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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

domingo, 11 de mayo de 2008

PEDRO NUNCA FUE PAPA


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

La Iglesia Romanista Católica enseña falsamente que Cristo eligió al apóstol Pedro para que fuese el primer papa en la historia de la Iglesia Cristiana (Cristiana según los Romanistas Católicos). Con la supuesta elección de Pedro como el primero de los papas, viene después una consecutiva aparición de éstos en todas las épocas de la Iglesia Católica Romanista; a decir verdad, la decisión de escoger individuos para que lo sean dentro del sistema eclesiástico Romanista, carece de base bíblica y no hay nada que avale doctrinalmente semejante dogma. La Biblia jamás estableció órdenes jerárquicas eclesiásticas superiores dentro de los grupos cristianos. La Biblia dice que Cristo es la Cabeza de la Iglesia (Ef.5:23), pero no menciona que alguien pudiera ser papa para el control absoluto eclesiástico. Esto no es más que un gran mentira diabólica. Si vemos en Mt. 2o:2o-26 y en Mr. 10:35-43, dos de los Doce vienen al Señor para pedirle que uno se siente a la derecha y otro a la izquierda, con el fin de tener autoridad suprema junto a él. En estos pasajes, el Señor les muestra a sus discípulos que su proceder no deberá ser como la de los reyes. Si la doctrina papal fuera cierta, no quedaría ninguna duda que el Señor les habría dicho que Pedro, y a él mismo, estaba destinado para este oficio. No hay nada en la Biblia algo tan siquiera que lo aluda. Los papas de todos los tiempos han vivido como los reyes. Se sientan en tronos, son servidos como ellos, se visten ostentosamente, viven en opulencia, rodeados de muchos lujos y comodidades. El Señor Jesucristo enseñó que nadie deberá hacerse mayor que otro y que nuestra actitud tendrá que ser de igualdad para con todos (Mt.23:11). En el Mt.23:4-10, Cristo dijo que ningún individuo en la Tierra deberá ser llamado padre, rabino o maestro. La palabra papa significa padre, y esto es contrario a lo que el Señor habló al respecto: «Y no llaméis padre a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en el cielo» (Mt.23:8-9). Sin embargo, la Iglesia Católica Romanista trata de mostrar que Pedro fue mayor que los otros discípulos y que la Iglesia verdadera fue establecida sobre él. Para apoyar semejante cosa, usan Mt.16:18 que dice:

«Mas yo también te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. . . ».

En los textos anteriores del mismo capítulo, Cristo preguntó a sus discípulos con respecto a su identidad. Anteriormente, algunos habían declarado que el Señor era Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías, otros que alguno de los profetas. Cuando el Señor les preguntó: «. . . y vosotros, ¿quién decís que soy?», contestando Pedro: «. . . Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Cuando Pedro terminó de contestarle aquella maravillosa revelación dada por el Padre, Cristo dijo, refiriéndose a Pedro y siguiendo el mismo sentido de la plática: «. . . que tú eres Pedro. . . »: Pedro, que es petros, significa una pequeña piedra. «. . . y sobre esta piedra. . .»: En «esta piedra», Cristo se refiere a él mismo como tal. Piedra, es Petra, una roca gigantesca, una gran mole de piedra, que es figura del Hijo del Dios viviente como base o cimiento. Piedra, Petra, significa, por lo tanto, que Cristo es el fundamento verdadero de la Iglesia: «. . . edificaré mi Iglesia».

Hay textos bíblicos que indican claramente que Cristo es el fundamento real de la Iglesia. El mismo Pedro declaró que Cristo era la Roca del fundamento y nunca afirmó que él lo fuera (1 P.2:4-8). En un discurso, Pedro dijo a los líderes de Israel que Cristo era «la piedra reprobada por los edificadores y que no había otro nombre para ser salvos» (Hech. 4:11-12).

Pablo afirmó también que Cristo era el fundamento único de la Iglesia:

«Porque nadie puede poner fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo» (1 Co.3:11).

En el año 218 al 233, tiempo en que Calixto de Roma era Obispo, se le nombra papa viniendo a ser el sucesor del apóstol Pedro.

