Por el Ing. Mario Olcese Sanguineti (Apologista)
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No hay cosa más triste que ver niños sin padres deambulando por las calles, sin tener donde vivir y alimentarse. Millones de infantes son abandonados como bazofias por sus padres, o son asesinados antes de nacer en los hospitales donde practican los abortos, sin que éstos puedan protestar o defenderse.
Hay, por otro lado, individuos que vienen de hogares bien constituidos, y que de niños sus padres les prodigaron el calor y el amor necesarios para su desarrollo normal y saludable, pero que son parias para Dios---¿cómo puede ser esto posible? La respuesta es simple: ¡No tienen a Dios como Padre!
¡No Todos Somos Hijos de Dios!
Si mi amigos, millones de personas “bien nacidas” son parias para Dios, porque no lo tienen a Él como Padre. Dice Jesús sobre los verdaderos hijos de Dios: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). Aquí Jesús dice que los pacificadores serán llamados “hijos de Dios”, por tanto, no todos los hombres son hijos de Dios---¡Sólo los pacificadores! En otra ocasión Jesús vuelve a decir: “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y SERÉIS HIJOS DEL ALTÍSIMO...” (Lucas 6:35). Aquí se hace evidente que para Jesús, sólo los que hacen bien son los verdaderos hijos de Dios. Obviamente los malos y egoístas están excluidos de la filiación divina. Entonces es una tragedia que millones de millones de hombres no tengan a Dios como Padre, pues esto significa que estos miles de millones de hombres no tienen ningún derecho de recibir o heredar nada de Dios.
Hijos del Diablo
Si Dios tiene hijos, también los tiene el diablo. Esto implica que el diablo es también padre de los desobedientes y malhechores, pues Jesús acusó a los fariseos hipócritas de ser de “vuestro padre el diablo”, porque hacían su voluntad. Léalo en Juan 8:44, donde dice sí: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, porque los deseos de vuestro padre queréis hacer..” Entonces es evidente que el diablo--- como padre--- dirige a millones de sus hijos humanos para que hagan su maléfica voluntad. Desgraciadamente, millones de hombres aún creen que pueden ser pecadores empedernidos e hijos de Dios---¡Nada más falso! Los que no están con Dios están con el diablo---¡y esto lo dice Jesús mismo!
Dios nos rescató del “padre-diablo”, y nos trasladó al reino de Su amado Hijo, quien nos ha recibido con los brazos abiertos. En Colosenses 1:13 Pablo dice: “el cual (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo”. ¡Y esto lo hizo Dios porque nos adoptó como Sus hijos!.
Adopción Divina en Acción
Dios desea adoptar a la mayor cantidad posible de hombres para que sean parte de Su familia, y así puedan éstos heredar Sus riquezas materiales y espirituales. En Juan leemos que todos aquellos que recibieron y creyeron a Jesucristo, se constituyeron en hijos de Dios. Dice el apóstol Juan, así: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11,12).
En el texto que acabamos de mencionar de Juan, se nos revela que aquellos que recibieron y creyeron a Jesús se convirtieron en hijos de Dios. También Pablo dice lo mismo en Gálatas 3:26, con estas palabras: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. De modo que aquí hay una fórmula para poder convertirnos en hijos de Dios, y ésta es : ¡creer en el nombre de Jesucristo! Y en Hechos 2:38 Pedro llama a los hombres al arrepentimiento y al bautismo para el perdón de los pecados a fin de recibir el Espíritu Santo”. ¿Y Qué importancia tiene el recibir el Espíritu Santo? La respuesta la da San Pablo cuando dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios, pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por lo cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:14,16). Aquí vemos que la única forma de ser hijos de Dios es teniendo el Espíritu de Dios en nosotros. Este Espíritu de Dios dará como fruto las buenas obras por acción del amor, gozo, paz, benignidad, bondad, fe, etc (Gálatas 5:22,23). De modo que los que creen en Cristo se arrepienten de sus transgresiones, y se bautizan para el perdón de esos pecados pasados, e inmediatamente después reciben el don del Espíritu Santo de Dios que los sella como hijos de Dios renacidos de nuevo.
