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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

lunes, 2 de noviembre de 2009

BREVE HISTORIA DEL UNITARISMO


Los precursores: de Arrio a Servet

Los orígenes del Unitarismo cabe encontrarlos en los primeros siglos del Cristianismo, con figuras tales como Arrio, que rechazaba la idea de la Trinidad como contraria a las enseñanzas originales de Jesús. La imposición del Credo católico y del dogma trinitario en los Concilios de Nicea (325) y Constantinopla (381) supuso la condena como herejías de estas ideas y la persecución de sus seguidores. (En España, el Arrianismo sobrevivió hasta la conversión del rey visigodo Recaredo al Catolicismo en 587.)

Al estallar la Reforma contra los abusos y la corrupción vigentes entonces en Roma, numerosos intelectuales publicaron sus propios puntos de vista acerca de la doctrina cristiana sin esperar el beneplácito de la Santa Sede, dentro del espíritu protestante de libre examen de la Biblia. Uno de ellos fue Miguel Servet, el famoso médico y teólogo español. En su libro De Trinitatis Erroribus ("Sobre los errores de la Trinidad"), cuestionó la base bíblica y racional de la doctrina trinitaria. Estas ideas se consolidaron en su obra cumbre posterior, Christianismi Restitutio ("Restauración del Cristianismo"). Sus opiniones heterodoxas y su libertad de espíritu, que Servet defendió siempre con la pluma y el diálogo frente al dogmatismo de católicos y reformados, le convirtieron en un proscrito en toda Europa, siendo perseguido tanto por la Inquisición como por el reformador Calvino y sus partidarios, quienes le apresaron en Ginebra y condenaron a morir en la hoguera (1553).

Hoy en día, las Iglesias Unitarias ven en Servet a su pionero y su primer mártir.

Las primeras Iglesias Unitarias: Polonia y Transilvania

La vida, obra y sacrificio de Servet sirvieron de guía a muchos. Sebastian Castellio reprochó duramente a Calvino su intolerancia y su fanatismo y proclamó la libertad de conciencia en asuntos de fe, un principio que luego ha sido fundamental en la tradición Unitaria y Universalista.

Por su parte, el italiano Fausto Socino (Sozzini) publicó una obra en la que tomaba a Cristo como modelo humano de vida y rechazaba el dogma de su naturaleza divina (Socinianismo). Socino, perseguido también por sus creencias, encontró refugio en Polonia, donde se unió a otros reformadores liberales y antitrinitarios de aquel país, en el grupo denominado Hermanos Polacos (después aniquilado por la Contrarreforma Católica).

Entretanto, el húngaro Ferenc Dávid predicaba el Cristianismo Unitario en Transilvania (región dividida hoy entre Rumania y Hungría). El rey Segismundo de Transilvania aceptó el Unitarismo y dictó el primer Edicto de Tolerancia religiosa en la historia moderna de Europa en 1568. Tras la muerte del rey Segismundo llegó la Contrarreforma a Transilvania. Ferenc Dávid fue condenado a cadena perpetua y murió en prisión en 1579, sin que se conozcan las causas de su muerte ni el lugar donde fue enterrado su cadáver, pero la Iglesia Unitaria que él fundó ha logrado sobrevivir con grandes dificultades hasta nuestros días en la región de habla húngara de la actual Rumania.

El Unitarismo en Inglaterra y Estados Unidos

En Inglaterra, el impulso religioso radical de la Reforma permaneció entre los "Dissenters" (no conformistas), nombre que englobaba a las Iglesias Libres opuestas a la hegemonía de la Iglesia Anglicana. Bajo la influencia de la filosofía empirista de Locke y de las corrientes librepensadoras y racionalistas de la Ilustración, un número creciente de congregaciones dissenters adoptaron la teología unitaria a lo largo del siglo XVIII, encabezadas por la Essex Church fundada por Theophilus Lindsey en Londres (1774).

Una evolución similar se produjo entre los protestantes que habían emigrado a Norteamérica en busca de libertad religiosa, a cuyo frente estuvo W. E. Channing. A ambos lados del Atlántico, las congregaciones unitarias se organizaron como denominaciones independientes en 1825.

