Por Mario Olcese Sanguineti (Apologista)
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Hola, antes que nada lo saludo en el nombre del Señor.
Sólo quiero publicar mi duda, porque la verdad es que yo si estoy un poco confundido en cuanto al ministerio de varios “siervos” de Dios; uno de ellos es Marcos Witt, ya que el mismo se metió en camisa de once varas al asistir a una reunión con católicos en el famoso “ecumenismo”. Otro de ellos es sin duda Carlos cash Luna, que a pesar de que he leído sobre él en cuanto a sus lujos y otras vanidades, no me explico cómo es que el tiene poder o logra sanar gente, y muchas cosas más.
Les agradecería si me ayudan a entender esta contradicción, por favor…
Dios les bendiga
Sergio
Respuesta:
Estimado Sergio, gracias por contarnos de su preocupación sobre los supuestos milagros realizados por Carlos Cash Luna en sus campañas de “evangelización”. En primer término, los instrumentos del diablo también pueden realizar milagros extraordinarios en el nombre de Dios, y así engañar a los incautos. Jesús ya había advertido que muchos vendrían en su nombre y harían milagros estupendos, y no obstante serían desconocidos y hasta rechazados por él en su segunda venida. En Marcos 7 Jesús dice: “Muchos me dirán en aquel día, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les protestaré NUNCA os conocí, apartaos de mí, obradores de maldad” (Vs, 22,23). Note usted que el Señor no dice que aquellos predicadores/milagreros fueron en un tiempo conocidos y aprobados por él, sino, más bien, que NUNCA los reconoció como sus discípulos. Entonces me preguntó: ¿Cómo realizaron milagros si el Señor nunca los respaldó? Las respuestas pueden ser fáciles de deducir:
A).- Por el poder de Belzebú o B).- Por el poder de la sugestión. Sabemos que la Biblia nos habla de un tal Simón el mago, un hombre que hacía sus maravillas que dejaba atónitos al pueblo. Dice de este Simón, así: “Y había un hombre llamado Simón, el cual había sido antes mágico en aquella ciudad, y había engañado la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande: Al cual oían todos atentamente desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es la gran virtud (“el gran ungido”?) de Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado mucho tiempo” (Hechos 8:9-11). Así que Mr. Carlos “Cash Money” Luna muy bien puede ser el Simón Mago del siglo XXI junto con Benny “Hinnon” Hinn y muchos que son unos hijos de Satanás, o bien, simples magos e hipnotizadores que cobran fuertes sumas de dinero por sus supuestos servicios “sagrados.
Ahora bien, muchas de las curaciones supuestamente “comprobadas” de parte de estos sanadores/hipnotizadores resultan ser meramente paliativos que duran un poco de tiempo y luego las dolencias vuelven a repetirse…y con más fuerza! Se han reportado de gentes que se han sentido aliviadas y hasta curadas por las “benditas” manos de los sanadores por la fe y que luego han recaído con más fuerza, y lo que es más grave aún, ¡dejaron de existir! Y claro, la excusa de siempre de los sanadores es que tales individuos no tuvieron la suficiente fe, y como resultado, recayeron y murieron. Estupenda salida…¡aunque tal vez la carencia de fe no fue precisamente por parte de los “sanados” sino de los sanadores mismos!
Recuerde usted finalmente que el mismo anticristo apocalíptico, el hijo de perdición, el hijo del diablo, hará maravillas y portentos que dejarán boquiabiertos a millones. Y como los modernos anticristos que atraen a multitudes con sus supuestos milagros, también este hombre impío engañará a muchos de los santos con sus portentos y maravillas que estarán respaldadas por el mismo diablo (Apo. 13:12-14).
Así que para concluir, a los verdaderos hijos de Dios se les conocerá no porque hacen grandes milagros, o porque curan o sanan a las gentes, sino por el amor genuino que tienen para los hermanos. Así lo dice el Señor con estas palabras: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Y cuando Jesús dijo esto, el contexto nos indica que no se refería a las curaciones milagrosas, sino al servicio humilde unos para con otros, lavando los pies de los hermanos, compartiendo los bienes materiales, comida, hospedaje, y una asistencia permanente a los huérfanos y viudas en su aflicción.
He dicho…