Los Hijos de Dios Son Herederos de Dios el Padre
Ahora veremos que un hijo de Dios es un heredero de Dios, el Padre. El apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Aquí Pablo dice que los creyentes son hijos de Dios, y además, herederos de Dios, y coherederos con Cristo, pues nuestro Señor es el Primogénito y Unigénito Hijo de Dios que ganó su puesto de gloria con el Padre. Ahora somos hermanos de Cristo, y tenemos los mismos derechos que tiene él de heredar del Padre. Por eso Pablo vuelve a decir: “Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:24).
Estamos viendo que recibiremos de Dios la recompensa de la herencia de los hijos de Dios. Nótese la razón—¡Porque a Cristo servimos! Hay, pues, un futuro glorioso para los hijos de Dios, o sea, para aquellos que aman, creen, y sirven al Hijo de Dios unigénito. Si nos identificamos con Jesucristo, nos identificamos con el Padre, pues Cristo y el Padre están unidos perfectamente en propósito y voluntad (Juan 10:30). Ahora podemos pertenecer a la familia de Dios, y ser miembros de Su casa, pues dice Pablo: “Porque por medio de él (Cristo) los unos (Judíos) y los otros (no Judíos) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:18,19).
La Herencia por Recibir
La Biblia habla de una herencia compuesta por las siguientes cosas: a).- el Reino de Dios (Efesios 5:5, Mateo 25:31,34), b).- las promesas (Hebreos 6:12), c).- la bendición (1 Pedro 3:9), d).- todas las cosas (Apocalipsis. 21:7), e).- La vida eterna (Lucas 10:25), f).- la tierra, g).- el mundo (Romanos 4:13), etc.
En buena cuenta, el creyente está llamado a heredar todo lo de Dios: riquezas, el mundo, las bendiciones, y la vida eterna en el Reino milenario. En realidad, toda la herencia de Dios se recibe en el Reino, y es que todo gira alrededor de este Reino en mención, Entrar en él o heredarlo significa heredar la inmortalidad, la gloria, la tierra, etc. No olvidemos que Jesús predicó insistentemente que el Reino se había acercado y que había que arrepentirse para ingresar en él. Además, Jesús enseñó que debíamos buscar y pedir ese reino de Dios y Su justicia para que todo lo demás nos fuera añadido (comida, ropa, trabajo, casa, etc (Juan 6:10,33).
El Reino De Dios
Jesús ciertamente vino al mundo para anunciar el Reino de Dios, el cual fue una parte importante de su mensaje en su ministerio de tres años y medio en la tierra (Lucas 4:43).
En una ocasión un joven rico le preguntó a Jesús lo que debía hacer para ganar la vida eterna, a lo que Cristo respondió que debía guardar los mandamientos de Dios. Como esto había hecho el joven desde niño, le repreguntó a Jesús nuevamente qué más le faltaba hacer. A lo que Cristo respondió que debía vender sus posesiones y darlo a los pobres. Pero el joven rico se fue muy triste porque era muy rico y no estaba dispuesto a tanto. Luego Jesús dijo que difícilmente un rico entrará en su reino. A lo que los discípulos dijeron: “¿Quién entonces podrá ser salvo?”(Mateo 19:16-25). Aquí está el resumen de la salvación Cristiana: La herencia del Reino de Dios con vida eterna. Este reino será heredado por los verdaderos hijos de Dios cuando Cristo regrese por Segunda Vez: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria... entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:31,34). Adviértase que es en la Segunda Venida de Cristo que los creyentes (hijos de Dios y hermanos de Cristo) heredarán el Reino de Dios, el cual ha sido preparado desde la fundación del mundo. Esto quiere decir que el Reino de Dios estuvo ya preparado desde que fue creado el mundo, como un regalo de Dios. En resumen, Dios creó todo para dárselo a Sus hijos---¡Sus auténticos hijos obedientes!
