Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

miércoles, 31 de marzo de 2010

EL TEMA DE LAS RESURRECCIONES

Por Luciano Morales Rubio (Unitario)

Usando un poco de sentido común y las escrituras es que intentaremos estudiar este tema. Hace poco leí un artículo del señor Armando López Golart y compañía, donde acusaban a Javier Rivas Martínez de ser un falso maestro, y junto con él, todos aquellos que tenemos una creencia similar o parecida.

Primeramente quiero decirles que esto lo hago ante el temor del Señor, con la intención de describir lo que creo que las escrituras enseñan sin agradar al ojo humano sino a Dios, quien, en definitiva, ha de ser nuestro Juez mediante Su Hijo, Jesucristo. Yo no defiendo a Javier ciegamente, ni por que sea mi amigo, mi jefe, etc., es más, aclaro que personalmente no lo conozco, aunque me encantaría hacerlo, la razón por la cual lo defiendo es porque estoy de acuerdo con su postura al respecto.

Resurrección de justos como de injustos

Bien, primero quiero mostrar que la Biblia nos enseña claramente que habrá una resurrección, tanto de personas justas, como de injustas, y ella nos explica el porqué de dicha resurrección:

Juan 5: 28 y 29 “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”.

Entonces es claro que los justos saldrán para recibir la vida eterna y los injustos para ser condenados.

Esto mismo es lo que Dios le mostró a Daniel, muchos siglos atrás:

Daniel 12: 2 “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua…”

El apóstol Pablo dijo también a un grupo de judíos que “iba a haber resurrección, así de justos como de injustos”. (Hch 24:15.)

Por lo tanto, es claro, si usamos la lógica y el sentido común de que nos habla Armando en la presentación de su blog, que en el futuro resucitarán los justos como los injustos. Y también es claro al decirnos lo que les pasará a tales personas:

•Los justos irán a la vida eterna

•Los injustos serán condenados ( según Juan) para vergüenza y confusión perpetua ( Daniel)

Bien, Hasta aquí estos pasajes no nos enseñan nada acerca de que los justos e injustos serán despertados o resucitados en tiempos distintos, pero una revelación posterior que está en el libro de Apocalipsis nos enseña que existe un lapso de mil años entre la resurrección de los justos y los injustos.

Apocalipsis 20

1 Vi un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Apresó al dragón, la serpiente antigua llamada también diablo y Satanás, y lo sentenció a permanecer encadenado durante mil años. 3 Luego lo arrojó al abismo, donde lo encerró con llave y selló la entrada, para que no engañe más a las naciones hasta que hayan transcurrido mil años. Después habrá de ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi unos tronos en los que se sentaban los que habían sido facultados para juzgar. Y vi también las almas de los que habían sido decapitados por ser testigos de Jesús y por proclamar la palabra de Dios. Ellos nunca habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían aceptado en ningún momento que los marcaran en la frente o en las manos; y yo los vi resucitar y reinar mil años con Cristo. 5 Esta es la primera resurrección; pero los demás muertos no resucitaron hasta cumplidos los mil años. 6 Dichosos y santos son aquellos que tienen parte en la primera resurrección, porque la segunda muerte no podrá dañarlos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Juicio final de Satanás

7 Cuando se hayan cumplido los mil años, Satanás será puesto en libertad, 8 y saldrá en seguida para recorrer hasta los últimos rincones de la tierra engañando a las naciones, a Gog y a Magog. Luego los reunirá a todos para la batalla, y con ellos formará un ejército poderoso, incontable como la arena del mar. 9 Subieron por todo lo ancho de la tierra y pusieron cerco al campamento del pueblo de Dios, y a Jerusalén, la ciudad amada; pero Dios mandó del cielo un fuego que los consumió por completo. 10 Y el diablo, que los seguía engañando, fue arrojado al lago de fuego y azufre donde ya estaban la bestia y el falso profeta: allí serán atormentados día y noche por toda la eternidad.

Juicio de los muertos

11 Y vi un gran trono blanco, y a uno que estaba sentado en el trono. La tierra y el cielo huyeron delante de él, pero no hallaron lugar idóneo para esconderse. 12 Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie en la presencia de Dios. Fueron abiertos los libros, y el libro de la vida; y a los muertos se les juzgó por las obras que habían realizado y de acuerdo con lo que estaba consignado en los libros. 13 El mar devolvió los muertos sepultados en su seno, y lo mismo hicieron la tierra, la muerte y el Hades; y se juzgó a cada cual por las obras que había realizado. 14 Pero la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego; esta es la segunda muerte. 15 A todo el que no estaba inscrito en el libro de la vida se le arrojó al lago de fuego.

Como podemos ver, el verso 5 se nos dice que hay otros muertos que no resucitaron hasta que pasaron mil años. En el versículo 12 dice que Juan vio a los muertos, grandes y pequeños de pie ante la presencia de Dios. Estas personas, si estaban delante de Dios, es porque lógicamente habían resucitado (no es nada fuera de la lógica pensar que estos resucitados son los mismos de los cuales el verso 5 dice que resucitarían después de los 1000 años). Luego dice que tales personas que habían resucitado fueron juzgadas después de los mil años según sus obras, y todo aquel que no se halló inscripto en el libro de la vida fue lanzado a lago de fuego, el cual es la muerte segunda. Obviamente si existe una muerte segunda es porque tales personas habían ya muerto en el pasado, y resucitado para ser juzgados y volver a morir, haciendo que los tales mueran 2 veces, y aquí es donde termina su existencia para siempre. Esto es si mi sentido común y lógica no me fallan. Ahora hago un paréntesis sobre el versículo 15: el texto dice que quien no fue hallado en el libro de la vida se le arrojó al lago de fuego, o sea que probablemente existan personas que sí se hallen en el libro de la vida, y por consecuencia no serán arrojados allí. Sobre quiénes entran en este grupo, no puedo saberlo, ni decirle, debido a que la Biblia no dice nada al respecto.

Pero una cosa es segura, y es que la Biblia enseña que tanto justos como injustos serán resucitados, los primeros serán resucitados al comenzar los mil años. Esto es lo que Pablo dice que pasará en ocasión de la segunda venida de Cristo:

1 Tes. 4: 13 al 18

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Este hecho evidentemente incluye a todos los cristianos, y no sólo a unos pocos. Pablo da esta esperanza a los hermanos de tesalónica, y en consecuencia a nosotros, quienes no debían entristecerse, ya que Dios resucitaría aquellos que habían creído en el Mesías. Los segundos serán resucitados después de los 1000 años y juzgados según sus obras según nos enseña Apocalipsis.

La resurrección de los Santos del AT

Pese a que la Biblia no nos habla específicamente de que los santos de AT resucitarán, sabemos que así será, y creo que la lógica es simple: si los santos del AT han de estar en el Reino de Dios, entonces es obvio que ellos tuvieron que resucitar primero. Esto es lo que registró Lucas en su libro:

Lucas 12: 28 y 29: Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios

¿Quién dijo que los del AT no pueden entrar en el Reino de Dios? ¿Acaso no es claro Jesús al decir que Abraham, Isaac y Jacob y TODOS los profetas estarán en el Reino de Dios? ¿Falla mi sentido común y lógica? (usando los términos de Armando)

Ahora cabe preguntarnos, ¿en qué resurrección ubicamos a los santos del AT?

¿EN LA SEGUNDA?

Evidentemente no, ya que ésta es después del milenio y para ese entonces el Reino de Cristo ya habrá finalizado, dando lugar a los nuevos cielos y a la nueva tierra.

¿EN LA PRIMERA?

Ahora responda otra pregunta: ¿Encuentra usted otra resurrección en la Biblia? ¿Encuentra usted una distinción de resurrección para los que vinieron después del Mesías y otra para quienes vivieron antes de su llegada? ¿Escuchó a Jesús, a Pablo, o a algún otro apóstol alguna vez hablar de las 2 resurrecciones diferenciadas para los justos del NT Y del AT?

En lo personal no, y por tanto creo que no es nada errado pensar que los santos del AT y los del NT tendrán parte en la misma resurrección. Y si no, pensemos cuál sería la razón para despertarlos en tiempos distintos.

Analizando un poco los argumentos de Armando

Armando escribe:

Una segunda razón, se nos da en Juan 3:5: “Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Vamos a analizar de nuevo que nos dicen esas palabras. Uno no podía nacer del agua a menos que fuera bautizado en el bautismo que principió en Juan el Bautista y continuó después con Jesús (Juan 1:33), o sea, sumergido en agua. Así como tampoco se podía nacer del Espíritu a menos que uno fuera ungido por Jehová, mediante derramamiento de Espíritu Santo y que fue impartido (básicamente después de 33 E.C.), mediante la imposición de manos por los apóstoles de Jesús (Hechos 8:18). Esos dos requisitos, indispensables según Jesús, para conseguir entrar en el reino de los cielos en calidad de gobernante asociado con él, de ninguna manera estaban disponibles para los Abraham, Isaac, Jacob y demás, sencillamente porque habían muerto siglos antes de que fueran establecidos. Y recordemos que esa comisión, la de gobernar junto a Él en el Reino, pasaba por el participar de la primera resurrección. (Para ver el artículo completo ir al siguiente link: http://www.labiblianodiceesto.blogspot.com/)

Ahora bien, si seguimos con esta lógica de Armando, entonces podríamos afirmar que los santos del AT ni siquiera han de ser salvos, ya que según dice hechos 4: 12 “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Bajo este texto podríamos afirmar que previo a la venida de Jesús nadie será salvo, ya que Jesús todavía no había venido y nadie podía ser salvo. También Jesús dijo Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre, sino es por mi (Juan 14:6). Entonces también decimos que como estas personas no conocieron a Jesús, ni supieron que él era el camino, la verdad y la vida, estas personas no irán al Padre. También Jesús dijo: “si no creyeres que yo soy (es decir yo soy el Mesías) moriréis en vuestros pecados”. Como verá, si seguimos usando la lógica de Armando, todos los que vivieron previamente al nacimiento de Jesús, morirán en sus pecados, ya que no supieron, ni creyeron que Jesús era el Mesías, puesto que no lo conocían, y todavía no había venido. Por lo tanto, su error fue no haber nacido en el tiempo y en el lugar correcto. Pero creo que nadie con un poco de juicio sano, lógica y sentido común, como expresa Armando en su página, puede afirmar tal cosa.

