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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 15 de mayo de 2011

EL FRAUDE DE JOSE SMITH



Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Prov. 30:5-6: «Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso».

En 1823, José Smith, un osado y loco mozalbete que contaba con dieciocho años, creyó con firmeza que las iglesias se hallaban equivocadas doctrinalmente, sin excepción; por otro lado, también estaba convencido que tenía un “llamado de Dios para ser su profeta por excelencia, y para levantar la iglesia, la auténtica”.

José Smith, afirmó que un ángel de nombre Moroni se le había presentado, el 21 de Septiembre de 1823, relatándole que su padre, Mormón, había grabado la historia de su pueblo en unas “planchas de oro”. Según Moroni, antes que este pueblo fuese destruido por sus hostiles enemigos, él enterró las planchas de oro en cierto cerro, conocido como cerro de Cumorah, cerca de Palmyra, Nueva York.




La finalidad de presentársele a José Smith, era para señalarle el lugar en que estas planchas estaban sepultadas. Según Smith, el ángel le entregó (le prestó) unas “piedras milagrosas” a manera de lentes y que Smith llamó como “Urim y Tumim”. Con estas piedras, Smith pudo comprender el lenguaje (“egipcio reformado”, según él) que estaba escrito en las planchas de oro, y conocer toda la historia, con lujo de detalles. Cuando Smith consiguió las planchas de oro, invitó a un amigo suyo para que transcribiera su contenido ya traducido, “tras cortinas”. Cuando hubo terminado, devolvió las planchas y las piedras a Moroni. El producto de esta extraña traducción fue editada por primera vez en el año 1830, y apareció en español en el año 1886. Esta obra recibió el nombre de El Libro de Mormón, y es visto por los mormones como la autoridad suprema de la fe en la iglesia que José Smith levantó un año después. Para los mormones, el Libro de Mormón es equivalente a la Palabra de Dios: La Biblia. El Libro de Mormón habla de la historia de los primeros habitantes del hemisferio occidental. Asegura que el Huerto del Edén estaba localizado en Norte américa, exactamente en el estado de Misuri. Se comenta en este Libro, que luego del diluvio, el Arca de Noé descansó en las cumbres de Asia, y que sus tierras fueron habitadas por los descendientes de Noé. Posteriormente, una parte de estos descendientes transmigraron hacia el hemisferio occidental para asentarse en las regiones de Centro américa. El Libro de Mormón narra sus conflictos bélicos y sus desplazamientos migratorios. Dice, entre otras cosas inverosímiles, que Cristo, ya resucitado, viajó al hemisferio occidental para “enseñarles el evangelio a sus pobladores”. En su estancia en el hemisferio occidental, se refiere en este el libro, que Jesucristo alzó una “iglesia”.

Con respecto al contenido del Libro de Mormón, se le ha cuestionado con mucha seriedad, llegándose a pensarse que no es más que un “chanchullo” sin parangón (sépase que hay 14 millones de mormones en todo el mundo aproximadamente... vaya que el efecto del mormonismo sobre las gentes ha sido muy efectivo).

Primero: al parecer el contenido del Libro de Mormón fue tomado de una novela escrita por un tal Solomon Spalding (1761-1816). Solomon escribó una obra de ciencia ficción: «Manuscript Story», sobre una civilización perdida de los «Constructores de Túmulos», de Estados Unidos, cuyo semejanza al Libro de Mormón es increíblemente asombrosa. Cuando Solomon murió, parte de esta obra cayó en manos de un cercano a José Smith; lo demás, se podrá colegir sin ningún problema. Segundo: los testimonios arqueológicos e históricos actuales, difieren enormemente con respecto a las costumbres, las formas de hablar, y los nombres de los pobladores de las zonas descritas en tal Libro. Tercero: en el Libro de Mormón se obsevan un aproximado de diez mil citas, de las palabras, exactas, y esto es para usted, mormón profeso, de la versión del Rey Jaime de la Biblia, que se publicó en la época medieval, en el año 1611. d. C. Todo un robo descarado. Cuarto: en el Libro de Mormón se encuentran palabras asignadas al Señor Jesucristo, pero que son pronunciadas por individuos que vivieron muchos cientos de años antes de su nacimiento. Quinto: raro es que José Smith nunca les mostrara las planchas de oro y los lentes supuestamente milagrosos a personas, por lo menos de su confianza, para dar veracidad a sus “divinas” declaraciones. Sexto: los acentuados errores gramaticales que existen en el Libro de Mormón, más bien nos informan que este fruto literario es de [hombre fallido] que de [Dios infalible].

Estas son pocas de las muchas pruebas que el mormonismo es un desfalco monumental, instituido por un hombre sin escrúpulos, de un hombre sensual llamado José Smith, con fines, claro es, egoístas.

Texto de reflexión:

Ap. 22:18-19: «Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro».

Gracias. Dios los bendiga, siempre.

Tomado de:

¿Cuál Camino? De Luisa Jeter de Walker.

Wikipedia. La Enciclopedia Libre.