Por el Dr Javier Rivas Martínez (MD)
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El cristianismo de la actualidad, en su mayor parte, está muy lejos de aquel antiguo y verdadero que era santo y puro, dónde la doctrina fundamental de Cristo era llevada de una manera sencilla y práctica. En estos días, que cada vez están peor y que conducen con bastante seguridad al conflicto mayor de la historia humana, de acuerdo a lo descrito en la Biblia (Mr.13:19), percatamos un mover satánico muy notable y que anuncia la muy próxima manifestación del misterio de la iniquidad, que en cualquier momento, asomará su tétrica cabeza en la superficie terrestre para abrumar al mundo pecador en diferentes formas (2 Ts.2:7) Este mover satánico, no sólo está confinado al mundo seglar, también los cristianos profesantes han caído en sus redes infernales. Los fuegos extraños (Lev.10:1-2) que son guardaos en los corazones de los creyentes, y muchos de ellos sinceros, son marcadamente visibles ante los ojos de los que escrutan las Escrituras y las entienden correctamente bien, pero los creyentes que no se toman la molestia de escrutarlas, los pasivos y desinteresados, los ojos les son cegados por el velo de la ignorancia, y cómo a manera zombis, son llevados dócilmente por el camino de la herejía y de de la perdición. El cristiano verdadero está obligado a conocer las diferentes doctrinas básicas que las Escrituras presentan, porque mucho de allí depende tener el pie entre lo santo o lo profano, entre la vida sempiterna o la condenación eterna. La Doctrina del Rapto Pretribulacional, es una herejía formalizada en el siglo XVIII por la Iglesia romanista católica, cuyo autor intelectual fue un jesuita chileno de nombre Manuel Lacunza. Bajo un nombre falso (Iben Ezra), se hace pasar por un rabino judío y logra introducirse en mundo -cristiano protestante- para depositar la semilla de maldad de la doctrina del Rapto Pretribulacional y que hoy sigue haciendo estragos entre los que profesan el cristianismo. Está documentado, que antes del siglo XVIII, los reformadores y la Iglesia de Jesucristo de los primeros siglos, jamás proclamaron tamaña mentira. La idea empieza con los romanistas para terminar infiltrada, paradójicamente, en las Iglesias que se hacen llamar –evangelistas- o –protestantes- y que tanto han injuriado con desdén (y no las culpo) a la Iglesia Papal por su condenable idolatría. Edward Irving, ministro presbiteriano escocés, aceptó la teoría de Lacunza, después, el movimiento de los –Hermanos- en Irlanda, la aprobó de la misma manera; y por último, el Padre del Dispensacionalismo, John Darby, la abrigó para regarla con toda la libertad en las -Iglesias Evangélicas o Protestantes- que la aceptaron también erradamente. La Doctrina del Rapto Pretribulacional contradice con error craso lo que dice en 2 Ts.2:1-4. Veamos el punto a discutir a continuación:
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El cristianismo de la actualidad, en su mayor parte, está muy lejos de aquel antiguo y verdadero que era santo y puro, dónde la doctrina fundamental de Cristo era llevada de una manera sencilla y práctica. En estos días, que cada vez están peor y que conducen con bastante seguridad al conflicto mayor de la historia humana, de acuerdo a lo descrito en la Biblia (Mr.13:19), percatamos un mover satánico muy notable y que anuncia la muy próxima manifestación del misterio de la iniquidad, que en cualquier momento, asomará su tétrica cabeza en la superficie terrestre para abrumar al mundo pecador en diferentes formas (2 Ts.2:7) Este mover satánico, no sólo está confinado al mundo seglar, también los cristianos profesantes han caído en sus redes infernales. Los fuegos extraños (Lev.10:1-2) que son guardaos en los corazones de los creyentes, y muchos de ellos sinceros, son marcadamente visibles ante los ojos de los que escrutan las Escrituras y las entienden correctamente bien, pero los creyentes que no se toman la molestia de escrutarlas, los pasivos y desinteresados, los ojos les son cegados por el velo de la ignorancia, y cómo a manera zombis, son llevados dócilmente por el camino de la herejía y de de la perdición. El cristiano verdadero está obligado a conocer las diferentes doctrinas básicas que las Escrituras presentan, porque mucho de allí depende tener el pie entre lo santo o lo profano, entre la vida sempiterna o la condenación eterna. La Doctrina del Rapto Pretribulacional, es una herejía formalizada en el siglo XVIII por la Iglesia romanista