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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 29 de abril de 2008

LOS TJ. Y SUS CUENTOS DOCTRINALES

Por el Ingeniero Mario Olcece (apologista)

Los Testigos de Jehová, y los Preteristas extremos sostienen que nuestro Maestro Jesús, el Mesías, está sentado en el trono de David en el cielo gobernando al lado del Padre. Ellos alegan que el Mesías regresó al cielo para gobernar al lado del Padre desde su trono personal (“el trono de David”), cumpliendo así la profecía de Lucas 1:32,33. Sin embargo, lo que estos amilenialistas ignoran es que Yahshúa el Mesías no se fue al cielo para sentarse en su propio trono sino ¡en el trono de su Padre!. Estos desconocen que El Mesías tendrá su trono Y SU GOBIERNO en la tierra (2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17), y que su Padre tiene el Suyo propio en el cielo. Por tanto, es momento de aclarar este asunto que ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia. Vamos, pues, a desenmascarar el error de la enseñanza de que el Mesías está reinando en su trono (“el de David”) en el cielo, ya sea desde el año 31 o desde el 1914.

EL TESTIMONIO DE JUAN Y EL APOCALIPSIS

Examinemos lo que dice Juan sobre los tronos existentes en el cielo, y para eso vamos a examinar todos los versos en el libro de Apocalipsis donde aparecen las palabras “trono” y tronos”. De este modo podremos descubrir si existe un trono personal para el Padre y otro personal para el Hijo—¡y para el Espíritu Santo!. Los textos donde aparecen las palabras “trono” y “tronos” en el libro de Apocalipsis son los siguientes: Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

APOCALIPSIS 4: 2, 3, 4, 5, 6, 9 ,10:

Apocalipsis 4

2 Y luego yo fui en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Elohim.6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

COMENTARIO

En estos versículos se habla de una sola Persona Divina la cual está sentada en un trono y rodeada por 24 tronos que son para los 24 ancianos. Nótese que No se dice que los 24 tronos están alrededor de dos tronos, y mucho menos, de tres.

APOCALIPSIS 5: 1, 6, 7, 11, 13:

Apocalipsis 5

1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.

COMENTARIO

Si examinamos con cuidado estos versos del capítulo 5 de Apocalipsis donde aparece la palabra “trono”, no hallaremos evidencia de que el Mesías esté sentado en su propio trono individual o personal. Esto está claro.

APOCALIPSIS 6:16

Apocalipsis 6

16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”

COMENTARIO

En el capítulo 6 de Apocalipsis tampoco encontramos evidencia de que Jesús, el Mesías, esté sentado en su propio trono en los cielos.

APOCALIPSIS 7: 9, 10, 11, 15, 17

Apocalipsis 7

9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

COMENTARIO

En este capítulo 7 de Apocalipsis hemos examinado todos los versículos donde aparece el vocablo “trono” y observamos que no se dice nada de que el Hijo esté sentado sobre dicho trono. En el verso 10, por ejemplo, descubrimos que quien está sentado en el trono es el Padre y no el Hijo.

APOCALIPSIS 8:3

Apocalipsis 8:

3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo ocho de Apocalipsis encontramos que El Mesías esté sentado en su trono personal o individual.

APOCALIPSIS 11:16

Apocalipsis 11

16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios.

COMENTARIO

Tampoco encontramos en el capítulo once de Apocalipsis que Jesús, el Mesías, esté sentado en su trono personal o individual. Es verdad que se habla de tronos pero estos son para los 24 ancianos.

APOCALIPSIS 12:5

Apocalipsis 12

5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.

COMENTARIO

En el capítulo doce de Apocalipsis aparece una vez el vocablo ‘trono’ en el verso 5. No obstante, este trono no es el trono del Hijo sino de Yahwéh, el Padre.

APOCALIPSIS 14:3,5

Apocalipsis 14

3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.

COMENTARIO

Es claro que tampoco en el capítulo 14 de Apocalipsis se habla de un trono personal del Hijo de Dios. El verso 5 dice claramente que el trono es de Dios, el Padre.

APOCALIPSIS 16:17

Apocalipsis 16

17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo 17 se habla de un trono para el Hijo de Dios. Simplemente se habla de un trono que está en el templo del cielo.

APOCALIPSIS 19:4,5

Apocalipsis 19

4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

COMENTARIO

En el capítulo 19 de Apocalipsis tampoco se habla de un trono que le pertenezca al Hijo de Dios, sino solo a Dios. Esto es muy importante porque algunas personas no distinguen este detalle singular.

APOCALIPSIS 20:4,11

Apocalipsis 20

4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con el Mesías mil años.
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.

COMENTARIO

Esta es una visión de la era venidera cuando Jesús, el Mesías, inaugure su reino milenario en la tierra. Los tronos que son vistos son los tronos de los mártires que reinarán con El Mesías en la tierra. En Salmos 122:3-5 se nos revela que los tronos del juicio estarán en Jerusalén y no en el cielo.

