Datos personales

Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 15 de febrero de 2010

PREDICO JESUS LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Realmente es sorprendente ver cómo los mal llamados cristianos ortodoxos defienden una doctrina a la cual consideran central y básica para la salvación de los hombres sin que ésta esté claramente revelada en las Escrituras. Me estoy refiriendo a la doctrina de la Santísima Trinidad, un dogma que nació dentro del seno de la iglesia apóstata más grande de todas, la madre de las rameritas, las cuales igualmente siguen y propagan este mismo error de su progenitora.

Si la Trinidad es una doctrina central y básica para la salvación, ¿por qué demoró tanto para ser definida y establecida por la iglesia oficial, y sólo después de prolongados y arduos debates que generaron contiendas, persecuciones y la muerte misma de un número importante de sus detractores? ¿Pero puede alguien creer que Jesús haya deseado que los hombres crean en la Trinidad para que sean salvos, siendo ésta un misterio insondable e inefable?¿Pudo una doctrina tan básica y central para la salvación haber generado tantas divisiones, disquisiciones, y odios entre los que buscan a Dios?¿Complicaría Jesús su doctrina básica de salvación a tal punto que aún hoy la Deidad de Jesús sigue estando en el debate en los diversos círculos cristianos? Si Jesús tenía la “fórmula” para nuestra salvación, ¿podría ésta haber sido tan complicada y confusa como lo es la Trinidad? Hoy, los mismos Trinitarios tienen sus propias ideas de lo que sería la Trinidad Cristiana, y muchas de ellas difieren entre ellas mismas. Pero Pablo dijo que Dios, el Dios verdadero, “no es un Dios de confusión, sino de orden”, y esto es lo que precisamente no veo en la doctrina de la Trinidad, sinceramente.

Jesús y Su Dios

Jesús vino a dar a conocer al Dios verdadero, y esa tarea se dio a través de sus enseñanzas y obras. El mostró al Dios único y verdadero a través de sí mismo. No que él fuese el Padre, sino que el Padre moraba en él le impelía hacer y enseñar Su santa voluntad a los hombres. El llamó a Su Padre el único Dios verdadero (Jn. 17:3), y si eso lo dijo él, ¿por qué nosotros tendríamos que dudarlo? Pero no faltan aquellos que quieren ir más allá de lo que está escrito y quieren darle un significado más “profundo” a lo dicho por Jesús aquí en Juan 17:3. Nos dicen que Cristo era Dios mismo, la segunda Persona de la Trinidad, y que en este contexto él hablaba como hombre, y como hombre tenía Su Padre y Su Dios, el único Dios verdadero. Pero si esto es verdad por qué en el cielo él siguió llamando a Su Padre “Mi Dios” 4 veces en Apocalipsis 4:12, si ya había retomado su condición de Dios en el cielo? Y cuando los enfrentamos con las palabras de Jesús en Juan 14:28, donde él dice que su Padre es mayor que él, ellos sin demora nos responden que él hablaba nuevamente como un hombre, y en tal condición el Padre es siempre mayor que él y que todos los hombres. Sin embargo, cuando usamos un poquito más nuestro cerebrito, nos preguntamos: ¿Acaso no se supone que todo hombre es inferior a Dios?¿Qué de nuevo nos estaría diciendo Jesús hombre con esas declaraciones? Imagínense usted que yo aparezca en la palestra de una campaña evangelística y digo: “El Padre es mayor que yo”. ¿Qué me dirían mis interlocutores? Pues simplemente dirían: ¡Pues claro, Apologista… si eres un hombre no puedes ser igual o más que Dios!… ¡Estás hablando boberías! Igual sucede cuando los Trinitarios argumentan que en Juan 14:28 “Jesús hablaba como hombre”. Es simplemente ridículo! Mi cerebro no lo puede aceptar o entender. Y lo que no entiendo no estoy obligado a aceptarlo como verdad.

