Los 15 minutos que estuve atrapado en Carlos Pellegrini y Córdoba, me hicieron actualizar mis pensamientos sobre Palau, su familia y el marketing de la religión.
A nadie que transite habitualmente la 9 de julio le pudo pasar desapercibido el mega operativo montado en torno a la presentación del predicador evangelista más exitoso de habla hispana.
A nadie que transite habitualmente la 9 de julio le pudo pasar desapercibido el mega operativo montado en torno a la presentación del predicador evangelista más exitoso de habla hispana.
Mientras esperaba en ese gigantesco atasco, repasé mentalmente los avisos en gráfica y la publicidad de radio y TV de los últimos días y no encontré en mi memoria una campaña de comunicación acorde con la convocatoria que esa mega estructura de tubos de hierro anunciaba. Llenar el obelisco no es tarea sencilla, y mucho menos sin desplegar una masiva campaña de comunicación.
Según cifras que comunicaron los organizadores, al evento concurrieron unas 300.000 personas cada día. Aunque hayan sido la mitad, seguiría siendo todo un NÚMERO.El artículo que hoy escribe Sandra Russo en página 12 nos acerca al mecanismo. Rescato estos párrafos:Yo prosperé –dice Miriam.Esa es la primera razón que enuncia para explicar su condición de líder en su iglesia evangélica de La Matanza. Como todos los que forman parte de la organización esta tarde, Miriam fue designada por su propio pastor para hacer su tarea. Cada pastor interesado en vincularse con el festival se contactó con la gente de Palau y así, a través del aporte de decenas de Iglesias, bajaron las directivas primero a los pastores, después a los líderes y por último a los miembros de las células.–¿Las células?–Cada líder tiene a cargo doce personas. Eso es su célula.–¿Por qué doce?–Como los apóstoles.–Ah. ¿Y qué hace falta para ser líder?–Que te elija tu pastor.–¿Y a vos por qué te eligió?–Porque soy siervo.
La historia de Miriam es aproximativa a muchas historias más surgidas del malestar y la pobreza. Se acercó a una Iglesia evangélica hace quince años, cuando estaba pensando en suicidarse. Un mal matrimonio y una constante melancolía no le daban ganas de vivir. Dice que encontró a Jesús y fue un consuelo, pero que recién hace cinco años que es “siervo”. Debe entenderse por “siervo” la entrega acrítica a Jesús, intermediada por su pastor.Hace unos meses discutimos sobre la innovación introducida por Philip kotler en ámbitos que exceden lo estrictamente empresarial. En su artículo “Broadening the concept of marketing”, proponía un "inexorable" TODO SE VENDE: Productos, servicios, partidos políticos y los políticos, universidades, actores, ideas, deportistas...
¿Cómo podría la religión quedar fuera de la parafernalia marketinera? Entonces nuestro bien conocido Gurú se acercó a la religión con el libro “Marketing for Congregations”.Vuelvo a leer el testimonio de Miriam y el final de la nota de Russo.
"Por eso Miriam es sierva. Su vida cambió"Y ahora todo se me mezcla.Todo se vende decía Kotler, incluso la religión.
Todo se vende pienso, ¿utilizando argumentos de la religión?
Las promesas de felicidad, de cambiar la vida, de ser otro, ¿no son acaso las propuestas de un predicador?
¿El marketing y el management entrando en el mundo de la religión, o el discurso de predicadores entrando en el mundo de las empresas?
En el terreno de la fe, todo, en el de los productos y servicio: como dice Narda Lepes "no deje de leer la letra chica de las etiquetas".
www.yeshuahamashiaj.org
www.elevangeliodelreino.org