ALGUNAS PRUEBAS:

Primeramente, la Iglesia Católica Romanista establece que para ser papa hay que ser soltero. Sabemos por la Biblia que Pedro fue casado y es incongruente con los requisitos de la Iglesia Católica Romanista para ser papa. Una mentira rotunda. Podemos ver en Mt. 8:14-15 que la suegra de Pedro fue curada de fiebre por el Señor. No es difícil deducir con los textos anteriores que Pedro era un hombre casado. Otra prueba muy eficaz en contra de la doctrina papal que argumenta falsamente que Pedro fue el primer papa en la historia de la Iglesia, fue que él jamás permitió algún tipo de adoración o postración, como vemos en Hech.10:25-26. Cuando Cornelio corrió a recibirlo, inmediatamente se arrodilló delante de él para adorarle. La conducta de Pedro fue levantar a Cornelio de su postración para decirle: «Levántate, yo mismo también soy hombre». Opuestamente, podemos ver en la historia de los papas católicos, como miles se postran ante ellos, que son simples hombres pecadores, honrándolos y adorándolos como si fueran el mismo Dios del cielo que solamente, Él, es digno de adoración y alabanza. Pedro rechazó la actitud de Cornelio, pero los hombres arrogantes y profanos con este oficio anti-Dios, parecen olvidar dicho suceso, que seguramente lo han de conocer, permitiendo a las gentes que gustosamente les adoren. Siendo los papas simples seres humanos con toda clase de defectos, no es descabellado pensar, sin temor a equivocarnos, que ellos se complacen con altivez y carnalidad al ser venerados idolátricamente por los ignorantes y obtusos vasallos.

Pedro fue un pescador rudo, un hombre impulsivo, que por poco mata con una espada al siervo del sumo sacerdote en el Getsemaní (Mt.26:52). El mismo Pedro negó al Señor en tres ocasiones. La Biblia dice que Pedro mintió, hasta profirió maldiciones con tal de salvar su vida cuando lo acosaban (Mt.26:34; 26:69-75). En la epístola a los Gálatas, Pablo reprende duramente a Pedro en Jerusalén por sus malas actitudes (Ga. 2:11-16). Es claro, que Pedro cometió faltas serias durante su vida que lo imposibilitaron ser una persona infalible. La doctrina antibíblica de la infalibilidad del papa fue establecida en el Concilio de 1870. Uno se pregunta, ¿cómo es posible que la Iglesia Romanista haya decretado la fatal doctrina de la infalibilidad del papa si Pedro fue individuo no exento de fallas humanas? La conducta del apóstol Pedro, no concilia para nada con el dogma utópico de la infalibilidad del papa. Pedro cometió muchos errores, como los cometen todos los seres humanos. Una fatal contradicción hermanos y amigos de parte de los Romanistas Católicos. Si los papas se han creído infalibles, esto es hacerse igual a Dios (Gn.3:5), que es perfecto y santo; ellos, uno perfectos insolentes y terrenales hombrecillos.

La tradición Romanista Católica afirma injustamente que Pedro fue Obispo de Roma. La Biblia dice que Pedro fue el apóstol encargado de evangelizar a los de la circuncisión (los judíos: Ga.2:7-9). La Biblia no muestra pasaje alguno de que Pedro haya vivido en Roma ni tradicionalmente hay pruebas de que así fue. Roma como ciudad gentil, no era funcionable por el carácter de su ministerio. En cambio Pablo es considerado el apóstol de los gentiles (Ro.11:13), de hecho, el escribió la epístola que va dirigida a los creyentes de Roma (Carta a los Romanos). La Biblia dice que Pedro estuvo en Antioquía, Samaria, Cesarea, Jope, y en otros lugares más. Nunca en Roma.

Pedro jamás vistió como papa. En la Biblia no dice que portó cetro, ni corona. Tampoco se menciona que llevó una vida de lujos y comodidades, como lo han hecho los papas siempre, que lejos de ser infalibles, han sido mujeriegos empedernidos, ladrones, corruptos, degenerados, y asesinos. La historia, así lo confirma con seriedad y validez.

Dios les bendiga siempre mis hermanos y amigos que nos visitan.