Jesús y el único Dios verdadero

Pero seamos sinceros de una vez por todas. Jesús jamás habló de que era necesario conocer al Dios Trino para ser salvos. Concordamos, eso sí, que Jesús dijo que la vida eterna se produce cuando uno conoce al único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien el Padre Dios envió (Juan 17:3), pero de allí creer y conocer a un Dios Trino para ser salvo, eso sí es radicalmente diferente y peligroso.

Cuando Jesús habló de conocer al único Dios verdadero, él no se incluyó dentro de esa locución “el único Dios verdadero”, y menos, al Espíritu Santo. Jesús hizo un claro deslinde entre el único Dios verdadero que envía, y el enviado, que es él mismo, Su Hijo. Si esta simple y clara verdad no es entendida por los Trinitarios, entonces nuestro Señor fracasó en dejar establecida una enseñanza fundamental del verdadero cristianismo monoteísta. Además, ¿Podría haber sido Jesús tan mal maestro en una enseñanza tan fundamental que significaría la vida eterna para los potenciales creyentes? Ahora bien, ¿acaso es igual creer en el único Dios verdadero, que según Jesús mismo es sólo Su Padre, y creer en un único Dios verdadero que es 3 Personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo? He aquí el problema y el peligro de apartarse de las claras palabras de Jesús. Si la creencia en un Dios Trino es fundamental para la salvación, entonces ese fundamento debió quedar plasmado claramente en Juan 17:3, pero no es así. Juan 17:3 es un pasaje simple y sencillo que desmorona la doctrina católica de la trinidad.

El pensamiento Paulino de la Deidad

Pero Jesús no fue el único que habló con claridad sobre quién es el verdadero y único Dios. También el apóstol Pablo habló claro y sin rodeos de aquel que él creía es el único Dios verdadero. En 1 Corintios 8:4-6 Pablo no dejó ninguna duda de quién era para él el único y verdadero Dios. Estas son sus palabras: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Aquí Pablo admite que sólo hay un Dios, y ese es el Padre. ¿Podría Pablo haber sido aún más claro y directo?¿Lo entiende usted, estimado amigo Trinitario o quiere persistir en su “trinoterquedad”? Pues bien, hay algo más que agregar. El Apóstol Pablo también dice en esos versos que hay otros llamados “Dioses” en la tierra… ¡y en el cielo mismo! El está diciendo que en el cielo están los llamados “Dioses” fuera del único Dios verdadero que subsiste por Sí Mismo. Estos otros llamados “Dioses” que están en el cielo son: El Hijo (que ya había ascendido al Padre), los ángeles, y los ancianos en sus tronos. Pero todos estos Dioses están sirviendo al que está sentado en el trono que es el UNICO DIOS VERDADERO y al Cordero, que es el segundo después del Padre y que está a su diestra. Así que cuando Pablo, Pedro, o Tomás hablan de Cristo como Dios, no se están refiriendo a él como si fuese el único Dios verdadero, sino como aquel que funciona como agente de Dios, como Su Vocero y mensajero, tal como Moisés lo fue ante Faraón (Exodo 7:1). Así que para Pablo, y para vuestro servidor, Apologista, Jesús es “Dios” pero no es el único Dios verdadero, eterno, auto subsistente, y Todopoderoso como Su Padre Eterno lo es. Jesús fue claro al decir: “Mi Padre que me las dio, mayor que todos es” (Juan 10:29).

Algunos me llaman hereje porque no creo en la doctrina de la Trinidad, y créanme que poco me importa, pues mientras yo no niegue a Jesús como lo que es, el Hijo Unigénito del Padre, el Salvador del Mundo, el que murió en mi lugar en la cruz del calvario, que resucitó glorioso al tercer día, y que volverá a establecer su reino en la tierra, y cumplo con sus preceptos, entraré en la vida eterna del reino.

Sinceramente por ningún lado encuentro que se me mande creer en la Trinidad para heredar el reino, sino en el evangelio que Jesús vino a predicar y que tiene que ver con su reino en la tierra y su sacrificio, muerte, sepultura y resurrección al tercer día (Marcos 1:1,14,15; 1 Cor. 15:3-9). Este es el verdadero evangelio salvador, no la doctrina de la Trinidad.