Aquellos cristianos unitarios negaban la divinidad de Jesucristo y la Trinidad, pero seguían viendo en el rabino de Nazaret al verdadero emisario de la voluntad de Dios a los hombres. Basaban su doctrina en el análisis racionalista de los textos bíblicos. El resultado de esta ardua tarea fue una teología rigurosa e intelectual.

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VIDA ETERNA EN LA TIERRA Y NO EN EL CIELO


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

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Una cosa que llama poderosamente la atención es que la Biblia no nos dice prácticamente nada de nuestra supuesta “vida en el cielo” en la eternidad. Sí, es increíble descubrir que nada se dice de la vida de los salvos en el cielo, a pesar de que este “lugar” es considerado por muchos cristianos como su paradero final después de morir. ¿Pero no extraño de que la Biblia no nos diga nada de lo que harán los justos allá, si en verdad ese es el lugar o el destino final y eterno para ellos? La Biblia dice que Dios trabaja, e igualmente su Hijo, por tanto los cristianos estarán también trabajando en la eternidad, y no tan solo tocando un arpa o una lira dorada. ¿Pero en qué podrían estar trabajando los salvos en el cielo? La Biblia no lo dice. Lo que sí nos dicen las Escrituras es lo que harán los salvos EN LA NUEVA TIERRA.


Los salvos en el reino de Dios


La Biblia, en cambio, sí nos dice lo suficiente sobre lo qué estarán haciendo los que ganen la vida eterna en el reino de Dios. La palabra de Dios nos da muchísima información de la labor de los salvos en la nueva tierra de justicia. Esto se explica fácilmente porque la tierra, y no el cielo, u otro lugar supra mundano, es la promesa de Dios para los salvos.


Veamos los pasajes más importantes que nos indican cuál será la tarea de los salvos en el reino de Dios:


En Lucas 19:11-19 Jesús nos da la siguiente pista:


“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo:

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Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades”. 20


Si leemos con cuidado estos versos, podremos ver que los salvos recibirán del Señor el pago correspondiente por haber cumplido con la tarea que él les encomendó, y ese pago no es un eterno descanso en un paraíso celestial, tocando el arpa, y rodeado de bellas doncellas, sino, más bien, el ejercicio de la autoridad sobre las naciones. ¿Qué significa esto?


El Reino de Cristo es un gobierno


Siendo que el reino de Cristo es un gobierno con un monarca supremo (el Mesías escogido), es lógico concluir que éste tenga un territorio, leyes, y súbditos. Para que el gobierno funcione, el Mesías Jesús deberá contar con asistentes de confianza en su régimen mundial, hombres probos y santos que administrarán en su reino con equidad y justicia. ¿Y quiénes mejores que los miembros de su iglesia que han mostrado probidad en esta vida? Es por eso que la iglesia ha sido llamada para recibir el reino (Lucas 12:32) para que ejerza autoridad sobre las naciones (Apo. 2:27, “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”). De modo que acá tenemos la función que desempeñará la iglesia en el reino milenario de Cristo.


Los santos juzgarán el mundo


En 1 Corintios 6:1-3 Pablo dice algo sumamente interesante: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?


Aquí Pablo amonestaba a los creyentes por su incapacidad para juzgar cosas pequeñas de esta vida, y máxime, considerando que ellos tenían por delante una tarea aún más difícil e importante que desempeñar y que consistía en el futuro juicio y gobernación del mundo entero.

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Daniel vislumbró el dominio de Cristo y los santos en el Reino de Dios
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En Daniel 7 leemos:


“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido…y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”.


Así que el pueblo de los santos del Altísimo recibe el reino, el dominio, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo. Entonces es fácil ver que los salvos, los santos, tendrán una gran responsabilidad en el reino venidero de Jesucristo. Serán los asistentes y los cogobernantes del reino de Cristo por espacio de mil años.


En el milenio descansaremos de nuestras obras para hacer las obras de Dios en el reino de Cristo. Estaremos edificando una nueva sociedad donde realmente exista la justicia y la rectitud. Será una sociedad donde el diablo y sus demonios estarán ausentes, sin que causen las desgracias y maldades que ahora están ocasionando en la tierra y en los hombres.