También Armando afirma que la entrada el reino fue abierta después de Juan el Bautista

“Pero desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres y los que se adelantan con ardor se asen de él.” (Mateo 11:12). Eso sencillamente es lo que dice el texto. Luego, ¿qué entendemos nosotros lo que quiso decir Jesús con esas palabras? Pues que desde esos días de Juan el Bautista en adelante, no antes, fue abierta la posibilidad de pelear para conseguir acceder a tal elevado privilegio. Por lo tanto, sólo es razonable pensar que ninguno de los notables del AT pudo haber participado de tal expectativa, dado que habían fallecido siglos antes. Luego vemos que la cosa no era más que un asunto de oportunidad: estar en el lugar apropiado en el momento oportuno, y que ellos, y por razones de temporalidad, no pudieron hacerlo. Así de sencillo.

Ahora sería bueno que Armando también pusiera las otras traducciones del texto en cuestión ya que no todas muestran su punto de vista:

Biblia Lenguaje Sencillo

“Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios ha sido atacado con furia por gente violenta que trata de destruirlo”.

Biblia Reina – Valera 60

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”.

Biblia Versión internacional

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él”

Versión Castillan

“Desde los días del ministerio de Juan el Bautista hasta hoy, se ha hecho violencia al reino de los cielos, y los violentos tratan de arrebatarlo”.

Biblia de las Américas

12”Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza”.

O sea que el texto no dice que la entrada al reino de Dios esta abierta desde Juan el Bautista, sino que dice que desde Juan en adelante el Reino de Dios sufre violencia. Ni siquiera el versículo que Armando nos ha mostrado enseña eso. Ni tampoco enseña que los del AT no tienen la posibilidad de entrar en el Reino de Dios. Es más, la Biblia dice que ellos estarán en el Reino de Dios o sino Jesús se equivocó en Lucas 12: 28 y 29.

Conclusión

Creo que todos los hombres resucitarán, justos como injustos; los primeros tendrán vida eterna, los segundos, condenación eterna. Entre ambas resurrecciones creo que hay 1000 años de distancia, por las razones ya expuestas. Los cristianos, y al parecer también los santos del AT (que de hecho creían en el Mesías, aunque no sabían quién sería), tendrán parte en la primera resurrección, la cual ocurre juntamente con la venida de Cristo. La razón por la cual creo que ellos serán resucitados es porque la Biblia dice que estarán efectivamente en el reino de Dios, y yo no encuentro otra resurrección en la cual pueda ubicarlos que no sea la primera resurrección de Apocalipsis que ocurre en ocasión de la venida de Cristo.

Con respecto a los argumentos de Armando, creo que nos son muy claros que digamos, y es que si seguimos con la misma lógica de Armando, podríamos llegar a conclusiones un tanto erradas.

Pienso también que este tema no es cuestión para levantar una barrera tan grande. Tenemos varias cosas en común, creemos en el Reino de Dios, en que Dios es Uno, y que Jesús es un hombre. ¿Por qué más bien en vez de atacar a quienes creen parecido, no tratar las doctrinas confusas como la trinidad, el alma inmortal, que realmente son las que nos apartan de la verdad bíblica? Pienso que Armando se ha ensañado con Mario y Javier, y se las pasa leyendo los artículos que ellos publican con una lupa en la mano, mirando minuciosamente cada afirmación y cada supuesto error. ¿Por qué no mejor mirar los artículos que aparecen en los blogs que enseñan la trinidad, el alma inmortal, el cielo como destino del hombre, la predestinación, etc., etc. Su afirmación en su blog de que su intención es el analizar algunas afirmaciones que aparecen publicadas en distintas páginas de Internet, parece ser no muy cierta, ya que sólo se dedica analizar lo que Mario, Javier y otros unitarios escriben, y no a otras páginas de Internet como él afirma. Pero bueno, es sólo una opinión al respecto.

Dios les bendiga

jueves, 25 de marzo de 2010

SER O NO SER: ES USTED UN HIJO DE DIOS O UN HIJO DEL DIABLO?

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Por el Ing° Mario A Olcese (Apologista)
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Los Testigos de Jehová creen que sólo 144,000 de sus seguidores son hijos de Dios y hermanos de Cristo, destinados a reinar con él en su reino milenario. Los demás Testigos de Jehová (el 97%) simplemente no son hijos de Dios. De la misma idea equivocada es nuestro detractor, el Sr. Armando López Golart, quien escribe en su sitio:

www.labiblianodiceesto.blogspot.com

Sin embargo, las Escrituras nos muestran que sólo hay dos posibilidades a las que pueden optar los seres humanos: Ser hijos de Dios o ser hijos del diablo o de las tinieblas. Si alguno no es hijo de Dios se constituye automáticamente en hijo del diablo; y si uno no es hijo del diablo se constituye automáticamente en hijo de Dios. Así de simple es la cosa. No hay término medio. Esta verdad queda evidenciada cuando leemos 1 Juan 3:10 y 1 Tesalonicenses 5:5:

1 Juan 3:10: En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

1 Tesalonicenses 5:5: Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

LOS HIJOS DE DIOS: SUS CARACTERÍSTICAS MÁS RESALTANTES

1.- Son pacificadores (Mateo 5:9)
2.- Resucitarán para vida (Lc. 20:36)
3.- Han recibido a Jesús (Juan 1:12)
4.- Son guiados por el Espíritu de Dios (Romanos 8:14)
5.- Son herederos de Dios y coherederos con Cristo (Rom. 8:17)
6.-Son hijos de la promesa (Rom. 9:8, Gál. 4:28))
7.- Tienen fe en Jesucristo (Gál 3;26).
8.- Claman “Abba Padre” (Gál. 4:6)
9.- Imitan a Dios (Efesios 5:1)
10.- Son irreprensibles y sencillos (Fil. 2:15)
11.- Están llenos de amor (1 Juan 3:1)
12.- Hacen justicia y aman al hermano (1 Juan 3:10)
13.- Aman a los enemigos, bendicen y hacen bien a los maldicientes, oran por los perseguidores (Mat. 5:44)
14.- Son los hijos de Abraham (por la fe en Cristo) (Gál 3:7,26)
15.- Son predestinados (Efesios 1:5).
16.- Andan conforme a Dios, en el Espíritu (Efesios 2:2,3).
17.-Andan en la luz (Efesios 5:8; 1 Tes. 5:5)
18.- Serán semejantes a Cristo (1 Juan 3:2)

Ahora le pregunto:

¿No es una pena y una vergüenza que los líderes de los Testigos de Jehová hayan convertido a millones de sus seguidores en hijos del diablo, al negarles el derecho de ser hijos de Dios?

¿No son las características arriba mencionadas, y que denotan quién es un verdadero hijo de Dios, las que el Señor espera que exhiba todo buen seguidor suyo para ser salvo?

EL HIJO DE DIOS


Por Sir. A. Buzzard, teologo unitario.
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La fuente de la muy prolongada confusión acerca de la identidad de Jesús es la suposición extraída de años de pensamiento tradicional de que el título “Hijo de Dios” debe significar en las Escrituras un ser no creado, el miembro de una Divinidad. Esa noción no tiene ninguna posibilidad de ser encontrada en las Escrituras. Es un testimonio al poder del adoctrinamiento teológico que hace que esta idea subsista tan tercamente. En la Biblia “Hijo de Dios” es una alternativa y virtualmente un título sinónimo para el Mesías. Así Juan dedica su evangelio completo a un tema dominante, que creamos y comprendamos que “Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios” (Juan 20:31). La base para igualar estos títulos se encuentra en un pasaje favorito del Antiguo Testamento en el Salmo 2:

“Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido” a quien ha puesto como Rey de Jerusalén (v.6) y de quién él dice: “Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones” (v.7,8).
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Jesús no vacila en aplicar todo el Salmo a su persona, y lo ve como una predicción de su futura gobernación y de sus seguidores sobre las naciones (Apocalipsis 2:26,27).6

Pedro hace la misma ecuación de Mesías e Hijo de Dios, cuando por revelación divina afirma su creencia en Jesús: “Tú eres el Cristo (Mesías), el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).

El sumo sacerdote le pregunta a Jesús:

“Eres tú el Cristo (Mesías), el Hijo del Bendito?” (Marcos 14:61).

Natanael comprende que el Hijo de Dios no es otro que el Rey de Israel (Juan 1:49), el Mesías (v. 41), “aquel de quien Moisés escribió en la ley y también en los profetas” (v.45; cp. Deuteronomio 18:15-18).

El título “Hijo de Dios” es aplicado también en la Escritura a los ángeles (Job 1:6; 2:1; 38:7; Génesis 6:2,4; Salmo 29:1; 89:6; Daniel 3:25), a Adán (Lucas 3:38), a la nación de Israel (Éxodo 4:22); a los reyes de Israel como representando a Dios, y en el Nuevo Testamento a los Cristianos (Juan 1:12). En vano buscaremos para hallar alguna aplicación de este título a un ser no creado, un miembro de la eterna Divinidad. Esta concepto está simplemente ausente de la idea bíblica de la filiación divina.

Lucas sabe muy bien que la filiación divina de Jesús se deriva de su concepción en el vientre de una virgen; él no sabe nada del todo sobre algún origen eterno:

“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá (María) con su sombra; por lo cual también el santo ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

El Salmista ha atribuido la filiación Mesiánica a un momento definitivo de tiempo—“hoy” (Salmo 2:7)-en la ocasión de su nombramiento para la dominación del mundo. Pablo encuentra una aplicación adicional del Salmo 2 en la resurrección de Jesús (Romanos 1:4).