Conclusión:

Me temo que muchos podrían perderse al no haber conocido a tiempo al único Dios verdadero compuesto por una sola Persona que es el Padre. No se puede afirmar haber conocido a Dios cuando se piensa que éste es TRES PERSONAS DISTINTAS en un solo Dios verdadero. SE nos pide adorar a Dios y sólo a Dios, pero si se adoran a TRES y no UNO, ¿no se estaría cometiendo idolatría? Algunos dirán que no es malo adorar a Cristo y al Espíritu Santo, pero Jesús le recordó al Diablo que sólo a Dios se debe adorar y servir, y él no se incluyó en esa palabra ‘Dios’ (Mateo 4:10). Además, es interesante analizar esa palabra “servir” (Gr. Latrevo) de Mateo 4:10. Jesús nunca fue servido en el sentido de “latrevo” (con una connotación de adoración divina) como sí ocurre con el Padre.

Bueno, se podría hablar mucho sobre este tema, pero lo dicho hasta ahora creo que servirá para convencer a mis detractores, que me imputan injustamente de hereje, endemoniado y hasta de anticristo, de que están en un completo y fatal error al juzgarme mal.

QUE ES UNA IGLESIA -EMERGENTE-?


Una iglesia emergente y creciente como espuma de detergente

Todos se encuentran hablando de este fenómeno conocido como “la iglesia emergente”. Pero casi nadie puede dar una definición precisa y concisa de lo que es y lo que cree. Una de las razones para ello, es porque el movimiento en general y sus líderes en particular, literalmente se deleitan en ser un movimiento tipo “camaleón” el cual, al igual que los protagonistas mutantes de la película X men, se transforma y se adapta sin ningún problema al espíritu de la época.

Sus principales exponentes tampoco definen el movimiento con precisión. Su crítica principal tiene que ver con el descontento de lo que ellos llaman la “iglesia tradicional” o la “religión organizada”. D. A. Carson escribió un interesante libro criticado los postulados de la iglesia emergente titulado: “Becoming Conversant with the Emergent Church”, en donde él intenta explicar lo que es la iglesia emergente. A pesar de que Carson es un teólogo y erudito de primer nivel, varios de los lideres de la iglesia emergente afirman que Carson no hizo un buen trabajo porque supuestamente no ha entendido bien lo que es la iglesia emergente.

Ante esto, los que deseamos escribir algo relacionado con el mismo tema, inmediatamente nos sentimos intimidados pues si los líderes de la IE (iglesia emergente), no desean reconocer las críticas constructivas de aquellos que están ampliamente capacitados, mucho menos estarán dispuestos a aceptar las críticas de aquellos que no enseñamos en universidades ni tampoco tenemos la influencia y respetabilidad que D. A. Carson y muchos otros tienen.

Carson ha escrito su libro con un espíritu amable sin usar un lenguaje ofensivo o peyorativo (con excepción de la última página de su libro, p. 234), en donde Carson concluye su libro con algunas palabras un poco fuertes. A pesar de que Carson se esforzó por tratar el tema de manera respetuosa a través de todo su libro, aun así, su obra es rechazada por muchos como una obra que carece de peso. Aunque Carson reconoce las cosas positivas que tiene el movimiento y habla de ellas, aun así, esto no fue suficiente para que los líderes de la IE reconozcan la importancia de su critica que hace en el libro. Para los que leen inglés, pueden leer el libro de D. A. Carson en este enlace:

http://books.google.com/books?id=35iIhe9XwDUC&dq=critique+of+D.A.+carson+on+emergin+church&printsec=frontcover&source=bn&hl=en&ei=6SEbSsL5GZ2wtgOX-8iSDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4#PPA9,M1

Uno de los críticos de Carson, David M. Mills, Ph.D., escribió un documento de 27 páginas intentando responder a las criticas de D. A. Carson. Pueden leer también el documento en este enlace:

http://people.cedarville.edu/Employee/millsd/mills_staley_response.pdf

Una de las razones del porqué la IE es tan difícil de definir, es porque no cuentan con una estructura organizacional, ni tampoco tienen confesiones de fe que puedan ser examinadas para tener un conocimiento exacto de lo que creen. Además, los líderes que se identifican con el movimiento emergente, no todos ellos creen exactamente lo mismo. Por lo tanto, no se puede describir de manera precisa algo que es AMORFO y que cambia constantemente. Muchos creen que los líderes de la IE a propósito desean que el movimiento sea de esa manera, pues así nadie podrá ser capaz de clavarlos en la pared, por así decirlo.