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www.elevangeliodelreino.org
www.yeshuahamashiaj.org (Inglés y Español)
Hay, por otro lado, individuos que vienen de hogares bien constituidos, y que de niños sus padres les prodigaron el calor y el amor necesarios para su desarrollo normal y saludable, pero que son parias para Dios---¿cómo puede ser esto posible? La respuesta es simple: ¡No tienen a Dios como Padre!
¡No Todos Somos Hijos de Dios!
Si mi amigos, millones de personas “bien nacidas” son parias para Dios, porque no lo tienen a Él como Padre. Dice Jesús sobre los verdaderos hijos de Dios: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). Aquí Jesús dice que los pacificadores serán llamados “hijos de Dios”, por tanto, no todos los hombres son hijos de Dios---¡Sólo los pacificadores! En otra ocasión Jesús vuelve a decir: “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y SERÉIS HIJOS DEL ALTÍSIMO...” (Lucas 6:35). Aquí se hace evidente que para Jesús, sólo los que hacen bien son los verdaderos hijos de Dios. Obviamente los malos y egoístas están excluidos de la filiación divina. Entonces es una tragedia que millones de millones de hombres no tengan a Dios como Padre, pues esto significa que estos miles de millones de hombres no tienen ningún derecho de recibir o heredar nada de Dios.
Hijos del Diablo
Si Dios tiene hijos, también los tiene el diablo. Esto implica que el diablo es también padre de los desobedientes y malhechores, pues Jesús acusó a los fariseos hipócritas de ser de “vuestro padre el diablo”, porque hacían su voluntad. Léalo en Juan 8:44, donde dice sí: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, porque los deseos de vuestro padre queréis hacer..” Entonces es evidente que el diablo--- como padre--- dirige a millones de sus hijos humanos para que hagan su maléfica voluntad. Desgraciadamente, millones de hombres aún creen que pueden ser pecadores empedernidos e hijos de Dios---¡Nada más falso! Los que no están con Dios están con el diablo---¡y esto lo dice Jesús mismo!
Dios nos rescató del “padre-diablo”, y nos trasladó al reino de Su amado Hijo, quien nos ha recibido con los brazos abiertos. En Colosenses 1:13 Pablo dice: “el cual (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo”. ¡Y esto lo hizo Dios porque nos adoptó como Sus hijos!.
Adopción Divina en Acción
Dios desea adoptar a la mayor cantidad posible de hombres para que sean parte de Su familia, y así puedan éstos heredar Sus riquezas materiales y espirituales. En Juan leemos que todos aquellos que recibieron y creyeron a Jesucristo, se constituyeron en hijos de Dios. Dice el apóstol Juan, así: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11,12).
En el texto que acabamos de mencionar de Juan, se nos revela que aquellos que recibieron y creyeron a Jesús se convirtieron en hijos de Dios. También Pablo dice lo mismo en Gálatas 3:26, con estas palabras: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. De modo que aquí hay una fórmula para poder convertirnos en hijos de Dios, y ésta es : ¡creer en el nombre de Jesucristo! Y en Hechos 2:38 Pedro llama a los hombres al arrepentimiento y al bautismo para el perdón de los pecados a fin de recibir el Espíritu Santo”. ¿Y Qué importancia tiene el recibir el Espíritu Santo? La respuesta la da San Pablo cuando dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios, pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por lo cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:14,16). Aquí vemos que la única forma de ser hijos de Dios es teniendo el Espíritu de Dios en nosotros. Este Espíritu de Dios dará como fruto las buenas obras por acción del amor, gozo, paz, benignidad, bondad, fe, etc (Gálatas 5:22,23). De modo que los que creen en Cristo se arrepienten de sus transgresiones, y se bautizan para el perdón de esos pecados pasados, e inmediatamente después reciben el don del Espíritu Santo de Dios que los sella como hijos de Dios renacidos de nuevo.
