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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 26 de mayo de 2008

LOBOS Y HIENAS DEL CARISMATISMO PENTECOSTALISTA

Cuando guardamos silencio frente a actos de explotación y abusos espirituales nos hacemos culpables y cómplices de los mismos. Jesús se enfrentó a la hipocresía de su época y denunció la falsedad de los fariseos, al proclamar su verdad (Mateo cap. 23). Ser tolerante con el religioso corrupto es una afrenta a la Palabra, y una vergüenza para el evangelio. No debemos tolerar el abuso espiritual: “Cuando un líder usa una posición espiritual para controlar o dominar a otra persona; esto incluye el avasallamiento de los sentimientos y opiniones de las otras personas, sin considerar lo que pasará con el estado del bienestar de vida, emociones o crecimiento espiritual de esa persona” incurre en un flagrante pecado.

(1) Es deber de todo cristiano confrontar y analizar lo que cualquier pastor o apóstol enseñe, para ello tenemos la Palabra.

El juzgar lo que se enseña es parte del ser pensante, es un deber. No todo lo que se dice tiene que aceptarse, para ello está la doctrina de los apóstoles. El mismo San Pablo nos habla de aquellos que pervierten el evangelio y proclaman cosas que no son acorde con las enseñanzas de Jesucristo, por lo que debemos rechazarlo. Según Gálatas 1: 6-10, está claro sobre cómo debemos enfrentar lo que no proviene de Dios, y afirma que ni aun debemos aceptar aquello que procede de un ángel del cielo si lo proclamado no se ciñe al fundamento bíblico. San Pablo confrontó a San Pedro cuando erró en su actitud hacia los gentiles (Gálatas 2: 14), y cuando en la Iglesia surgió la disputa sobre si los gentiles, al aceptar a Cristo, debían circuncidarse y aceptar las costumbres del judaísmo, se convocó un concilio, y entre todos buscaron el consenso y la revelación del Espíritu, llegando por último a una conclusión (Hechos 15: 28-29), pero todo se hizo en equipo, lo que no da lugar a una autoridad dogmática y absolutista. Debemos “Hablar verdad cada uno con su prójimo” (Efesios 4:25) y si un hermano peca contra ti o contra la doctrina: “ve y repréndelo tú y él solo; si te oyere, has ganado a tu hermano” (Marcos 18:15). El apóstol Juan es mucho más exigente, al escribir en su segunda epístola una radical posición: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios, el que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esa doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras” (2 Juan 9- 11). Noten que afirma que decirle “bienvenido”, sabiendo que anda mal, lo hace a uno participante de sus malas obras. Esto no excluye a nadie, porque todos somos iguales delante del Señor, y no existe en la Biblia un grupo privilegiado, exento de las demandas dadas por el Señor a sus seguidores.

2. EL DERECHO A JUZGAR

Todos debemos ejercer nuestra capacidad de juzgar según dos parámetros existentes: 1- La Palabra revelada. 2- El discernimiento espiritual y natural. Cuando San Pablo llegó a Berea, huyendo de la intransigencia de los judíos de Tesalónica, entró en la sinagoga y anunció a los allí congregados el evangelio de Jesús conforme a las profecías del A.T. y los allí presentes ejercieron el derecho a juzgar, porque: “Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11-12) Noten que no aceptaron fácilmente lo que el apóstol predicó sin primero verificar si lo dicho era veraz conforme a las Escrituras. ¿No es este un criterio analítico que nos lleva a juzgar lo que se nos dice? Algunos manipulan los textos y se basan en aquel que dice: “no juzguéis para no ser juzgados” (Lucas 6: 37) para así prohibir cualquier señalamiento a errores o actuaciones incorrectas en la enseñanza. Es necesario aclarar que este texto no prohíbe, de forma absoluta, el emitir juicios en el área doctrinal o de conducta moral, sino que se refiere a difundir juicios injustos, precipitados y hacer del juzgar una forma arbitraria para calumniar, o un vicio para criticar o condenar a alguien sin evidencias (2), por envidia y sin tener una vida acorde con lo que juzgo. En Juan 7: 24 el Señor nos autoriza a juzgar pero establece cierta regla para hacerlo: “No juzguéis según la apariencia, sino juzgad con justo juicio”. Noten que el juicio debe ser justo, lo que implica que al hacerlo, debemos tener evidencias de hecho, y no por el simple “don de sospecha”, algo común entre algunos cristianos y lo cual nos lleva a levantar calumnias. Si el predicador proclama una enseñanza que no tiene el respaldo de la Palabra, debemos desecharlo porque el “espiritual juzga todas las cosas” (1 Corintios 2:15). En tal caso es un deber señalar los errores de tal predicador.

