Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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. . . el cual quiere (Dios) que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim.2:4).
. . . el cual quiere (Dios) que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim.2:4).
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LA DOCTRINA DE LA ELECCIÓN
LA DOCTRINA DE LA ELECCIÓN
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Iniciamos nuestro tema con la palabra hebrea bachir. Esta palabra es usada por lo menos en el AT. 200 veces. Dicho término muestra al Señor escogiendo a una persona o alguna cosa con un propósito o uso. En Is.45:4 vemos: «Por amor de mí siervo Jacob, y de Israel mi escogido. . . » Es menester decir, y curioso además, que después de la lucha de Jacob con el ángel de Dios que aquél viene a ser llamado «Israel» y «mi escogido». En Is.65:9 dice: «y mis escogidos poseerán por heredad. . . ».
Iniciamos nuestro tema con la palabra hebrea bachir. Esta palabra es usada por lo menos en el AT. 200 veces. Dicho término muestra al Señor escogiendo a una persona o alguna cosa con un propósito o uso. En Is.45:4 vemos: «Por amor de mí siervo Jacob, y de Israel mi escogido. . . » Es menester decir, y curioso además, que después de la lucha de Jacob con el ángel de Dios que aquél viene a ser llamado «Israel» y «mi escogido». En Is.65:9 dice: «y mis escogidos poseerán por heredad. . . ».
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Israel desde sus orígenes fue una nación «escogida» para Abraham, Isaac y Jacob. Cuando Abram llegó a ser Abraham (amigo de Dios y padre de multitudes) entonces la nación de Israel fue llamada como «escogida» conforme a la promesa de Dios hecha a él. Abraham creyó a Dios, y le fue contada por justicia (Ro. 4:4, 5). Podemos decir, con deducción sana, que la adecuada y formal comunión de Abraham con el Señor Dios fue el principio o el fundamento para que la nación de Israel fuese llamada como «escogida». Concluimos, entonces, que la palabra bachir tiene conexo con Dios como el que «escoge», donde se desprende el verdadero significado de «escogido» (AT.), es decir, cuando la relación de alguien o alguna cosa (personas o nación) es la correcta delante de Dios.
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Eklecktos (palabra griega). Esta palabra es usada en el NT. aproximadamente unas 28 veces. Se ha traducido de forma general como «escogido» o «elegido». Un autor agrega en estas palabras «dispuestos» (en planes), o «seleccionados» (ejemplares, favoritos). Ver Mr.13:27; 1 P.1:1; 2. Ekclecktos es un adjetivo usado como sustantivo y requiere de un objeto o complemento al cual modificar. Significa esta palabra (uno) «escogido» o (uno) «elegido», que hace la diferencia de aquel que ha sido «seleccionado».
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Eklego, también palabra griega, es un verbo radical que se emplea aproximadamente en el NT. unas 18 veces. Significa «escoger», «seleccionar», «elegir para sí mismo». Esta palabra es usada en los Evangelios con respecto a la elección de los apóstoles por el Señor Jesucristo (Lc.6:13), con María cuando ella escogió sentarse a los pies del Señor Jesucristo (Lc.10:42), y en las elecciones simples (Lc.14:7). La palabra eklego se refiere a cualquier acto de elección, si alguien se encuentra como «uno de los escogidos» o si no, en los asuntos sencillos para escoger o no. Determinamos así, que no todas las personas que el Señor escogió (eklego) son los escogidos (eklecktos). Santiago nos muestra con claridad el asunto, al usar estos términos de la siguiente manera: « ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?» (Stg.2:5). Vemos claramente que los escogidos aquí son los que a Dios aman. La elección, indudablemente, tiene su cimiento en el amor de las personas para con Él.
