Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
«Dales lo que quieren y te harás famoso»
Se queda uno atónito y con el “ojo cuadrado” por tantas herejías y blasfemias escuchadas en estos días en todo sitio de parte de los falsos profetas “encamisetados” como súper ungidos cristianos y que se autoproclaman como hombres especiales para el servicio de Dios, apóstoles, pero no del Santo, sino del diablo perverso y burlador que se carcajea de ellos en sus propias y perdidas narices. Uno de estos, Cash Luna, se ha “volado la barda” (aunque su fuerte es el golf, que practica en lugares donde se codean los hombres millonarios y también los “hijos de papi”) al dirigir una reunión de varones para hacer el ridículo con barato sarcasmo, hablando una sarta de palabras inadmisibles para el Dios de la Biblia, estando un servidor casi seguro que el Señor de la gloria se ha puesto de Pie, increpo delante del trono de su gracia por las ofensas propinadas a su limpio corazón por este hiper hereje sin par y sin medida en el pensamiento.
En esta reunión, con una autoridad únicamente fomentada por la soberbia y el orgullo, qué ni espiritual es, insulta a la mujer como lo saben hacer con abominable “excelencia” los machistas ignorantes, marginándola como si ésta fuese un mero objeto sin valor, olvidándose que ella es la ayuda idónea para el hombre, y como persona, en todo aspecto, invaluable.
En esta tertulia atroz y diabólica, Cash porta un uniforme de solado, y quienes asisten a glorificar y festejar con risotadas maliciosas su infernal y gigantesca verborrea aparecen como Cash uniformados de militares (¿soldados de Cristo?... ¡por favor!), “dándole la suave” como dicen en mi terruño mexicano a su atrevido y mordaz maestro, que a la verdad es un condenable ídolo de trapo de tercera calidad, porque buscan y honran a los hombres primeramente y no al Dios que les ofrece salvación, el que rechazan por la vanagloria fugaz de la vida y por las formas mortalmente tendidas al ras de los suelos, como las que Cash ofrece en su inmunda y maldita congregación, «mal llamada como le nombran».
Miremos como un vanaglorioso Cash sin vergüenza ni reparo vine a darse infulas muy “infladas” de santidad y de recato sexual, haciendo alarde de “fiel cónyuge” con palabras obscenas y truhanerías de gusto anticristiano y denigrante, contradiciendo al apóstol Pablo en sus palabras siguientes:
«… ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias» (Ef. 5:4).
Truhán, na o truhán, na. (Del fr. truand). adj. Dicho de una persona: Sin vergüenza, que vive de engaños y estafas. U. t. c. s. 2. Dicho de una persona: Que con bufonadas, gestos, cuentos o patrañas procura divertir y hacer reír. U. t. c. s.
En otra versión, la palabra «truhanerías» ha sido sustituida sin alertar el sentido por «chistes groseros»:
«Tampoco debe de haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros….» (BNVI).
Truhanería (eutrapelia, gr.), es una vieja palabra que proviene de «eutrapelos», y significa: vivacidad de ingenio, rapidez, agudeza en las respuestas, pero en un sentido absolutamente bajo. Es una bellaquería, una chocarrería condenada por Dios en su Palabra. Cash, a manera de los léperos y sagaces comediantes de las programaciones de medianoche y clasificadas como para “adultos”, pero que todo el mundo ve como su fueran “familiares”, para “chicos y grandes” (¡qué les importa!), hace gozar “de lo lindo” a sus “fans” y seguidores que no alcanzan a valorar ni medir con seriedad por su marcado desinterés en el conocimiento las doctrinas básicas y elementales que la Biblia ofrece las horrendas consecuencias de lo que con júbilo aceptan, que no logran darse cuenta por su ceguera espiritual que esta clase de “casherianada” es copia fiel del mundo. Para el caso, Cash tiene el innoble y morboso modo de matizar con Biblia su “peladeces” para que parezcan santas y que únicamente a los muy estúpidos han conseguido quitar la comezón de los oídos para hacerles soltar con impulsiva lengua y mundano conformismo una retahíla de “glorias a dios” y “aleluyas” al por mayor.
Cash Luna es un truhán, un marrullero de primera, un hombrecillo grosero que es tolerado por su imagen de siervo de Dios intachable, por su carismatismo hipnótico, pero que en realidad deja mucho que desear cuando es examinado detenidamente por la Palabra de Dios.
Cash Luna es un pastor de cabras que a lo malo le dice bueno, que distrae con estafa y timo paridos de su ambiciosa inteligencia con el propósito de culminar con éxito rotundo sus anhelos de lucro y de riqueza, complaciendo y afirmando a sus religiosos miembros en una falsa posición de estable y espiritualidad.
Los dejo, para terminar, con estos versos bíblicos para reflexión intensa:
«Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras» (véase en: 2 Co. 11:13-15).
