En su libro, La Corrupción Ortodoxa de La Escritura, Bart Ehrman identifica 3 categorías principales de énfasis teológicos que predominaron y en alguna extensión controlaron las motivaciones y las acciones de las comunidades cristianas primitivas en sus debates cristológicos concernientes a la “naturaleza” de Jesús.
La primera fueron aquellos que pertenecieron a una opinión “adopcionista”, personas que creyeron que Cristo fue un hombre que fue “adoptado” en su bautismo por el Dios de Israel.
El segundo fueron aquellos que pertenecían al movimiento “Docético” que creía que Jesús no fue realmente un humano sino alguna suerte de espíritu “preexistente”, que se transformó (asumió) en la forma de un hombre.
El tercer y último grupo, según Ehrman, fueron los “Seperatistas” que creyeron que el “Cristo divino” y el “Jesús humano” fueron realmente dos seres separados. Estos dos “seres” en algún punto se convirtieron en “uno” en el cuerpo humano del hombre Jesús.
En esto y muchos otros de sus libros, Ehrman tiene por regla para fijar históricamente estas diversas comunidades de cristianos dentro de los 100-150 años después de Cristo. Siendo su discusión principal que varios movimientos cristianos de tiempos recientes no son algún nuevo acontecimiento encontrado dentro del último milenio más o menos, sino una siempre cambiante y “evolucionante” teología de ideas y creencias que pueden ser rastreadas y ubicadas dentro de la vida de los Apóstoles.
En Lucas 22.43-44, él sostiene haber encontrado una de las pruebas más fuertes para una corrupción “adopcionista” que va mucho más allá de las conocidas líneas textuales y literarias. Las siguientes citas son de La Corrupción Ortodoxa de la Escritura: El Efecto de las controversias de la Cristología Primitiva en el Texto del Nuevo Testamento, Oxford, 1993, p 187-194.
“Las alineaciones manuscritas… muestran más allá de la duda razonable cuándo la corrupción, cualquiera lectura sea la corrupción, debió haber sido hecha. Si los versos son secundarios, han debido haber sido interpolados en Lucas por la mitad del segundo siglo, pues son atestiguados por los Padres a partir de Justino e Ireneo y por testigos tempranos latinos y siríacos. Si son originales, han debido haber sido suprimidos por apenas el mismo período, puesto que están ausentes de Clemente al final del siglo 2 y de testigos Alejandrinos tempranos en el 3er siglo, testigos que representan un caudal de tradición que es en sí mismo mucho más antiguo.
El hecho es que este relato de la agonía intensificada de Jesús haciendo frente a su pasión …es teológicamente intrusivo en el Evangelio de Lucas como un todo y literalmente intrusivo en su contexto inmediato …Lucas ha ido a longitudes considerables para antagonizar precisamente la opinión de Jesús que estos versos abrazan. En vez de introducir su pasión con miedo y temblor, en angustia sobre su destino entrante, el Jesús de Lucas va para su muerte con calma y en el control, confiado de la voluntad de su Padre hasta el mismo fin. Es un hecho notable, de relevancia particular para nuestro problema textual, que Lucas pudiese producir esta imagen de Jesús sólo eliminándole tradiciones ofensivas a ella de sus fuentes (e.g., El Evangelio según Marcos). Sólo el texto más largo de 22.43-44 aparece como anómalo”.
Ehrman procede a hacer una comparación incisiva con Marcos y concluye que él tuvo “sus razones para narrar el acontecimiento” diferente que en Lucas. “Su dibujo de Jesús en la agonía y la duda (14.33-36, 41)… pone el escenario para los acontecimientos salvíficos que acontecen inmediatamente en su muerte…¿Por qué eliminaría Lucas completamente los restos de la agonía de Jesús a otro sitio si él tuviese la intención de enfatizarlo aquí en aún términos más fuertes? ¿Por qué remueve el material compatible de su fuente, ambos de antes y después de los versos en cuestión”?
No necesitamos “hipotetizar” la utilidad de estos versos para una polémica anti docética; Se sabe que los versos fueron puestos precisamente para este uso durante el período de nuestra preocupación. Los Herejiologistas usaron el ‘sudor ensangrentado de Jesús’ para atacar a los cristianos que negaron su real humanidad…(La historia que estos versos retratan) no se originaron con el autor del Evangelio de Lucas. Fue introducido en el Tercer Evangelio en alguna ocasión en los inicios del siglo 2 ” (antes de Justino) como parte de la polémica docética de la iglesia cristiana ortodoxa.
“Así, vemos cuán gradualmente el texto estaba alterado en perjuicio de la verdad y de la exactitud bíblica. Pero entendiendo esta tendencia histórica bien establecida en el desarrollo de la fe cristiana, llega muy lejos para explicar cómo el error doctrinal no podría sólo surgir, sino convertirse en “solidificado” y “substanciado” por un texto corrompido. La ‘expansión de la piedad’ proviene del deseo pecaminoso del hombre para enardecer sus ideas por encima de la Palabra de Dios”. Graeser, Lynn, Shoenheit, Un Dios y Un Señor, p 324.
Pero sobre todo, también explica cómo pudo haber estado el humano Jesús “envanecido” para convertirse en algo aparte de lo que él verdaderamente fue, “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” [Mat 16.16; cp . Mat 14:33; 26:63; Mar 3:11; 4.3 ; 5:7; Lucas 1:35; 4:41; Juan 1:34, 49; Hechos 9:20 ].