Desgraciadamente son pocos los cristianos que anuncian estas buenas noticias de un mundo de paz y justicia gobernado por Cristo y su iglesia. Los más de ellos predican evangelios trucados o adulterados que nada tienen que ver con el reino de Cristo y el destino final y glorioso de su iglesia en dicho gobierno divino. Los textos que arriba hemos citado son poco o nada citados por los evangélicos y católicos por igual. Simplemente no los creen literales y para la iglesia.

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Es hora de retomar el anuncio verdadero (el evangelio del reino) de Cristo para dejar de estar esperanzados en una creencia errónea de escapar algún día de este mundo caótico y perverso como almas inmortales en dirección al cielo.




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DEFINICION DE SUPERSESIONISMO


Por Michael J. Vlach, Ph.D.

En esta sección vamos a intentar una definición precisa de supersesionismo. Varios títulos han sido usados en la identificación de la opinión de que la iglesia ha reemplazado permanentemente a Israel en el plan de Dios. Como Marten H. Woudstra observa: “La cuestión de si es más adecuado hablar de un reemplazo de los Judíos por la iglesia cristiana o de una prórroga (continuación) del pueblo de Dios del Antiguo Testamento en la de la iglesia del Nuevo Testamento es respondida variadamente. “[i] La denominación más común usada en la literatura académica reciente para identificar esta posición es” supersesionismo. “Comentando este término, Clark M. Williamson escribe:” ‘El supersesionismo “proviene de dos palabras latinas: súper (o sobre) y sedere (sentarse), como cuando una persona se sienta en la silla de otro, desplazando a la segunda. “[ii] Además, el título “la teología del reemplazo” se considera a menudo como un sinónimo de “supersesionismo. “[iii]

Varios teólogos han ofrecido definiciones sobre el “supersesionismo” o “la teología del reemplazo”. Según Walter C. Kaiser, ” la teología del reemplazo. . . declaró que la Iglesia, semilla espiritual de Abraham, había reemplazado a la nación de Israel, ya que había trascendido y cumplido los términos del pacto dado a Israel, cuyo pacto Israel había perdido por la desobediencia. “[iv] Ronald E. Diprose define como teología de la sustitución la opinión de que “la Iglesia completamente y permanentemente sustituyó al Israel étnico en la elaboración del plan de Dios y como recipiente de las promesas del Antiguo Testamento a Israel.” [v] R. Kendall Soulen sostiene que supersesionismo está vinculado con la manera cómo algunos opinan de la venida de Jesucristo: “De acuerdo a esta enseñanza [supersesionismo], Dios eligió al pueblo judío después de la caída de Adán, a fin de preparar al mundo para la venida de Jesucristo, el Salvador. Después de que Cristo vino, sin embargo, el papel especial de los judíos llegó a su fin y su lugar fue tomado por la iglesia, el nuevo Israel. “[Vi] Herman Ridderbos afirma que hay un elemento positivo y negativo a la opinión supersesionista: “Por un lado, en un sentido positivo, presupone que la Iglesia nace de, nace fuera de Israel; por otra parte, la iglesia ocupa el lugar de Israel como el pueblo histórico de Dios.” [vii]

Estas definiciones de Kaiser, Diprose, Soulen, y Ridderbos parecen coherentes con las declaraciones de aquellos que afirman explícitamente que la iglesia es la sustitución de Israel. Bruce K. Waltke, por ejemplo, declara que el Nuevo Testamento enseña la “dura realidad de que la nación de Israel y su ley se han reemplazado definitivamente por la Iglesia y la Nueva Alianza.” [Viii] Según Hans K. LaRondelle, el Nuevo Testamento afirma que “Israel ya no sería el pueblo de Dios y sería sustituido por un pueblo que aceptaría el Mesías y su mensaje del Reino de Dios.” [ix] LaRondelle cree que este “pueblo” es la iglesia que sustituye a “la nación que rechazó a Cristo.” [x] Loraine Boettner, también, escribe:” Puede parecer duro decir que “Dios terminó con la Judios.” Pero el hecho de la cuestión es que Él está con ellos como un grupo nacional unificado no teniendo nada más que ver con la evangelización del mundo. Esa misión ha sido tomada de ellos y dado a la Iglesia Cristiana (Mateo 21:43). “[Xi]