Vea el video relacionado con el tema en:
http://www.youtube.com/watch?v=dMMAjPXlmyU
«Dales lo que quieren y te harás famoso»
Se queda uno atónito y con el “ojo cuadrado” por tantas herejías y blasfemias escuchadas en estos días en todo sitio de parte de los falsos profetas “encamisetados” como súper ungidos cristianos y que se autoproclaman como hombres especiales para el servicio de Dios, apóstoles, pero no del Santo, sino del diablo perverso y burlador que se carcajea de ellos en sus propias y perdidas narices. Uno de estos, Cash Luna, se ha “volado la barda” (aunque su fuerte es el golf, que practica en lugares donde se codean los hombres millonarios y también los “hijos de papi”) al dirigir una reunión de varones para hacer el ridículo con barato sarcasmo, hablando una sarta de palabras inadmisibles para el Dios de la Biblia, estando un servidor casi seguro que el Señor de la gloria se ha puesto de Pie, increpo delante del trono de su gracia por las ofensas propinadas a su limpio corazón por este hiper hereje sin par y sin medida en el pensamiento.
En esta reunión, con una autoridad únicamente fomentada por la soberbia y el orgullo, qué ni espiritual es, insulta a la mujer como lo saben hacer con abominable “excelencia” los machistas ignorantes, marginándola como si ésta fuese un mero objeto sin valor, olvidándose que ella es la ayuda idónea para el hombre, y como persona, en todo aspecto, invaluable.
En esta tertulia atroz y diabólica, Cash porta un uniforme de solado, y quienes asisten a glorificar y festejar con risotadas maliciosas su infernal y gigantesca verborrea aparecen como Cash uniformados de militares (¿soldados de Cristo?... ¡por favor!), “dándole la suave” como dicen en mi terruño mexicano a su atrevido y mordaz maestro, que a la verdad es un condenable ídolo de trapo de tercera calidad, porque buscan y honran a los hombres primeramente y no al Dios que les ofrece salvación, el que rechazan por la vanagloria fugaz de la vida y por las formas mortalmente tendidas al ras de los suelos, como las que Cash ofrece en su inmunda y maldita congregación, «mal llamada como le nombran».
Miremos como un vanaglorioso Cash sin vergüenza ni reparo vine a darse infulas muy “infladas” de santidad y de recato sexual, haciendo alarde de “fiel cónyuge” con palabras obscenas y truhanerías de gusto anticristiano y denigrante, contradiciendo al apóstol Pablo en sus palabras siguientes:
«… ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias» (Ef. 5:4).
Truhán, na o truhán, na. (Del fr. truand). adj. Dicho de una persona: Sin vergüenza, que vive de engaños y estafas. U. t. c. s. 2. Dicho de una persona: Que con bufonadas, gestos, cuentos o patrañas procura divertir y hacer reír. U. t. c. s.
En otra versión, la palabra «truhanerías» ha sido sustituida sin alertar el sentido por «chistes groseros»:
«Tampoco debe de haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros….» (BNVI).
Truhanería (eutrapelia, gr.), es una vieja palabra que proviene de «eutrapelos», y significa: vivacidad de ingenio, rapidez, agudeza en las respuestas, pero en un sentido absolutamente bajo. Es una bellaquería, una chocarrería condenada por Dios en su Palabra. Cash, a manera de los léperos y sagaces comediantes de las programaciones de medianoche y clasificadas como para “adultos”, pero que todo el mundo ve como su fueran “familiares”, para “chicos y grandes” (¡qué les importa!), hace gozar “de lo lindo” a sus “fans” y seguidores que no alcanzan a valorar ni medir con seriedad por su marcado desinterés en el conocimiento las doctrinas básicas y elementales que la Biblia ofrece las horrendas consecuencias de lo que con júbilo aceptan, que no logran darse cuenta por su ceguera espiritual que esta clase de “casherianada” es copia fiel del mundo. Para el caso, Cash tiene el innoble y morboso modo de matizar con Biblia su “peladeces” para que parezcan santas y que únicamente a los muy estúpidos han conseguido quitar la comezón de los oídos para hacerles soltar con impulsiva lengua y mundano conformismo una retahíla de “glorias a dios” y “aleluyas” al por mayor.
Cash Luna es un truhán, un marrullero de primera, un hombrecillo grosero que es tolerado por su imagen de siervo de Dios intachable, por su carismatismo hipnótico, pero que en realidad deja mucho que desear cuando es examinado detenidamente por la Palabra de Dios.
Cash Luna es un pastor de cabras que a lo malo le dice bueno, que distrae con estafa y timo paridos de su ambiciosa inteligencia con el propósito de culminar con éxito rotundo sus anhelos de lucro y de riqueza, complaciendo y afirmando a sus religiosos miembros en una falsa posición de estable y espiritualidad.
Los dejo, para terminar, con estos versos bíblicos para reflexión intensa:
«Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras» (véase en: 2 Co. 11:13-15).
Vea el video relacionado con el tema en:
http://www.youtube.com/watch?v=dMMAjPXlmyU