Aquí están claramente expuestas por las Escrituras las ideas bíblicas de la filiación de Jesús, las cuales Jesús reconoció como la Palabra de Dios. Esta filiación debe ser fechada desde la concepción de Jesús, su resurrección, o desde su nombramiento para ser Rey. La opinión de Lucas sobre su filiación concuerda exactamente con la esperanza en el nacimiento del Mesías de una mujer, una descendiente de Adán, Abraham, y David (Mateo 1.1; Lucas 3:38). Los textos que hemos examinado no contienen información de una preexistencia personal del Hijo en la eternidad.

miércoles, 24 de marzo de 2010

EN QUE LIBRO, CAPITULO O VERSICULO DE LA BIBLIA FUE DADA LA LEY AL GENTIL?


Esta es una pregunta seria que debemos hacernos los Cristianos para crecer en el conocimiento de YHWH. Pues es necesario que cada uno de nosotros avance cada día en el entendimiento de las escrituras, si es que YHWH así lo permite.

El primer detalle que veremos es que el gentil nunca recibió la ley, sino Israel, el pueblo de YHWH, de acuerdo a las escrituras. Entonces, ¿Qué recibió el gentil?

Sin embargo repetimos a cada momento el versículo que dice:

Cristo nos REDIMIÓ de la maldición de LA LEY,… (Gálatas 3:13)

¿Por qué los que éramos gentiles, decimos que Cristo nos redimió de la maldición de la ley, si como gentiles nunca recibimos la ley?

Y honestamente creo que es oportuno el momento, para recordar las palabras de Su Majestad, nuestro Rey y Señor Jesucristo cuando dijo:

Y conoceréis la verdad (tiempo futuro), y la verdad OS HARÁ LIBRES. (Juan 8:32)

Ahora, el detalle es si los cristianos nominales deciden aceptar la verdad o no, o dicho de otra manera, si deciden ser libres o no. Veamos lo que se nos dice al respecto en el libro a los efesios:

Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, LOS GENTILES en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

En AQUEL tiempo estabais SIN CRISTO, ALEJADOS DE LA CIUDADANÍA DE ISRAEL y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA, SIN ESPERANZA y SIN DIOS EN EL MUNDO.

Creo que más claro no podría estar, pero los versículos continúan y dicen:

Pero AHORA EN CRISTO JESÚS, vosotros que en otro tiempo estabais LEJOS, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que DE AMBOS pueblos HIZO UNO, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos UN SOLO y nuevo hombre, haciendo la paz, y MEDIANTE LA CRUZ reconciliar con Dios a ambos en UN SOLO cuerpo, matando en ella las enemistades. (Efesios 2:11, 16) (Versión Reina-Valera 1960)

Veamos los mismos versículos en la versión Castillian de la Biblia, para quedemos claros:

Por tanto, no olvidéis que antes erais PAGANOS, y que los judíos, que practican la circuncisión en su cuerpo, os llamaban incircuncisos.

Recordad que vuestra vida se desarrollaba entonces SIN CRISTO, EXCLUIDOS DE LA CIUDADANÍA DE ISRAEL y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA; y por eso ANDABAIS PERDIDOS en un mundo FALTO DE ESPERANZA y DE DIOS.

Pero AHORA pertenecéis a Cristo Jesús, porque vosotros, que antes estabais LEJOS de Dios, habéis sido ACERCADOS a él merced a la sangre que Cristo derramó.

Cristo es nuestra paz. Él, derribando el muro de separación levantado entre judíos y gentiles, hizo DE AMBOS pueblos UNO SOLO.

Con su muerte puso fin a las enemistades originadas en los mandamientos y ordenanzas de la ley mosaica; pues, tras abolir aquel sistema legal, hizo parte de sí mismo a ambos grupos, y creó UN ÚNICO y nuevo hombre. Así se produjo la paz.

Y siendo PARTES DEL MISMO CUERPO, nos reconcilió con Dios POR MEDIO de la cruz, matando en ella toda enemistad. (Efesios 2:11, 16) (Versión Castillian)

La versión Biblia de las Américas lo dice así:

Los judíos los llaman a ustedes “LOS NO CIRCUNCIDADOS”, y ellos a sí mismos se llaman “los circuncidados”, pues se circuncidan en el cuerpo.

USTEDES NO SON JUDÍOS, y deben recordar que ANTES NO TENÍAN A CRISTO NI ERAN PARTE DEL PUEBLO DE ISRAEL. NO FORMABAN PARTE DEL PACTO NI DE LA PROMESA QUE DIOS HIZO CON SU PUEBLO. Vivían en este mundo SIN DIOS y SIN ESPERANZA.

Pero AHORA, ustedes que estaban LEJOS de Dios, ya han sido ACERCADOS a él, pues están unidos a Jesucristo por medio de su muerte en la cruz.

Cristo nos ha dado la paz. Por medio de su sacrificio en la cruz, Cristo ha derribado el muro de odio que separaba a judíos y no judíos, y de nuestros DOS PUEBLOS ha hecho UNO SOLO. Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley, y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, UN SOLO PUEBLO amigo. Por medio de su muerte en la cruz, Jesucristo puso fin a la enemistad que había entre los dos grupos; clavó en la cruz esa enemistad, y LOS UNIÓ para formar UN SOLO PUEBLO que viviera en paz con Dios. (Efesios 2:11, 16) (Versión Biblia en Lenguaje Sencillo)

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¿Entonces cual es la maldición de la que nos libró nuestro Señor Jesús?

Pues la maldición es no tener una relación de pacto con YHWH, ningún otro pueblo tiene pactos con YHWH sino Israel, y esa es la maldición, sin embargo nuestro Señor Jesús, nos libera de esa maldición, dado que todo aquel que se vuelve a YHWH a través de él, por primera vez tiene la oportunidad de tener una relación de pacto con YHWH.

Así lo dice el apóstol Pablo:

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? EN NINGUNA MANERA; pero por su transgresión vino la salvación a los GENTILES, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los GENTILES, ¿cuánto más su plena restauración?

Porque a vosotros hablo, GENTILES. Por cuanto yo soy apóstol a los GENTILES, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho PARTICIPANTE de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, SINO LA RAÍZ A TI.

Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.

Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.

Porque si tú fuiste CORTADO del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Romanos 11:11, 24)

Esta tan claro como el agua, que los que éramos gentiles por naturaleza, solamente a través del Mesías podemos ser injertados ENTRE las ramas del buen olivo para poder tener una relación de pacto con el Dios de Israel y UNA misma esperanza de acuerdo a la promesa.

Que el Dios Altísimo Creador de los Cielos y de la Tierra les guíe a la verdad.

Por Alexander Dávila G.




Managua, Nicaragua

PRISION E ILUSION



«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn. 2:15-17).

Existe una jaula gigante,
Recibe el nombre de mundo,
En ella anidan las aves
De espíritu libre y confuso.

Jaula enorme y preciada,
Jaula atractiva sin par,
Jaula de insípidas almas
Que aman el goce seglar.

Jaula de áurico tono,
Jaula lustrosa de hierro,
Jaula de tigres y monos:
Mundo pringado de bello.

Javier Rivas Martínez.














EL ERROR APRECIATIVO DE PABLO SANTOMAURO EN Is. 6:1-3


Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

«En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria» (Is. 6:1-3).

Una teofanía es una manifestación sobrenatural visible y a veces física de Dios. Las teofanías son vistas frecuentemente en la literatura del Antiguo Testamento. Dios se ha manifestado en sueños (Gén. 20:3-7; 28:12-17), en visiones (Gén. 15:1-21; Isa. 6:1-13). Hay teofanías en las que Dios aparece representado por un un ángel (Gén. 16:7-13; 18:1-33).

La Reina Valera de Estudio Siglo XXI comenta de esto:

«La principal importancia de una teofanía es su revelación de Dios o la presentación de un mensaje divino, en tanto que sus aspectos físicos tienen por objeto simplemete destacar y autenticar la revelación».

La teofanía, la antropomórfica para este caso, tiene el propósito de exhibir por medio de imágenes explícitas las cualidades inherentes de la naturaleza de Dios como son, por ejemplo, su santidad (Ap. 4:8; Is. 6:3), su soberanía y poder (Ap. 4:8; 11:17; 15:3; 16:7, 14; 19:6, 15), su majestad y gloria (Ez. 1:26-28), de tal modo que el hombre logre comprenderlas en su restringida capacidad mental. O sea, la teofanía antropomórfica, no revela, en el sentido objetivo o literal de la visión, el aspecto general de Dios. La teofanía, en sí, es una imagen simbólica que expone el verdadero carácter deífico del Señor y Creador del universo.

Parece que Pablo Santomauro carece de una mente lo indispensablemente apta para asimiliar conceptos como el anterior, o quizás sea por ignorancia o por inadvertencia, ya que en un escrito suyo sin suficiente fundamento, trata, en una postura muy dislocada, de demostrar que “el que está sentado en Trono en Isías 6:1 no es Dios el Padre sino su Hijo Jesucristo”, identificándolo, homologándolo con el Jehová del Antiguo Testamento con la mórbida intención de justificar la adulterada doctrina trinitaria que promociona el falso monstruo teólogico de “tres cabezas”, a manera del mitológico Cervero, legalizada en “santo pergamino” en los umbríos y blasfemos concilios post-apostólicos. Para que lo sepa Santomauro, La palabra «Jehová» está relacionada en las Escrituras tan sólo con el Padre y Dios y no con Jesús el Cristo. El monteísmo judío revela un Dios uni personal y no “tri personal”, del mismo modo que lo presenta Cristo y el apóstol Pablo en el Nuevo Testamento (véase Jn. cap. 17 y 1 Co. 8:6):

"Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno": Shemá Yisrael, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad (Dt. 6:4).

Veamos su comprometedora y falsa afirmación:

"Déjenme demostrarles a uds. como es bien sencillo identificar a Jesús de Nazaret como Jehová del Antiguo Testamento. Todo lo que tenemos que hacer es ir a la visión de Isaías (Isa. 6) --- Recuerden, ya hemos establecido que nadie ha visto al Padre, por lo tanto el SEÑOR que Isaías vio no puede haber sido nadie más que Jesucristo".