Aunque es muy difícil –casi hasta imposible- el describir en detalle en un breve artículo todos los pormenores de la IE, sí podemos abordar los temas uno por uno y examinarlos uno a la vez. Reconozco que el tema de por sí es bastante complicado debido a la terminología que es usada. Por ejemplo, la IE se refiere a menudo a la época post-modernista en la que vivimos y en cómo la iglesia debe “adaptarse” para lograr “conversar” (ellos no creen en la palabra “evangelizar”), con los jóvenes que se encuentran desilusionados de la iglesia tradicional y las mega-iglesias.

Pero que verdaderamente se encuentra en juego detrás de todo los argumentos presentados por los defensores de la IE es la naturaleza de la verdad. ¿Podemos realmente conocer lo que es la verdad? ¿Hemos llegado a conocer ya lo que es la verdad? Estas preguntas realizadas por los líderes de la IE solo dejan al descubierto el mismo modus operandi que los modernistas usaron también hace tan solo algunas décadas atrás. La mayoría de ellos no creen que podemos conocer la verdad o que ya tengamos TODA la verdad.

John MacArthur escribió un libro cuyo objetivo es el demostrar que, contrario a las afirmaciones de los líderes de la iglesia emergente y otros grupos heréticos, sí podemos conocer la verdad. Él dice lo siguiente en su libro “The Truth War”:

“Cada uno de los líderes de la iglesia emergente expresó en ese artículo, un alto nivel de incomodidad con cualquier indicio de certeza acerca de lo que la Biblia significa, aún con algo tan básico como es el evangelio. Brian MacLaren por ejemplo, es un autor popular y ex-pastor quien es una de las figuras más reconocidas y una de las voces más influyentes en el movimiento de la Iglesia Emergente. MacLaren es citado en el artículo de Christianity Today, diciendo en cierto momento: “No creo que tengamos el evangelio correcto todavía….tampoco creo que los liberales lo tengan correcto. Pero tampoco creo que nosotros lo tengamos correcto. Ninguno de nosotros hemos llegado todavía a lo que es la ortodoxia”. (MacArthur, “The Truth War”, p. x, Nelson Publishers, 2007).

De acuerdo con esto, el meollo del asunto sobre lo que protesta la IE se encuentra entonces en lo que se conoce como el “problema epistemológico”. Para ellos, igual que para muchos otros que no aceptan la autoridad de las Escrituras, su problema es en realidad con la claridad, autoridad y confiabilidad de las Escrituras. Para MacLaren y compañía, las Escrituras no son intrínsecamente claras. Por esa razón, ellos no apelan a las Escrituras como su última fuente de autoridad, sino a otras cosas que puedan complementarla.

D. A. Carson en su libro “Becoming Conversant with the Emerging Church”, se encuentra convencido que el problema principal de la iglesia emergente es un desequilibrio entre la verdad de las Escrituras y las experiencias personales. Aquí están sus palabras:

“Una buena parte de la discusión de este libro podría ser clasificada como un debate entre las afirmaciones de la verdad y las afirmaciones de la experiencia. Desde el lado del movimiento emergente, el evangelicalismo tradicional parece ser muy duro e inflexible, debido a que constantemente piensa en categorías de lo que es la verdad y no percibe el lugar legítimo de las experiencias….Desde la perspectiva de los cristianos tradicionales, los cristianos emergentes pueden parecer estar tan comprometidos a las nuevas experiencias y evaluaciones subjetivas, que la verdad fácilmente puede ser ignorada”. (Carson, p. 218, Zondervan, 2005).

