Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 19 de octubre de 2009

IDEAS RACISTAS DE ELENA WHITE

El video lo puede ver en:

http://www.youtube.com/user/exsacerdote

CRISTO Y LA LEY JUDAICA


Ante todo, la libertad en relación a la ley. Sabemos que la ley religiosa era la institución fundamental del pueblo judío. Este pueblo era, en efecto, el pueblo de la ley. Y su religión, la religión de la ley. De tal manera que la observancia de dicha ley se consideraba como la mediación esencial en la relación del hombre con Dios. Por eso violar la ley era la cosa más grave que podía hacer un judío. Hasta el punto de que una violación importante de la ley llevaba consigo la pena de muerte.

Pues bien, estando así las cosas, el comportamiento de Jesús con relación a la ley se puede resumir en los siguientes cuatro puntos:

1) Jesús quebrantó la ley religiosa de su pueblo repetidas veces: al tocar a los leprosos (Mc 1,41 par), al curar intencionadamente en sábado (Mc 3,1-5 par; Lc 13,10-17; 14,1-6), al tocar los cadáveres (Mc 5,41 par; Lc 7,14).

2) Jesús permitió que su comunidad de discípulos quebrantase la ley religiosa y defendió a sus discípulos cuando se comportaron de esa manera: al comer con pecadores y descreídos (Mc 2,15 par), al no practicar el ayuno en los días fijados en la ley (Mc 2,18 par), al hacer lo que estaba expresamente prohibido en sábado (Mc 2,23 par), al no observar las leyes sobre la pureza ritual (Mc 7,11-23 par).

3) Jesús anuló la ley religiosa, es decir, la dejó sin efecto y, lo que es más importante, hizo que la violación de la ley produjera el efecto contrario, por ejemplo al tocar a los leprosos, enfermos y cadáveres. Es llamativo, en este sentido, la utilización del verbo "tocar" en los evangelios (Mc 1,41 par; Mt 8,15; 14,36; Mc 3,10; 6,56; Lc 6,19; Mt 20,34; Mc 8,22; 7,33; 5,27.28.30.32 par; Lc 8, 47). Las curaciones que hace Jesús se producen "tocando". Ahora bien, en todos estos casos, en lugar de producirse la impureza que preveía la ley (cf. Lev 13,15; 2Re 7,3; Núm 19,11-14; 2Re 23,11s), lo que sucede es que el contacto con Jesús produce salud, vida y salvación.

4) Jesús corrigió la ley e incluso se pronunció expresamente en contra de ella en más de una ocasión: al declarar puros todos los alimentos (Mc 7,19) y cuando anuló de manera terminante la legislación de Moisés sobre el privilegio que tenía el varón para separarse de la mujer (Mc 10,9 par).

Como se ve, la lista de hechos contra la ley resulta impresionante. Pero todavía, sobre estos hechos, hay que advertir dos cosas. En primer lugar, en la religión judía del tiempo de Jesús había dos clases de ley: por una parte estaba la torá, que era la ley escrita, es decir, la ley que propiamente había sido dada por Dios; por otra parte, estaba la hallachach, que era la interpretación oral que los letrados (escribas y teólogos de aquel tiempo) daban de la torá. Pues bien, estando así las cosas, es importante saber que Jesús no sólo quebrantó la hallachach, sino incluso la misma torá, es decir, la ley religiosa en su sentido más fuerte, la ley dada por Dios.

Así cuando Jesús toca al leproso, se opone directamente a lo mandado por Dios en la ley de Moisés (Lev 5,3; 13,45-46); cuando permite que sus discípulos arranquen espigas en sábado y justifica esa conducta, se opone igualmente a la ley mosaica (Ex 31, 12-17); 34,21; 35,2). Lo mismo hay que decir cuando vemos que toca a los enfermos (contra Lev 13,15) y sobre todo a los cadáveres (contra Núm 19, 11-14); más claramente aún cuando declara puros todos los alimentos (contra Lev 11, 25-47; Dt 14,1-21) y expresamente contradice a Moisés cuando anula la legislación sobre el divorcio (Dt 24,1). En todos estos casos, Jesús se pronuncia y actúa contra la ley en su sentido más fuerte, llegando a afirmar algo que para la mentalidad judía era asombroso y escandaloso: que no es el hombre para la ley, sino que la ley está sometida al hombre, porque "el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado: así que el hombre es señor también del sábado" (Mc 2,28 par).

Por otra parte, en todo este asunto hay que tener en cuenta que estos actos contra la ley llevaban consigo, muchas veces, la pena de muerte. El caso más claro, en este sentido, es la violación del sábado. El evangelio de Marcos nos cuenta, a este respecto, cómo la primera violación se produce al arrancar espigas en sábado (Mc 2,23-28). Y entonces Jesús es advertido públicamente de su delito (Mc 2,24). Pues bien, a renglón seguido, Jesús vuelve a reincidir y de manera pública y provocadora, en la misma sinagoga, al curar al hombre de brazo atrofiado (Mc 3,1-6 par). De ahí que el evangelio termina el relato diciendo: "Nada más salir de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con Jesús" (Mc 3,6).