3. LA CONDUCTA MORAL Y ETICA DEL MINISTRO DE DIOS

Respecto a la conducta moral del ministro, la Palabra indica cómo deben ser sus actuaciones (1 Timoteo 3:1-7). Si no vive dentro de las normas éticas y morales dadas, debe ser descalificado y catalogado como incrédulo y farsante. En Filipenses 3: 2 se mencionan tres conductas inmorales dentro del ministerio: a) Los perros: se refiere a aquellos que van detrás de quien mejor les pague, como el perro, que va detrás de aquel que lo alimenta. El comentarista dice que es una “metáfora para designar a los “inicuos”, a los “sin ley”, ellos que tanto se aferraban a ley, como para querer imponerla a todos los gentiles” (3). En el sentido original griego kuon: “es un término metafórico (Filipenses 3.2; Apocalipsis 22.15), de aquellos cuya impureza moral los excluirá de la nueva Jerusalén. Los judíos utilizaban este término para designar a los gentiles, con la idea de impureza ceremonial. Entre los griegos se trataba se un calificativo denotando impudicia. El término latino “canis” y el castellano “can” están relacionados etimológicamente con kuon” (4).Lo que deja ver que hay señalamientos claros a los que actúan de forma inmoral dentro del ministerio. b) Malos obreros: Como bien dice el término, los que en su proceder no actúan correctamente. Según se afirma, “no son los que trabajan poco, sino lo que trabajan para el mal” (5) c) Mutiladores del cuerpo: El sentido de mutilar es cortar, desmembrar. Tiene que ver con la acción de descuartizar. En el griego se usa el término “peritomé” que significa “corte en derredor” y es el mismo vocablo que se usa para la circuncisión. El apóstol Pablo juega con la palabra cambiándola por “katatomé” que tiene el sentido de un corte total (6). Este principio establece una sentencia condenatoria a aquellos que causan división en la iglesia, por lo cual Pablo le dice a Tito que “Al hombre que cause división, después de una y otra amonestación, deséchalo” (Tito 3:10). En muchas partes del N.T. se nos advierte constantemente del peligro de los impostores: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo” (2 Corintios 12:13). La misma enseñanza nos autoriza a juzgar entre los hermanos aquello que no esté de acuerdo con las enseñanzas apostólicas y las buenas costumbres (1 Corintios 6: 5). Hemos visto como el Apóstol Pablo ejerció su autoridad y condenó a un miembro de la Iglesia de Corinto (no sabemos si era líder o simple miembro), entregándolo a Satanás, para estar ausente de la congregación, pues el tal hermano estaba en fornicación con la mujer de su padre (1 Corintios 5:1-5). En sus consejos a Tito, le recomienda que si alguno actúa causando división lo deseche, y también se amoneste a aquellos que tomando el evangelio como un “modus vivendi”, no obedezcan lo ordenado, queriendo vivir de los demás, sin trabajar en nada, a los cuales manda que los señalemos, para no juntarnos con ellos (ver 2 Tesalonicenses 3: 14). También Pablo declara que él mismo, siendo apóstol, no fue gravoso a nadie, y con sus manos trabajó cuando fue necesario, lo que dignifica el ministerio. Tal posición contra los explotadores de la fe está clara en las enseñanzas bíblicas (1 Corintios 4:12, 2 Corintios 11: 9 Hechos 20: 34).