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Hay otra palabra que se deriva de eklego, y es la palabra ekloge. Esta palabra se menciona 6 veces en el Nuevo Testamento Griego. La encontramos en: Ro.9:11; 11:5, 7, 7, 28; 1 Ts. 1:4; 2 P. 1:10. Su significado, principalmente, es: «selección», «elección», «colocar», «escoger» (una disposición para escoger, un acto para seleccionar). Por lo tanto, los «elegidos» (Del AT. y del NT.), son los que se encuentran en una relación acepta con Dios en todas sus formas, llámese santidad, justicia, obediencia, etc. («en quien mi alma tiene contentamiento», de acuerdo a Is.42:1). Vimos que los «elegidos» no son un grupo especial de «privilegiados» por la acción misma de ser elegidos como tal. La elección se basa en el amor de ellos y que lo han dirigido a Dios.
Eklecktos (palabra griega). Esta palabra es usada en el NT. aproximadamente unas 28 veces. Se ha traducido de forma general como «escogido» o «elegido». Un autor agrega en estas palabras «dispuestos» (en planes), o «seleccionados» (ejemplares, favoritos). Ver Mr.13:27; 1 P.1:1; 2. Ekclecktos es un adjetivo usado como sustantivo y requiere de un objeto o complemento al cual modificar. Significa esta palabra (uno) «escogido» o (uno) «elegido», que hace la diferencia de aquel que ha sido «seleccionado».
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Eklego, también palabra griega, es un verbo radical que se emplea aproximadamente en el NT. unas 18 veces. Significa «escoger», «seleccionar», «elegir para sí mismo». Esta palabra es usada en los Evangelios con respecto a la elección de los apóstoles por el Señor Jesucristo (Lc.6:13), con María cuando ella escogió sentarse a los pies del Señor Jesucristo (Lc.10:42), y en las elecciones simples (Lc.14:7). La palabra eklego se refiere a cualquier acto de elección, si alguien se encuentra como «uno de los escogidos» o si no, en los asuntos sencillos para escoger o no. Determinamos así, que no todas las personas que el Señor escogió (eklego) son los escogidos (eklecktos). Santiago nos muestra con claridad el asunto, al usar estos términos de la siguiente manera: « ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?» (Stg.2:5). Vemos claramente que los escogidos aquí son los que a Dios aman. La elección, indudablemente, tiene su cimiento en el amor de las personas para con Él.
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Hay otra palabra que se deriva de eklego, y es la palabra ekloge. Esta palabra se menciona 6 veces en el Nuevo Testamento Griego. La encontramos en: Ro.9:11; 11:5, 7, 7, 28; 1 Ts. 1:4; 2 P. 1:10. Su significado, principalmente, es: «selección», «elección», «colocar», «escoger» (una disposición para escoger, un acto para seleccionar). Por lo tanto, los «elegidos» (Del AT. y del NT.), son los que se encuentran en una relación acepta con Dios en todas sus formas, llámese santidad, justicia, obediencia, etc. («en quien mi alma tiene contentamiento», de acuerdo a Is.42:1). Vimos que los «elegidos» no son un grupo especial de «privilegiados» por la acción misma de ser elegidos como tal. La elección se basa en el amor de ellos y que lo han dirigido a Dios.
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LA ELECCIÓN Y LA PRESCIENCIA O CONOCIMIENTO PREVIO
LA ELECCIÓN Y LA PRESCIENCIA O CONOCIMIENTO PREVIO
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Somos «escogidos» por Dios, «antes de la fundación del mundo» (Ef.1:4), en base al «Nuevo Nacimiento», en Cristo, por medio de la «presciencia» de Dios. Así, las Escrituras muestran que somos elegidos «según la presciencia de Dios Padre. . .» (1 P.1:2). En Efesios 1:4, 5 dice: «Según Dios Padre nos escogió en él (en Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad». Significa, que nosotros, estamos primeramente en la mente de Dios, y somos de Cristo antes de la elección. Solamente en Jesucristo se da como hecho la elección y la predestinación. Dios, en su presciencia, antes de que el mundo se fundara, sabía de antemano quienes serían y estarían en Él como creyentes.