Jesús ya estaba sentenciando a muerte. Es decir, Jesús ya se había jugado la vida, precisamente por mostrarse soberanamente libre frente a la ley. Además, por si todo esto fuera poco, hay que tener en cuenta que Jesús curaba a la gente preferentemente en sábado. Así se desprende claramente del relato del evangelio de Lucas. Cuando Jesús cura en sábado a una mujer encorvada, el jefe de la sinagoga, indignado por aquella violencia de la ley, le dijo a la gente: "Hay seis días de trabajo; vengan esos días para que los curen, y no los sábados" (Lc 13,14). Esto quiere decir que la gente acudía a ser curada por Jesús precisamente los sábados, cuando eso esta estrictamente prohibido. Su comportamiento, en este sentido, es claramente provocador. Y lo hace así por una razón muy sencilla: porque de esa manera demuestra su absoluta libertad frente a una ley que era esclavizante para el hombre, en cuanto que recortaba su libertad en muchos aspectos.

La libertad de Jesús frente a la ley contiene para nosotros una enseñanza fundamental: el bien del hombre está antes que toda ley positiva. De tal manera que ese bien del hombre tiene que ser la medida de nuestra libertad. Así fue para Jesús. Y así tiene que ser también para todos los que creemos en él

40 PREGUNTAS AL ADVENTISMO DEL SEPTIMO DIA


El contendor por la fe
Fuente:http://www.geocities.com/alfil2_1999/sabado.html
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¿Por qué guardan ustedes un solo sábado? El séptimo año y también el año de jubileo eran sábados. (Levítico 25:1-22). ¿Por qué guardan uno y dejan de guardar los otros?
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¿Por qué basan tanto de su religión en el día del sábado, cuando sabemos que el Señor enseñó que tanto la ley como los profetas se basan en el amor y no en guardar la ley? Comp. Mateo 22:34-40 con Romanos 13:8-10).
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¿Cómo es que encienden fuego en el séptimo día, a pesar de que esto estaba prohibido en la ley levítica? (Éxodo 35:3). Al hacerlo, ustedes quebrantan la ley del sábado.
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Díganos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, que algún gentil guardase los Diez Mandamientos. Bastarán sólo el capítulo y el versículo.
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¿Pueden darnos un pasaje bíblico donde se mande a los gentiles a observar el sábado según la ley? Otra vez, simplemente queremos ver el capítulo y el versículo.
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Dicen que el sábado se guardaba antes de darse la ley a Moisés. La ley de la circuncisión también fue dada a Moisés. (Génesis 17:10). Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo que éste es uno de los mandamientos claros de de la ley? De nuevo preguntamos: ¿Por qué uno sí y el otro no?
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El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3:19 que la ley fue dada a causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que la parte de la ley que se refiere al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas no concuerda con los hechos?
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¿Por qué será que, en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas Noé, Abraham, y otros no se hace ni una sola referencia al deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado sino cuando habían pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia al deber de guardar el sábado muchas veces antes del capítulo 16 de Éxodo?
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¿Dónde dicen las Escrituras que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de que el pueblo de Israel fuese redimido de la esclavitud en Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2:1-3, pues allí no hay mandamiento.
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Si el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Adán fue creado el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado por cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. “El sábado de Adán fue un sábado del segundo día”.
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¿No han leído Nehemías 9:12-14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Viendo que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?
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¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: “Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”. (Éxodo 31: 16, 17). No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20:10-12.
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La ley dice: “El día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno morirá”. (Éxodo 35:2; 31:14). Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley que manda matar a los que trabajan en el día sábado?
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¿Por qué comen lo que ha sido preparado con un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? (Éxodo 35:1-3, 16:23-30).
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¿Por qué no cumplen con la ley ofreciendo sacrificios cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado, según Números 28:9, 10, pero ustedes no respetan la ordenanza.
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Si los mandamientos o la ley quiere decir los Diez Mandamientos, y nada más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22:35-40, Él citó uno del libro de Levítico y otro en Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si el adventismo está en lo correcto, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.
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El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letras grabadas en piedra. (2 Corintios 3:1-18; Éxodo 20:1-17; 31:18; 32:15, 16; 34:1-28). Nos dice que había de perecer. (2 Corintios 3:7-11). ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?
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En Gálatas 3:19, leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, dejando así claro que la ley no sería perpetua, sino que serviría por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley. (Gálatas 3:13). De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. (Nótense también Romanos 7:1-6). ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?
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Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? (Hechos 15:1-29).
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Si los cristianos deben guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19:16-22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas la supuesta importancia de guardar el sábado?
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En los capítulos 2 y tres de Apocalipsis se encuentran siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les habrían recordado su deber de guardar el sábado?
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Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los “padres” de la Iglesia, que escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?
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¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo día al primero? Hay plena prueba histórica de que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de que hubiese papa alguno.
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Si debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es que los apóstoles y los cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como la cena del Señor, el primer día en vez del séptimo?
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¿Y cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no ha habido errores en los cálculos dsde el día en que Dios descansó? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en el año 46 A. C., cuando se convino en que el año tuviera sólo 345 días, para corregir los errores que se habían acumulado. Se debe pensar también en la ley del año 1751, hecha “para corregir el calendario”, y que ordenó quitar 11 días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones, ¿están ustedes seguros de que saben contar los días desde la creación?
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¿Han leído Colosenses 2:14-17 acerca del acta de los decretos o la cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio, y clavada en la cruz?
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En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo, vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés, entre ellas la observancia del sábado, no son más que una sombra de lo por venir: El cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es asir una sombra.
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¿Han leído en Romanos 14:5, 6 que unos hacen diferencia entre día y día, pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: “Cada uno esté asegurado en su propio ánimo”. ¿Por qué no insiste el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para santificarlo?
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El tema principal del adventismo es guardar la ley, especialmente la ley del sábado. Ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que cincuenta veces se hace mención de predicar el evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo, y ocho veces de predicar el reino. Ni una sola vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?
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En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces. [El escrito se basa en la traducción Reina-Valera de 1909, que se emplea corrientemente en las congregaciones adventistas]. Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2:16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, quieren hacernos entender que tiene otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2:16, 17 echan por tierra sus argumentos en cuanto a que los cristianos deben guardar la ley?
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¿Saben ustedes que en Gálatas 3:32-25 se dice que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, venida la fe, ya no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.
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Hay una advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento del deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación, citando en cada caso el capítulo del Éxodo con su pasaje correspondiente en el Nuevo Testamento: 20:3 No tener dioses ajenos; Hechos 14:15. 20:4, 5. No hacerse imágenes; 1 Juan 5:21. 20:7 No tomar el nombre de Dios en vano; Santiago 5:12. 20:8 Guardar el sábado; ¡No hay! 20:12 Honrar a los padres; Efesios 6:1, 2. 20:13 No matar; Romanos 13:9. 20:14 No adulterar; Romanos 13:9; 1 Corintios 6:9. codiciar; Efesios 5:3. Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible que no se advierta de ello en todo el Nuevo Testamento, especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?
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El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3:10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?
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Dice Gálatas 5:4 que “vacíos son de Cristo” los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos “han caído de la gracia”.
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Se nos enseña en Romanos 7:4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.
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Los diez mandamientos “en letras grabadas en piedra” son un ministerio de muerte, según 2 Corintios 3:7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3:11. Pero, ¿no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan fuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista está errada.
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¿Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.
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Los diez mandamientos se repìten en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Acuérdate que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá …; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5:15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.
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Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. ¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y un versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace la distinción?
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Vamos ahora a Nehemías 8:1-3, 8:14, y 9:3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se intercambian las palabras indiferentemente por tratarse de un solo libro, una sola ley.

