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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

viernes, 27 de febrero de 2009

LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD Y LA CRISIS FINANCIERA


En el mundo de los predicadores de la prosperidad dicen que los bienes son de Dios y las recompensas son el resultado de la fidelidad. Pero, ¿dónde están hoy estos predicadores de la prosperidad ahora que sus parroquianos no pueden pagar sus hipotecas y las deudas de la tarjeta de crédito? ¿Qué pretexto esgrimirán ahora estos maestros que prometieron riquezas y abundancia material a sus seguidores, cuando súbitamente una terrible crisis económica está dejando a cientos de miles de éstos en la miseria?

Sepamos primero quiénes son estos tipos. La Revista Time escribió un artículo llamado “Dios y Dólares” como una visión histórica general de algunos de estos tipos yendo por Dios y el oro. Oral Roberts estaba en la cubierta de la revista, con sus brazos extendidos. Algunas personas pueden acordarse de que Roberts pidió dinero de las multitudes para su ministerio a fin de que Dios no les golpease con la muerte. El reverendo Ike de Atlanta, llevado por Juan 10:10: “Yo he venido para que ustedes tengan vida más abundantemente”, predicaba que Dios quería hacer ricos a todos sus hijos en esta vida.

Jim y Tammy Faye Baker estaban entre lo más prominentes de los predicadores de la prosperidad por largos años. Recibían $1 millón de dólares por semana que les permitían vivir esplendorosamente. Construyeron un parque temático junto con grandes y costosas casas con interiores fabulosos, y autos, y aun casas para sus perros. Pero todo se desplomó cuando Jim Bakker se vio forzado a renunciar por tener relaciones sexuales con una anterior secretaria y después de dos años fueron a la prisión por haber vendido membresías fraudulentas para la Heritage USA.

En cuanto a Benny Hinn, él se desempeña como anfitrión en “Éste es Su Día.” Él no pertenece a ninguna denominación y no tiene iglesia física pero tiene númerosas personas en América, África y Asia que lo apoyan con ingresos de unos $100 millones al año.

Joel Osteen es otro de los predicadores de la ganancia con 25,000 seguidores que van a su megaiglesia cada semana. Tiene acomodadores que sostienen cubos para recabar el dinero de las reuniones. El televangelista Kenneth Copeland y Creflo Dollar, de la suburbana Atlanta son otros dos sátrapas. Joyce Lewis de St. Louis está entre las tropas de aquellos predicadores llamados de la prosperidad. Muchas de estas personas han sido investigadas por del Senado por sus actividades irregulares.

Con Osteen usted puede hacer contribuciones financieras en línea, comprar libros y encontrar videos en un conjunto imponente de ofertas multimedia. Osteen es a menudo invitado en Larry King Live, un programa informal de entrevistas de la televisión en CNN. Osteen es el más prominente de aquellos que creen que la práctica cristiana y la ganancia son ambos lados del balancín con Dios en su centro. Todavía algunos ven el ropavejero balanceándose más hacia ganancia que a Dios.

Los predicadores de la prosperidad ya tienen un plan en mente para sobrevivir la recesión, y en lo relativo a sus vidas grandiosas que la mayoría de ellos han tenido, los han obligado a reducir considerablemente sus gastos. En Minnesota, el Rev. Mac Hammond, un prominente predicador de la prosperidad, ha tenido que poner a la venta su avión a reacción privado de negocios, para financiar su ministerio. Otros ministerios como el de Joyce Meyer y Morris Cerullo, han tenido que reducir su personal en planilla, han recortado sus viajes en sus aviones privados, y otros aun han tenido que vender algunos bienes inmuebles.

Sin duda alguna, el castigo divino les está cayendo a todos estos predicadores de la prosperidad de EU y ciertamente otros ministerios seguirán sus pasos, como son los predicadores de la Prosperidad en Centro y Sud América. Para estos ministros de la prosperidad y de la riqueza van estas palabras divinas:

“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete” (Apo. 3:17-19).

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