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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL SHEOL Y LA BIBLIA

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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«Y aconteció que cuando ceso el de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todos los que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación» (Nm.16:32-33).
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Otro error tradicionalista que se pregona en las congregaciones de Cristo es el creer que el Sheol bíblico es sinónimo de Infierno de Fuego (Mt.10:28). Esto no es realmente lo que enseña la Biblia. En las Iglesias de Cristo se muestra regularmente que el Sheol o Infierno es un lugar de elevado sufrimiento dónde las almas vívidamente despiertas de los hombres pecadores que han muerto habitan para pagar sus terribles condenas en una llama insoportable e inextinguible. En este estudio veremos que no hay nada de verdad al respecto.
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El Sheol hebreo tiene relación con aquella sepultura que es común o universal a la que van cada uno de los hombres fallecidos en el mundo, sean buenos o malos, y no precisamente a una sepultura individual (qé-ver: Jue.16:31), ni a una tumba o sepulcro individual (ga-dhísch: Job.21:32). No hay crédito mínimo de que el Sheol sea un sitio exclusivo para aquellos que hicieron solamente mal sin arrepentirse mientras tuvieron vida. La palabra Sheol ha sido mal interpretada. La palabra Sheol significa realmente pedir, solicitar. Poéticamente, la sepultura reclama lo suyo porque es insaciable (Pr.30:16a). No indica una condición, sino un lugar. Allí van todos los seres humanos, como antes dijimos, conversos y rebeldes, después que la efímera chispa de la vida se ha agotado de sus débiles y mortales cuerpos:
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«Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lloró su padre» (Gn.37:35).
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El Sheol del Antiguo Testamento representa sin lugar a dudas la morada de los muertos, independientemente de la condición ética en la que se hayan encontrado durante sus vidas. La palabra Sheol, ha sido transliterada erradamente por la palabra Infierno, y en muchas versiones castellanas bíblicas aparece como tal. La Enciclopedia Británica explica que el Sheol se encuentra en algún lugar por debajo de la tierra. Allí, los muertos se encuentran ausentes de su pensamiento y de cualquier sentir, ajenos al dolor o a la felicidad; un lugar para santos y depravados, para gentiles y judíos, para reyes y esclavos, para pobres y ricos, para intelectuales e ignorantes. Antes de que el pensamiento judío fuera afectado trágicamente por la mentira doctrinal griega de la inmortalidad del alma, la palabra Sheol fue aplicada para hacer referencia a la sepultura común, al sepulcro, a la tumba, lugar en que se encuentran los cuerpos inertes de las personas, sus restos, o el polvo que queda de ellas, yacientes en las más completa inconsciencia:
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«Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejore es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en el olvido. . . Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría» (Ec.9:4-5, 10).
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Si leemos con detenimiento, podemos darnos cuenta que hay una relación fuerte entre cada uno de los versículos que arriba se encuentran. El predicador escribe que los muertos nada saben porque su memoria ha sido puesta en el olvido, es decir, se encuentran en una absoluta inconsciencia. En el último texto, el predicador anima al lector a aprovechar el tiempo mientras se esté con vida y se tenga fuerzas para llevar a cabo obra alguna, porque en el Sheol o sepulcro esto no podrá ser posible ya. Es absurdo pensar que el Sheol sea un lugar de sufrimiento consciente, porque el predicador no lo comenta de esa manera. Tampoco afirma que seas un lugar de espera vívida o despierta. Por lo tanto, si las personas que moran en el Sheol están inconscientes, lógicamente no podrán alabar ni mencionar a Dios jamás (Ver: Sal.6:4, 5; Is. 37:17-19). En la Biblia se menciona al Sheol como un lugar o tierra de oscuridad (Job.10:21), y un lugar de silencio. Si es un lugar de silencio, entonces no podrá oírse lamentos ni grito alguno de sufrimiento, por lo tanto, el Sheol no es un lugar de tormento:
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«No alabarán los muertos a Jehová, ni cuantos desciendan al silencio . . . ». (Sal.115:17).
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Pedro mencionó el Sal. 16:10 y aplicó la palabra Sheol para referirse a lugar en que Cristo fue depositado dónde no sufriría descomposición biológica corporal, obviamente, la que se lleva inexorablemente después de la muerte. La palabra Sheol es sinónimo de Hades, palabra que se utiliza en el NT.: la sepultura ordinaria en la que reposarán todos los hombres que habitam el planeta tierra (Hch.2:25-27, 29-32).
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Después el juicio del Trono Blanco, los muertos en pecado serán resucitados y desalojados de sus tumbas (Hades), para ser arrojados al Lago de Fuego. La muerte y tumba dejarán sus funciones correspondientes después del fin del reinado milenario del Señor Jesucristo:
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«Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. . . ».
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En una clara alegoría, el texto indica con toda seguridad ese momento de destrucción para ambos (Ap.20:14).
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Hasta hoy en día, la doctrina griega de la inmortalidad del alma se encuentra vigentemente arraigada en el pensamiento cristiano moderno, y por esta causa se ha forzado a creer ciegamente en la gigantesca irrealidad de un Sheol místico de terrible tormento y lamento colectivo.
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Gracias. Dios les bendiga siempre hermanos y amigos que nos visitan.