4. LA ARROGANCIA DE LOS APOSTOLES

Hoy en día, los apóstoles modernos presumen de ser excelentes, visten lujosamente, andan en limosinas, poseen guardaespaldas, entran por la puerta de atrás y comen impúdicamente, hospedándose en hoteles de lujo, buscando las adulación y el reconocimiento (*). Estos lustrosos profetas y apóstoles, como les llama Jeremías 5: 28, son: “…Manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”. Judas 12-13 (*) En un reportaje de la NBC emitido en el programa DATELINE, se investigó a Benny Hinn y sus finanzas. En una de sus giras por Rusia, se hospedó de pasada en un hotel de Milán (Italia), pagando 10.800 dólares USA por una simple noche. Todo el reportaje revela la corrupción y el derroche de este predicador de la prosperidad. Pero lo más grave de todo es la forma en que contaminan la Palabra, introduciendo enseñanzas antibíblicas y gnósticas basadas, muchas de ellas, en sus propias revelaciones o visiones con las cuales presentan una perspectiva tal, que parece que sólo ellos tienen la revelación divina y línea directa con Dios de carácter privado. Ejecutan prácticas avasalladoras, las cuales debemos analizar a fondo, pues rompen con la humildad, sencillez, mansedumbre y doctrina enseñada por el mismo Jesús. “El mismo diablo es el protagonista principal y maestro de la arrogancia, y muchas veces la oculta con una mascarada de falso amor y bondad, así como hacen sus ministros, los cuales se disfrazan como ministros de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras” Es común escuchar de parte de los tales apóstoles y profetas que afirman: -Debemos darle tanta cantidad de dinero al siervo de Dios. -Dios le manda a la iglesia que le compren al pastor un auto de lujo. -Debemos darle al apóstol todos los diezmos como enseña la Palabra. -Que si no bendices (con dádivas) al siervo no serás prosperado. Cierta vez un predicador de la prosperidad afirmó públicamente que si ¡no obtenía un millón de dólares en seis meses el Señor lo iba a matar! En otra ocasión me contó una hermana que la visitó un “apóstol fraudulento” a su negocio y le dijo: -Hermana, el Espíritu Santo me envió para bendecir su negocio, pero me dijo el Señor que debe darme los diezmos de sus ganancias a fin de que sea prosperada en todo como enseña la Palabra-. Todas estas técnicas son contrarias al principio apostólico, por lo cual se evidencia que tales obreros son fraudulentos como enseña la Palabra. “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-15)

Dios les bendiga,
Josué

LOS INFANTES DE LA WATCHTOWER

No voy a encarar el tema de los niños y la watchtower por el lado de los cumpleaños o de las fiestas “paganas”. Si bien es verdad que la no participación de estas costumbres muchas veces entristece a los niños considero que hay cosas que afectan más profundamente y directamente en la psicología del niño Testigo de Jehová.


Los niños y el armagedón:

Los niños (0 a 6 años) emocionalmente no conciben la idea de la muerte en su cabeza con el significado real, para ellos todo es eterno, lo que se rompe se arregla y lo que se pierde se encuentra. Para ellos la muerte es un fenómeno pasajero y reversible. Sus juegos de hecho, traducen este concepto. El soldadito de plástico que ha muerto por un disparo “revive” súbitamente, en perfecto estado de salud, o la muñeca “muerta” es tocada por una varita mágica que la hace renacer, para dar algunos ejemplos.
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A veces los niños al ver un animal muerto se pueden preguntar si puede sucederle “eso” a él o a algún familiar. Hay que impulsarle a preguntar sobre ello y la mejor respuesta ante eso es: “las personas nos morimos cuando somos muy muy muy muy viejos” Insistir en el muy es relevante, porque implica que la mayoría de seres vivos gozan de larga vida y llegan a la vejez satisfechos. En su orden del mundo mental, esto tiene que quedar claro para vivir tranquilo y que se desarrolle psicológicamente bien.