ADVENTISMO ERRADO


¿Guardar el sábado significa entrar en el reposo de Dios?
Jack Gent
Tomado de The Archives
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¿Se ha preguntado Ud. alguna vez cómo es que el sábado era una sombra de la realidad que habría de reemplazarlo, y que esa realidad era Cristo? Sé que tenía que ser así porque las Escrituras son muy claras sobre este punto. Sin embargo, a causa de la manera en que fui criado, me era difícil verlo.


Col. 2:16 — Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida o en cuanto a días de fiesta, luna nueva, o días de reposo. Estas son sombras de las cosas que habrían de venir; la realidad, sin embargo, se encuentra en Cristo.


No se podrían pronunciar palabras más claras, pero veamos si las Escrituras nos muestran cómo es esto.

Gén. 2:2,3 — Para el séptimo día, Dios había concluido la obra que había estado haciendo; así que en el séptimo día reposó de toda su obra. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra de la creación que había hecho.


¿Ve Ud. la diferencia entre la descripción del séptimo día y la descripción de los seis días anteriores? Después de cada uno de los seis días de la creación hay siempre esta afirmación que pone fin a cada uno de ellos: “Y fue la tarde y la mañana el cuarto cuarto,” por ejemplo. Esta afirmación fue omitida después de la descripción del séptimo día. Al séptimo día no se le asignó un punto de terminación. En el séptimo día, después de los seis días de la creación concluida, Dios reposó.


Adán y Eva entraron al reposo de Dios, en el cual habrían de disfrutar de una relación personal con su Creador, una relación que no terminaría nunca. El supremo amor a su Creador y el amor del uno por el otro era su mayor deleite. Se les dio un mandamiento — no comer del árbol del conocimiento del bien y el mal. El castigo por quebrantar este mandamiento era la muerte. Si honraban este mandamiento, este reposar en la presencia de Dios continuaría por la eternidad.

Luego vino el pecado por comer del fruto prohibido en violación de esta orden directa de Dios. Esto produjo la separación entre ellos y Dios, como el pecado siempre lo hace. El reposo de Dios terminó para ellos y fueron expulsados del jardín.


Dios tiene sólo una manera de traer al hombre de vuelta al reposo de Dios, y es a través de Cristo. Si el sábado fuera una sombra del reposo de Dios en Cristo, el hombre no podría ser introducido a este reposo sin el derramamiento de la sangre del cordero pascual, que apuntaba al grande y sacrificial Cordero de Dios. En consecuencia, el cordero fue muerto –la sangre de la Pascua es rociada –el Señor saca a su pueblo redimido –(puesto aparte y separado de losegipcios entre los cuales vivía) se cantó el cántico de redención (Éx. 15:1-18) –se dio el maná del cielo –(que representaba a Cristo).