Cuando se comparan las definiciones de Kaiser, Diprose, Soulen y Ridderbos con las declaraciones de aquellos que abiertamente promueven la visión de la sustitución, parece que el supersesionismo se basa en dos convicciones principales: (1) Israel nacional de alguna manera ha completado o perdido su condición de pueblo de Dios y nunca más tiene un papel único o función, aparte de la iglesia, y (2) la iglesia es ahora el verdadero Israel que ha reemplazado definitivamente o supersedido al Israel nacional como el pueblo de Dios. El Supersesionismo, entonces, en el contexto de Israel y la iglesia, es la opinión de que la iglesia del Nuevo Testamento es el nuevo Israel que ha sustituido para siempre a la nación de Israel como el pueblo de Dios. El resultado es que la iglesia se ha convertido en la única heredera de las bendiciones del pacto de Dios originalmente prometido a Israel nacional en el Antiguo Testamento. Esto excluye cualquier futura restauración de Israel nacional.————————————————– ————-
[i] Marten H. Woudstra, “Israel y la Iglesia”, en la continuidad y la discontinuidad: Perspectivas sobre la Relación entre los Testamentos, ed. John S. Feinberg (Wheaton, IL: Crossway, 1987), 237. Woudstra considera que los términos “de reemplazo”, y “continuación” son aceptables y coherentes con la enseñanza bíblica. Véase también GB Caird, la teología del Nuevo Testamento (Oxford: Clarendon, 1994), 55.

[ii] Clark M. Williamson, un invitado en la casa de Israel: la Teología post-Holocausto (Louisville, KY: Westminster / John Knox, 1993), 268, n. 9.

[iii] Diprose opina de los títulos de “teología de reemplazo” y “supersesionismo” como sinónimos. También señala que el título de “teología de reemplazo”, es “un término relativamente nuevo en la teología cristiana.” Ronald E. Diprose, Israel en el desarrollo del pensamiento cristiano (Roma: Istituto Italiano Bíblico Evangélico, 2000), 31, n. 2. En el presente trabajo, vamos a utilizar el título “supersesionismo” y la “teología de reemplazo” como sinónimos. Reconocemos, sin embargo, que estas designaciones no pueden ser del todo satisfactorias para aquellos que ven a la iglesia más que la continuación o el cumplimiento de la nación de Israel. Véase Herman Ridderbos, Paul: un esbozo de su teología, trad. John Richard De Witt. (Grand Rapids: Eerdmans, 1975), 333-34; Millard J. Erickson, Christian Theology, 2d. ed. , (Grand Rapids: Baker, 1999), 1058-59.

[iv] Walter C. Kaiser, Jr., “una evaluación de la” teología del reemplazo”:La relación entre el Israel de la del pacto Abraham-davídico y la Iglesia cristiana”, Mishkan 21 (1994): 9.

[v] Diprose, Israel en el desarrollo del pensamiento cristiano, 2.

[vi] R. Kendall Soulen, El Dios de Israel y la Teología Cristiana, (Minneapolis: Fortress, 1996), 1-2.

[vii] Herman Ridderbos, Paul: un esbozo de su teología, trad. Richard John de Witt. (Gran Rapids: Eerdmans, 1975), Pablo, 333-34.

[viii] Bruce K. Waltke, “promesas del Reino como espiritual”, en la continuidad y discontinuidad, 274. También afirma: “El pueblo judío no tiene un lugar especial como el pueblo de Dios, ese lugar ha sido tomado por la comunidad cristiana que cumple con el propósito de Dios para Israel” (275). Énfasis en el original.[ix] Hans K. LaRondelle, el Israel de Dios en la profecía, los principios de interpretación profética (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1983), 101. Énfasis en el original.[x] Ibíd.

[xi] Loraine Boettner, El Milenio (Philadelphia: Presbyterian & Reformed, 1957), 89-90. Según Bright, “El Nuevo Testamento triunfante celebra la Iglesia como Israel. . . el verdadero heredero de la esperanza de Israel. “John Bright, El Reino de Dios (Nashville: Abingdon, 1953), 226.

Fuente:


http://www.theologicalstudies.org/articles/article/1546226/17515.htm

www.apologista.wordpress.com