católica, cuyo autor intelectual fue un jesuita chileno de nombre Manuel Lacunza. Bajo un nombre falso (Iben Ezra), se hace pasar por un rabino judío y logra introducirse en mundo -cristiano protestante- para depositar la semilla de maldad de la doctrina del Rapto Pretribulacional y que hoy sigue haciendo estragos entre los que profesan el cristianismo. Está documentado, que antes del siglo XVIII, los reformadores y la Iglesia de Jesucristo de los primeros siglos, jamás proclamaron tamaña mentira. La idea empieza con los romanistas para terminar infiltrada, paradójicamente, en las Iglesias que se hacen llamar –evangelistas- o –protestantes- y que tanto han injuriado con desdén (y no las culpo) a la Iglesia Papal por su condenable idolatría. Edward Irving, ministro presbiteriano escocés, aceptó la teoría de Lacunza, después, el movimiento de los –Hermanos- en Irlanda, la aprobó de la misma manera; y por último, el Padre del Dispensacionalismo, John Darby, la abrigó para regarla con toda la libertad en las -Iglesias Evangélicas o Protestantes- que la aceptaron también erradamente. La Doctrina del Rapto Pretribulacional contradice con error craso lo que dice en 2 Ts.2:1-4. Veamos el punto a discutir a continuación:
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«Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, no os conturbéis, ni por espíritu, no por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto del culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios» (2 Ts.2:1-4).
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Pablo advierte a los cristianos de esa época, el no dejarse engañar por aquellos que trataban de hacerles creer que la venida del Señor era próxima. La segunda venida en gloria del Señor será después de la tribulación de aquellos días (Mt.24:29; Mr.13:19). Pablo escribe que la aparición de Cristo no será sino antes que venga la apostasía (1 Tim.4:1), y aparezca el hijo de pecado, de perdición el Anticristo Final (2 Ts.1, 3). Los Pretribulacionalistas colocan una venida invisible al mundo (que la llaman la primera fase de la segunda venida, según ellos), que no concuerda con lo que Pablo dice, que habrá de aparecer primero el Anticristo, luego se daría la segunda venida de Jesús, visible para el mundo, arribando del cielo en gloria y en poder (Mt.13:26; Ap.1:7). Jamás Pablo refiere un Arrebato antes de la Gran Tribulación. Creemos que Pablo lo mencionaría con seguridad de haber sido una verdad Escritural, porque sería importante. Él previene con énfasis a los creyentes para que no fueran confundidos por los falsos maestros que vaticinaban que en ese tiempo El Día del Señor estaba cerca. Esto era imposible, debido a que la Iglesia estaba recién erguida y Pablo sabía que para extender el evangelio al mundo perdido no era factible en unos cuantos años. Se necesitaba mucho más tiempo, de otra manera, solo un –puñadito- de creyentes se hubieran salvado.
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Para concluir, Ireneo de Lyón, uno de los más grandes padres de la Iglesia primitiva, discípulo de Policarpo, y éste ultimo del apóstol Juan, afirma que la Iglesia de Jesucristo pasará por la Gran Tribulación Final, sin considerar nunca algo que se parezca a un Rapto Pretribulacional: .«Más claramente aún Juan, discípulo del Señor, escribió en el Apocalipsis acerca de los últimos tiempos y de de los diez reyes que se dividirán el reino que ahora impera. Cuando explica el significado de los diez cuernos que Daniel vio, dice que esto le fue revelado: «Y los diez cuernos que viste son diez reyes a los que aún no se les ha dado el reino, sino que por una hora recibirán el poder junto con la bestia. Estos tienen una sola idea en su mente, la de entregar a la bestia la fuerza y el poder. Estos lucharán con el cordero, y éste los vencerá porque es el Señor de los señores y Rey de los reyes» (Ap 17,12-14). También se declara que aquel que viene matará a tres de ellos, los otros le quedarán sometidos, y el mismo será el octavo de ellos. Y devastarán Babilonia y la quemarán a fuego, le entregarán su reino a la bestia y perseguirán la Iglesia. Una vez acaecidas estas cosas, quedarán destruidos con la venida de nuestro Señor"» (Ireneo de Lión, Contra las Herejías, Libro V, 26:1).
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Dios les bendiga siempre, mis hermanos y amigos que nos visitan y leen.
Dios les bendiga siempre, mis hermanos y amigos que nos visitan y leen.
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