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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 29 de octubre de 2008

HEREJÍA QUE CONDENA

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Herejía. (De hereje). f. Error en materia de fe, sostenido con pertinacia. 2. Sentencia errónea contra los principios ciertos de una ciencia o arte. 3. Disparate, acción desacertada. 4. Palabra gravemente injuriosa contra uno. 5. Daño o tormento grandes infligidos injustamente a una persona o animal.

Como la definición lo muestra, la herejía, entre otras cosas, es un error en materia de la fe, una distorsión del los principios bíblicos, en el caso dado, que han sido trastornados y aceptados como ciertos. Una de las herejías más serias es aquella que compromete el carácter y la naturaleza de Hijo de Dios. Hoy por hoy, las iglesias que se hacen llamar de Cristo, tiene una perspectiva muy diferente de éste como en un inicio se tenía. En el AT. vemos que el Mesías de Belén (Mi.5:2; Mt.2:6) había sido anunciado con anticipación como esperanza y luz para el pueblo de Israel (Is.9:1-2; Mt.4:15-16), como Uno enviado de Dios y no por cuenta propia para «predicar buenas nuevas a los cansados y abatidos, a los de roto corazón, Uno que vendría a publicar libertad a los cautivos, para abrir las cárceles a los que se encontraban bajo la instigación y el dominio pecado y en gran condenación, viviendo en el mundo sin Dios» (Is.61:1; Ef.2:12); alguien que lejos de ser «Uno más de la Deidad», fue presentado como «dios fuerte» en el sentido de ser embajador o representante del Rey Jehová en la Tierra, tal como Moisés lo fue (Ex.7:1) y como lo fueron además los jueces de Israel (Sal.82:1, 6). Cristo se sujetó a los designios del Creador, porque la doctrina no era suya (Jn.7:16-17), sino del Padre Eterno, y la acató porque vino a ser la voluntad del Aquel que le envió y no la propia (Lc.22:42; Jn.6:38-40). Por lo contrario, siendo Dios Omnisapiente y Todopoderoso, no se sujeta al mandato de otros, porque él es Perfecto, Autosuficiente, Único y Soberano (Gn.1:1; Ex.3:14; 1 R. 8:27; Sal.90:2; Is.44:6; Jer.23:24; Ro.9:19; 16:27; 1 Tim. 6:15; Ap.1.1:8); por otro lado, a Dios nadie lo ha visto jamás (1 Jn.4:12), pero Cristo fue visto como un infante (Mt.2:13,-14, 20), lo miró y lo siguió mucha gente (Mt.8:1); él siendo una Hombre tocó a las personas que sanaba (Mt.8:2), también durmió como un ser humano (Mt.8:24), fue conocido como el hijo del carpintero (Mt.13:55), tuvo hermanos y hermanas (Mt.13:55-56), lo tentaron con malignidad, pero Dios no puede ser tentado por el mal (Lc.4:2-13; 19:13; Stg.1:13), tuvo hambre como usted y yo la tenemos (Mt.21:18), lloró (Lc.19:41), y murió como mueren los seres humanos, pero Dios no puede morir porque el posee la inmortalidad en sí mismo: Él es la Vida Misma (Mt.27:58-60; Mr.15:44; 1 Tim.6:16).

La Biblia ni tan siquiera alude que Cristo sea Dios, los ejemplos arriba así lo sustentan, pero afirma que es «la Imagen del Dios Invisible» (Col.1:15), porque el carácter de Altísimo Padre fue reflejado en el Cristo Humano (Mr.14:21), de la misma manera que nosotros reflejamos el carácter de Dios, que está en Cristo, al sujetarnos a la Palabra Divina; así venimos a ser luz del mundo (Mt.5:14), de tal manera que Cristo también lo fue (Jn.8:12), y eso no nos hace unos «Mesías» como él.

Cristo como Hombre (1 Tim.2:5), pero sin pecado (Heb.7:26), fue quebrantado por Dios en su sacrificio redentor, sujetándolo al padecimiento (Is.53:1); padeció angustia y aflicción, situaciones emotivas extrañas a la naturaleza de la Deidad, pero muy obvias en la naturaleza de los hombres (Is.53:7; Mr.14:33-36) . . . la explicación, sale sobrando. Los que consienten la herejía de que Cristo es Dios, dirán: «bueno, es que la naturaleza de Cristo como hombre resaltó aquí, pero siguió siendo el mismo Dios de siempre, de la manera que desconocía en su naturaleza humana el evento de su segunda venida al mundo, pero ahora (dicen, con no mínima necedad) es totalmente Omnisciente, y está glorificado y sentado a Diestra del Dios y Padre Celestial». Esta absurda explicación carece de un fundamento sensato y coherente que sostenga que Cristo sea Dios, aún glorificado y sentado a Diestra del Poder de Dios esperando tomar el Trono de David para reinar con equidad la Tierra (Sal.2:8; Mt.25:31; Lc.22:69), porque para la decepción de muchos, Cristo no habita la Eternidad como un Ser Omnisciente, como lo es Dios, y prueba está en el libro de la Revelaciones, el de Apocalipsis, debido a que este último libro canónico fue revelado a Cristo, es decir, le fue mostrado, le fue enseñado por su mismo Dios y Padre (Jn.20:17), y Cristo, al conocerlo, lo revela al ángel mensajero que lo trasmitirá luego a Juan el apóstol en la isla de Patmos en el mar Egeo y que lo anunciará a las Siete Iglesias de Asia (Ap.1:1, 11). ¿Cuál es el argumento que tienen los defensores de la herejía de que Cristo es Dios en contra de esta explicación, si hemos podido constatar por medio de las Escrituras que Cristo no es Omnisciente, a pesar de estar glorificado y morando en el «Tercer Cielo de Dios»? (2 Co.12:2). Es muy claro que la doctrina torcida de la supuesta Omnisciencia del Mesías de Dios es rebatida en Ap.1:1, en Mr.13:32, y en otros textos bíblicos más que existen. Si Cristo no es Omnisciente, es imposible que pueda ser declarado como Dios, porque la Omnisciencia es un atributo no trasmisible de Dios, una característica imprescindible, enteramente necesaria para que Cristo lo pueda ser (Gn.1:1; Hech.15:18; Heb.4:13; Sal.139:1-4; Is. 44:28; 1 Jn.3:20).

Si Cristo no reúne requisitos sólidos que lo acrediten, por lo que vimos, como una persona diferente pero igual a la Deidad (esto último contradice pasmosamente Jn.14:28), ¿existe aún alguna herética excusa que lo justifique de tal modo, ante tanta evidencia presentada de que Cristo no es Dios? ¿Acaso hay alguna? ¿Debemos permanecer necios y ciegos para siempre hermanos míos?

Los dejo con estos textos bíblicos para que los mediten mis hermanos y amigos de buen entender y que nos visitan con agrado.

«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es» (Dt.6:4).

«Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro» (Is.45:18).

«No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí » (Jn.14:1).