Un interesante escrito que revela una de las tantas mentiras de los TJ y de Armando L. Golart, una de sus encubiertas marionetas.
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Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Cristo, Su Iglesia, y la salvación
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Una de las verdades que se desprende de las Escrituras es que Cristo vino a edificar su iglesia (Mat. 16:16) porque en ella habría salvación para todos los hombres. El apóstol Pablo así lo afirma cuando dice: Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es su salvador (Efesios 5:23). Así que Jesús es el salvador de la iglesia, la cual también se la llama: “El cuerpo de Cristo”. Así lo dice Pablo con estas palabras: Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte” (1 Cor. 12:27).
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Añadidos a la Iglesia por el bautismo
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Las Escrituras nos dicen que los que son bautizados son añadidos a un lugar específico que se llama “la iglesia” o “el cuerpo” de Cristo. Leyendo Hechos 2:38-47, descubriremos esta simple verdad: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.
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Así que aquí en los versos de arriba vemos que el Señor añadía a la iglesia a los que eran bautizados, ¿para qué?, para obtener la salvación. Es decir, si uno no es añadido a la iglesia por el bautismo, no puede ser salvo de la condenación eterna. Creo que esto está del todo claro. Sin embargo, hay una secta peligrosa llamada “Los Testigos de Jehová” que van proclamando a voz en cuello que sólo 144,000 personas de su organización componen la iglesia o cuerpo de Cristo, y que son los únicos llamados a ser “ungidos” y miembros de la “manada pequeña” que tendrá el privilegio de reinar con Cristo como hijos de Dios y hermanos de Cristo. Los demás de sus seguidores, a los cuales ellos llaman “las otras ovejas”, o también “la grande muchedumbre”, simplemente serán los súbditos de la iglesia y del reino, y no tendrán una participación activa LADO A LADO con los ungidos o la “manada pequeña” en la gobernación mundial.
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Está misma creencia es aún sostenida por mi buen amigo, y a veces detractor, el Sr. Armando López Golart, en su blog www.labiblianodiceesto.blogspot.com. Y dicho sea de paso que el Sr. López es un ex Testigo de Jehová que lastimosamente arrastra este mismo error de la secta a la cual pertenecimos ambos alguna vez.
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Pero sigamos con la discusión. Aquellos que dicen que hay una clase de cristianos que compone la iglesia y otra clase que sólo sirve de súbditos de la misma, debieran enfrentar el dilema que se presenta cuando leemos lo que escribió Pablo a los corintios: “Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios” (1 Cor. 10:32). Según Pablo, hay tres categorías o grupos de personas: los Judíos, los gentiles y la iglesia de Dios. Si la iglesia de Dios, según los [Testigos de Jehová], y [López Golart], está compuesta de 144,000 personas de su secta, entonces el resto de sus miembros (unos 5 millones) son Judíos o gentiles, o ambos. Pero sabemos que Pablo habla de los gentiles como personas que no son piadosas y que requieren la conversión, e igualmente los llamados “Judíos”, los cuales muchos aún permanecen ciegos a la verdad. Así que, los Testigos de Jehová de la llamada clase de “las otras ovejas” debieran considerar seriamente su situación cuando descubren que pueden únicamente ser o judíos y/o gentiles incrédulos, pero no cristianos convertidos y miembros del cuerpo de Cristo. La situación es realmente seria para los más de los Testigos de Jehová y los que propugnan esta idea herética, y por tanto, satánica.