¿Qué pasa con los niños criados dentro de la Watchtower?

El niño” mama” de la congregación las siguientes palabras: “destrucción, inicuos, mundo, Armagedón, muerte, guerra de dios, muertos, etc”. En su cabeza se grava todo esto mediante discursos, estudio de familia, ilustraciones, DVDs etc.. Creen que hay algo que los matará a todos y que viene pronto. Si bien uno puede enseñarle que vendrá el paraíso y omitir el tema de la muerte masiva, todo el material de la Wachtower no se filtra para los niños. Esto le genera un estado, de ansiedad y tristeza, de que nada es para siempre, de que en cualquier momento todo va a cambiar y mucha gente morirá. Esto es en el caso de los niños muy chiquitos. ¿Se imagina estimado lector el daño que hace esa sola idea?

Recuerdo personalmente que a mí me afligía mucho la idea de que Armagedón matara a mis amigos de la niñez. Me daba mucha pena que mis primos muriesen por ejemplo. Esa era mi tristeza porque era lo que yo recibía como verdad absoluta. Y como todos sabemos, para los hijos la palabra de sus padres “es santa”. Yo lo aceptaba y trataba de resignarme rogando que Armagedón no viniese todavía.

Ni hablemos cuando uno de los padres no es Testigo de Jehová. El niño piensa y cree que su padre o madre será destruida en Armagedón porque éste o ésta no es Testigo de Jehová. Juro que se le enseña eso. No hace falta ser psicólogo para pensar en el grandísimo daño que le hace eso a una criatura que siente “terror” de perder a uno de sus padres.

Los niños y las amistades:

El niño precisa estrechar amistades, jugar mucho, pertenecer a un grupo de amigos, tener esa camaradería que los hará crecer emocionalmente. Sin embargo, el círculo de amigos del niño TJ se hace estrecho, ya que su contacto social se limita al grupo o congregación solamente. Los padres Testigos de Jehová normalmente no quieren que sus hijos se junten o jueguen con niños “mundanos”. Este ocasiona que el chico vea con malos ojos a los niños no TJ. Dependiendo del niño puede volverse retraído o temeroso. Al niño testigo le cuesta cada vez más enfrentar reuniones grupales o actividades “extracurriculares”, por el simple hecho de que recibe una visión condicionada de la gente no TJ. El niño siente que no pertenece a ningún grupo, se siente solo o diferente frente a otros niños que no son de su religión. No pertenece a ningún grupo, salvo en la congregación. Solo Dios sabe el gran daño que ocasiona cortar el contacto social de los niños.

Los niños y la recreación:

Todos los niños precisan jugar y crecer como “niños”. El juego además de estimular su mente, estrecha los vínculos con sus padres y les brinda un sentido de protección y felicidad. Lamentablemente los niños TJ a veces se crían casi como adultos, tienen muy poca recreación ya que la vida como TJ obliga a toda la familia a estar ocupada todo el tiempo. Es por eso que muchas veces encontramos niños TJ que parecen androides de otro planeta, se le ha mutilado su niñez. Los padres exigen que el niño se comporte como ellos y que disfrute de las mismas actividades que ellos. Si el padre no tiene un poco de sentido común y es un Testigo de Jehová aplicado o fanático puede hacer un gran daño.

Estimado lector, si usted es Testigo de Jehová piense en sus hijos y en como repercutirá su estilo de vida sobre él. Piense de paso también como está repercutiendo las doctrinas de la Watchtower sobre su propia vida. ¿Es realmente feliz? ¿Tiene contradicciones su conciencia? Quizá haya algo que pueda hacer, solo reflexione.

Abrazo!W.B.

¿ESTÁ SEGURO EN SU LUGAR?

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


“Hay camino que al hombre parece derecho; empero su fin son caminos de muerte” (Prov.14:12)

¿Realmente todos los caminos conducen a Roma?

