentecostalismo Carismático. Y por más inteligente que este señor sea, al no tener el ungimiento del Santo Paráclito, el cual se logra en la buena conversión, jamás entenderá lo más elemental de la Biblia. Pablo de tal modo nos lo aclara:

«Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente» (1 Co.2:14).

Lo animo lector, para que visite su estrambótica página, para que analice con atención (El blog de Armando López Golart: armandolopezgolart.wordpres.com) las magistrales quimeras que esta persona promociona con insolencia y descabello, y que requiere con prontitud unas atinadas clases de interpretación bíblica.

Para empezar mi obsesivo y fiero detractor, la interpretación de la profecía bíblica necesita bastante atención en sus palabras, es decir, en su contenido y en su gramática, que son los fundamentos o principios aprobados en cualquier campo de la interpretación bíblica. Deberá tenerse en cuenta la necesidad de conocer además el transfondo histórico del profeta y de su profecía, el sentido y el significado de los nombres propios, los eventos, las citas geográficas, las costumbres, la cultura, si el concepto mencionado aparece en otra parte de las escrituras, la evolución del pasaje bíblico: el contexto, para no romper con la armonía que demanda la profecía a tratar, cosa que usted ha puesto en el más infértil y desolado de los parajes. No pueden descuidarse, Armando, los componetes de la profecía; tener presente si éstos son locales o temporales, y sobre todo, para que se lo meta y ancle en su entelarañada y oblicua testa, deberá tomar la interpretación [literal] de la profecía como guía límite en la interpretación de las escrituras. ¿Vamos bien? Bueno. Si no, usted se lo pierde, Armando.

Para los verdaderos estudiosos de la Palabra de Dios (aprenda de ellos Armando), es bien sabido que la primera consideración con relación a la interpretación de la Biblia , como en todas las áreas de la misma, es que sea interpretada literalmente. El significado literal nos otorga un significado concreto, debido que el profeta se mueve en un entorno real, no en situaciones abstractas. Armando, la más gigantesca confirmación de que el método literal es el correcto para la interpretación de cualquier profecía se deriva de la apreciación del las profecías ya cumplidas. Ya que la profecía es indivisible, una unidad, en cuanto al tiempo, el método de interpretación utilizado para las profecías que tienen cumplimiento futuro irrebatiblemnte tendrá que ser también el literal. Armando: Todas las profecías que se han cumplido, no hay alguna que no se haya cumplido [literalmente]. En las profecías que no se han cumplido, las que se han cumplido ya vienen a funcionar como modelo (homogeneidad). Sabremos como se cumplirán las futuras profecías sabiendo como se cumplieron las pasadas. Las profecías concernientes al Cristo sufriente se cumplieron, al pie de la letra, con toda literalidad. No hay motivo alguno para creer que las profecías que están relacionadas con la segunda venida del Hijo del Hombre se cumplirán de otro modo. Inferimos sin problemas, que las dos resurrecciones, el reino de mil años de Cristo en la tierra, tienen que ser, sin más, literales.

Sr. Armando López Golart: el apóstol Pedro nos declara que «ninguna profecía es de interpretación privada» (2 P.1:20-21). Para que entienda lo que este santo hombre quiere decir, que ninguna profecía debe interpretarse con referencia [a sí misma]. Las demás partes son importantes, como quedó aludido un poco más arriba, para que el significado de la(s) profecía(s) sea coherente.

Armando López Golart:

No es posible mezclar los métodos de interpretación en el campo de la profecía bíblica, como acostumbra usted hacerlo (¡¡!!), según el color del cielo, según sus lunático talante. Debe usarse un método interpretativo congruente, desde el principio... hasta el fin.

Muchos se han equivocado en sus conclusiones por relegar los principios sanos de la hermenéutica. Usted, Armando López Golart, es vivo ejemplo de esto: sus deducciones imprecisas, por falta de capacidad espirtual y conocimiento teológico, lo tienen al borde de la eterna condenación, que le será dictaminada en el día de juicio, al menos que desista de tanta estupidez abrigada... con abyecta convicción. Eso, usted, lo decide.

Armando, solamente le exhorto a reivindicarse... se lo digo de todo corazón, créalo o no.

Dios bendiga a mis hermanoy amigos que nos visitan gratamente.