Somos «escogidos» por Dios, «antes de la fundación del mundo» (Ef.1:4), en base al «Nuevo Nacimiento», en Cristo, por medio de la «presciencia» de Dios. Así, las Escrituras muestran que somos elegidos «según la presciencia de Dios Padre. . .» (1 P.1:2). En Efesios 1:4, 5 dice: «Según Dios Padre nos escogió en él (en Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad». Significa, que nosotros, estamos primeramente en la mente de Dios, y somos de Cristo antes de la elección. Solamente en Jesucristo se da como hecho la elección y la predestinación. Dios, en su presciencia, antes de que el mundo se fundara, sabía de antemano quienes serían y estarían en Él como creyentes.
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LA ELECCIÓN Y LA PREDESTINACIÓN
LA ELECCIÓN Y LA PREDESTINACIÓN
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«Predestinar», en sí, nada tienen que ver con la selección que Dios haya hecho de algunos individuos para ser salvos o para que se pierdan. La predestinación se da sobra la base de la elección, y es parte de ésta. En el momento en que una persona llega a ser creyente en Cristo, vienen a ser un como «escogido» para Dios. Dios arroja un derecho legal sobre el creyente el cual le adjudica como hijo de Dios por adopción (Ver también en Jn. 1:12), conforme a este derecho legal, se puede precisar que la predestinación habrá de concretarse, preponderantemente, en la conversión de la persona como creyente en Cristo, un «elegido», y que no depende de otra situación diferente. Así confirmamos lo anterior: «Habiéndonos predestinados para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo» (Ef.1:5). La palabra «predestinación» proviene de la palabra griega proorizo, cuyo significado es «marcar límites», «delimitar algo antes». De tal forma que Dios, al saber en su presciencia quienes habrían de creer en Cristo, llegarían a ser «escogidos». Dice el Dr. Stanton W. Richardson:
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-Dios trazó los límites para la vida de aquel como un hijo, la de una vida sin mancha delante de él, en amor. Esta regla solamente tiene efecto cuando la persona cree en Cristo como Salvador de su vida. El libre albedrío que Dios le dio le da la libertad de escoger a la persona en lo que quiera, mas Dios sabe de antemano, y exclusivamente Él, cuál será el camino que ella escogerá-.
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Podemos afirmar a ciencia cierta, que Dios escogió a quienes Él conocía en su presciencia: el tenía el conocimiento anticipado de los que recibirían a Cristo como su Señor y Salvador.
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Las Escrituras fundamentan la elección en base al preconocimiento de Dios:
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«Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos» (Ro.8:28).
«Predestinar», en sí, nada tienen que ver con la selección que Dios haya hecho de algunos individuos para ser salvos o para que se pierdan. La predestinación se da sobra la base de la elección, y es parte de ésta. En el momento en que una persona llega a ser creyente en Cristo, vienen a ser un como «escogido» para Dios. Dios arroja un derecho legal sobre el creyente el cual le adjudica como hijo de Dios por adopción (Ver también en Jn. 1:12), conforme a este derecho legal, se puede precisar que la predestinación habrá de concretarse, preponderantemente, en la conversión de la persona como creyente en Cristo, un «elegido», y que no depende de otra situación diferente. Así confirmamos lo anterior: «Habiéndonos predestinados para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo» (Ef.1:5). La palabra «predestinación» proviene de la palabra griega proorizo, cuyo significado es «marcar límites», «delimitar algo antes». De tal forma que Dios, al saber en su presciencia quienes habrían de creer en Cristo, llegarían a ser «escogidos». Dice el Dr. Stanton W. Richardson:
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-Dios trazó los límites para la vida de aquel como un hijo, la de una vida sin mancha delante de él, en amor. Esta regla solamente tiene efecto cuando la persona cree en Cristo como Salvador de su vida. El libre albedrío que Dios le dio le da la libertad de escoger a la persona en lo que quiera, mas Dios sabe de antemano, y exclusivamente Él, cuál será el camino que ella escogerá-.
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Podemos afirmar a ciencia cierta, que Dios escogió a quienes Él conocía en su presciencia: el tenía el conocimiento anticipado de los que recibirían a Cristo como su Señor y Salvador.