Cómo Dios “no ha sido visto jámas por ojo humano” (Jn. 1:18 a), es improbable para Santomauro, por esta premisa, que Dios el Padre sea el qué esté sentado en el Trono Sublime, sino el Hijo, quien dio a concerlo en su ministerio terrenal (Jn. 1:18 b): «...y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad», al que sus contemporáneos pudieron ver (1 Jn. 1:1-3). A la verdad, el profeta Isaías no vio la forma física verdadera del Padre (1 Tim. 6:16), ni tampoco la de su Hijo, «sino que experimentó una manifestación de la gloria de Dios en forma humana» (Reina Valera de Estudio, Siglo XXI). Pablo Santomauro no se ha percatado, y con descomunal asombro lo digo mis queridos y amables lectores, por su “erudicción en las Escrituras”, que en la Biblia se halla, para ser exacto en el Antiguo Testamento, por lo menos una teofanía en la que Dios el Padre y el Hijo aparecen juntos (Dios, como «el Anciano de días», y el Hijo de Dios, y no “dios, como «un hijo de hombre»). Y no es una teofanía que pretenda una vida preexistente del Hijo, sino que en ella se avizora, proféticamente hablando, el retorno visible y escatológico al mundo del Cristo glorificado previamente (Mt. 24:27-51). Antes de su nacimento humano, Cristo no coexistía con el Padre en el cielo como un agente “preencarnado”, como creen los trinitarios con falla tremebunda (heretismo que emanó del gnosticismo y de la escuela catequística de Alejandría). Él estaba en la mente de Dios como «Uno» en el plan de salvación para los hombres pecadores de la corrupta tierra, como Uno «preordenado» para esta misión de amor y de magníficas bendiciones en un Reino terrenal futuro de amor, de justicia, de luz y de equidad sin medida que recibe del Padre cuando asciende a su Diestra (Dn. 7:13, 14): «...un hombre noble que se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver» (Lc. 19:12). Esta es la teofanía a la que nos referimos un poco atrás de este escrito:

«Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido» (Dn. 7:9-14).

Para Pablo Santomauro, por lo visto, las teofanías o visiones que exponen figuradamente la sustancia verdadera de la persona de Dios, son un total imposible, porque a la Deidad “nadie la ha visto nunca”. Su error consiste en no estimar, por causas no conocidas por este servidor que plasma estas letras, la teofanía antropomórfica, qué, cómo visión simbólica, nos devela cognosciblemente para los seres humanos limitados una cuantiosa cantidad de cualidades propias que conforman la natulareza de Dios.

Gracias, y que Dios me los bendiga siempre.


lunes, 22 de marzo de 2010

LA HEREJIA DEL MODALISMO



Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD).

«Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió» (Jn. 7:16).

Fue en el tercer siglo de nuestra era, cuando Sabelio, un presbítero cristiano que vivió en el Norte de Africa, empezó a promulgar que Jesús era el mismo Jehová del Antiguo Testamento. Para Sabelio, Jesús era el único “dios” pero identificado con “nombres diferentes”. De tal manera que el Padre y el espíritu santo muestran ciertos rasgos de la naturaleza o del carácter de Jesús. Este pensamiento o domga, vino a conocerse como «modalismo», por los distintos nombres o “modos” que se han utilizado para identificar a Jesús. Este pensamiento herético fue tan fugaz en su presentación (antes de concluir el siglo IV, dejó de ser), pero resurgió en el siglo XX (1913) con perjudicial y formidable potencia. Son Iglesias modalistas, la Iglesia Pentecostal Unida, la Iglesia Apostólica de Fe en Jesús, Luz del Mundo y otras más, que son libres o autónomas.

No es complicado para el avezado en las cuestiones fundamentales de la Biblia, el percibir que Dios, el Padre, y Jesús, el Hijo, poseen personalidades bien definidas y peculiares, absolutamente diferentes, adversando con lo que el modalismo afirma, según lo que hablamos en párrafos anteriores. Cuando Jesús era apenas un jovencito de doce años, hace una notoria distinción entre su Padre y él: «¿No sabéis que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?» (Lc. 2:49). Jesús nunca jámas se adjudicó ser el Padre. En su alusión precisa sin ninguna incertidumbre que los «negocios» donde se involucraba pertenecían a su Padre y no a él. Esta situación tiene una relación coherente e indiscutible más adelante, y es cuando Jesús menciona que las palabras que él hablaba no eran suyas, sino del Padre que lo había enviado. Las pruebas podrá verlas querido y amable lector en Jn. 5:19, 30, 36; 6:38; 7:16.

Entre Jesús y Dios existen distintas particularidades como seres individuales, aunque implicados en un próposito común y espiritual para con los hombres pecadores: el de su salvación. La Biblia muestra la enorme desigualdad que los identifica como dos personas aisladas y no como un solo agente o sujeto. Ejemplos, los siguientes:

El Padre ha «entregado» todo juicio al Hijo (Jn. 5:22).

El Padre «conoce» el retorno del Hijo al mundo. Jesús el Cristo «desconoce» su venida (Mr. 13:32).

El Padre «glorifica» al Hijo, pero el no se “autoglorifica” por su propia cuenta (Jn. 8:50, 54).

El Padre «ama» al Hijo, y el Hijo «ama» al Padre (Jn. 3:35; 5:20; 10:17; 14:31; 17:23, 24).

Dios le «entergrará» a Jesús el Cristo el Trono de David, su padre (Lc. 1:32).

El espíritu santo de Dios «concibió» (engendró) a Jesús el Cristo en el vientre de la virgen María (Mt. 1:18, 20).

Jesús el Cristo hace una nítida diferenciación entre su ubicación «terrenal» con la «celestial» del Padre. Es improbable por tal cosa, identificar a Jesús con la persona de Dios:

«Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre» (Mt. 6:9).

Jesús el Cristo «ruega» al Padre para que «perdone» a sus injuriadores. ¿Es posible con la próxima y tan evidente prueba qué los modalistas continuen aun creyendo neciamente qué el Padre y Jesús el Cristo sean la misma persona?

«Y Jesús decía: Padre, «perdónalos», porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes» (Lc. 23:34).

Jesus el Cristo en su «pluralización» resuelve que Dios es una persona y él otra («vendremos»; «haeremos»):

«Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y «vendremos» a él, y «haremos» morada con él» (Jn. 14:23).

Hay otros textos más que enseñan que Jesús el Cristo y Dios «son dos personas distintas», siendo muy dificultoso para un servidor, por su cuantioso número, colocarlos todos aquí. Creo que este esrito por demás sencillo, basta para derrumbar cualquier argumento modalista que trate injustificadamente de identificar a Jesús el Cristo con Dios y con el espírtu santo.

¿Es usted “modalista”, amigo que nos lee?

¡Qué espera entonces para cambiarse al “bando correcto”, el del unitarismo bíblico y verdadero!; el que enseña que Dios es Uno, y Jesús el Cristo, su Hijo Amado y Señor:

«. . .para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él» (1 Co. 8:6).

Gracias honorables lectores. Dios les bendiga siempre.

domingo, 21 de marzo de 2010

QUIEN DIJO QUE EL MESIAS ERA DIOS?


Por Sir. A. Buzzard, teologo unitario.

La mayor parte de los lectores de la Escritura se acercan a los registros divinos con un buen fundado conjunto de suposiciones. Ellos están inadvertidos del hecho que mucho de lo que entienden acerca de Jesús se deriva de sistemas teológicos inventados por escritores fuera de la Biblia. De esta manera ellos aceptan de buena gana una larga dosis de tradición, mientras van afirmando y creyendo que la Biblia es su sola autoridad.4

La cuestión crucial que debemos contestar es ésta: ¿Sobre qué base declararon tanto la iglesia primitiva y Jesús que él (Jesús) era realmente el Mesías prometido? La respuesta es clara. Fue por medio de afirmar que él había cumplido perfectamente el rol que había sido predicho sobre el Mesías en el Antiguo Testamento. Tuvo que ser demostrado que él encajó con las “especificaciones” desplegadas para el Mesías en la profecía Hebrea. Mateo, particularmente, se deleita en citar el Antiguo Testamento conforme era cumplido en los hechos de la vida y experiencia de Jesús (Mateo 1:23; 2:6,15, etc). Pero Marcos, Lucas, Juan, y Pedro (en los primeros capítulos de los Hechos) igualmente insisten que Jesús encaja exactamente en la descripción del Antiguo Testamento acerca del Mesías. Pablo pasó mucho de su ministerio demostrando a partir de las Escrituras Hebreas que Jesús era el prometido Cristo (Hechos 28:23). A menos que la identidad de Jesús pueda ser igualada con la descripción sobre él en el Antiguo Testamento, no habrá una buena razón para creer que su afirmación sobre su mesianismo era verdad!.

Es esencial preguntar, por lo tanto, si el Antiguo Testamento sugiere en algún lugar que el Mesías iba a ser “Dios co-igual” un segundo ser no creado que abandona una existencia eterna en el cielo para hacerse hombre. Si no dice nada como esto (y recordando que el Antiguo Testamento tiene que ver aún con detalles al minuto acerca de la venida del Mesías) tendremos que tratar como sospechosas las afirmaciones de cualquiera que diga que Jesús es ambos el Mesías y una segunda persona no creada de la Divinidad, reclamando el título “Dios” en el sentido pleno.

¿Qué retrato del Mesías es dibujado por las Escrituras Hebreas? Cuando los Cristianos del Nuevo Testamento buscan probar la afirmación de Jesús acerca de su destino mesiánico, a ellos les encanta citar apasionadamente Deuteronomio 18:18:

“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (Moisés); y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.” Ambos Pedro (Hechos 3:22) y Esteban (Hechos 7:37) usaron este texto principal para mostrar que Jesús era “el profeta prometido” (Juan 6:14), cuyo origen sería en una familia israelita y cuya función sería similar a la de aquella de Moisés. En Jesús, Dios levantó el Mesías, el largamente prometido vocero divino, el Salvador de Israel y del mundo. En palabras de Pedro: “Dios levantó a su siervo y lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad” (Hechos 3:26).