Ver Juan 6:58 — “Éste [Él mismo]es el pan que bajó del cielo. Vuestros padres comieron maná y murieron, pero el que come de este pan vivirá para siempre.” Fue entonces, y sólo entonces, cuando el sábado se estableció expresamente.


“Esto es lo que el Señor ha dicho, ‘Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová.’ (Véase Éx. 16:22-30).


Como sombra del reposo en Cristo, dos cosas son absolutamente esenciales:


(1) Que sea dado consecutivo a la redención y por esa misma razón.


(2) Que sea dado solamente a aquéllos así redimidos, como marca o señal de su redención.


Éx. 19:4 — Vosotros [los israelitas] vísteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os traje a mí.


Aquí se habla de que ellos fueron redimidos de una vida de esclavitud en Egipto, para convertirse en una nación especial para Dios sobre todas las naciones. Fue a este pueblo redimido, y a él solamente, a quien se le dio la orden, “acuérdate de santificar el día sábado.”


Deut. 5:15 — Acuérdate que fuiste esclavo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.


¿Podría haber lenguaje más claro que éste? Que la sangre vertida por el cordero pascual los había separado de su servidumbre en Egipto y los había traído a Dios por tipo. Esta era la base para esta afirmación de Dios — “Por lo tanto el Señor tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.”


Por supuesto, tenemos prueba absoluta de que esta orden fue dada solamente a los israelitas en el tiempo de su permanencia en Sinaí, a partir de este texto:


Deut. 5:2-3 — El Señor nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb [Sinaí]. No con nuestros padres hizo el Señor este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.


Luego, desde los versículos 6-21, Moisés les lee los Diez Mandamientos. Nuevamente, esto es tan claro que cualquiera que dispute esto debe, por necesidad, continuar su disputa con el Señor. Si Dios hubiese anunciado, y les hubiese dado, su sábado a todos los hombres, esta maravillosa conexión con una redención plena no tendría ningún significado.


Neh. 9:9-14 — Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo, e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra …


Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir. [El los está redimiendo de su esclavitud en Egipto.]


Y les anunciaste tu santo sábado, y les diste mandamientos, decretos, y leyes por mano de tu siervo Moisés.


¡Cuán impresionante es este tipo! El verdadero “reposo de Dios” sólo puede ser conocido por aquéllos que han obtenido la redención a través de Su sangre, y el perdón de sus pecados. Estrictamente hablando, el sábado era una señal entre Dios y sus redimidos hijos de Israel.


Eze. 20:12 — Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.


Es fundamental que veamos que a ellos no se les ordenó que guardaran el sábado para ser santificados. Era una señal de que Él, por la muerte del cordero, los había santificado, es decir, los había separado de los egipcios para Sí mismo; y ellos habían de guardarlo como señal de que ellos habían sido separados para Dios. Es imposible decir que este reposo sabático fue dado a todo el mundo, y luego decir aquí, en muchos lugares, que era una señal de que ellos habrían de ser santificados del mundo para Dios. Esto produciría afirmaciones contradictorias. No se les ordenó obedecer para que fueran redimidos, sino porque habían sido redimidos.


Nótese cuán fiel a la sombra es la realidad, el tipo al antitipo. En el antitipo, nadie tiene esta señal sobre él: paz con Dios. Nadie entra en Su reposo, sino sólo los que creen, sólo los que se acercan a Dios a través de la redención que es en Cristo.


Cualquiera que intente mejorar su oportunidad de obtener la salvación obedeciendo la ley, perfeccionando su carácter, o por medio de algún otro digno proyecto, lo hace bajo la maldición de Dios.


Gál. 3:10 — Todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición.


Gál. 4:4 — Cuando tratáis de justificaros por medio de la ley, vuestra relación con Cristo queda por completo cortada.


En todas las religiones del hombre, él nunca puede entrar al reposo por sus obras. Cesar de las obras es la única base posible para entrar en el reposo. Dios cesó de sus obras en la creación y entró en aquel reposo, habiendo concluído todo. ¿Cuánto contribuyeron Adán y Eva a esta obra creadora que condujo a este reposo? Nada, por supuesto, y ninguna participación era posible o necesaria.


¿Y no concluyó Cristo su obra de redención? ¿Y no le ha levantado Dios de entre lols muertos? “El cual, habiendo expiado por sí mismo nuestros pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.” Todo el cielo está de acuerdo en que la obra de redención está concluida. El Redentor se ha sentado, y Dios le ha coronado de gloria y honor. El cielo entero exclama: “¡Digno es el Cordero!”


Considérese el problema de cualquiera que, en presencia de esto, diga: “¡No! Esa redención concluida no es suficiente. Ella sola nunca puede darme la paz con Dios. Debo añadir mis buenas obras, mi justicia, mi perfección de carácter, etc.” ¿Nos da Dios una lección con la sombra (sábado) para informarnos de cómo Él mira nuestros esfuerzos para suplir Su obra perfecta — a la cual apuntaba la sombra?


¿Recuerda Ud. al hombre que fue sorprendido recogiendo leña en sábado — poco después de haber iniciado el peregrinaje en el desierto? (Núm. 15:32). Se preguntó qué se debía hacer con él. El Señor dijo: “Irremisiblemente muera aquel hombre.”