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Las Escrituras fundamentan la elección en base al preconocimiento de Dios:
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«Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos» (Ro.8:28).
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Dios conocía y sabía antes qué hombres habrían de creer, porque en el «creer» está la condición indiscutible para que se culmine la justificación. Si Dios hubiese ordenado escoger para vida eterna a aquellos que ha regenerado primeramente para creer, idea arbitraria calvinista, ¿qué obligación se podría exigir si todo está premeditadamente concluido? ¿Cuál sería el apremio puesto sobre su soberanía si el plan hubiese sido así? El verdadero propósito de Dios para los que ha escogido es: que «sean hechos conforme a la imagen de su hijo» (Ro.8:29). Si Dios ha elegidos a los que se perderán, y a los que habrán de ser salvos bajo esta clase de elección, ¿qué mérito bueno o positivo tendría alguien en afanase o esforzarse en predicar el Evangelio de Salvación, si de todos modos Dios ya ha asegurado a sus salvos y separado los perdidos?
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Cristo instruyó a sus apóstoles a «predicar el Evangelio a toda criatura». Él nunca fue arbitrario en ninguna manera en sus palabras como lo podemos ver, ya que por Decreto Divino, todos los seres humanos han caído de la Gracia Divina por la trasgresión de uno (Ro. 5:12; 6:23), y todos, enfáticamente, sin excepción, tienen la oportunidad para creer y ser salvos por el amor infinito de Dios, amor manifestado a un mundo encadenado en tinieblas de condenación irremediable (Jn.3:16). En eso estriba la Gracia Salvadora, que es un don inmerecido para los hombres en general, que son pecadores, ya que «no hay ninguno solo bueno ni justo» (Ro.3:10-18).
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Cristo instruyó a sus apóstoles a «predicar el Evangelio a toda criatura». Él nunca fue arbitrario en ninguna manera en sus palabras como lo podemos ver, ya que por Decreto Divino, todos los seres humanos han caído de la Gracia Divina por la trasgresión de uno (Ro. 5:12; 6:23), y todos, enfáticamente, sin excepción, tienen la oportunidad para creer y ser salvos por el amor infinito de Dios, amor manifestado a un mundo encadenado en tinieblas de condenación irremediable (Jn.3:16). En eso estriba la Gracia Salvadora, que es un don inmerecido para los hombres en general, que son pecadores, ya que «no hay ninguno solo bueno ni justo» (Ro.3:10-18).
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Para concluir, dejamos al amable lector estos puntos bíblicos en contra de la doctrina calvinista:
Para concluir, dejamos al amable lector estos puntos bíblicos en contra de la doctrina calvinista:
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1. Si la expiación fue limitada, su oferta también lo es.
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2. Las Escrituras, así como las palabras de Cristo, ofrecen salvación para todas las personas del mundo (Vean por favor Mt.11:28; Jn. 6:37; 12:32: Mr. 16:15).
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3. La Palabra de Dios muestra que Cristo murió por todo el mundo (Jn.1:29; Jn.3:16; 1 Ti. 1:15, 16; 1 P.3:9; 1 Jn.2:2).
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4. Textos bíblicos afirman que muchos por los que murió Cristo, se perdieron (1 Co.8:11).
1. Si la expiación fue limitada, su oferta también lo es.
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2. Las Escrituras, así como las palabras de Cristo, ofrecen salvación para todas las personas del mundo (Vean por favor Mt.11:28; Jn. 6:37; 12:32: Mr. 16:15).
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3. La Palabra de Dios muestra que Cristo murió por todo el mundo (Jn.1:29; Jn.3:16; 1 Ti. 1:15, 16; 1 P.3:9; 1 Jn.2:2).
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4. Textos bíblicos afirman que muchos por los que murió Cristo, se perdieron (1 Co.8:11).
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Y para meditar al respecto:
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«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (2 P.3:9).
«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (2 P.3:9).