¿Cuántas veces hemos escuchado a gente decir que todos los caminos conducen a Dios, con tal que uno los ande con sinceridad y rectitud? Pareciera que lo importante es la sinceridad y no las formas y las creencias…simplemente sé sincero y adora a tu Dios, como quieras llamarlo, o creerlo, y serás salvo. ¿Pero es realmente posible aceptar este criterio muy popular y aparentemente válido y sensato? Bueno, si nos basamos en lo que dicen las Escrituras (La Biblia), la respuesta es un absoluto NO. Y es que la verdad es una. Por ejemplo, si la pared de mi casa es crema, entonces no puede ser verde, marrón, café, beige, o cualquier otro color diferente. A usted le puede gustar el color verde y no el beige, pero no puede decir que la pared de mi casa es verde…verde no es igual a beige. La verdad, por tanto, es una también en este caso. Si Dios es UNO, entonces no puede ser DOS, TRES, O UN MILLÓN DE DEIDADES. Deuteronomio 6:4 dice que Dios es UNO, y UNO no admite dos, tres o más dioses. Así que partiendo de este principio, cualquier religión que enseñe una pluralidad de deidades no es verdadera. Esto es así, lógicamente, bajo la lupa de la Biblia. Así que si uno es un cristiano genuino, no puede decir que todas las religiones son buenas, con tal que se las practique con fervor y honestidad. ¡Esto, simplemente, no tiene sentido!
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El único camino que conduce a la eternidad con Dios

Jesucristo fue exclusivo y excluyente, pues fue enfático al decir: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Ahora bien, ¿diría Cristo que todos los caminos son iguales con tal que se transiten con sinceridad y fervor? ¡De ningún modo! El no creyó que la verdad pudiese estar repartida en tantas diferentes ideas, criterios, y pensamientos de los hombres. Su verdad era única, y de hecho él era la verdad encarnada…la única verdad que puede iluminar al hombre para que éste pueda llegar a conocer al único Dios verdadero que es el Padre celestial (Juan 17:3). Esta terminante declaración de Cristo nos hace sentir que no podemos engañar a la gente diciéndole, “anda, sigue con tu fe, cualquiera que ésta sea, con tal que seas honesto y fervoroso en ella”. Esto sería una gran irresponsabilidad y un serio pecado de nuestra parte si en verdad nos consideramos cristianos auténticos. Sin embargo, usted puede encontrarse con muchos que profesan supuestamente la fe cristiana que se reúnen simultáneamente con grupos que poco o nada tienen de cristiano, pero sí mucho de pagano. Sé de muchos que son católicos romanos, y aun protestantes, que profesan admiración por las ideas del Dalai Lama, de Buda, de Confucio, de la Nueva Era, de la cientología, etc. ¡Increíble! En realidad no sé qué puede significar para tales individuos su fe “cristiana”.

Con toda razón, pues, yo me sentía pasmado cuando veía al Papa Juan Pablo II abrazando a los representantes de otras religiones, y sentándose con ellos y hasta besando sus libros sagrados. Realmente todo un escándalo!
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Tolerancia a todas las religiones, pero…

Es necesario que el cristiano mantenga una posición sensata frente a las demás religiones. No es posible que en el nombre de la religión se esté matando a la gente. Da vergüenza escuchar que aún existen conflictos bélicos entre “cristianos” y musulmanes, y también de otras religiones, en algunas regiones de nuestro planeta. El hecho de que haya otros que no compartan nuestra fe no es motivo para que los asesinemos. Sin embargo, debemos ser claros en nuestra postura cristiana, y no permitir la entrada de criterios religiosos foráneos que puedan adulterar nuestra prístina fe, en una suerte de “sincretismo cristiano”, y apartar así a la gente del único camino que conduce a la vida eterna, que es Cristo, nuestro Señor.

