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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 14 de febrero de 2010

PASTORES O LOBOS DE LA PROSPERIDAD?


Por Dr. Jason Navarro (Apologista Unitario dominicano)

Creo que como creyentes debemos analizar las cosas desde el punto de vista de la Biblia. El apóstol Pablo fue un crítico ferviente de las cosas malas que se practicaban en muchas de las iglesias del Nuevo Testamento, y por esto él nunca ofendió a Dios. Lamentablemente estamos viviendo en un tiempo donde la sal ha dejado de salar y la luz se esconde debajo de un almud para que no alumbre. Es terrible ver a estos supuestos pastores y líderes convertirse en seres materialistas que sólo piensan en la prosperidad material cuando nuestro reino no es de este mundo. Es penoso ver a las iglesias ir detrás de estos voraces materialistas que no predican el futuro reino de DIOS, sino el reino de lo material, de cómo hacerme de un carro, de una casa, o de mucho dinero, como si esto fuera lo que Cristo predicó. Como dice Pablo en 2 corintios 11: 13-15: “porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo; y no es maravilla, porque el mismo Satanas se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”.

Todos estos llamados ministros terminan muy ricos, y con mucha carnalidad, pues astutamente explotan a las iglesias prometiendo prosperidad material para hoy, pero se olvidan que lo más importante es hacer tesoros en el reino de los cielos, que muy pronto descenderá del cielo a la tierra, aleluya, y allí seremos verdaderamente prósperos con Cristo.

Que sigan aquellos predicando riquezas y prosperidad materiales, pero los verdaderos creyentes seguiremos predicando a Cristo y su reino en el milenio. amén.