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Por otro lado, la idea que tienen los Testigos de Jehová es que los 144,000 son los hermanos más maduros, y los más destacados de la grey de Dios, pues supuestamente muestran los frutos que produce en ellos el Espíritu Santo que ellos solos han recibido. El resto de hermanos, los que parecen tener menos cualidades, y menos frutos, son los que serán súbditos del reino. Sin embargo, lo que dice la Biblia contradice esta idea generalizada dentro de la Watchtower, pues Pablo también nos declara: “Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios” (1 Cor. 12:22). Ajá! Los miembros de la iglesia más flacos, los menos importantes, los menos preponderantes, los que menos parecen útiles, son necesarios. EStos no dejan de ser miembros de la iglesia por el simple hecho de ser los más flacos. Y en mi experiencia diaria he conocido a miembros de la secta que parecían insignificantes, sin mayor trascendencia y notoriedad frente a los llamados “ungidos”, y sin embargo, en sus vidas personas, y de cada día, eran personas que daban un buen testimonio de lo que significa ser personas rectas, morales y devotas frente a la sociedad. Así que para el Señor no existe dentro de su grey personas grandes y personas pequeñas, insignificantes, no dignas para pertenecer a su cuerpo e iglesia. Todos son iguales para el Señor. Pero los Testigos han hecho de las dos clases de Testigos dos tipos de cristianos que se diferencian supuestamente por su “conocimiento”, “espiritualidad”, y “dedicación”. Toda una falsa ilusión engañosa.
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Los Testigos de Jehová debieran entender que hay “Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados a una misma esperanza de vuestra VOCACIÓN” (Efesios 4:4). Ahora nótese que esa esperanza de NUESTRA VOCACIÓN ES ENTRAR EN EL REINO. Dice Pedro: Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra VOCACIÓN y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Si la esperanza de todo Testigo de Jehová es heredar el reino, entonces todos comparten la misma vocación, y además, TODOS estos creyentes están dentro de un cuerpo, el cuerpo de Cristo, como dice Efesios 4:4. No es lógico tener una misma vocación que genera la esperanza del reino y estar a su vez fuera del cuerpo que heredará dicho reino (Mat. 25:31,34).
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En 1 Corintios 14:33 Pablo equipara la iglesia con los santos. El dice esto: “Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos” (1 Cor. 14:33). Es decir, los santos para Pablo están dentro de la iglesia. Si alguno no está en la iglesia, el tal no es un santo, y por tanto, está perdido. Los Testigos parecen decirnos que sólo una minoría de Testigos de Jehová son santos, ya que ellos enseñan que la iglesia o cuerpo de Cristo está compuesto sólo del 3% de sus miembros Testigos de Jehová. ¿Será que el 97% de TJ no son santos, es decir, impíos?
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El apóstol Pablo pone como ejemplo a la cabeza (Cristo) que dirige su cuerpo (la iglesia), a fin de que el matrimonio cristiano imite ese mismo modelo. Dice así Pablo: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia” (Efesios 5:23). Pero si un Testigo de Jehová no tiene parte en la iglesia ¿por qué tendría él que imitar a la iglesia a la cual no pertenece para ejercer igualmente dominio sobre su esposa? En todo caso, serían sólo los esposos del grupo de los 144,000 “ungidos” los que debieran imitar a la iglesia, y ejercer la primacía sobre sus esposas. El resto, no!
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Lo cierto de todo esto es que por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. (1 Cor. 12:13). Estas palabras de Pablo contradicen la doctrina de los Testigos de que sólo una mínima fracción de los cristianos puede ser parte de la iglesia. Además, todos sabemos que los Testigos de Jehová se han bautizado de la misma manera, y para dedicar sus vidas a la causa que ellos pregonan. Por tanto, todos ellos deberían pertenecer a un solo cuerpo, y no a dos. Y Dios no hace acepción de personas. Uno puede únicamente ser parte del cuerpo por la fe en Jesucristo, y esto sin importar su nacionalidad, estado civil, educación, condición social, o raza.
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Finalmente, a quien Cristo ganó con su sangre es a su iglesia, pues Pablo lo dijo muy claramente así: “Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre (Hechos 20:28). Si alguna persona no es parte del cuerpo de Cristo, entonces esa persona no fue ganada por la sangre de Cristo, y por tanto, ella se halla aún perdida en sus delitos y pecados. ¿Pero aceptarán esta sentencia la mayoría de Testigos de Jehová que aún rehúsan ser parte del cuerpo de Cristo y comer y beber de los emblemas en el memorial o santa cena?