Los hombres pueden presuntuosamente negar el testimonio del Espíritu Santo en favor de la obra concluida por Cristo. Pueden pensar que es cosa liviana quebrantar ese sábado, ese reposo, sólo recogiendo unos pocos pedazos podridos de sus propias obras.


Piense en esto. Si la sombra fue protegida por una sentencia de muerte, ¿cuáles serán las consecuencias para el alma que se atreva a pecar contra el Espíritu Santo menospreciando la gran salvación, el sábado eterno del reposo en Cristo?


Ahora, ¿no hay algo muy peculiar en la prohibición de llevar a cabo toda suerte de trabajo en sábado? Aquí la paga de las obras es muerte; no sólo es muerte la paga del pecado, sino que, si las obras se ejecutan — sí, si se ejecutan cualesquiera obras para salvación, para el reposo, para la paz — la paga de tales obras será la muerte eterna. ¿Puede algo ser más malvado, más cruel, para nuestras propias almas, que confiar en algún otro evangelio de las obras para salvación, negando así el evangelio de la gracia de Dios? ¿Puede algo ser más insultante, más desagradable a Dios, por cualquier clase de obras, que negar el sábado del reposo de Dios en Cristo? ¡Cuán impresionante, entonces, es Cristo con el sábado en todo aspecto!


Así como la sombra del sábado no admitiría ninguna carga y ningunas obras, así también Cristo — la sustancia — el reposo de Dios — es necesario que permanezca solo.


Mat. 11: 28-30 — Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.


Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.


Este es “el corazón del evangelio.” Este es Jesús ofreciendo reemplazar el yugo de la ley de ellos, que representaba la justicia de ellos, por Su perfecta justicia, si sólo creyeran en Él.

Deut. 6:24, 25 –El Señor nos mandó obedecer todos estos decretos [el pacto sinaítico] y temer al Señor nuestro Dios, para que prosperemos siempre y conservemos la vida, como hasta hoy.


Y si somos cuidadosos en obedecer toda esta ley delante del Señor nuestro Dios, como él nos lo ha mandado, ésa será nuestra justicia.

La justicia de ellos se había basado en su observancia de la ley — una tarea imposible — una tarea que nadie sino Cristo pudo jamás cumplir. No creyendo que él era quien aseguraba ser, rehusaron aceptar esta maravillosa oferta. Estoy seguro de que la consideraron demasiado fácil y simple para que fuera real. Pablo dice de estos mismos israelitas:

Rom. 10:3,4 — Porque ignorando la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.


Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

La justicia que viene de Dios a consecuencia de la resurrección de Cristo es un don gratuiito a todo aquél que cree en Él. Cualquiera que trate de aumentar esta justicia para salvación, ya sea por la obediencia a la ley, la observancia del sábado, o cualquier otra causa digna, a la vista de Dios es tan culpable como el hombre que recogía leña en la época de la sombra. (Sábado).


Reconsideremos que este reposo, que se exigía en relación con el sábado, era un reposo físico y era extremadamente estricto aún en relación con actos de menor importancia (como el recoger unos pocos palos de leña). Llevar cualquier clase de carga física estaba prohibido:


Jer. 17:21,22 –Esto es lo que dice el Señor: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo y de meterla por las puertas de Jerusalén. No saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis trabajo alguno…

En presencia de estas órdenes de no llevar carga alguna en sábado, es notable la acción de Jesús al sanar al que había estado inválido por 38 años. (Juan 5:1-18). Lo de este hombre era una dolencia crónica que había durado largo tiempo, no una situación de urgencia. Jesús pudo haberle dicho: “Levántate,” y el hombre habría sido sanado. Pero, para enseñar una lección, también le dijo: “Toma tu lecho y anda.” Jesús le pidió a este hombre que deliberadamente quebrantara la ley. Jesús no estaba demostrando la manera correcta de guardar la ley, sino que estaba mostrando que la ley estaba en proceso de llegar a su fin, y que Él tenía la autoridad para hacer que esto ocurriera.


Juan 5:18 — Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre..


Ésta era una acusación que él nunca negó. En otro episodio de sanamiento, el de un hombre que había sido ciego desde su nacimiento, Jesús podría haberle restaurado la vista con una sola palabra, pero nótese cómo lo hizo:


Juan 9:6 — …escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo:”Vé a lavarte en el estanque de Siloé.”


Esta tampoco era una situación de urgencia, y se hizo en sábado, incluyendo trabajo, tanto de parte de Jesús, que hizo lodo con la saliva, como de parte del hombre, que tenía que viajar al estanque de Siloé para lavarse del lodo.

Nuevamente, ésta no era una lección para demostrar la correcta observancia del sábado, como lo exigía la ley, sino para mostrarles que la sombra (el sábado) estaba siendo reemplazada por la realidad (Cristo), al cual la sombra apuntaba. Este reemplazo de la sombra por la sustancia se completó en la cruz.


Col. 2:13-17 — Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra naturaleza pecaminosa, Dios os dio vida juntamente con Cristo. El nos perdonó todos nuestros pecados, habiendo cancelado el código escrito [Pacto Sinaítico] con sus regulaciones, que nos era contrario y se nos oponía; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; la realidad, sin embargo, es Cristo.