Esta conclusión a la que Carson ha arribado en su libro, puede ser legítima. Sin embargo, creo que existe algo mucho más profundo que lo que Carson vislumbra como la raíz del problema, es decir, la verdad vs. las experiencias personales. Creo que el problema principal de la IE es un sutil pero verdadero ataque hacia la autoridad de las Escrituras. Si ellas no son la última autoridad para nuestra doctrina y práctica, entonces no contamos con ningún fundamento seguro sobre el cual edificar nuestras vidas tanto para el presente como para la eternidad. Esto es realmente lo que está en juego y que, cuando todo ha sido dicho y hecho, la pregunta más importante sigue quedando en pie: ¿En quién o en qué está puesta tu confianza cuando te encuentres al borde de la muerte y en el mismo umbral de la eternidad?

Carson concluye su libro con unas fuertes palabras de reprensión para los líderes y fans de la iglesia emergente:

“¿Qué es lo que vamos a escoger entonces? ¿La experiencia o la verdad? ¿El ala izquierda o el ala derecha de un avión? ¿El amor o la integridad? ¿El estudio o el servicio? ¿El evangelismo o el discipulado? ¿Las llantas delanteras de un auto o las traseras? ¿El conocimiento subjetivo o el objetivo? ¿La fe o la obediencia?

Condena a todas las falsas antítesis al infierno, pues ellas solo generan dioses falsos, ellas perpetúan los ídolos, ellas tuercen y distorsionan nuestras almas, ellas lanzan a la iglesia hacia un péndulo violento cuyas oscilaciones tienen éxito en dividir a los hermanos y hermanas en Cristo. La verdad es que Jesucristo es el Señor de todo –de la iglesia y de nuestra experiencia. La Biblia insiste que debemos llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:5).

Si los líderes de la iglesia emergente desean convertirse en voces proféticas que produzcan fruto perdurable y que no se mueva hacia el sectarianismo progresivo y aún, en los peores ejemplos, hacia una directa herejía, ellos deben escuchar por lo menos tan atentamente las críticas de su movimiento como ellos desean que se escuchen las suyas propias. Ellos necesitan invertir más tiempo en el estudio cuidadoso de las Escrituras y la teología de lo que ellos se encuentran haciéndolo, aún si eso significa el perder algunas horas de las que han apartado para poder entender la cultura en la que se encuentran. Ellos necesitan ser más cuidadosos para no distorsionar tanto la historia como la teología y para no caricaturizar a sus oponentes ni para emplear juegos manipuladores. Pero sobre todo, ellos necesitan aceptar todas las categorías de las Escrituras con el balance y cohesión de las mismas Escrituras –incluyendo, como hemos visto en el capítulo anterior, lo que la Biblia dice acerca de la verdad, el conocimiento humano y temas relacionados”. (op. cit. p. 234).

Daviel D’Paz

ESTUVIERON LOS DEMONIOS EQUIVOCADOS AL IDENTIFICAR A JESUS COMO LO HICIERON?



Por Mario Olcese S. Apologista.
.
Sabemos que los demonios estuvieron en el cielo con la Deidad antes de su rebelión y que de allí fueron expulsados por su impío proceder. Siendo éste el caso, porque así las Escrituras claramente lo afirman, pregunto: ¿estuvieron estos espíritus caídos errados por lo que dijeron de Jesús en Lucas 4:34,41? Dicen los versículos, así: ”Diciendo (los demonios): Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿has venido a destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios….Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo“.

Es claro que los demonios no creyeron que Jesús es Dios, sino el santo de Dios, el Hijo de Dios, y el Cristo. Todos estos títulos que muy bien pueden perfectamente aplicarse a un ser humano distinguido. Por ejemplo, Adán era hijo de Dios (Lucas 3:38), Salomón era un hijo de Dios (1 Crónicas 28:6), y los cristianos son hijos de Dios (Juan 1:12), También los hombres pueden ser santos y de hecho son llamados para ser los santos de Dios (Salmos 30:4; 31:23), y también los creyentes son ungidos o Cristos para reinar con Cristo (2 Cor. 1:21). Así que los 3 títulos dados por los demonios a Cristo no implican que él es el Dios Todopoderoso y Eterno.

www.apologista.wordpress.com