Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
Oyendo un mensaje del hereje Cash Luna al regresar a casa de mi trabajo, casi me tapo los oídos para no escuchar tanta doctrina absurdamente irracional y que engaña magistralmente hasta este mismo momento a tantos creyentes bien intencionados pero que son, tristemente, tontos e incautos por no discernir la naturaleza terrible de ellas y que se anuncian como vender pan caliente en la «Casa de Dios», altamente tergiversadas y condenatorias. Caro le costará la osadía a Cash, si no desiste y se arrepiente, de proferir habladurías profanas que encolerizan al Dios del Cielo, que lo mira con enojo no demasiado poco. A punto de dar término a su mensaje torcido, Carlos profetiza, según él, que «mañana vendrán días buenos». Carlos Luna, es un ilusionista hábil para titiritear las emociones y las conducta de los creyentes débiles espiritualmente e ignorantes en las Escrituras Sagradas y que se han dejado seducir bajo una forma que parece de Dios, con prédicas netamente motivacionales-psicológicas, fuera de la buena y sensata voluntad de Creador. La mentira de Cash de que «mañana será mejor», incita al creyente a sentirse seguro en un mundo que va directa y seguramente a las más densas tinieblas Parece que Cash habita en una esfera mística irreal que lo separa del mundo en que vive, mundo que se encuentra pasando por situaciones graves de hambre, de dolor, de guerras, de asesinatos, de enfermedad, de abusos, de obscenidad, de perversidad, de incredulidad, de falsas doctrinas, de farsas de toda índole, y de desmanes sociales que apuntan a lo peor. Cash asegura pregonando que «mañana vendrán días buenos o mejores»; realmente la Biblia no dice nada al respecto.El Señor dijo con sobriedad que la maldad se multiplicaría en los días postreros (Mt.24:12), que es una señal importante que anuncia el fin del sistema del mundo. Si la maldad habrá de aumentar, lógicamente jamás podremos estar mejor cada día en este mundo actual que apesta de protervo. Además, por todos lados vemos que los desastres naturales van en constante aumento, asolando a grandes sectores sectores de la Tierra que son señales también que advierten, no solo la pronta caída del mundo, sino además el regreso del Hijo de Dios a juzgar el mundo y a reinar sobre él (Mt. caps. 24-25):
«porque habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de los cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas» (Lc.21:25, 26).
Y qué decir del conflictivo proceder humano que vendrá en los prontos últimos tiempos: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino. . . »: ¿Promete lo anterior un mundo de mucha dicha y paz para el día de «mañana»? ¿Qué me dice Cash de las pestes y las hambres, las guerras, y de los terremotos qué están profetizados por el Señor Jesucristo para los tiempos últimos y que vislumbran ya en la Tierra? (Mt.24:7). ¿Son «días buenos», entonces, los siguientes futuros para el mundo y para la Iglesia, conforme a lo que hemos visto? ¡Claro que no, hermanos! Desearíamos con el corazón que fuera diferente, pero Biblia nos da la razón de lo que hablamos. Somos objetivos, pero a la gente no le gusta que les hablemos la verdad. Si somos considerados como unos totales fatalistas existenciales, obviamente la Biblia habría de serlo también.
Sabemos que a muchos se sienten ofendidos y lastimados de los oídos por lo que predicamos en este serio Blog. Es mejor que se les lastimen los tímpanos con la luz de la justicia con la finalidad de que despierten y comprendan bien la verdad y no que pasado mañana les sean lastimados con vergüenza y desapruebo por el Señor cuando les diga: «apartaos de mi malditos». Bien profetizado también está a cerca de los falsos Cristos y maestro de muerte que saldrían en los tiempos últimos, y desgraciadamente Cash, es uno de ellos. El arraigo tradicional generacional tiene engatusados a los que han sido influenciados por un cristianismo fundamentado en falsas expectativas que incluye los bienes materiales. Cash es un perfecto promotor de la doctrina de la prosperidad y los adeptos son muchos. Así, el sistema eclesial es amado mayormente que el Señor de la gloria, pero cuando alguien por allí «insignificante» se levanta firme para hablar la verdad en contra de ellos por el atroz caso (que son muy contados, porque «muchos son llamados y pocos los escogidos»), se le califica de hereje, de loco, de amargado y de profano. Bien dijo el Señor que habrían de ser aborrecidos los fieles santos por toda la gente (incluye a los que dicen ser cristianos pero que no lo son en realidad) a causa de su Nombre (Mt.24:9). El cristianismo actual tiene el propósito de quedar bien con un mundo socialmente bizarro y oscuro por el pecado para ganarlo para Dios en base a la acción de un testimonio personal, erradamente llamado santidad, aunque bien intencionado en algunas veces, pero que va lejos de la verdadera predicación para alcanzar al perdido, predicación, que presenta al Hijo de Dios como salvador del pecado y también las bondades del Reino de Dios venidero. «. . Id y predicar. . . y me seréis testigos. . . » (De la Palabra, y no de ellos).
El Hijo de Dios dijo que en los postreros tiempos «se levantarán falsos Cristos, falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que a muchos, engañaran», y esto pasa hoy, en gran parte, en las Iglesias Neopentecostalistas Carismáticas (Mt.24:24). Temblores, sanidades psicológicas «medio hechas», jerigonza, sonidos animalescos, mover corporal ofídico, son el principal banquete de las congregaciones como la de Cash, y el mensaje para la firmeza espiritual ante las tribulaciones y los momentos de oscuridad que los creyentes pasan irremediablemente, el de la naturaleza y de la consecuencia del pecado, el de la doctrina del Infierno, han ido a parar al inmenso Basurero del Olvido. Dios, no sólo es bondad y amor, también despliega de su carácter santo y justo: Ira, Venganza, y temible y semejante Enojo. Ahora, Dios ha sido cambiado por un «dios» manipulable y bonachón: un esclavo a la voluntad de los cristianos que no desean «sufrir la sana doctrina».
Hermanos exhorto a que se centren en la Palabra de Dios, que es bellamente solemne y ordenada, y sobre todo, cierta, pero extraña a los conceptos y principios idealistas y terrenales que han salido de los corazones de los predicadores mundanos de la prosperidad, de los que pregonan la gran mentira de que «mañana estaremos mejor». Cash Luna, es uno de sus heréticos promotores.
La Palabra de Dios se basta por sí sola para establecer al hombre fiel a Dios en justicia y santidad, y lo capacita para descubrir cualquiera tipo de mentira, por más sutil que ésta sea; pero muchos, por seguir un cristianismo ligero e insufrible, habrán de continuar en el engaño para que tarde o temprano sean juzgados terriblemente por su rebeldía al Dios del Cielo que en tiempo atrás ha querido abrirles los ojos, pero por su necedad, orgullo e ignorancia, no se lo han permitido. Mañana pasado, sabrán, tardíamente ya, y desafortunadamente para ellos, que teníamos toda la razón.
Bendiciones para todos, de su hermano y amigo Javier Rivas Martínez.