Esto debería resolver el asunto para siempre. Cuando se trata de abolir las creencias que nos son queridas, aún la Palabra de Dios a veces parece no ser suficiente — para nuestra eterna vergüenza. Note otra vez:


Rom. 14: 5 — Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.


¿Puede Ud. visualizar a Pablo predicando y usando este texto en el funeral del hombre de Núm. 15:32-36, que había sido muerto por recoger unos pocos palos de leña en sábado? No debería sernos difícil ver que ha tenido lugar un cambio drástico en las reglas que gobernaban la conducta durante la dispensación de la sombra, el sábado semanal con su descanso físico, en comparación con el reposo continuado, el reposo espiritual de Dios, la obra que Cristo completó en la cruz para nuestra salvación.


La santificación del séptimo día era la expresión del reposo de Dios en una creación completada, y era el tipo del reposo de Dios en una redención completada.

Ahora, considere esto. ¿Qué papel jugó el hombre en la creación? Exactamente el mismo que podría jugar en la redención. En el caso de Israel, la redención era la obra de Dios mismo. El enviar pan del cielo era la obra de Dios mismo; y como recipiente de la gracia de Dios, el sábado se le dio a Israel entonces. De ninguna otra manera puede Ud. entrar al reposo de Dios en Cristo, sino como deudor de la ilimitada gracia de Dios, que no perdonó a su propio Hijo unigénito.


En el libro de Hebreos tenemos importante información relativa al reposo sabático en la dispensación del Nuevo Pacto:


Heb. 3:7-15 — Hoy, si escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones como lo hicísteis en la rebelión, durante el tiempo de prueba en el desierto, donde vuestros padres me probaron y vieron mis obras por 40 años.

A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: “Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos.” Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

De acuerdo con estas palabras del Espíritu Santo, estos israelitas incrédulos, durante su peregrinaje en el desierto, jamás entrarían en el reposo de Dios a causa de su rebelión y su incredulidad. La Biblia no puede estar hablando aquí del reposo sabático semanal exigido por la sombra al entrar en ella fielmente cada día de sábado. Este es el Espíritu Santo hablándonos a nosotros, que vivimos en la dispensación del Nuevo Pacto. Este pasaje no puede estar hablando a aquéllos de épocas pasadas porque sólo en la cruz de Cristo alcanzaron su cumplimiento la ley y sus reglamentos, incluyendo el sábado.


Aquí se nos exhorta a entrar en el reposo de Dios, que es como era el reposo en el que Adán y Eva entraron después de la creación, un reposo espiritual cada día. Es “ese reposo” el que nos da la paz con Dios en el conocimiento de que nuestra redención por medio de Cristo se completó en la cruz. Hemos de exhortarnos los unos a los otros diariamente, entre tanto que se dice Hoy, de manera que ninguno de nosotros sea endurecido por el engaño del pecado.


Heb. 4:1-11 — Por lo tanto, puesto que la promesa de entrar en su reposo todavía permanece, tengamos cuidado no sea que alguno de nosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos [los judíos que oyeron el evangelio de la boca de Jesús]; pero no les aprovechó el oir la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. [Rehusaron aceptar a Cristo como el Mesías]. Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: “Por tanto, juré en mi ira: ‘No entrarán en mi reposo.’


De la misma manera que los israelitas que habían sido redimidos de la esclavitud en Egipto, y sus descendientes, tenían derecho al reposo físico del sábado semanal, así también el reposo espiritual (el reposo de Dios) está limitado a todos los que creen en Cristo y han lavado sus pecados en la sangre de Cristo en la cruz. Han sido redimidos y apartados del mundo, y han entrado en el reposo de Dios. Este reposo es la paz con Dios en la certeza de la vida eterna por medio de Cristo.


Heb. 4 (Cont.) — Aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: “Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.” Y otra vez aquí: “No entrarán en mi reposo.” Falta que algunos entren en él, y aquéllos a quienes se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia.


Éstos tienen que ser aquellos judíos incrédulos del tiempo de Cristo porque el evangelio fue primero presentado por Jesús en aquel tiempo. Estaban guardando “el reposo” de la Sombra en cada día de sábado, pero no entraron al reposo de Dios, tal como es presentado en el nuevo pacto, a causa de su incredulidad. Con toda seguridad, Dios se está refiriendo a aquéllos en el tiempo presente que, mezclando buenas obras, obediencia a la ley, observancia del sábado, etc. en un esfuerzo para asegurar su salvación, caen en esta misma clasificación y no pueden entrar en este reposo.


Me gusta mucho la siguiente afirmación, pero no puedo recordar la fuente. — La religión falsa dice: “La buena conducta resulta en la salvación,” mientras la religión verdadera dice: “La salvación resulta en buena conducta.”


Heb. 4 (Cont.) — Otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo antes: “Hoy.”


Por lo tanto, Dios de nuevo establece un cierto día. ¿Qué día había establecido anteriormente? Sólo podría ser el sábado. ¿A qué día se refiere cuando dice: “Dios otra vez determina un día”? De acuerdo con el texto que mencionamos más arriba, sólo puede ser Hoy. Esta era una oportunidad perfecta para que Dios especificara si otro día había sido solemnizado para convertirse en un día sábado diferente. Él no hizo esto porque el sábado original era una sombra de Cristo, y cuando Él reemplazó el sábado en la cruz, ese día había servido su propósito, y ahora toda nuestra atención debe volverse hacia Cristo, en vez de hacia cualquier día en particular.