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Meditad Testigos, meditad Armando López G.
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Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Cristo, Su Iglesia, y la salvación
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Una de las verdades que se desprende de las Escrituras es que Cristo vino a edificar su iglesia (Mat. 16:16) porque en ella habría salvación para todos los hombres. El apóstol Pablo así lo afirma cuando dice: Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es su salvador (Efesios 5:23). Así que Jesús es el salvador de la iglesia, la cual también se la llama: “El cuerpo de Cristo”. Así lo dice Pablo con estas palabras: Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte” (1 Cor. 12:27).
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Añadidos a la Iglesia por el bautismo
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Las Escrituras nos dicen que los que son bautizados son añadidos a un lugar específico que se llama “la iglesia” o “el cuerpo” de Cristo. Leyendo Hechos 2:38-47, descubriremos esta simple verdad: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.
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Así que aquí en los versos de arriba vemos que el Señor añadía a la iglesia a los que eran bautizados, ¿para qué?, para obtener la salvación. Es decir, si uno no es añadido a la iglesia por el bautismo, no puede ser salvo de la condenación eterna. Creo que esto está del todo claro. Sin embargo, hay una secta peligrosa llamada “Los Testigos de Jehová” que van proclamando a voz en cuello que sólo 144,000 personas de su organización componen la iglesia o cuerpo de Cristo, y que son los únicos llamados a ser “ungidos” y miembros de la “manada pequeña” que tendrá el privilegio de reinar con Cristo como hijos de Dios y hermanos de Cristo. Los demás de sus seguidores, a los cuales ellos llaman “las otras ovejas”, o también “la grande muchedumbre”, simplemente serán los súbditos de la iglesia y del reino, y no tendrán una participación activa LADO A LADO con los ungidos o la “manada pequeña” en la gobernación mundial.
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Está misma creencia es aún sostenida por mi buen amigo, y a veces detractor, el Sr. Armando López Golart, en su blog www.labiblianodiceesto.blogspot.com. Y dicho sea de paso que el Sr. López es un ex Testigo de Jehová que lastimosamente arrastra este mismo error de la secta a la cual pertenecimos ambos alguna vez.
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Pero sigamos con la discusión. Aquellos que dicen que hay una clase de cristianos que compone la iglesia y otra clase que sólo sirve de súbditos de la misma, debieran enfrentar el dilema que se presenta cuando leemos lo que escribió Pablo a los corintios: “Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios” (1 Cor. 10:32). Según Pablo, hay tres categorías o grupos de personas: los Judíos, los gentiles y la iglesia de Dios. Si la iglesia de Dios, según los [Testigos de Jehová], y [López Golart], está compuesta de 144,000 personas de su secta, entonces el resto de sus miembros (unos 5 millones) son Judíos o gentiles, o ambos. Pero sabemos que Pablo habla de los gentiles como personas que no son piadosas y que requieren la conversión, e igualmente los llamados “Judíos”, los cuales muchos aún permanecen ciegos a la verdad. Así que, los Testigos de Jehová de la llamada clase de “las otras ovejas” debieran considerar seriamente su situación cuando descubren que pueden únicamente ser o judíos y/o gentiles incrédulos, pero no cristianos convertidos y miembros del cuerpo de Cristo. La situación es realmente seria para los más de los Testigos de Jehová y los que propugnan esta idea herética, y por tanto, satánica.