Los Hijos de Dios Son Herederos de Dios el Padre
Ahora veremos que un hijo de Dios es un heredero de Dios, el Padre. El apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Aquí Pablo dice que los creyentes son hijos de Dios, y además, herederos de Dios, y coherederos con Cristo, pues nuestro Señor es el Primogénito y Unigénito Hijo de Dios que ganó su puesto de gloria con el Padre. Ahora somos hermanos de Cristo, y tenemos los mismos derechos que tiene él de heredar del Padre. Por eso Pablo vuelve a decir: “Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:24).
Estamos viendo que recibiremos de Dios la recompensa de la herencia de los hijos de Dios. Nótese la razón—¡Porque a Cristo servimos! Hay, pues, un futuro glorioso para los hijos de Dios, o sea, para aquellos que aman, creen, y sirven al Hijo de Dios unigénito. Si nos identificamos con Jesucristo, nos identificamos con el Padre, pues Cristo y el Padre están unidos perfectamente en propósito y voluntad (Juan 10:30). Ahora podemos pertenecer a la familia de Dios, y ser miembros de Su casa, pues dice Pablo: “Porque por medio de él (Cristo) los unos (Judíos) y los otros (no Judíos) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:18,19).
La Herencia por Recibir
La Biblia habla de una herencia compuesta por las siguientes cosas: a).- el Reino de Dios (Efesios 5:5, Mateo 25:31,34), b).- las promesas (Hebreos 6:12), c).- la bendición (1 Pedro 3:9), d).- todas las cosas (Apocalipsis. 21:7), e).- La vida eterna (Lucas 10:25), f).- la tierra, g).- el mundo (Romanos 4:13), etc.
En buena cuenta, el creyente está llamado a heredar todo lo de Dios: riquezas, el mundo, las bendiciones, y la vida eterna en el Reino milenario. En realidad, toda la herencia de Dios se recibe en el Reino, y es que todo gira alrededor de este Reino en mención, Entrar en él o heredarlo significa heredar la inmortalidad, la gloria, la tierra, etc. No olvidemos que Jesús predicó insistentemente que el Reino se había acercado y que había que arrepentirse para ingresar en él. Además, Jesús enseñó que debíamos buscar y pedir ese reino de Dios y Su justicia para que todo lo demás nos fuera añadido (comida, ropa, trabajo, casa, etc (Juan 6:10,33).
El Reino De Dios
Jesús ciertamente vino al mundo para anunciar el Reino de Dios, el cual fue una parte importante de su mensaje en su ministerio de tres años y medio en la tierra (Lucas 4:43).
En una ocasión un joven rico le preguntó a Jesús lo que debía hacer para ganar la vida eterna, a lo que Cristo respondió que debía guardar los mandamientos de Dios. Como esto había hecho el joven desde niño, le repreguntó a Jesús nuevamente qué más le faltaba hacer. A lo que Cristo respondió que debía vender sus posesiones y darlo a los pobres. Pero el joven rico se fue muy triste porque era muy rico y no estaba dispuesto a tanto. Luego Jesús dijo que difícilmente un rico entrará en su reino. A lo que los discípulos dijeron: “¿Quién entonces podrá ser salvo?”(Mateo 19:16-25). Aquí está el resumen de la salvación Cristiana: La herencia del Reino de Dios con vida eterna. Este reino será heredado por los verdaderos hijos de Dios cuando Cristo regrese por Segunda Vez: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria... entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:31,34). Adviértase que es en la Segunda Venida de Cristo que los creyentes (hijos de Dios y hermanos de Cristo) heredarán el Reino de Dios, el cual ha sido preparado desde la fundación del mundo. Esto quiere decir que el Reino de Dios estuvo ya preparado desde que fue creado el mundo, como un regalo de Dios. En resumen, Dios creó todo para dárselo a Sus hijos---¡Sus auténticos hijos obedientes!
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