Hoy vemos un apartamiento del camino antiguo y angosto que es seguro y firme por otros más amplios y cómodos, pero de tierra y arena, y que no conducen a ningún sitio sino a un abismo de tinieblas. Jesús habló de dos caminos, y él fue claro al decirnos que el camino angosto, el camino difícil, el camino que requiere nuestro equilibrio y nuestra sobriedad para poder transitarlo con seguridad, es el que nos lleva a la vida eterna…¡no es el cómodo y ancho como muchos suponen!
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También vemos esa misma desviación en el protestantismo de hoy, cuando evangélicos que antes eran abiertamente opuestos a los dogmas y prácticas católico-romanas, hoy son copartícipes con ellos de sus desvíos. Hoy se cree que uno puede salvarse siendo un buen Testigo de Jehová, un buen Mormón, un buen Pentecostal, un buen Adventista, un buen Opus Deiano, un buen Católico, un buen Luterano, un buen Anglicano, un buen Metodista, etc, etc, cuando en realidad no todos están de acuerdo en sus prácticas y doctrinas por la rivalidad y desunión que existen entre ellos. Pero como dije antes, nuestro salvador es Jesucristo, no una denominación en particular. Uno no necesita ser miembro de una organización religiosa para sentirse a salvo. Jesús no vino a formar un imperio religioso, con sedes centrales, y representantes superiores y sacrosantos. Su iglesia fue tan sencilla y humilde como lo fue él durante su permanencia en la tierra. El dijo que donde hubiese dos o más personas reunidas en su nombre, él estaría en medio de ellas. Así que mi casa, tu casa, y la casa de tu amigo, puede ser una pequeñita iglesia en donde Cristo participa e imparte bendición.

Una actitud sabia para la unidad

Así que Cristo es nuestro Señor y guía, y él, a través de Su Palabra, nos instruye sobre lo que debemos creer y hacer para ser aprobados por Su Padre. Ahora bien, es cierto que la libertad que todos tenemos en Cristo nos permite escudriñar las Escrituras sin los dictados de nadie, aunque claro, se requiere más que buenas intenciones para entenderla cabalmente. No todos sabemos Griego, Hebreo, Arameo y las figuras de dicción de la Biblia, carencias éstas que nos pueden inducir a una mala interpretación de las Escrituras. Así que podemos estar abiertos a los eruditos y escuchar lo que nos tienen que decir, pero sin coerción ni dogmatismos. Tenemos que investigarlo todo y retener lo bueno o lo que es evidentemente claro e indiscutible. Lo difícil lo podemos dejar para otra ocasión y no tratar de ahondar sobre cosas que los indoctos tuercen. Y como Pablo bien lo dijo, “conocemos en parte…pero cuando venga lo perfecto, lo que es en parte cesará” (1 Cor. 13:9,10). Desgraciadamente las iglesias se han apartado unas de las otras, y han inventado logos distintivos, y han escrito sus catecismos, sus dogmas de fe, y han elaborado ritos y prácticas que no se encuentran por ningún lado en las Escrituras. Esto es un problema que ahonda más las diferencias entre las iglesias, cuando en realidad en el primer siglo los cristianos sólo conocían las prácticas de la comunión, el bautismo, la confraternidad, las oraciones, el ayuno…y todo esto realizado sencillamente pero con suma solemnidad.

La Involución de la Iglesia en este siglo XXI

En este siglo XXI la iglesia ha involucionado y se ha convertido en una empresa familiar, donde el esposo es el pastor, y la esposa, la co-pastora. Ahora la iglesia se llama “Pedro y Juanita Gonzáles Ministries” o “John & Judy Myers Ministries” que están volviendo millonarios a sus pastores con el cuento de la “semilla”. Estas iglesias, aunque se llamen “cristianas”, no están siguiendo el camino trazado por Cristo, que es el camino difícil, el camino angosto, el camino del sufrimiento, de las carencias, de las persecuciones, del oprobio, de la burla, y mil cosas más. Hoy, las casas-iglesias han dado paso a las multimillonarias mega iglesias, las cuales han convertido el camino angosto de Cristo en un camino de confort y de placeres, de la buena música, de los eminentes oradores que ofrecen la prosperidad automática para todos para esta vida presente… es, sin duda, el camino del cristianismo fácil y práctico, sin mayores demandas que ser fieles a los diezmos y ofrendas “para el avance del evangelio”. La tarea de predicación recae ahora en sus líderes, y son ellos los llamados a predicar y a administrar “la hacienda” de Dios…mientras que la gran masa de “creyentes” sólo tiene que abrir sus bocas para recibir sus alimentos espirituales de parte de los intocables y sacrosantos “ungidos”. ¡No amigos, no todos los caminos conducen al reino de Dios!