Se deja que la iglesia decida y elija el día en que nos reunirnos para adorar a Dios de manera regular, pero esta decisión, aunque le agrade al Señor, no convierte a este día en un día santo. Toda la santidad de ese día fue transferida a Cristo, y ninguna parte de esa santidad ha de ser compartida con otro día. El día que Él escogió es Hoy y cada día, entretanto que se llame Hoy.


Heb. 4:8 y sig. — Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus propias obras, como Dios reposó de las suyas.


¿No está resultando tan claro como el cristal que el reposo sabático bajo el nuevo pacto no puede referirse al reposo asociado con la sombra? En la cruz, Cristo pagó un precio más que suficiente por nuestra salvación. Nada más se necesita, y nada más es aceptable. Aquéllos que creen en Él son purificados de sus pecados por Su Sangre y son santificados o separados del mundo.


Así como Cristo reposa de Su obra terminada en la cruz, los redimidos también entran en ese reposo. El reposo en el que ellos entran es un reposo de las obras como medio para alcanzar cualquier parte de la salvación, porque ésta es concedida de manera completa y sin costo alguno para el pecador. El Espíritu Santo entra en la vida del redimido y hace que produzca las obras del Espíritu, no de manera alguna para que obtengamos la salvación, sino porque ésta ya ha sido obtenida por medio de Cristo.


Fil. 2:13 — Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.


Para el que no ha cesado, y no quiere cesar, de sus propias obras, estos pensamientos serán verdaderamente horrorosos. Hablar del sábado como una sombra que ha pasado no puede ser soportado por nadie, excepto por aquéllos que han sido atraídos a la presencia de Dios y el reposo eterno en Cristo.


Pablo no nos deja ninguna razón para dudar de que la ley dada en Sinaí ha sido reemplazada.


2 Cor. 3:7-11 — Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras [los Diez Mandamientos] fue con gloria …¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu? Si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación … Y si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

Antes de que alguno se sienta tentado a pensar en cómo zafarse de la obvia conclusión que exige este texto, considere los versículos que siguen:


2 Cor. 4:2-4 — Antes bien, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto, en los cuales el dios de este siglo [Satanás] cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo.


Confío en que estas palabras no se refieran a nadie que lea este folleto.

FUERTE SISMO EN INDONESIA


16/10/09


Un sismo de magnitud 6,4 en la escala de Richter se registró en el oste de la isla indonesia de Java, donde está situada la capital, Yakarta, informó la agencia de geología.

Sin embargo, no se lanzó ninguna alerta de tsunami. De acuerdo con el reporte, el sismo sacudió la costa cerca de Ujung Kulon, a unos 260 kilómetros al oeste de la capital, sin que por el momento se haya informado de víctimas o daños.


De igual forma, se informó que el país asiático prolongará hasta el próximo 30 de octubre la fase inicial de emergencia en la zona de Sumatra devastada por un terremoto el 30 de septiembre pasado, e iniciará después las tareas de reconstrucción.
Así lo decidió la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), que hace tres días dejó de rescatar víctimas de entre los escombros. Syamsul Muarif, responsable de la BNPB, dijo a la agencia oficial Antara, que es preciso disponer de una serie de estudios de evaluación de daños antes de iniciar la fase de reconstrucción y rehabilitación, documentación que se está en proceso de elaboración, informó la agencia Efe.

