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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

viernes, 12 de febrero de 2010

DESCENDIO CRISTO DEL CIELO PARA ENCARNARSE?

Por A. Buzzard, teologo unitario.
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Juan 3:13 y 6:62
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Ha habido mucha discusión acerca de la enigmática declaración de Jesús que “nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre”. Si estas palabras son tomadas como las propias palabras de Jesús, más bien que como un comentario posterior de Juan, Jesús aparece diciendo que él solo ha descendido del cielo.
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Los comentaristas están locos por el uso sorpresivo del tiempo perfecto. “el tiempo perfecto ‘ha subido’ es inesperado.” “El uso del tiempo perfecto es una dificultad, porque parece implicar que el Hijo del Hombre ya ha subido al cielo.” “La dificultad del versículo reside en el tiempo de ‘ha subido.’ Este parece implicar que el Hijo del Hombre ya había, en el momento de hablar esto, ascendido al cielo.”
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¿En qué sentido pudo haber Cristo afirmado ya haber ascendido al cielo? La declaración ha sido tomada por algunos como que significa que en algún momento durante su histórico ministerio Jesús habíasido literalmente transportado a la presencia de su Padre. Pero los Evangelios en ningún lado registran semejante evento. Otros han argumentado por un sentido profético de tiempo pasado, i.e., que el Hijo del Hombre fue destinado a ascender, una profecía de su ascensión después de su resurrección.
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Hay una explicación más fácil sobre la subida de Jesús al cielo, basado en el precedente bíblico y las formas de hablar Judías. “nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre” es una descripción figurativa de la singular percepción de Jesús del plan salvador de Dios. Jesús posee una comprensión única de los secretos del universo la cual él ahora lo revela a cualquiera que oirá.
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La frase “que está en el cielo,” que aparece en algunos manuscritos Griegos así como Latinos y Siríacos, indican que Jesús, mientras vivía en la tierra, estaba al mismo tiempo también “en el cielo” en constante comunicación con su Padre de quien él dependía para todo. Como un puente entre el cielo y la tierra él afirmó tener un singular acceso a la información divina. Un estatus similar aplica después a todos los creyentes a quienes Pablo describe como “sentados en lugares celestiales” (Efe. 2:6).
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La frase “subió al cielo” de Jesús durante su ministerio indica entonces su íntima comunión con su Padre. Como Hijo él reside “en el seno del Padre” (Juan 1:18). El contexto de Juan 3:13 muestran a Jesús en conversación con Nicodemo acerca de los secretos de la inmortalidad. Jesús “está hablando sobre lo que sabemos” (Juan 3:11).
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En contraste con la no familiaridad de Nicodemo con las llaves para entrar en el Reino y la necesidad de nacer de nuevo, Jesús dice, “De cierto, de cierto te digo, lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio” (Juan 3:11). Jesús dudó de la capacidad de Nicodemo de recibir “cosas celestiales.” Son estos secretos celestiales lo que Jesús es capaz de revelar porque él “ha subido al cielo” y “está en el cielo”. En Proverbios 30:2-4 las palabras de Agur contienen una similar referencia a la ascensión al cielo. El objeto de semejante “subida” al cielo es obtener entendimiento y revelación divinos. “Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprendí sabiduría, ni conozco la ciencia del santo. ¿Quién subió al cielo y descendió?” Igualmente, Barcuh 3:29 pregunta: “¿Quién subió al cielo y la tomó? ¿quién la (Sabiduría) hizo bajar desde las nubes? (Cp. Deut. 30:12).

En el caso de Jesús, el supremo y final revelador de los propósitos de Dios, un puente desde el cielo a la tierra se ha construido. El Hijo ha “exegetado” al Padre (Juan 1:18).
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Ninguno salvo el Hijo del Hombre ha recibido semejante medida de sabiduría divina. Al mismo tiempo el Hijo del Hombre---el ser humano--- ha descendido del cielo, una expresión Judía que no significa que Jesús estuvo vivo antes de su nacimiento, sino que es el don de Dios para el mundo (cp. Santiago 1:17; 3:15).