Caed sobre nosotros, cumbres y peñas,
Aberturas del mundo, ¡escondednos ya!
Porque en Ira se ha levantado:
¿Quién podrá contenerlo?
Hay sangre en sus ropas fulgentes,
Se estremecen los hombres
Por su temible presencia,
Su majestad es gloriosa,
Insoportable en grandeza y poder.
Ciñen su blanca cabeza,
Cual límpida lana,
Muchas diademas de oro;
Y estaba en su muslo
Inscrito este nombre:
«Rey de reyes y Señor de señores».
Caed sobre nosotros, cumbres y peñas,
Aberturas del mundo, ¡escondednos ya!
Porque en Ira se ha levantado:
¿Quién podrá contenerlo?
Javier Rivas Martínez.