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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

jueves, 29 de mayo de 2008

LA GRAN TRIBULACION NO PUEDE CALZAR EN EL PRIMER SIGLO

Td. Ingº Mario A Olcese (Apologista)


Un estudio de la Gran Tribulación (”el Tiempo de la angustia de Jacob” según Jeremías 30.7) demuestra que este período no ocurrió en el primer siglo. Hay un número de razones porqué la Gran Tribulación, como está descrito para nosotros en las Escrituras, no pudo haber tenido lugar en el primer siglo, y no podría haber tenido lugar, dado el historial que tenemos. Está mal intentar “forzar” el cumplimiento de esta profecía para el primer siglo (70 DC) si ciertamente no ocurrió durante el primer siglo.

Algunas razones porqué La Gran Tribulación (El Tiempo de angustia de Jacob) no puede calzar en el Primer Siglo, son:

(1) No hubo “bestia” en el primer siglo que causó que todos los habitantes de la tierra reciban una marca en su frente o en su mano derecha a fin de que pudiesen comprar o vender (Apocalipsis 13.15-18). Tal mandato para los judíos habría causado un disturbio de gran escala por la prohibición Bíblica en contra de recibir marcas en la carne (Levítico 19.28). La capacidad tecnológica no existía.

(2) No hay informes históricos del ministerio de los Dos Testigos, con los asombrosos signos milagrosos del Antiguo Testamento hechos por ellos, fuego siendo invocado al cielo, el agua en sangre, plagas sobre las la masas de la humanidad, etc. (Revelación 11.3-7).

(3) No hay informes históricos del asesinato público de estos Dos Testigos en la ciudad de Jerusalén en el primer siglo, el cual fuera presenciado y festejado en todo el mundo por las naciones (el Apocalipsis 11.8-11). Las comunicaciones y la habilidad tecnológica no existían entonces como hoy.

(4) No hay informes históricos de la resurrección pública de estos Dos Testigos (Apocalipsis 11.11,12).

(5) No hay informes históricos de un gran terremoto en Jerusalén inmediatamente después de la ascensión y resurrección pública de estos Dos Testigos, lo cual es un acontecimiento público.

Hay muchos otros acontecimientos notables profetizados para que ocurran durante el período de tiempo de la “gran tribulación”. Si esto ya ocurrió en el primer siglo, deberíamos esperar alguna prueba histórica relacionada con esto, aparte del informe corrompido del adulador romano-Judío Josefo, que (aun con sus interpretaciones católicas) no satisface ninguna de estas profecías.