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Por otro lado, la idea que tienen los Testigos de Jehová es que los 144,000 son los hermanos más maduros, y los más destacados de la grey de Dios, pues supuestamente muestran los frutos que produce en ellos el Espíritu Santo que ellos solos han recibido. El resto de hermanos, los que parecen tener menos cualidades, y menos frutos, son los que serán súbditos del reino. Sin embargo, lo que dice la Biblia contradice esta idea generalizada dentro de la Watchtower, pues Pablo también nos declara: “Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios” (1 Cor. 12:22). Ajá! Los miembros de la iglesia más flacos, los menos importantes, los menos preponderantes, los que menos parecen útiles, son necesarios. EStos no dejan de ser miembros de la iglesia por el simple hecho de ser los más flacos. Y en mi experiencia diaria he conocido a miembros de la secta que parecían insignificantes, sin mayor trascendencia y notoriedad frente a los llamados “ungidos”, y sin embargo, en sus vidas personas, y de cada día, eran personas que daban un buen testimonio de lo que significa ser personas rectas, morales y devotas frente a la sociedad. Así que para el Señor no existe dentro de su grey personas grandes y personas pequeñas, insignificantes, no dignas para pertenecer a su cuerpo e iglesia. Todos son iguales para el Señor. Pero los Testigos han hecho de las dos clases de Testigos dos tipos de cristianos que se diferencian supuestamente por su “conocimiento”, “espiritualidad”, y “dedicación”. Toda una falsa ilusión engañosa.
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Los Testigos de Jehová debieran entender que hay “Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados a una misma esperanza de vuestra VOCACIÓN” (Efesios 4:4). Ahora nótese que esa esperanza de NUESTRA VOCACIÓN ES ENTRAR EN EL REINO. Dice Pedro: Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra VOCACIÓN y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Si la esperanza de todo Testigo de Jehová es heredar el reino, entonces todos comparten la misma vocación, y además, TODOS estos creyentes están dentro de un cuerpo, el cuerpo de Cristo, como dice Efesios 4:4. No es lógico tener una misma vocación que genera la esperanza del reino y estar a su vez fuera del cuerpo que heredará dicho reino (Mat. 25:31,34).
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En 1 Corintios 14:33 Pablo equipara la iglesia con los santos. El dice esto: “Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos” (1 Cor. 14:33). Es decir, los santos para Pablo están dentro de la iglesia. Si alguno no está en la iglesia, el tal no es un santo, y por tanto, está perdido. Los Testigos parecen decirnos que sólo una minoría de Testigos de Jehová son santos, ya que ellos enseñan que la iglesia o cuerpo de Cristo está compuesto sólo del 3% de sus miembros Testigos de Jehová. ¿Será que el 97% de TJ no son santos, es decir, impíos?
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El apóstol Pablo pone como ejemplo a la cabeza (Cristo) que dirige su cuerpo (la iglesia), a fin de que el matrimonio cristiano imite ese mismo modelo. Dice así Pablo: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia” (Efesios 5:23). Pero si un Testigo de Jehová no tiene parte en la iglesia ¿por qué tendría él que imitar a la iglesia a la cual no pertenece para ejercer igualmente dominio sobre su esposa? En todo caso, serían sólo los esposos del grupo de los 144,000 “ungidos” los que debieran imitar a la iglesia, y ejercer la primacía sobre sus esposas. El resto, no!
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Lo cierto de todo esto es que por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. (1 Cor. 12:13). Estas palabras de Pablo contradicen la doctrina de los Testigos de que sólo una mínima fracción de los cristianos puede ser parte de la iglesia. Además, todos sabemos que los Testigos de Jehová se han bautizado de la misma manera, y para dedicar sus vidas a la causa que ellos pregonan. Por tanto, todos ellos deberían pertenecer a un solo cuerpo, y no a dos. Y Dios no hace acepción de personas. Uno puede únicamente ser parte del cuerpo por la fe en Jesucristo, y esto sin importar su nacionalidad, estado civil, educación, condición social, o raza.
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Finalmente, a quien Cristo ganó con su sangre es a su iglesia, pues Pablo lo dijo muy claramente así: “Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre (Hechos 20:28). Si alguna persona no es parte del cuerpo de Cristo, entonces esa persona no fue ganada por la sangre de Cristo, y por tanto, ella se halla aún perdida en sus delitos y pecados. ¿Pero aceptarán esta sentencia la mayoría de Testigos de Jehová que aún rehúsan ser parte del cuerpo de Cristo y comer y beber de los emblemas en el memorial o santa cena?
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Meditad Testigos, meditad Armando López G.