Otro texto clásico Mesiánico prometió que “un hijo le nacerá a Israel” (Isaías 9:6), la “simiente de una mujer” (Génesis 3:15), un descendiente de Abraham (Gálatas 3:16), y un descendiente de la casa real de David (2 Samuel 7:14-16; Isaías 11:1). El será el gobernante nacido en Belén (Mateo 2:6; Miqueas 5:2). De sus varios títulos uno será “dios fuerte” y otro, “padre eterno”(Isaías 9.6). Es en este único texto donde podrá parecer que se le coloca al Mesías dentro de la categoría de los seres no creados, sin embargo, el lector sensitivo de la Escritura estará advertido que a un texto único no se le debería permitir deponer la insistencia del Antiguo Testamento de que sólo una persona es el verdadero Dios. No debería olvidarse que los oráculos secretos fueron entregados a los Judíos, ninguno de los cuales pensó que un título divino dado al Rey mesiánico significaba que él era un miembro de un divinidad eterna, ahora compuesta repentina y misteriosamente de dos personas, en contradicción a toda aquella herencia que Israel defendió. El “poderoso Dios” de Isaías 9:6 es definido por el destacado Léxico Hebreo como “héroe divino, reflejando la majestad divina.” La misma autoridad registra que la palabra “dios” usada por Isaías es aplicada en otra parte en la escritura a “hombres de poder y rango”, así como a ángeles. En lo que se refiere por “padre eterno”, el título fue entendido por los Judíos como “el padre de la era venidera (Mesiánica).”5 Era ampliamente conocido que una figura humana podía ser “padre para los habitantes de Judá y Jerusalén” (Isaías 22:21).

En el Salmo 45 el Rey Mesiánico “ideal” es nombrado como “dios”, pero no hay necesidad, sea como sea, de asumir, por consiguiente, que se ha comprometido el monoteísmo Judío. La palabra (en este caso elohim) fue aplicada no sólo al único Dios sino también a “representantes divinos, en lugares sagrados o como proyectando majestad divina y poder” (Léxico Hebreo e Inglés del Antiguo Testamento por Brown, Driver, y Briggs, pp.42,43). El Salmista, y el escritor de los Hebreos quienes la citaron (Hebreos 1:8) estuvieron concientes del uso especializado de la palabra “dios” para describir al Rey Mesiánico y añadir inmediatamente que el Dios del Mesías le ha concedido sus privilegios reales (Salmo 45:7).

Aún el frecuentemente citado texto de Miqueas 5:2 acerca de los orígenes del Mesías no requiere de ningún tipo de preexistencia eterna literal. En el mismo libro una expresión similar fecha las promesas hechas a Jacob desde “tiempos antiguos” (Miqueas 7:20). Ciertamente las promesas del Mesías fueron dadas desde tiempos tempranos en la historia del hombre (Génesis 3:15: cp. Génesis 49:10; Números 24:17-19).


EL MONOTEISMO DEL ANTIGUO TESTAMENTO CONFIRMADO POR JESUS Y PABLO


.Por Sir. A. Buzzard, teologo unitario.

Para aquellos que ya están acostumbrados a las opiniones ampliamente sostenidas en casi todas las denominaciones, es probable que les resulte alarmante la sugerencia de que Jesús no es, de acuerdo a la Biblia, “verdadero Dios de verdadero Dios”. No es usualmente conocido que muchos estudiantes de la Biblia durante todas las épocas, no concluyeron que la Escritura describe a Jesús como “Dios” con “D” mayúscula, incluyendo a un considerable número de eruditos contemporáneos

Una diferencia de opinión en semejante asunto fundamental debería retarnos a una investigación de la importante cuestión de la identidad de Jesús. Si nuestra adoración debe ser, como ya la Biblia lo demanda, “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24), es claro que nosotros deseásemos entender qué revela la Biblia de Jesús y su relación con el Padre. La Escritura nos advierte que es posible caer en la trampa de creer en “otro Jesús” (2 Corintios 11:49---un otro “Jesús” que el revelado en la Biblia como el Hijo de Dios, el Mesías prometido por los profetas del Antiguo Testamento.

Es un hecho chocante que Jesús nunca se refirió de sí mismo como “Dios”. Igualmente notable es el uso del Nuevo Testamento de la palabra “Dios”- en Griego ho theos- para referirse al Padre únicamente, unas 1350 veces. En contraste definido, Jesús es llamado “dios” sólo en un puñado de textos-tal vez no más de dos.1 ¿Por qué esta diferencia impresionante del uso del Nuevo Testamento, cuando tantos parecen creer que Jesús no es menos “Dios” que Su Padre?

El Monoteísmo del Antiguo Testamento Confirmado por Jesús y Pablo

Puede que Los lectores de la Escritura en este siglo no aprecien fácilmente la fuerza del monoteísmo-creencia en un Dios- que fue el primer fundamento de toda la enseñanza del Antiguo Testamento acerca de Dios. Los Judíos estuvieron preparados para morir por su convicción de que el verdadero Dios era una persona única. Cualquier idea de pluralidad en la Divinidad era rechazada como una peligrosa idolatría. La ley y los profetas insistieron repetidamente que sólo uno era el Dios verdadero, y ninguno pudo haber concebido “distinciones” dentro de la Divinidad una vez que se hubieron comprometido a memorizar textos como los siguientes (citados de la Versión Reina-Valera 1960 de la Biblia):

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio. 6:4).

“No tenemos todos un mismo Padre?¿No nos ha creado un mismo Dios?” (Malaquías

2:10).

“Antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí” (Isaías 43:10).

“Porque yo soy Dios, y no hay más” (Isaías 45:22).

Porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí” (Isaías 46:9).

Ejemplos de declaraciones estrictamente monoteístas del Antiguo Testamento pueden ser multiplicadas. El hecho importante a observar es que Jesús, como el fundador del cristianismo, confirmó y reforzó la insistencia del Antiguo Testamento de que Dios es uno. De acuerdo con los registros de su enseñanza compilados por Mateo, Marcos, y Lucas, Jesús no dijo nada del todo para alterar la creencia en la absoluta singularidad de Dios. Cuando un escriba (un teólogo) citó las palabras famosas “Dios es uno, y no hay otro fuera de él”, Jesús lo elogió porque él “había respondido sabiamente”, y “no estaba lejos del reino de Dios” (Marcos 12:29-34).

En el informe de Juan sobre el ministerio de Jesús, el mismo Jesús confirmó igualmente su irrestricto monoteísmo de su herencia Judía con palabras que no pueden ser mal entendidas. El habló de Dios, Su Padre, como “el único que sólo es Dios” (Juan 5:44) y “el único Dios verdadero” (Juan 17:3). En todos sus discursos registrados él se refirió a la palabra “Dios” como una única persona. Podemos fácilmente discernir la ortodoxia Judía del Antiguo Testamento de Pablo quien habló de su creencia Cristiana en “un solo Dios, el Padre” (1 Corintios 8:6) y “el único Dios” como distinto de “un mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2:5). Para ambos Jesús y Pablo, Dios era un único ser increado, “el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 1:3). Aun después de que Jesús fue exaltado a la diestra del Padre, el Padre es aún, según las propias palabras de Jesús, Su Dios (Apocalipsis 3:12).

Debemos resumir nuestra discusión hasta aquí citando las palabras de L.L Paine, en una ocasión profesor en el Seminario Teológico Bangor:

“El Antiguo Testamento es estrictamente monoteísta. Dios es un Ser personal único. La idea de que una la Trinidad debe encontrarse allí o que incluso debe estar oculta de alguna manera de la vista, es una suposición que tiene una larga vigencia en la teología, pero carece totalmente de fundamento. Los Judíos, como un pueblo bajo sus enseñanzas vinieron a ser unos severos oponentes de todas las tendencias politeístas, y ellos han permanecido resueltos monoteístas hasta este día. En este punto no hay ruptura entre el Antiguo Testamento y el Nuevo. La tradición monoteísta es continuada. Jesús fue un Judío, entrenado por padres Judíos en las Escrituras del Antiguo Testamento. Su enseñanza fue Judía en el núcleo; un nuevo evangelio realmente, pero no una nueva teología. El declaró que no vino a destruir la ley y los profetas, sino a cumplirlos, y él aceptó como su propia creencia el gran texto del monoteísmo Judío: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Su proclamación concerniente a sí mismo estaba en línea con la profecía del Antiguo Testamento. El fue el ‘Mesías’ del reino prometido, el ‘Hijo del Hombre’ de la esperanza Judía...si él algunas veces preguntó ‘¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? El no dio una respuesta más allá de la implicada aserción de ”Mesianismo” (Una Historia Crítica de la Evolución del Trinitarianismo, 1900, pp. 4,5.)

La fuerza del sentimiento Judío acerca del monoteísmo es ilustrada correctamente por las siguientes citas:

“La creencia que Dios está envuelto de algunas personalidades tal como la creencia Cristiana en la Trinidad, es una separación de la concepción pura de la unidad de Dios. Israel ha rechazado a lo largo de los siglos todo lo que ha estropeado u obscurecido la concepción del monoteísmo puro que ha dado al mundo, y en vez de admitir algún debilitamiento en ella, los Judíos están preparados para andar errantes, a sufrir, a morir”2.

Ezra D. Gifford, en El Dios Verdadero, el Verdadero Cristo, el Verdadero Espíritu Santo, dice: “Los mismos Judíos se resintieron sinceramente por la implicación de que sus Escrituras contenían alguna prueba, o alguna insinuación de la doctrina de la Trinidad ortodoxa, y Jesús y los Judíos nunca se diferenciaron en esta materia, sosteniendo ambos que Dios es sólo Uno, y esta es la más grande verdad revelada al hombre.”3

Si examinamos las enseñanzas registradas de Jesús en Mateo, Marcos y Lucas, recordando que estos documentos representan la comprensión de la iglesia apostólica en los 60-80 d.C., no encontraremos ninguna insinuación de que Jesús creyera ser él mismo una criatura no creada que ha existido desde la eternidad. Mateo y Lucas trazan el origen de Jesús a un especial acto de creación por Dios cuando la concepción del Mesías tomó lugar en el vientre de María. Fue el evento milagroso que marcó el principio-el génesis, u origen de Jesús de Nazaret (Mateo 1:18). Nada se dice del todo de una “eterna filiación”, es decir, que Jesús estuvo vivo como un Hijo antes de su concepción. Esa idea no pertenecía al pensamiento de los escritores bíblicos.

