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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 24 de noviembre de 2009

LA BIBLIA Y LA ADIVINACION



Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Is. 8:19 Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?

En su curiosidad innata, el hombre regularmente ha buscado el conocimiento en lo que no es de su incumbencia, es decir, en lo oculto, en lo que no le pertenece, y que está proscrito por Dios. La afanosa ambición para obtener un mejor lugar en la sociedad, poder, aceptación, riquezas y éxito rotundo, lo ha empujado a escudriñar en ese tipo de literatura oscura y profana, esotérica, misteriosa y enigmática, que ha sido escrita con tinta infernal. Por tal motivo, al no medir las consecuencias, ignorándolo o no, su vida viene a reservarse para la eterna oscuridad, en las más profundas de las tinieblas (Jud. 1:13).

La adivinación se define como la manera utilizada para predecir acontecimientos futuros o para conocer cosas ocultas o secretas. Los practicantes de la adivinación se valen de entidades espirituales reveladoras o mediante suertes, señales o procedimientos para lograrlo. En Ezequiel 21:21 se relata como el rey babilónico adivinaba sacudiendo saetas, a través de ídolos, con el hígado de un ave. En Gn. 44.5 se narra que el siervo de José habla de una copa para adivinar:

Gn. 44:5 ¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.

Hoy en día sería extraño no saber que los adivinadores o agoreros modernos usan bolas de cristal y vasos con agua con el fin de adivinar. Estas formas de adivinación no han cambiado en nada desde la antigüedad. En 1 de Samuel 28:8 y en Hechos 16:16-19 se muestra, para cada caso, un espíritu de adivinación que obraba mediante un intermediario humano. A veces el espíritu demoníaco se hace visible personificando una persona muerta; ejemplo está con Saúl y la adivina de Endor, donde el espíritu representa falsamente al profeta Samuel que había muerto tiempo atrás. En la actualidad sucede lo mismo con los llamados médiums que son poseídos por los demonios para hacerse pasar por personas fallecidas. Los demonios en tal situación son capaces de revelar detalles tan precisos de quienes han muerto, resultando muy convincente el engaño para los familiares que los conocían minuciosa y perfectamente bien.

Entre las formas modernas de adivinación ocultista encontramos la consulta de las barajas, llamada también cartomancia; por otro lado tenemos la aeromancia, la adivinación por medio de objetos puntiagudos, la hidromancia, la ceromancia, la espatulomancia, la geomancia, la litomancia, la catoptromancia, caromancia, la lectura de las hojas de té, de los asientos de café, la astrología, la tabla de la Ouija, la quiromancia o lectura de las líneas de las manos. Es tanta su influencia que muchos no dan un paso alguno en sus vidas sino antes de consultar algún modo adivinación.

Dentro de la astrológica, que continúa teniendo una buena aceptación y difusión en todo el mundo, encontramos, por ejemplo, el horóscopo y sus signos zodiacales, la carta astral, que consisten en métodos de adivinización en base a la posición de los astros en el momento del nacimiento. La astrología ha sido un efectivo e importante factor para desviar a las gentes plácidamente del camino verdadero de la salvación; incluso, aunque parezca increíble, muchos cristianos (inestables e inmaduros) confían en esta práctica de dirección equivocada para tomar decisiones que han creído como correctas. La Biblia condena la astrología y sus signos del zodiaco. Véalo en 2 R. 23:5.

No cabe duda que la Biblia prohíbe toda clase de prácticas abominables de las naciones paganas porque son una ofensa contra Dios (Dt. 18:9; Lev.20:23). La adivinación, como la evocación a los muertos, no está exenta de entre ellas:

18:10-11 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.

Lev. 19:26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos.

Lev. 19:31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios.

Lev. 20:27 Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.

Jer. 27:9 Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia.

Lo que las personas necesitan es confiar en Dios, y este confiar, que será férreo y para beneficio a largo plazo, lo obtendrán únicamente en su Palabra. Hay 66 libros en la Biblia y bastantes textos en su contendido para fortalecerse espiritualmente, con el propósito de enfrenar adecuadamente las pruebas y tentaciones más tremendas por las que pudieran estar pasando... ¡La victoria estará segura!

Lo más importante, es que la Palabra de Dios aporta aquel conocimiento para vida eterna; la adivinación, sólo para condenación eterna.

Valoren esto, hermanos y amigos que nos vistan.