No queda otra cosa que volver al modelo de la Iglesia Primitiva

Si queremos saber cómo debe ser la iglesia según los estándares del Señor, tenemos que examinar cómo vivieron los cristianos del siglo I en el NT. Esto, claro está, no significa regresar a la época de la carreta. Muchos Testigos de Jehová llegan al extremo de decir que ellos son la única iglesia verdadera, porque según la Biblia, los primeros cristianos predicaron casa por casa, y ninguna iglesia hace esto hoy, sino sólo ellos. Esta lógica es extrema y ridícula, porque en primer lugar, los mormones también predican de casa en casa, y esto no los hace auténticos cristianos por las razones que todos conocemos bien. No podemos llegar a extremos, porque de hacerlo, no podríamos vivir en la comodidad del siglo XXI alegando que los cristianos del primer siglo carecieron de ella. Pero creo que podemos recuperar algunos aspectos de la vida y prácticas de los cristianos del siglo I, como es su culto de adoración, sus expectativas futuras, su posición frente al estado o el gobierno, su discernimiento frente a las herejías que hasta hoy perduran, sus prácticas de caridad y de solidaridad, y cosas como éstas.

Finalmente, la satisfacción no es garantía de seguridad

Así que si usted cree que está agradando a Dios simplemente porque se siente bien en su religión, usted puede estar cavando su propia sepultura. Me acuerdo de un señor que me decía que cada vez que fumaba su cigarrillo se sentía muy bien y relajado, pero después se dio cuenta, ya tarde, que ese relax temporal que le brindaba el cigarrillo finalmente lo mataría en 3 meses, al diagnosticarle el doctor un cáncer terminal en el pulmón.

Amigo, uno puede sentirse bien en su religión, pero uno debe preguntarse seriamente qué es lo que le hace a uno sentirse bien en ella. Algunos dicen que van a la iglesia porque se sienten bien escuchando un buen sermón, o porque hay buenas alabanzas, o porque hay muy buenos amigos y amigas, y potenciales socios. Otros van a su iglesia porque es nueva, grande, con asientos cómodos y acolchados, pastores o clérigos simpáticos; o porque allí asiste su novia o su potencial enamorada, o porque asiste lo mejorcito de la sociedad. Sin embargo, una buena y muy válida razón para asistir a la iglesia es para edificarse mutuamente a la fe y a las buenas obras, como dijera Pablo (Heb. 10:24). Si es esta la razón que nos hace sentir bien en nuestra iglesia, entonces la cosa cambia. Yo me siento contento en mi iglesia porque me edifica y edifico a otros en la fe y en las buenas obras. ¿Pero cuántos pueden afirmar esto de todo corazón? ¿Se apresta usted a asistir a su iglesia favorita simplemente porque tocará allí su grupo “rockero cristiano” favorito?, ¿o tal vez porque predicara el guapo pastor soltero de ojos azules? ¡¡¡Piénselo por un rato!!!

Recuerde, “Hay camino que al hombre parece derecho; empero su fin son caminos de muerte” (Prov. 14:12). Esta admonición debería ser suficiente para hacernos poner en tela de juicio nuestros subjetivos sentimientos de satisfacción y contentamiento para determinar si algo es bueno o malo. No nos engañemos: nuestros sentimientos y pensamientos muchas veces pueden no ser los de Dios y de Su Hijo. Usted debe asegurarse si lo que cree, siente, o piensa está de acuerdo con Dios. Recuerde siempre lo que dice Jeremías: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer.17:9)

Dice Pablo: “Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).