Por Omar H. Delgado Jáuregui
TODO ES PERMITIDO
Quiero empezar este escrito diciendo que todo me es permitido. Así es, todo me es permitido: Puedo libremente maldecir, matar, engañar, robar, mentir y codiciar entre otras cosas. ¿Quién me lo impide? Nadie, ni si quiera Dios mismo.
NO TODO ME CONVIENE
Insisto, todo me es permitido PERO NO TODO ME CONVIENE. Y he allí el punto. No todo me conviene. Tengo algo que se llama voluntad y libre albedrío, es decir tengo la capacidad de elegir y actuar de la manera que yo quiera. Yo elijo con mis actos si vivo en bendición o maldición. No depende de Dios porque El a todos quiere bendecir, no depende de mi vecino porque el a todos quiere maldecir. Depende de mí. Aclaro de nuevo, puedo hacer lo que yo quiera, todo me es permitido pero No todo me conviene, Y es importante ser sabio en mi manera de elegir porque aunque quiera o no quiera, aunque me guste o no me guste aunque lo crea o no, existen consecuencias por cada uno de mis actos.
HAY CONSECUENCIAS
Causa, efecto. Hay consecuencias. Ya lo decía el gran sabio del pueblo de Israel, el rey Salomón, en su libro de proverbios:¿Puede alguien ponerse fuego en el pecho sin que se inflame su ropa? ¿Se puede caminar sobre brasas sin quemarse los pies?
En nuestra sociedad actual es muy común escuchar que todo es relativo, incluyendo los valores. ¿Bueno o malo? ¿Justo o injusto? Todo depende del punto desde donde se mire.
Y sin querer queriendo -como diría el chavo del ocho- comenzamos a llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno. Podemos pensar que nadie sale afectado, pero la verdad es otra.
¿Qué sucedería si una ley natural se altera? Imaginemos que un día, el planeta tierra se vuelve loco y comienza a girar sobre su propio eje no solo una vez cada 24 horas, sino diez o cien. ¡QUE CAOS! ¿Qué ocurre cuando el hombre altera un ecosistema? Ya lo hemos visto en nuestro medio ambiente, todos salimos perdiendo. ¿Qué suceden cuando las olas del mar traspasan su límite?
Cuando alteramos el orden dado, cosas comienzan a suceder y tarde o temprano nos afectan.
Así como en lo físico existen leyes establecidas y absolutas que rigen el mundo de la física, tal es el caso de la ley gravitacional. En lo espiritual, o en este caso, hablando de la moral, también existen leyes morales que rigen y juzgan los actos del ser humano. Leyes morales que al no obedecerse producen un efecto negativo tanto para nosotros como para quienes nos rodean.
Seamos honestos, la verdad es que no necesitamos una licenciatura en filosofía y tomar muchos cursos de ética para darnos cuenta que el maldecir, matar, engañar, robar, mentir y codiciar, no son cosas dignas de ser alabadas sin importar la cultura ni el tiempo en que nos desarrollemos. Y si no, preguntémosle a la madre cuyo corazón es quebrantado por su hijo que la maldice. Preguntémosle al Padre cuya hija secuestraron, violaron y asesinaron si el matar es algo relativo. ¿O porque no? Preguntémosle aquella esposa cuyo marido le es infiel si el adulterio le es relativo y correcto. Vayamos a preguntarle a todos aquellos que les han robado. ¿Y que decimos del mentir? ¿Qué tanto daño puede causar mentir? Preguntémosle aquel que por una mentira es acusado injustamente, juzgado y condenado a pasar toda su vida encerrado en prisión. Y cuando de codiciar se trata, ni se diga, pues ésta a llevado a las personas a cometer las peores atrocidades en la historia de la humanidad. Las guerras mundiales han sido el resultado de la codicia e intereses de unos cuantos.
Decimos que los valores y actos humanos son relativos pero, ¿no será acaso una escusa para justificar nuestra capacidad y voluntad de hacer las cosas correctamente? ¿Realmente podemos afirmar que los actos humanos son relativos y que no existe lo bueno ni lo malo? Si afirmamos que no existe lo bueno ni lo malo, tendríamos que eliminar toda forma de gobierno y autoridad, toda constitución, toda ley. Y además, se nos quitaría el derecho de reclamar lo que es nuestro, por ejemplo si decimos que el trabajador es digno de su salario y merece que se le pague lo justo, ante la relatividad moral ¿Qué es lo justo? Todo es relativo. Si afirmamos que lo bueno y lo malo es relativo, no tendríamos la autoridad para denunciar los abusos de poder y toda la maldad del mundo.
Si este mundo va rumbo a la destrucción es por causa de nuestras malas decisiones. De nuestros malos actos. Podemos verlo claramente en los noticieros. La ausencia de valores en las personas esta produciendo muerte en todo el mundo.
ELIJAMOS BIEN
Elijamos bien. Actuemos de manera prudente, si en verdad decimos que tenemos razonamiento, utilicemos la razón y la inteligencia para discernir -esto significa distinguir- lo bueno de lo malo y actuar de manera correcta.
