Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
“Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes (los diez reyes de los diez dedos) el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, ”. Daniel 2:41-44.
Como todos los estudiantes de la Biblia sabemos, el cuarto reino de la imagen colosal soñada por Nabucodonosor representa al Imperio Romano, y Daniel habla acerca del mismo con mayor extensión que los otros. El hierro describe un gobierno sólido y duro como el hierro, y por supuesto, la disciplina de los soldados romanos que conquistarían el mundo conocido. La longitud de sus piernas nos indica que sería un reino duradero, de largo alcance, lo que ciertamente ocurrió.
Primero, debemos diferenciar que las piernas estaban hechas de hierro puro, es decir, que no eran débiles, pero los dedos y pies estaban hechos de barro cocido y hierro, lo que indica que en esta etapa, el imperio no era tan sólido y cohesionado. Sin embargo todo ello formaba parte de un imperio pero en dos fases distintas.
La piedra desmenuza los pies de barro y hierro, no las piernas de hierro
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro”. Daniel 2:44-45.
Como muy claramente lo revela el profeta Daniel, diez reyes (los diez dedos de los pies) surgirán en los tiempos finales, los cuales harán alianza con el hierro, pero así como el barro no se une con el hierro, tampoco los diez dedos podrán tener una unidad sólida y cohesionada.
Después de esto el Dios del cielo levantará un reino que no será destruido y que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. Esto nos dice que el reino de Dios no pudo establecerse al comienzo del imperio romano como han venido sosteniendo los preteristas y campbelitas, sino al final de dicho imperio, cuando surgiera como una “quinta potencia” mundial, pero frágil o débil como el barro y hierro.
¿Quién es la piedra?
La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Salmo 118:22-23.
He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Isaías 28:16.
La piedra se refiere definitivamente a Jesucristo. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7.
Resumen:
Las piernas de hierro y los pies de barro cocido y de hierro representan dos etapas del Imperio Romano. Esto debe quedar bien establecido en la mente de todo estudiante de las profecías bíblicas. La primera etapa es una época de fortaleza, y la segunda es una renovada coalición de pueblos, naciones en una asociación política frágil. Sin embargo, el establecimiento del reino viene a cumplirse en la etapa de menos fuerza y cohesión (barro y hierro). Este hecho, por sí solo, desmorona la tesis de que el reino se estableció hace dos milenios en los tiempos de mayor auge y poderío del imperio.
Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a la venida de Cristo para establecer su reino. Los eruditos conservadores concuerdan en que el sueño del rey Nabucodonosor representa la aparición y caída de imperios humanos más importantes, y la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su reino sobre la tierra. En el sueño, la venida de Cristo está relacionada con el Imperio Romano en su fase terminal o final y no en su etapa o fase de mayor auge y poderío.
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www.elevangeliodelreino.org
www.yeshuahamashiaj.org
“Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes (los diez reyes de los diez dedos) el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, ”. Daniel 2:41-44.
Como todos los estudiantes de la Biblia sabemos, el cuarto reino de la imagen colosal soñada por Nabucodonosor representa al Imperio Romano, y Daniel habla acerca del mismo con mayor extensión que los otros. El hierro describe un gobierno sólido y duro como el hierro, y por supuesto, la disciplina de los soldados romanos que conquistarían el mundo conocido. La longitud de sus piernas nos indica que sería un reino duradero, de largo alcance, lo que ciertamente ocurrió.
Primero, debemos diferenciar que las piernas estaban hechas de hierro puro, es decir, que no eran débiles, pero los dedos y pies estaban hechos de barro cocido y hierro, lo que indica que en esta etapa, el imperio no era tan sólido y cohesionado. Sin embargo todo ello formaba parte de un imperio pero en dos fases distintas.
La piedra desmenuza los pies de barro y hierro, no las piernas de hierro
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro”. Daniel 2:44-45.
Como muy claramente lo revela el profeta Daniel, diez reyes (los diez dedos de los pies) surgirán en los tiempos finales, los cuales harán alianza con el hierro, pero así como el barro no se une con el hierro, tampoco los diez dedos podrán tener una unidad sólida y cohesionada.
Después de esto el Dios del cielo levantará un reino que no será destruido y que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. Esto nos dice que el reino de Dios no pudo establecerse al comienzo del imperio romano como han venido sosteniendo los preteristas y campbelitas, sino al final de dicho imperio, cuando surgiera como una “quinta potencia” mundial, pero frágil o débil como el barro y hierro.
¿Quién es la piedra?
La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Salmo 118:22-23.
He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Isaías 28:16.
La piedra se refiere definitivamente a Jesucristo. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7.
Resumen:
Las piernas de hierro y los pies de barro cocido y de hierro representan dos etapas del Imperio Romano. Esto debe quedar bien establecido en la mente de todo estudiante de las profecías bíblicas. La primera etapa es una época de fortaleza, y la segunda es una renovada coalición de pueblos, naciones en una asociación política frágil. Sin embargo, el establecimiento del reino viene a cumplirse en la etapa de menos fuerza y cohesión (barro y hierro). Este hecho, por sí solo, desmorona la tesis de que el reino se estableció hace dos milenios en los tiempos de mayor auge y poderío del imperio.
Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a la venida de Cristo para establecer su reino. Los eruditos conservadores concuerdan en que el sueño del rey Nabucodonosor representa la aparición y caída de imperios humanos más importantes, y la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su reino sobre la tierra. En el sueño, la venida de Cristo está relacionada con el Imperio Romano en su fase terminal o final y no en su etapa o fase de mayor auge y poderío.
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