LAODICENSES


.

«Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete» (Ap. 3:14-19).

Duele mucho ver a tantos
En torpezas que han creído,
En doctrinas de los vanos
Que blasfeman al Bendito;
Insujetos al Señor,
Pero esclavos de los ritos.

Es muy triste ver a tantos
Alianzados con el mundo,
Consintiendo lo profano,
Aprobando lo de “abajo”
Que en el alma han sembrado.

Es penoso ver a tantos
Entre gritos y entre llantos,
En desorden indebido
Que sepulta todo juicio:

En la “danza” que promueve
El deseo, el anhelo
De la mente traicionera
Que acomoda a su manera
Las doctrinas del Eterno.

Es tan duro ver a tantos
Que van sordos, que van ciegos,
Abrigando lo de “afuera”,
Denigrando la conciencia
Con lo ambiguo y lo moderno.

Da vergüenza ver a tantos
Que aparentan la piedad:
En el templo son lumbrera,
En la calle oscuridad.

Son tan secos e inhumanos,
No hay amor por el perdido,
Al extraño y confundido
No les viene el ayudar.

Esos tantos lastimeros
Tienen grupo presuncioso,
Negligente y orgulloso:
«Dios me ama», dice presto,
«Tengo todo, soy muy rico».

Pero el «día» ya se «asoma»,
El Señor encarará
A los hombres de este grupo
Que con Ira lanzará
A los Fuegos Destructivos,
Al Infierno del Bramido:
¡Nunca más habrá empezar!

Javier Rivas Martínez.

LA METAMORFOSIS DEL REINO DE DIOS CON EL CORRER DEL TIEMPO


Los eruditos discrepan hasta qué punto Jesús entendió el reino de Dios como presente (”realizado”), futuro, o ambos. La mayor parte de ellos están de acuerdo, sin embargo, que Jesús vio el reino, paradójicamente, como de alguna manera “ya” presente pero “aún” no plenamente consumado.

Los Cristianos más tempranos retuvieron esta tensión paradójica, entendiendo el reino de Dios como que ya estaba entre ellos, pero esperándolo para ser totalmente establecido en el futuro próximo cuando Jesús volviera – es decir en uno terrenal y por lo tanto social. Durante los próximos pocos siglos, sin embargo, esta expectativa se atenuó, y la consumación fue empujada adelante en el futuro y en un reino celestial, o espiritual. Las interpretaciones subsecuentes se diferenciaron principalmente en el modo en que ellos enfatizaron el presente contra el futuro, y también lo social (o terrenal) contra lo espiritual (o celestial) del Reino de Dios.

Mientras la piedad medieval (Pietismo) estaba enfocada en una esperanza futura, espiritual y celestial, el catolicismo, al menos desde Agustín (354-430), también podría considerar el reino de Dios como presente de un modo secundario por el establecimiento de la iglesia, y en la sociedad en tanto que la iglesia influyera en ella. Esto condujo a una sacralización del catolicismo y de la sociedad medieval que los reformadores Protestantes procuraron desafiar.

Martín Lutero habló de dos reinos, ambos de los cuales estaban en gran parte presentes. Dios era el más directamente activo en el reino de Cristo. Este consistió en las relaciones espirituales entre individuos justificados y Dios, y entre tales individuos en la iglesia; aquí los asuntos fueron regulados por las enseñanzas de Jesús sobre el radical amor desinteresado. Dios estaba indirectamente presente en los asuntos sociales, sin embargo, a través del reino de este mundo; aquí Dios mantuvo el orden por estructuras sociales tradicionales y la violencia ejercida por los regímenes temporales. Aunque Lutero tuviera la intención de identificar menos el gobierno político directamente con el reino de Dios que lo que hizo el catolicismo, su insistencia en la conformidad hacia las estructuras y gobiernos establecidos, condujo a resultados prácticos similares.

Uno de los líderes de la tradición Reformada, Juan Calvino, habló principalmente del reino de Dios como espiritual, celestial, y futuro. Aun él reconoció que ciertos principios de ello están presentes en la tierra. Los Cristianos Reformados, a diferencia de la mayor parte de Luteranos, cada vez más consideraron el reino de Dios como una fuerza dinámica que transforma la vida útil y política. A veces éste condujo a la crítica y la transformación social. A menudo, sin embargo, esto también condujo a un sacralización de medios violentos del cambio (como en la Guerra Civil Inglesa, 1642-48) y de nuevos arreglos sociales (como entre los Puritanos americanos).

Por otra parte, los socinianos, ciertos albigenses y valdenses, los anabaptistas polacos, Pablo de Samosata, Miguel Servet, John Milton, John Locke, Isaac Newton, y muchos otros que eran unitarios, estaban a la espera del reino de Cristo, e hicieron de éste el mensaje central de las Escrituras, y la razón de su quehacer evangelístico en Europa.

En el siglo 19o el liberalismo Protestante acentuó los aspectos sociales y terrenales del reino de Dios tan fuertemente que sus dimensiones celestiales y espirituales a veces desaparecían. Ellos enfatizaron en las ordenanzas sociales radicales de Jesús, confiados de que éstas se hacían más practicables porque la humanidad se hacía más moral. Ellos a menudo comparaban esta supuesta evolución moral con la futura dimensión del reino de Dios. Pero en tanto que ellos lo identificaron con los movimientos tales como socialismo y democracia, los liberales los sacralizaron y subestimaron la radicalidad de la llamada de Jesús para la conversión espiritual.

La alineación optimista del liberalismo de los movimientos sociales con el reino de Dios despertó dos protestas muy diferentes en los siglos 19 y 20. Los dispensacionalistas sostuvieron que las enseñanzas sociales de Jesús debían ser seguidas literalmente en el reino de Dios – pero que este reino era totalmente futuro y sería establecido sólo en su vuelta. En la presente “Edad de la Iglesia” sólo el énfasis espiritual de Jesús era relevante. Completamente diferentemente, los teólogos existenciales, p.ej, Rudolf Bultmann (1884-1976), afirmaron que las enseñanzas de Jesús realmente no tenían ninguna importancia social, pero que el reino de Dios estaba presente siempre que los individuos respondieran a Dios. A pesar de sus diferencias, ambas teologías localizaron la esencia de la vida cristiana no en el movimiento social e histórico, sino en un reino presente, interior.

Finalmente, para entender el reino de Dios, es necesario tomar en cuenta la expectativa judía mesiánica del reino, la cual propugna la restauración completa del reino de Dios en la tierra prometida como en los viejos tiempos de los primeros reyes, tales como David, Salomón, etc. Jesús, sin duda, jamás manifestó que su reino sería radicalmente distinto de aquel que vendrá a restaurar. Si él restaurará el reino davídico caído o desaparecido, es imposible que termine siendo uno totalmente distinto en un lugar diferente. Pero las iglesias parecen obviar el pensar Judío del reino, y sólo se limitan a escuchar lo que tiene que decirnos el teólogo Agustín de Hipona o el protestante Lutero sobre el tema. Éste último, por otra parte, no mostraró mucha simpatía por los judíos, y en sus expectativas mesiánicas, a pesar de que en 1517 sostenía, entre sus principios, devolver el cristianismo a sus fuentes hebreas, en lugar de la interpretación helenística.

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EL REINO DE DIOS Y SU CONSUMACION FUTURA


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Excelente estudio de mi fino y gran amigo Mario Olcese Sanguineti (Apologista)

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El entendimiento de que el reino de Dios “ya está” en algún sentido “presente” hoy, nos debería animar como cristianos a poner mayor interés por darlo a conocer al mundo entero, y para proclamar que su total consumación aún descansa en el futuro, para la parusía de Jesucristo, el rey del reino. Es necesario no olvidar que la cristalización del reino descansa todavía en el futuro. Si nuestra única esperanza está en esta edad, no tendríamos ya mucha esperanza (1 Corintios 15:19). No abrigamos ilusiones de traer el reino con los esfuerzos humanos, pues es imposible mientras el diablo sea el Dios de este mundo (2 Cor. 4:4). Cuando sufrimos reveses y persecuciones, cuando vemos que la mayor parte de personas rechazan el evangelio del reino, ganamos fuerza por el conocimiento de que la plenitud del reino está aún en una edad futura.

No importa cuánto tratemos de vivir en un camino que refleja a Dios y su reino, no podemos transformar este mundo en el reino de Dios. Este debe venir a través de una dramática intervención divina. Los acontecimientos apocalípticos son necesarios para introducir la nueva edad. Satanás debe ser completamente depuesto y “encarcelado”.

Numerosos versículos de la Biblia nos dicen que el reino de Dios será una gloriosa realidad futura. Sabemos que Cristo es un Rey, y nosotros esperamos para el día en que él ejercerá su poder de un modo grande y dramático para detener el sufrimiento humano. El libro de Daniel predice un reino de Dios que gobernará la tierra (Daniel 2:44, 7:13-14, 22); el Apocalipsis del Nuevo Testamento describe su llegada (Revelación 11:15, 19:11-16).

Oramos para que el reino de Dios venga pronto (Lucas 11:2). Los pobres en el espíritu y los perseguidos esperan su futura “recompensa en el reino de los cielos” (Mateo 5:3, 10, 12). La gente “entra en el reino” en un futuro “día del juicio” (Mateo 7:21-23, Lucas 13:22-30). Jesús pronunció una parábola porque algunas personas pensaban que el reino se haría poderoso en seguida (Lucas 19:11).

En la profecía Olivética, Jesús describió acontecimientos dramáticos que vendrían antes de su vuelta al poder. Poco antes de su crucifixión, Jesús pensó con mucha ilusión en un reino en el futuro (Mateo 26:29).

