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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 18 de agosto de 2008

SECTAS DESTRUCTIVAS: EL CONCEPTO DE SECTA


A esto podemos añadir la opinión de un especialista en sectas, Pepe Rodriguez [para su biografía pulsa AQUÍ] En su libro El poder de las sectas identifica a este grupo como 'una secta destructiva'.Pero ¿qué es una secta destructiva? Nota lo que indica en su web :"Qué es secta:El término «secta», etimológicamente apareció alrededor de los siglos XIII-XIV y parece basarse en la raíz latina sequor —que significa «marchar detrás de», «tomar por guía a», eso es, seguir las doctrinas u opiniones de alguien—, en secedo —«apartarse», «alejarse»—, o en la derivación seco secui sectum —«cortar», «trinchar», «partir», «amputar» o «mutilar»—. Una vieja discusión académica clásica ha pretendido diferenciar entre secta e Iglesia enfrentando una a la otra. Así, Max Weber definió una Iglesia como una institución de salvación que privilegia la extensión de su influencia, mientras que una secta es un grupo contractual que pone el acento sobre la intensidad de vida de sus miembros.
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Ernst Troeltsch, siguiendo la senda de Weber, subrayó que una Iglesia, para extenderse, está dispuesta a adaptarse a la sociedad y adoptar compromisos con los Estados, mientras que una secta, por el contrario, se coloca separada respecto de la sociedad global y tiende a rechazar todo lazo con ella e incluso el diálogo; dado que una secta también adopta esta actitud con respecto al resto de religiones, Troeltsch propuso que la presencia o no de sentido ecuménico podría ser un criterio válido para diferenciar entre Iglesias y sectas. Sin embargo, hace mucho ya que los sociólogos de la religión no admiten como correcta esta dicotomía Iglesia/secta en nuestra sociedad moderna.Si cuando buscamos alguna etiqueta con la que denominar a las «sectas» pretendemos diferenciar conceptualmente las sectas socialmente aceptables de aquellas que —por motivos diversos y, en cualquier caso, ajenos a los puramente ideológicos— no lo son, resulta indiscutible que en algunos grupos encontramos una incidencia negativa y lesiva —de intensidad variable— sobre la personalidad, relaciones sociales y patrimonio de sus adeptos, que resulta demasiado fuerte y evidente para ser ignorada, aunque no es menos cierto que esos mismos grupos también aportan una serie de efectos beneficiosos a sus miembros.
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La definición de «secta destructiva» (SD) propuesta por este autor en 1982 es suficientemente operativa y permite diferenciar, al menos, entre dos grandes grupos de «sectas»: las que presentan comportamientos lícitos y aceptables —según los valores y normas mayoritarios de una determinada sociedad en un momento histórico concreto— y las que mantienen dinámicas estructurales más o menos abusivas, ilícitas —o delictivas— y patógenas. Este calificativo no pretende tanto etiquetar a grupos concretos como identificar dinámicas grupales muy específicas; así, SD será sinónimo de «sectarismo destructivo» antes que de «secta destructiva», eso es de un conjunto de comportamientos que pueden darse tanto en grupos reconocidos —eso es estigmatizados— socialmente como «sectas», como en otros que no son identificados ni identificables como tales.
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Desde este planteamiento inicial, proponemos reconocer lo que hemos dado en llamar SD basándonos en tres tipos de actuaciones lesivas: en el ámbito psicológico, en el social y en el jurídico. Así, pues, para identificar a grupos o dinámicas grupales de riesgo podremos basarnos en la definición siguiente: Una «secta destructiva» (SD) será todo aquel grupo o dinámica grupal que, en su proceso de captación y/o adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que propicien la destrucción (desestructuración) de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente. El que, por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos afectivos y de comunicación efectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo. Y, por último, el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, a conculcar, derechos jurídicos inalienables en un Estado de Derecho.Volviendo al fondo de la pregunta: se puede estar en contra de las "sectas destructivas" (que son las dinámicas más patológicas y manipuladoras), pero sin estarlo contra las "sectas" y "religiones". O se puede estar a favor o en contra de lo que a uno le de la gana, que por algo tenemos libertad ideológica. Pero no debe confundirse el continente con el contenido, eso es el jarrón (estructura organizadora) con el agua (creencias y actuaciones). Los abusos que se critican en las sectas también suelen darse en las religiones, pero los encontramos también es muchos otros ámbitos sociales. Lo lógico, en cualquier caso, sería estar en contra de los abusos en sí mismos con independencia del lugar donde ocurran. Una estafa o una coacción son igualmente reprobables y perseguibles ya se den en una secta, religión, partido político, universidad, comercio, grupo de amigos, asociación de amantes del canario... El problema no está tanto en las etiquetas o en las estructuras (aunque las haya de más o menos riesgo), sino en los comportamientos, y éstos deben individualizarse para cada caso."
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¿Son los Testigos de Jehovà una secta? click
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