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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 16 de septiembre de 2008

EL DIABLO Y SU REALIDAD

ANDRÉS GONZÁLEZ-BARBA
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Monseñor Balducci durante su intervención en el Aula de Cultura de ABC con una sala abarrotada de público. J. M. SERRANO SEVILLA. El teólogo y demonólogo Corrado Balducci abrió ayer el Aula de Cultura de ABC de Sevilla de la temporada 2003-2004 con la conferencia «El Diablo: quién es, existencia, su actividad, criterio diagnóstico y terapia», en la que este experto defendía la existencia del Diablo frente a las corrientes de los teólogos que surgieron a partir de los años sesenta del siglo XX, que identificaban al Demonio con el mal en abstracto, y no como un mal.

Monseñor Balducci definió a los diablos como «ángeles que se han vuelto libremente malos», a lo que añadió que «son seres espirituales que no tienen nada que sea material». En este sentido, este experto defendió la tesis que tradicionalmente ha sostenido la Iglesia Católica de que Dios creó a los ángeles «y ellos fueron conscientes de su situación y de sus posibilidades de conocimiento. Mientras la mayoría alababa al Creador, otros se dirigieron hacia su propia naturaleza, autosuficiente, sin necesitar a Dios». Esta situación condujo a los demonios, según este experto, «a una autoidolatría, por lo que renunciaron al Ser Supremo y se vieron inmersos en el odio a Dios».

La existencia del Diablo

Uno de los puntos centrales de la conferencia de Monseñor Balducci se centró en la confirmación de la existencia del Diablo, a la vez que afirmó que «no podemos saber nada de él porque la razón humana no puede afirmar la existencia del Diablo». A continuación señaló que desde hace unas décadas ha existido un «concepto erróneo» de la naturaleza del Demonio ya que se compara a éste con el mal, algo que «tiene graves consecuencias». Según aseguró este demonólogo, «el mal es un concepto abstracto y se presupone que el Diablo no existe, pero el Diablo es un ser autónomo, y no se puede considerar como el mal, sino un mal». Continuando con esta tesis, citó una frase de Baudelaire en la que decía que «la astucia más grande del Diablo es que no se dé a conocer como existencia», por lo que concluyó que «negando la existencia del Demonio, se le hace un favor».

Con esta postura del reconocimiento de la existencia del Diablo, Monseñor Balducci se contrapuso a aquellos teólogos que hace unos 20 años defendieron la no existencia de Satanás. De hecho, esta rama teológica duró hasta finales de los años ochenta y tuvo su epígono en la publicación del libro «El Diablo, mi hermano».

A modo de ejemplo, Balducci citó el Nuevo Testamento, en donde se habla del Demonio en unas 300 ocasiones, «nombrándosele mucho más que al Espíritu Santo», señaló.

Incluso este demonólogo apeló a una frase pronunciada por el Papa Pablo VI en la que éste defendía la existencia del Diablo, por lo que «no se le puede ver como algo autónomo que no tiene su origen en Dios».

Otro de los puntos en los que Corrado Balducci centró su conferencia fue las actividades de los diablos. En este sentido comentó que estos seres únicamente realizan «actividades maléficas» que sólo pueden dañar al ser humano, «porque no pueden hacer nada contra Dios ni los ángeles». Así, existe un tipo de actividades ordinarias, que son las más corrientes y menos espectaculares. También hay unas actividades extraordinarias que son espectaculares e infrecuentes. Este tipo de actividades pueden manifestarse como infectaciones animale, vegetale, y personales. Así, comentó que los santos «son víctimas de estas infectaciones personales».

Posesiones

Llegados a este punto habló sobre las posesiones y las definió como «un trastorno que nace en el individuo que pierde la consciencia de lo que sucede». Sobre esta cuestión reconoció «los verdaderos endemoniados son muy pocos», además comentó que las personas que mejor fingen son las mujeres, porque «están más cercanas a la patología de la emotividad». Sobre el tema de las posesiones diabólicas, moBalducci matizó que éstas afectan al cuerpo, no al alma. Por eso, admitió que «si el Diablo se apropia del cuerpo, el alma no puede hacer sus actividades. En el caso del poseído, el Demonio actúa, y ahí no actúa el individuo».

Llegados a este punto criticó la imagen que sobre el tema de las posesiones ha realizado el cine. En concreto comentó que en la película «El exorcista», «la niña parecía una catatónica, algo que no tenía nada que ver con un poseído». Asimismo, reconoció que «Dios no puede consentir la muerte de nadie», por lo que sentenció que «del Demonio no se muere nadie». Igualmente admitió que en las posesiones hay períodos de calma y de crisis. «Algunas veces el Señor obliga al Demonio a que se pare. Esos períodos de crisis surgen cuando al individuo se le pone en contacto con lo sagrado, por lo que se produce un desdoblamiento de personalidad».

Este acto, primero del Aula de Cultura de ABC de Sevilla en esta temporada, contó con la asistencia de un numeroso público que abarrotó la sala de conferencias. El acto fue presentado por el director del Aula de Cultura, Fernando Iwasaki.

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