APOCALIPSIS 21:5

Apocalipsis 21

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

COMENTARIO

Tampoco este versículo (ni su contexto) nos dice que este trono es del Hijo de Dios, sino más bien del Padre.

APOCALIPSIS 22:1, 3

Apocalipsis 22

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como

cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.

COMENTARIO

El capítulo 22 se refiere básicamente a la era del reino en la nueva tierra, y el único verso que nos habla de un trono del Padre es el 3. Pero nada en el contexto nos indica que esta visión es una del cielo, sino de la nueva tierra, cuando Dios y su Hijo estén con los hombres (21:1-3).

JESÜS EL MESÍAS ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE YAHWÉH

Hemos demostrado que el Maestro Jesús, el Mesías, NO está sentado en SU trono de autoridad en los cielos. Es crucial mencionar que el mismo Maestro Yahshúa el Mesías dice lo siguiente: Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en SU TRONO”. Tomemos nota que el Mesías está sentado en el trono de su Padre—¡No en el suyo! Esta verdad es pasada por alto por los estudiantes de la Biblia. La mayoría cree que nuestro Maestro está ahora sentado en su propio trono (el de David, su Padre) en el cielo, pero esto no tiene base escrituraria. Es imposible que el Mesías esté sentado simultáneamente en su trono y en el trono de Su Padre. Pero habrá un trono para el Padre y otro para el Hijo cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y Dios esté con El Mesías entre los hombres. Por tanto, Jesús aún no se ha sentado en su trono real, pues no ha llegado su hora para hacerlo, ni la hora de los santos. Pero llegará la hora cuando el Mesías y sus santos se sienten en sus tronos en la tierra (Daniel 7.13,14,18,22,27).

Pero sigamos examinando más versículos bíblicos que nos enseñan que el Mesías aún no está sentado en su trono real:

Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con El Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está sentado (no entronizado) a la diestra de Dios.

Hebreos 8:1: Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó (no dice ‘entronizó’) a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.

Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó (no dice ‘entronizó) a la diestra del trono de Dios”.

Tomemos nota que Jesús NO aparece sentado en un trono personal a la diestra del trono del Padre. Es decir, no hay dos tronos de poder y autoridad en los cielos, y menos, tres. Jesús aparece sentado a la diestra del trono. Esto puede interpretarse de dos modos: que él está sentado en un lugar que no es un trono de gloria y de poder propiamente dicho, sino una silla o algo así; o también puede interpretarse como que él está sentado en el propio trono de Dios, pero al lado derecho del Padre. Esta posibilidad parece más coherente. Lo importante es destacar que nunca se habla en el NT que el Mesías esté sentado en un trono personal de poder y autoridad como el que tiene el Padre. Si estoy errado, por favor demuéstrenmelo con la Biblia. Muéstrenme sólo un texto donde se diga que el Mesías está sentado en un trono personal de autoridad en el cielo al lado derecho del trono del Padre.

¿CÚANDO ENTONCES SE SENTARÁ EL MESÍAS EN SU TRONO PERSONAL DE GLORIA?

Si como hemos demostrado Jesús no está sentado ahora en su trono personal de gloria, nos preguntamos: ¿cuándo lo hará? La respuesta la dio el mismo Maestro Jesús, el Mesías, en Mateo 25:31,34: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él , entonces se sentará en su trono de gloria... entonces dirá a los de su derecha: Venid , benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Por tanto, es muy claro que Jesús no se sentó en su trono de gloria ni el 33 DC, ni en el 70 DC, ni en el 1914, … ¡y menos, sus seguidores!. Pero cuando él regrese en gloria con sus santos ángeles, entonces, y sólo entonces, se sentará en el trono de David su Padre en Jerusalén junto con todos los salvos de todas las épocas (Salmos 122:3-5). Nótese que los tronos de los santos estarán—¿dónde?—¡EN JERUSALÉN!

En la interesante ‘Parábola de la Diez Minas Jesús tuvo que corregir la idea errada de sus seguidores de que su reino era inminente (Lucas 19:11). Les dijo en esa parábola que un ‘hombre noble’ (él mismo) se fue a un ‘país lejano’ (cielo) para recibir un reino y volver (v.12). Mientras tanto, sus siervos tendrían que ocuparse de su casa y de sus negocios hasta que él regresara nuevamente a la tierra para tomarles cuenta de los frutos de su trabajo. Aquellos que multiplicaron más sus minas tendrían más autoridad gubernamental sobre las naciones (vs 13-19).

DILEMA AMILENIALISTA

El problema de los preteristas es que ellos dicen que el reino ya vino en el año 70 DC, o en el 33DC, en el caso de los amilenialistas. Esto significaría que en aquellos tiempos primitivos el Mesías se sentó en su trono de gloria para regir el mundo sólo con una parte minúscula de sus escogidos, y dejando fuera del camino a todos los santos que vendrían en las futuras generaciones y en los siglos venideros. Pero sucede que en el libro de Apocalipsis no aparece el Mesías sentado en su trono de gloria como ya demostramos antes, sino en el trono de Su Padre. Si damos por cierto que el reino se inauguró en el 33 DC, resulta extraño que en el libro de Apocalipsis, el cual fue revelado décadas después de Pentecostés del 33 DC, no presente al Hijo sentado en su propio trono en el cielo junto con todos los santos desde el principio del libro apocalíptico, sino sólo al final (Caps. 20-22), cuando trata del milenio en la tierra.