Pablo habla varias veces de “heredar el reino de Dios” como una futura experiencia (1 Corintios 6:9, 10; 15:50; Gálatas 5:21; cf. Efesios 5:5), y por otra parte indica por su lenguaje que él piensa en ello como realizado sólo al final de edad (1 Tesalonicenses 2:12; 2 Tesalonicenses 1:5; Colosenses 4:11; cf. 2 Timoteo 4:1, 18). Cuando Pablo quiere concentrarse en la manifestación presente del reino, él tiende a introducir el término “justicia” o “rectitud” junto “con el reino” (Romanos 14:17) o en lugar del reino (Romanos 1:17; para la asociación cercana del reino y la justicia de Dios, ver a Mateo 6:33), o (alternativamente) para unir el reino con Jesucristo en lugar que con Dios el Padre (Colosenses 1:13). (J. Ramsey Michaels, “el Reino de Dios y el Jesús Histórico,” capítulo 8 del Reino de Dios en la Interpretación del Siglo XX, editado por Wendell Willis [Hendrickson, 1987], página 112).

Muchas escrituras “de reino” podrían aplicarse igualmente al reino presente o a la futura realización. Los transgresores de la ley serán llamados lo menos en el reino (Mateo 5:19-20). Abandonamos familias por el reino (Lucas 18:29). Entramos en el reino por las tribulaciones (Hechos 14:22). La cosa importante para este artículo consiste en que algunos versículos son claramente para el presente, y muchos son claramente para el futuro.

Después de la resurrección de Jesús, los discípulos le preguntaron, “¿Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Y aquí Jesús no les dice que el reino ya estaba siendo restaurado en un sentido nuevo y espiritual, diferente al nacional que ellos conocían a través de las Escrituras. Simplemente les dice que el tiempo para la tal anhelada restauración aún descansa en el futuro, y que sólo lo conoce el Padre (el único Dios verdadero Omnisciente). Así que, contrario de lo que muchos exponentes bíblicos afirman, Jesús no destruyó las esperanzas Judías mesiánicas de un reino davídico por restaurarse a Israel. Por lo tanto, este texto de Hechos 1:6 es un problemón para los preteristas, incluyendo a los amilenialistas.

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PORQUE JESUS PRONUNCIO LA PARABOLA DE LAS DIEZ MINAS?


Por Ingº Mario Olcese (Apologista)

Pocos estudiantes de la Biblia se han detenido para preguntarse para qué Jesús pronunció la famosa parábola de las Diez Minas de Lucas 19:11-27. Pues bien, esta es una de las pocas parábolas que Jesús habló para responder a una inquietud o expectativa de sus seguidores con relación a su tan anhelado reinado mesiánico.

¿Un reino que se manifestaría inmediatamente?

En Lucas 19:11 descubrimos la razón por la que Jesús pronunció la parábola de la Diez Minas, con estas palabras: “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”. Nótese que Jesús elaboró esta parábola porque sus partidarios pensaban que su reino se manifestaría inmediatamente o que estaba muy próximo a cumplirse.

¿Pero qué les hizo pensar que el reino era inminente?

La respuesta se obtiene del mismo verso 11, el cual dice: “por cuanto estaba cerca de Jerusalén”. Sí, los partidarios del Mesías y su reino creyeron que Jesús ya iba inaugurar el reino esperado porque estaba acercándose a Jerusalén, la ciudad capital que Jesús había llamado: “la ciudad del gran rey” (Mateo 5:35). Recordemos que los antiguos reyes ungidos de Israel habían hecho de Jerusalén la capital del reino de Dios, y como era de esperarse, el heredero al trono tendría que entrar en esta misma ciudad para retomar el reino y el trono de sus ancestros.

¿Desechó Jesús aquella expectativa de sus paisanos Judíos?

Si el reino que el Señor predicaba era uno muy distinto al concebido por sus paisanos Judíos, entonces él tuvo aquí una magnífica oportunidad para corregir por completo sus “erradas expectativas” sobre una reino restaurado como antaño y presentarles su nuevo y revolucionario reino de carácter meramente espiritual y supra mundano. ¿Pero lo hizo Jesús? Les dijo, acaso, que su reino es ahora uno espiritual, o en “el corazón de los creyentes”? ¡Pues, no! En el verso 12, Jesús añade: “Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver”. Es decir, Jesús en ningún momento destruyó o revocó sus expectativas de un reino restaurado en la tierra como antaño, cuando les dice que primero él (el hombre noble) tiene que ir al cielo para recibir un reino (e.i. la autoridad) y después volver a Jerusalén (recordemos que él volverá a pisar el Monte de los olivos) para restaurar el reino que le fue confiado por el Anciano de Días…Su Padre (Daniel 7:13,14).

Autoridad sobre las naciones

Jesús, en los versículos subsiguientes (13-27), se extiende más en su parábola y revela que al volver a la tierra, él les dará a sus fieles siervos autoridad sobre ciudades enteras (Ver versículos 17,19). Esto, por sí solo, nos debería convencer de que su reino no es uno simplemente de carácter espiritual y supra mundano, o uno “en el corazón” de cada creyente. Aquí hay una promesa real y concreta de recibir autoridad y poder para regir a naciones reales y literales de este mundo. Es, pues, un reino o gobierno real o literal, uno dirigido por el Hijo de Dios, uno que es perfecto justo, y recto… uno que se origina de los cielos o de Dios.

¿Está Jesús restaurando el Reino en este tiempo?

En Hechos 1:3,6,7 leemos que los discípulos le preguntaron unánimemente a Jesús, lo siguiente: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” o como vierten algunas versiones: “¿Estás restaurando el reino en este tiempo”? y Jesús entonces prosigue para decirles simplemente: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que Dios puso en su sola potestad”. Es decir, Jesús no desechó la expectativa de sus seguidores para la tan esperada restauración del reino de su ancestro David, sino que más bien la confirma implícitamente, diciéndoles claramente que la fecha para el cumplimiento de ese magno evento sólo lo sabe Dios, su Padre, y nadie más.

¿Podría alguno, después de toda esta evidencia, atreverse a decir que el reino de Dios no tiene nada que ver con Jerusalén y las naciones de la tierra? ¡No lo creo!...¡aunque no faltan los “cielo-tercos”!

sábado, 20 de marzo de 2010

TRINITARIOS TUERCEN UN PASAJE EN UNA NUEVA VERSION PARA IMPULSAR LA DEIDAD DE CRISTO


La Nueva Versión del Nuevo Testamento Vida Abundante de Publicaciones Tyndale ha acomodado Juan 1:18 para enseñar que Cristo es Dios.

Esto es lo que leerán la nueva generación de Cristianos:

En la NTVA, dice esto:

“18 Nadie ha visto jamás a Dios. Pero el Hijo, el único, él mismo es Dios* y está íntimamente ligado al Padre.

En la Versión Reina Valera (1960), dice así:

Juan 1:18: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del PADRE, él le ha dado a conocer”.

Preguntamos: ¿Es esto traducir con imparcialidad y fidelidad un texto o es simplemente acomodar un pasaje a las creencias personales? ¿Cuán confiable puede ser la NVNT, entonces?

LA VERGUENZA Y REMORDIMIENTO DEL PAPA


El Papa siente “vergüenza y remordimiento” por los abusos sexuales del clero en Irlanda

AGENCIAS. 20.03.2010 – 13.39 h

El Papa Benedicto XVI.

El Papa Benedicto XVI ha ordenado este domingo una inspección de diócesis y seminarios irlandeses implicados en los casos de pederastia y ha afirmado que los sacerdotes implicados deben “responder ante Dios y los tribunales”.

El Papa así lo ha manifestado en la Carta a los católicos irlandeses, hecha pública hoy por el Vaticano, en la que además expresa “abiertamente vergüenza y remordimiento” por los abusos sexuales a centenares de menores por parte de sacerdotes católicos ocurridos durante años en ese país.

“Es comprensible que os sea difícil perdonar o reconciliaros con la Iglesia”, asegura en su misiva el sumo pontífice .En la misiva el Pontífice usa palabras muy duras contra los curas pederastas, acusa también a los obispos irlandeses de no haber sabido gestionar los casos ocurridos y dice que tienen que reconocer que se cometieron graves errores de juicio y fallo de dirección.

“Es comprensible que os sea difícil perdonar o reconciliaros con la Iglesia. En su nombre, expreso abiertamente la vergüenza y el remordimiento que sentimos todos”, afirma el Papa, que les pide perdón.

A los sacerdotes y religiosos que han abusado de niños les dice que han “traicionado la confianza depositada” ellos por jóvenes inocentes y por sus padres.

Grupos de víctimas, defraudados por el comunicado papal

Los grupos de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes pederastas en Irlanda se han declarado decepcionados por el contenido de la Carta del Papa.

.“Sentimos que la carta se queda corta a la hora de tratar las preocupaciones de la víctimas”, dijo Maeve Lewis, directora ejecutiva de “One in Four” (“Uno de cada Cuatro”).

En su opinión, en su misiva, el Papa dirige sus críticas principalmente hacia los curas irlandeses de bajo rango, al tiempo que se olvida de la responsabilidad del Vaticano en los abusos sexuales de menores, no sólo en Irlanda, sino en todo el mundo.

En Alemania siguen las revelaciones

Por otro lado, el escándalo por los abusos sexuales en la Iglesia católica alemana salpica ahora indirectamente al presidente de la Conferencia Episcopal, Robert Zollitsch, a quien se reprocha haber “ocultado” un caso de pederastia en lugar de denunciarlo a la Justicia.

El caso, del que informa el programa Report Mainz, de la primera cadena de televisión pública ARD, se remonta a 1991 cuando Zollitsch era responsable de recursos humanos en la archidiócesis de Friburgo.

“Los niños y adolescentes no se atrevieron durante años a hablar de abusos”, aseguran fuentes de la investigación

Según las informaciones de esta cadena y del diario Badische Zeitung en su edición de este sábado, en 1991 Zollitsch ordenó la jubilación anticipada de un párroco que entre 1968 y 1991 había abusado de al menos 17 niños y adolescentes, en su mayoría monaguillos, pero no denunció el caso a la Fiscalía.