EL CRUEL CATOLICISMO ROMANO


¿soli deo gloria?
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Por el Dr. Javier Rivas Mtz (MD)
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«Escrutando entre mis libros, encontré algo interesante en uno de ellos:Encontré una gran verdad sobre el sistema inquisidor medieval el cual surgió del los oscuros adentros de Satanás para destruir por medio de hombres necios e ignorantes a quienes están hechos a la misma Imagen y Semejanza del Eterno Rey».
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La Edad Media se caracterizó por su oscuridad intelectual y también por su terrible perversión religiosa. Fue tanta esta perversión que millares de buenos cristianos fueron depuestos para muerte por considerárseles herejes contra el sistema romanista católico apóstata maligno.
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En esa época de incertidumbre e ignorancia, Inocencio IV decretó un escrito llamado Ad Exstripanda que declaraba que los herejes fuesen «aplastados como víboras venenosas». Reyes, plebeyos, personas civiles: pobres y ricos, sin distinción alguna, se juntaron a una para dar inicio a una de las persecuciones más sangrientas en la historia del mundo, maquinada bajo los oscuros sótanos de la llamada Santa Inquisición, auspiciada por el sistema romanista católico. La Ad Extripanda prometía a los perseguidores de herejes entregar cualquier propiedad confiscada a quien asesinara a uno de ellos, asegurándoseles, además, la entrada al cielo directamente sin haber pasado por el candente Purgatorio.
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En este Infernal promulgo, se declara oficialmente la tortura contra los infieles al Papa, y los instrumentos más crueles y martirizantes dejan ver sus espantosas formas, siendo Satanás la fuente de inspiración para ser creados.
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Uno de ellos, es el estante, era una mesa larga en la que se acostaba a la víctima que era atada con cuerdas y tablones por los brazos y las piernas para ser estirados paulatinamente, mientras se procedía a presionar al angustiado martirizado para que negase la verdadera fe, hasta el punto del llegar al choque neurogénico por el terrible dolor que se le producía y por el dislocamiento de las articulaciones óseas.
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Se les arrancaba las uñas con pinzas. Objetos metálicos calientes eran puestos en zonas delicadas del cuerpo, causándoles una increíble algia por las profundas quemaduras hechas. Grandes barriles eran vestidos con filosas cuchillas en los que se amarraban a los condenados, haciéndoseles rodar en movimientos de vaivén provocándoseles heridas lacerantes serias que los llevaban regularmente a la muerte. Pavorosos destornilladores de dedos se usaban para desarticularlos. Las Botas Españolas se colocaban en los pies para triturarlos. La famosa Virgen de Hierro, era un sarcófago erizado en su totalidad con aguda y filosas puntas en el que se introducía al inculpado para ser herido en todo el cuerpo, en una muerte penosa y duradera, ya que las puntas estaban dispuestas para no causar estragos en órganos vitales. Eso tornaba más cruel el castigo. Miles fueron quemados en la hoguera. En 1554, Francisco Gamboa, fue condenado a la hoguera. Un monje le presentó una cruz y le dijo antes de morir, así: «Mi mente está tan clara pensando en los verdaderos méritos y bondades de Cristo, que no requiero de un pedazo de madera sin méritos». A otros se les vació hierro candente por sus oídos y bocas; a otros más, se les arrancaron los ojos de manera salvaje con instrumentos agudos punzo-cortantes. Muchos fueron azotados hasta matarlos. A muchas personas se les amputaba los músculos del cuerpo para ser ahorcados con ellos mismos, o se les ahogaba en excremento y orina. Los pobres inocentes y culpados de blasfemia eran encadenados en el suelo y en las paredes para que las ratas los devoraran inmisericordemente. Eran puestas serpientes venenosas para que las gentes condenadas murieran a causa de los efectos de la agresiva toxina inyectada por estos reptiles; morían en indescriptibles rictus de angustia y dolor. Los ahorcamientos no pasaron desapercibidos, y eran consumados en grupo. El día de San Bartolomé es conocido por la gran matanza de cristianos, los hugonotes, ejecutados en París en el año 1572. El rey francés fue a misa a dar gracias por la gran cantidad de herejes ajusticiados, y el Papa Gregorio XIII se regocijo por el acontecimiento «satánicamente divino». ¡Hasta se acuñaron monedas para conmemorar esta desdicha!
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Aunque el Papa pidió perdón hace un poco de tiempo atrás por estos sucesos denigrantes para Dios y la humanidad, el sistema católico romano no ha dejado de ser el mismo. Su dogmatismo tenebroso que fue levantado hace menos de dos mil años y que persiguió a los santos cristianos y fieles al Dios del cielo en la Edad Oscura Medieval, lleva hoy la misma esencia doctrinal. Nada ha cambiado en él. La iglesia romanista católica emprende ambiciosa y activa búsqueda para la consumación de su supremacía mundial, no sólo en el ámbito religioso, sino en el político y en el social: Todo un negocio milenario. Las persecuciones injuriosas y mortales ya no existen contra los verdaderos cristianos de parte del papado romanista y sus desviados seguidores, y le damos gracias a Dios por eso, pero el Ecumenismo ha surgido como un arma relativamente nueva, diplomática y demagógica, usada por los líderes católicos romanistas de manera artera e inteligente para extraer y poner en sus dominios de muerte a los creyentes «medio crudos», como lo hace el pescador con los peces anzuelados en su caña, al ser extraídos del agua para ser puestos en el bote, y de allí, al plato del comensal, por dejarse seducir ignorantemente por los modelos católicos expuestos, que son una mezcla medio cristiana y verazmente diabólica.
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Los católicos se han hecho ahora carismáticos como los neopentecostalistas. Hablan lenguas oscuras o jerigonza, predican como lo hacen los cristianos y alaban de igual manera que en las congregaciones que refutan con celo celestial la idolatría mariana.
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Muchos creyentes han asentido positivamente los cambios radicales presentados en los católicos, y por esa razón, por el parecido a lo que religiosamente hacen, han creído que Dios lo ha aceptado por semejante «transformación» que no tiene nada de santa. Un punto más para el diablo para engancharlos directamente hacia el Ecumenismo y que ofende a Dios por las distintas mezclas doctrinales unificadas en un sentir único que dirige hacia un cristianismo puramente socializado e insalvable. Dios los condenará «con mano en la cintura» si no se arrepienten de sus maldades y detracciones. El diablo fue despojado de su «Santa Inquisición» para tornarse fino y diplomático con el propósito de llevar a la perdición, con paso seguro y firme, a millones de incautos por medio del Ecumenismo y del falso cristianismo que se desprende del Carismatismo Católico.
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No dejo de admirar la gran capacidad inteligente de este maligno y marrullero ser, que «se las sabe magistralmente de todas, todas».
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Dios les bendiga siempre.