Pero aquellos que dicen que el Mesías ya está reinando desde el primer siglo de la Era Común nos deben explicar en qué consiste ese gobierno del Mesías y de su supuesta “iglesia.” Y es que por todos lados vemos problemas y maldades que no tienen parangón. El mundo está pervertido, en caos, en confusión, en peligro de auto-destruirse. Entonces nos preguntamos, ¿puede Jesús estar sentado en el cielo gobernando sobre las naciones?¿Qué cosas buenas ha hecho entonces Jesús por el mundo desde que él supuestamente se sentó a gobernar a las naciones en el siglo I?¿No dice la Biblia que él gobernaría el mundo con vara de hierro? (Apo. 12:5). Por otro lado, ¿no dice Isaías mismo que el gobierno mesiánico será uno que traerá paz y justicia a todos los pueblos de la tierra? (Isaías 9:6,7).

Los amilenialistas deben recordar que Pablo fue irónico con aquellos creyentes que se creían reyes en función. En su carta a los corintios les escribe lo siguiente: Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros (1 Corintios 4:8). Como vemos, el apóstol Pablo usó la ironía para mofarse de aquellos creyentes que creían que vivían en el mejor de los mundos y que pensaban que estaban reinando como reyes.

¿CREYERON LOS DISCÍPULOS QUE EL REINO VENDRÍA PRONTO?


No podemos olvidar que los mismos apóstoles querían saber cuándo sería restaurado el reino a Israel. Fue por esta inquietud que los apóstoles le preguntaron a Jesús si dicho anhelado reino milenario le sería restaurado a Israel en su época. Sin embargo, es más sorprendente aún lo que el Maestro les respondió al decirles que Su Padre es el único que sabe el tiempo exacto para que se cumpla esa promesa (Hechos 1:3,6,7). Si el reino estaba a las puertas, él pudo habérselos dicho, pero no lo dijo. El fue categórico al afirmar que sólo Dios sabe cuando se cumplirá ese anhelo milenario. Obviamente él mismo lo ignoraba por completo y no tenía idea alguna del tiempo preciso.

También debemos recordar que el reino del Mesías significa la vida eterna para todos los creyentes. En el diálogo que tuvo el Mesías con el joven rico en Mateo 19:16-25 el estudiante de la Biblia podrá descubrir que la vida eterna está ligada estrechamente con el reino de Dios. Tanto la ‘vida eterna’ y el ‘reino eterno’ tienen que ver con el Olám Habá, el Mundo Venidero, mundo del reinado milenario del Mesías. De modo que si alguien quiere decirnos que ya estamos en el reino, debemos inferir que ya tenemos la inmortalidad, y que no moriremos jamás. Lamentablemente todavía la muerte es un enemigo de todos los hombres. Es verdad que tenemos la vida eterna, pero esa vida eterna es una promesa que poseemos por la fe únicamente (1 Juan 2:25). Todavía tenemos que esperar que Jesús, el Mesías, regrese en gloria para que seamos transformados a la semejanza de él. Entonces los creyentes serán cambiados e inmortalizados para entrar en su reino por todo un milenio. Nuestros cuerpos no envejecerán ni morirán como ocurre hoy.

EL REINO DEL MESÍAS Y LA REGENERACIÓN DE TODAS LAS COSAS

En el reino del Mesías, que es la era de la regeneración, cuando Jesús se siente en su trono de gloria, los apóstoles se sentarán también en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). Sin duda esto no ocurrió en el año 70 DC, ya que los apóstoles murieron y no tomaron sus tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Notemos que Jesús habló de la época de la regeneración como la época de su entronización, en Mateo 19:28: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” La palabra “regeneración” viene del Griego (polingenesia), y no se encuentra en otra parte del NT salvo en Tito 3:5, y que denota un nuevo nacimiento espiritual. Plutarco la usa para referirse a las almas en nuevos cuerpos (la doctrina Pitagórica de la trasmigración). Cicerón habla de la “restauración de autoridades y honores”. Filón lo conceptuaba con el “nuevo nacimiento del mundo a través del fuego”. Esto quiere decir que cuando se restaure el reino milenario de Dios habrá un nuevo nacimiento de todas las cosas, llamado también “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21), y “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13,14, Apocalipsis 21:1,5). Es también la liberación de toda la creación de la corrupción con la manifestación de todos los hijos de Dios en cuerpos nuevos. Todas estas promesas y esperanzas de ningún modo se vieron cristalizadas en el primer siglo de la Era Común, ni en ningún otro siglo de nuestra Era.

Más información sobre los “Testigos de Jehová en:

www.elevangeliodelreino.org