Una víctima relata en el citado programa que lo que tuvo que padecer desde que los 11 hasta los 17 años, y que empezó con besos, caricias y abrazos, llegó a adoptar la magnitud de “sexo duro”. En 1991, Zollitsch interrogó al párroco Franz B. sobre el caso, pero éste lo negó todo.

CURA PEDOFILO CARIOCA


AFP – Sao Paulo (brasil)

Los recientes escándalos de pedofilia que afectan a la Iglesia Católica salpicaron ayer al país con más devotos de esa fe en el mundo, Brasil, luego de que el Vaticano reconociera que tres sacerdotes son sospechosos de abusar de menores y son investigados por autoridades y la entidad.

La semana pasada, el canal SBT mostró imágenes en cámara oculta en las que aparece el padre Luiz Marques Barbosa, de 82 años, manteniendo relaciones sexuales con un joven en el estado nordestino de Alagoas. El rostro del cura es identificado mirando a la cámara y preguntando: “¿Quién está ahí? ¿Quién es?”.

El reportaje del programa de televisión Conexao Reporter también emitió declaraciones de tres antiguos monaguillos denunciando abusos por parte de párrocos.

“El (Marques) comenzó a tocarme, a besarme, intentando besarme en la boca, yo giraba pero él insistía. Me daban muchas ganas de vomitar. Comenzó a sacarme la ropa, a sacarme la camisa, mi pantalón, y también comenzó a desvestirse”, narró al programa un joven identificado como Fabiano, sobre sus encuentros con Marques Barbosa.

Consultado Marques Barbosa sobre si conocía algún caso de pedofilia en la región en la que vive, responde: “Ah, no sé”. Interrogado sobre si alguna vez abusó de un monaguillo como alegan los denunciantes, Marques responde: “No puedo decirte eso. Sólo a mi confesor le puedo decir un pecado mío (…) No puedo decir nada”.

Las imágenes sin censura de Marques Barbosa manteniendo relaciones con Fabiano, filmadas en enero del 2009, son actualmente comercializadas en las calles de Arapiraca, a 120 km de la capital del estado de Alagoas, Maceió, señala el sitio Alagoas 24 horas.

viernes, 19 de marzo de 2010

EL FASCINANTE PODER DE LA RELIGION PARA ENGANAR

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Por Anthony F. Buzzard

¿Qué se puede hacer para que mil millones de personas religiosas, ni más ni menos, tan inteligentes como usted, crean que Jesús es el Mesías, pero no el Hijo de Dios? ¿Que Jesús fue concebido virginalmente, pero no murió en la cruz (Judas murió en su lugar—Dios puso la cara de Jesús a Judas y permitió que fuera asesinado)? Estoy hablando sobre el Islam.

¿Qué se puede hacer para que millones de personas inteligentes crean que Dios era un hombre antes de convertirse en Dios y que Él tiene varias esposas? Sabemos a qué grupo me estoy refiriendo—los Mormones.

¿Qué se puede hacer para que miles de millones de personas crean que el Dios que dice ser una persona, una y otra vez, en realidad sean tres personas?

¿Cómo se puede convencer a la gente para que crean que los muertos están vivos y conscientes cuando la Escritura afirma que, “los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido…Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en la tumba [sepulcro], adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.” (Ecc. 9: 5, 10). Jesús dijo: “Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo… Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto.” (Juan 11: 11, 14).

¿Cómo podemos tener millones de feligreses que leen la Biblia y van a la Iglesia creyendo que Jesús puede venir en cualquier momento a arrebatar a los creyentes hacia el cielo antes (pre) de la Gran Tribulación final, mientras que Jesús dice: “inmediatamente después (post) de la tribulación de aquellos días…enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”? (Mateo 24:29; Marcos 13:27).

Cuando la masa de feligreses abraza ideas que claramente chocan con simples proposiciones, debe ser un milagro de incomprensión. Las ideas falsas parecen tener un efecto generalizado y pernicioso en la forma de pensar de la gente sobre temas importantes, como quién es el verdadero Dios y quién es el verdadero Jesús. ¿Acaso no nos guía a la pregunta urgente sobre qué podemos hacer para reparar esta trágica y confusa situación?

La respuesta es clara: el milagro de la Internet nos ofrece justamente la herramienta que necesitamos para comunicación. La Internet está disponible ahora, se nos dice, a casi dos millones de personas en todo el mundo. La venida del Internet es paralela a la invención de la imprenta. Ya somos capaces de llegar a muchos buscadores de la verdad en todo el mundo—y sin ir a la oficina postal ¡o escribiendo cartas con una máquina de escribir!

Pablo, el apóstol de Jesús, impulsado por la Gran Comisión de predicar el Evangelio del Reino (Hechos 19:8; 20:24-25; 28:23, 31), utilizó los medios disponibles que el tenia para llevar el mensaje. El cabildeaba a las personas en el mercado de su época: “Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que se encontraban por allí.” (Hechos 17:17).

¿Qué es hoy el equivalente de la plaza pública? ¿Quién va a hacer el trabajo de Pablo hoy? Creo que todos podemos. ¿No es obvio que la Gran Comisión nos manda ir por mundo con el Evangelio del Reino (Mateo 24:14)? Los recursos del Internet ya están siendo presionados al servicio del evangelio salvador. ¿No podríamos todos, como individuos o grupo, añadir cada vez más y más peso a la presencia del Evangelio “allá afuera” en el mundo del Internet?

Nada es más agradable que hablar del Reino verdadero del Mesías Jesús a un mundo que claramente ha perdido su rumbo. La doctrina del Reino es algo que nadie, ni un niño con la capacidad de edad escolar, puede perder. Jesús hizo su anuncio clásico cuando le pidieron permanecer en Capernaúm como el valeroso residente rabino. Él respondió: “Me veo obligado por Dios a predicar el Evangelio acerca del Reino a las otras ciudades también. Por eso Dios me a comisionado.” (Lucas 4:43) Después Jesús dijo, “Como Dios me envió, también yo los envío” (Juan 20:21).

Hoy el cuerpo de Cristo es el grupo internacional de los verdaderos creyentes (Gálatas 6:16). Somos llamados a llevar el mensaje de salvación, “el Evangelio del Reino y el nombre de Jesucristo” (Hechos 8:12, 28:23, 31) al mundo y aparentemente, la Internet nos es dada, por la gracia de Dios y Su Providencia, como la herramienta para nuestra actividad en el servicio de Dios y de Jesús para el mundo.

Un error paralizante ha lisiado a gran parte de la teología evangélica de las iglesias. Este es el que le dice a la gente, que el Evangelio en el cual hay que creer es estrictamente que Jesús murió, fue enterrado y resucitó. No hay nada que añadirle a eso. Sin embargo, una gran mentira subyace esa propuesta. Si el Evangelio es los “tres días de trabajo de Jesús” (como dice el famoso evangelista Billy Graham y muchos otros), ¿qué hacía Jesús predicando el Evangelio mucho antes de que ni siquiera mencionara su muerte y resurrección?

Mateo 16:21 marca el primer anuncio de su muerte. Jesús había estado predicando el Evangelio mucho antes. El fue el predicador modelo del Evangelio y la salvación comenzó con él (Heb. 2:3). ¡Pero hasta Mateo 16:21 Jesús no había dicho nada sobre su muerte y resurrección!
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La palabra de Pablo ha sido torcida en 1 Corintios 15:3, donde nos habla de la muerte y resurrección de Jesucristo. Pero éste no es todo el evangelio, sino, más bien, “entre las cosas de primera importancia” (en protois). Pablo mismo fue un incansable predicador del Evangelio del Reino, en obediencia a Jesús (Hechos 20:24-25, 19:8; 28:23, 31). Ni por un momento Pablo se dio por vencido de predicar el Reino como el Evangelio salvador. De hecho, advirtió contra cualquiera que privara al Evangelio de su elemento principal, el Reino de Dios (2 Tim. 3:13 y compare, 2 Juan 9 para una advertencia razonable).

Muchos sistemas teológicos yerran cuando basan el Evangelio sin el Reino. Muchos son felices en citar Hechos 20:24, donde Pablo describe su carrera como la fiel predicación del “Evangelio de la gracia de Dios”. Pero, ¿quién lee el siguiente versículo, donde se define el Evangelio de la gracia? ¡Fue el anuncio del Evangelio del Reino! (Hechos 20:25). Por supuesto, ya que ese era el Evangelio que anunciar por el mandato de Jesús hasta el fin del siglo, cuando regresaría a establecer ese Reino en todo el mundo.

Espero que todos podamos seguir las extensivas exhortaciones de nuestros líderes (a través de muchos años) en hacer todo lo posible para anunciar el Evangelio del Reino. Las herramientas están listas y esperándonos. El Internet es la ventana al mundo, una instalación que nuestros antepasados habrían soñado con tener como un arma, pero no lo tuvieron.

Hechos 8:12 y Mateo 24:14 continúan siendo los textos de los “Abrahámicos” (es decir, aquellos que ven que las promesas hechas a Abraham en Cristo son la base del Evangelio cristiano –Gal. 3:8; Rom. 4:13). Lucas 8:12 (fácil de recordar como otro “8:12” con Hechos 8:12) es una justa advertencia de donde el diablo está activo: tratando de bloquear todos los esfuerzos para que la palabra de Dios sea predicada, el Evangelio del Reino (Lucas 8:11; Mat. 13:19), la semilla vivificante de la vida del siglo venidero que se encuentra solo en Cristo.

“Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio.” (2 Tim. 1:9-10).

Uno se podría imaginar que todo el mundo fuera atraído a estas palabras asombrosas y buscar el secreto de la inmortalidad. Pero el poder pernicioso del engaño ha trabajado sus malos efectos, y muchos se burlan de la idea de que los seres humanos verdaderamente pueden, si obedientemente escuchamos (“la obediencia de la fe”, Rom 1.5; 16.26) a Jesús y a su Evangelio, alcanzar la vida indestructible, literalmente para siempre.